Es de sumo interés el conocimiento de las características de la sociedad medieval para poder entender, con los ojos de hoy, la manera en la que la sociedad se organizaba, las formas de vida, costumbres, creencias, etc.
Empecemos recordando que la Edad Media en Europa es un período histórico que podemos encuadrar entre la Edad Antigua y la Edad Moderna. Esto es, hablamos del espacio temporal comprendido entre la caída del imperio romano occidental, en el año 476, y la caída del imperio romano oriental, en 1453, si bien también se suele situar el final del Medievo con el ”descubrimiento” de América, en el año 1492. La invención de la imprenta o el final de la Guerra de los Cien años también han sido utilizados como fechas indicativas de la finalización de ese periodo.
La Edad Media se divide en dos etapas, que son la Alta Edad Media que se desarrolla desde el siglo V al siglo X, y la Baja Edad Media que se desarrolla desde el siglo XI al siglo XV. A su vez, esta última etapa podemos dividirla en dos períodos, que son la Plena Edad Media, desarrollada desde el siglo XI al siglo XIII, caracterizada por un gran desarrollo económico, cultural y demográfico, y la Crisis del siglo XV, que corresponde a los siglos XIV y XV.
Podéis encontrar algo más en nuestro post: Edad Media. Marco temporal.
El inicio de la Edad Media es un periodo de transición en distintos ámbitos: Económico: reemplazo de la producción esclavista por la producción feudal. Social: desaparición de la ciudadanía romana y surgimiento de los estamentos medievales. Político: devastación del sistema centralizado del Imperio Romano que ofreció una diseminación del poder. Ideológico y cultural: Relevo de la cultura clásica por la teocéntrica que implica la islámica o la cristiana.
Tradicionalmente se consideró a la Edad Media como un período de oscurantismo y retroceso cultural, en contraste con el esplendor de la antigüedad grecorromana que la precedió y el revivir de la cultura occidental que caracterizó al Renacimiento. Sin embargo, con el paso de los siglos se comprendió que la época medieval fue un período importante y dinámico que permitió alcanzar una unidad cultural sin precedentes en Europa.
Durante la Edad Media, y más dada su larga duración, se produjeron numerosos avances y retrocesos en diferentes ámbitos. Vamos a intentar repasar las principales características de este período:
Se desarrolló el feudalismo, un sistema que hacía que la organización social se realizase a través de las relaciones de vasallaje en una estructura piramidal de su población.
Prevaleció en la Edad Media las relaciones de vasallaje y soberanía. El soberano fue quién dio una parcela de tierra para el vasallo, y éste debía prestar fidelidad y ayudar a su soberano sirviendo a su voluntad. El vasallo ofreció a la fidelidad del señor o soberano y trabajo a cambio de protección y un lugar en el sistema de producción.
Todos los poderes jurídico, económico y político se concentraban en manos de los señores feudales, propietarios de parcelas de tierras (feudos).
La sociedad estaba jerarquizada y estática, es decir, la condición social era fijada por nacimiento. La nobleza feudal (señores feudales, caballeros, condes, duques, vizcondes) era detentora de las tierras y recaudaba impuestos de los campesinos trabajadores. El clero (miembros de la Iglesia Católica) tenía un gran poder, pues era responsable por la protección espiritual de la sociedad. Era exento de impuestos y recaudaba el diezmo. La tercera capa de la sociedad era formada por los siervos (campesinos) y pequeños artesanos. Los siervos debían pagar varias tasas y tributos a los señores feudales, tales como: la corvea (trabajo gratuito de 3-4 días en las tierras del señor feudal), la talla (mitad de la producción), y las banalidades (tasas pagadas por el uso del molino y el horno del señor feudal).
El sistema feudal estaba basado en el vasallaje y el feudo. El primer concepto aludía a una relación política y jurídica, mientras que el segundo a una económica y social. En este sistema, los reyes entregaban feudos a sus vasallos, en este caso pertenecientes a la nobleza. Estos nobles, por su parte, otorgaban sus propios feudos a otros vasallos, con lo que se convertían en señores.
Más información en nuestros post: La sociedad feudal y en El feudalismo.
En este período había básicamente tres grandes clases sociales: la nobleza, el clero y el campesinado, con una gran diferencia entre ellos en lo relativo a sus roles, derechos y obligaciones.
El campesinado aglutinaba a la mayoría de la población, siendo sus derechos mínimos o inexistentes. Su papel se centraba en proveer y producir alimentos trabajando las tierras de sus señores, siendo la clase trabajadora que en realidad sustentaba a la sociedad. Los derechos de este sector de la población eran mínimos y formaban parte de los no privilegiados, siendo abusados a menudo por las otras clases sociales y debiendo pagar tributos.
Los nobles eran la clase más alta, estando dentro de las clases privilegiadas y beneficiándose de derechos especiales. En su mayoría no trabajaban, y solían dirigir tierras y negocios. Gozaban de posiciones de poder y tenían acceso a la educación. También formaban parte del ejército, generalmente como altos mandos. En la etapa feudal, eran los propietarios de las tierras que los campesinos trabajaban, siendo estos sus vasallos.
En cuanto al clero gozaba también de una posición especial. Se trataba también de una clase privilegiada, que no pagaba tributos y que tenía acceso a posiciones de gran poder. Se trata del estamento con mayor nivel de educación de la época. Más información en nuestro post: El clero en la Edad Media.
En todo caso, la posición social que ocupaba cada uno estaba determinada por su procedencia y familia de nacimiento, con la única excepción del clero. Alguien nacido de nobles era noble y un hijo de campesinos sería campesino toda su vida, no existiendo en principio la posibilidad de cambiar la posición social. La excepción era el clero, siendo posible que aquellos que entraran en él asumieran una posición social más elevada y cambiara su estamento social.
En cuanto a la existencia de esclavitud o no en este período, podéis leer nuestro post: Esclavitud en la Europa medieval.
Los orígenes de la burguesía en la Edad Media
Se produjo un trasvase de población del campo a los burgos, con lo que estas localidades vieron crecer su estructura y componentes, empezando además a aparecer nuevos oficios que eran cada vez más demandados: los mercaderes y artesanos, profesionales que se organizaron en gremios, y que con el paso del tiempo terminarían conformando una nueva clase social: la burguesía. Esta nueva clase no estaba entre las clases privilegiadas, pero tendía a concentrar una gran cantidad de dinero y poco a poco se tornaría un elemento básico de la economía. Al contrario que los campesinos, los burgueses tenían muchas más probabilidades de llegar a prosperar y cambiar su posición social.
Era diferente según las distintas culturas de la religión. Así, por ejemplo, en la actual España los cristianos se organizaban en sistemas rurales que tenían como centro de gravedad los monasterios y castillos. Por su parte, los musulmanes lograron un alto desarrollo urbanístico, debido a su enfoque comercial que les permitió crecer en la península.
Los impuestos en la Edad Media
Muchos señores feudales decidieron aumentar los impuestos, honorarios y deberes de los sirvientes. Muchos tuvieron que trabajar horas extras para compensar el trabajo de aquellos que murieron en la epidemia. En muchas partes de Inglaterra y Francia fueron alzadas revueltas campesinas contra la explotación extenuante de los señores feudales. Contrarrestada con violencia por los nobles, muchas revueltas (conocidas como jacqueries) fueron mitigadas y otras lograron sus propósitos, reduciendo la explotación y trayendo nuevos derechos a los campesinos.
Para ampliar información consultar nuestros post: Impuestos en la Edad Media y El derecho de portazgo durante la Edad Media.
Régimen político en la Edad Media
La Europa que hoy conocemos hunde sus raíces en el Imperio romano. La división artificial del continente en Estados y naciones es, sin embargo, algo más reciente. Sin entrar en disquisiciones terminológicas, la preconfiguración de los reinos francés, castellano, aragonés o inglés, entre otros, se produce durante la Baja Edad Media. A lo largo de los siglos XIII a XV, el caos y la anarquía reinantes en la Europa medieval comenzaron a desaparecer. Los reyes recuperaron su autoridad, las instituciones políticas y administrativas se consolidaron y se creó una nueva cultura política, que sirvió de andamiaje intelectual a las transformaciones del continente.
El poder político estaba totalmente descentralizado, de hecho no había naciones en el sentido moderno de la palabra. Los feudos -porciones relativamente pequeñas de territorio- eran gobernados con base a ciertas prácticas de costumbre y, generalmente, prevalecían las personales y caprichosas decisiones del señor amo.
En la Edad Media, los reyes gobernaban, pero éstos eran designados y coronados por el Papa y los altos sacerdotes de la Iglesia, que además dispusieron de la Santa Inquisición para controlar las vidas, pensamientos e incluso bienes de las otras clases sociales.
Dejando a un lado los rumores formados sobre la Edad Media, se desarrollaron nuevas formas políticas como el califato islámico y también ciudades estado como Venecia.
La monarquía medieval
Las monarquías medievales, se dieron en la Plena Edad Media (siglos XI al XIII). Eran hereditarias, y como ya hemos dicho, el rey ocupaba la cima del sistema estamental feudal. Ejemplos de estas monarquías feudales son la monarquía normanda, que se expandió desde Normandía (norte de Francia) a Inglaterra, la monarquía de los Capeto en Francia y la monarquía de la Casa de Borgoña, que se extendió por los reinos cristianos de la Península Ibérica: el reino de Portugal, el reino de León, el reino de Castilla, el reino de Navarra y el reino de Aragón.
Formación de los grandes estados europeos en la Edad Media
En el ámbito político los cambios también fueron considerables. Los reyes fueron restando poder a la nobleza y se consolidaron algunos de los grandes estados europeos.
Los emperadores alemanes vieron como su autoridad quedaba limitada al territorio germano, que permaneció dividido en varios estados. Finalmente, el poder imperial pasó a la Casa de Luxemburgo, primero, y más tarde a la Habsburgo.
La guerra de los Cien Años comenzó cuando Carlos IV de Francia falleció sin dejar heredero en 1328. Los nobles franceses decidieron que su sucesor debía ser Felipe de Valois, pero Eduardo III de Inglaterra, vasallo del monarca francés en los territorios que tenía en Francia, no aceptó esa decisión. Francia conseguiría expulsar a los ingleses de sus dominios continentales, exceptuando Calais.
Inglaterra sufrió entonces una guerra civil, la de las Dos Rosas, que se prolongó durante 30 años (1455-1485). Este conflicto enfrentó a la casa de Lancaster contra la de York. Finalmente, el heredero de ambas casas, Enrique VII, subió al trono y fundó la dinastía Tudor.
En la otra parte de Europa, el Imperio bizantino desapareció completamente tras la conquista de Constantinopla por parte de los turcos.
Expansión ultramarina en la Edad Media
Este proceso de expansión que comienza entre los siglos XIII y XIV llevará a que dos mundos tan distintos, como América y Europa, puedan encontrarse por primera vez en la Historia.
España y Portugal en un primer momento, y luego, Inglaterra, Holanda, Francia, entre otras naciones europeas participaron de esta búsqueda imparable por conquistar territorios y recursos para su explotación.
Este proceso tendrá como resultado la conquista y la consecuente ocupación de los territorios “descubiertos”.
Los principales descubrimientos se producirán entre los siglos XV y XVI y el “descubrimiento” de América por parte de los europeos, aparecerá como un hecho más dentro de este proceso.
Los europeos inician la expansión ultramarina por varios motivos:
- Búsqueda de metales preciosos para financiar sus viajes.
- Búsqueda de tierras aptas para cereales.
- Buscan mano de obra, es decir esclavos.
- Con esta expansión se renueva el espíritu de cruzada, la idea de hacer alianzas con príncipes lejanos para la “lucha contra el infiel”
- El carácter del hombre moderno quien es aventurero, ambiciosos, sin miedo a nada, que desea y sueña con nuevas tierras.
- Un gran obstáculo para este proceso expansivo serán los turcos que en 1291 conquistan San Juan de Acre y en 1453 conquistan Constantinopla, hechos que cortan el circuito comercial entre Europa y Asia. Esto obliga a los europeos a buscar nuevas rutas para poder comerciar con Oriente. El país que tomó la iniciativa en la apertura de nuevas rutas fue Portugal. Más adelante, España se unió a esta carrera.
Papel preponderante de la Iglesia, en el ámbito católico, en la Edad Media
La Edad Media fue esencialmente teocéntrica, es decir, organizada en torno a lo religioso como ley. Eso significa que la Iglesia Católica tuvo, desde su nacimiento dentro del Imperio Romano, un rol cada vez más preponderante en la política y terminó por asumir el poder político en su casi totalidad, construyendo una sociedad teocrática.
Hablamos de un período en el que la Iglesia concentra un gran poder. Las creencias religiosas se vuelven elementos básicos en el día a día de la población, así como una manera de mantener a la población contenida y circunscrita a un modelo concreto de realidad.
Las instituciones religiosas, y concretamente la Iglesia católica, adquieren un rol preponderante en la sociedad, siendo una de las pocas clases con acceso a la educación y con un poder político capaz de superar al de la nobleza, hasta el punto de ser un eje central del poder en la Europa de la época.
La iglesia católica dominó al escenario religioso. Dueño del poder espiritual, la Iglesia influyó la manera de pensar, la psicología y las formas de comportamiento en la Edad Media. La iglesia también tenía gran poder económico, porque poseía tierras en grandes cantidades y siervos incluso trabajando en ellas.
Por otro lado, los monjes vivían en monasterios y fueron los encargados de la protección espiritual de la sociedad. Dedicaron mucho tiempo a la oración y copia de obras de texto y la Biblia. Educación, cultura y arte medieval La educación era para unos pocos, pues sólo los hijos de los nobles tenían acceso a ella. Esto estuvo marcado por la influencia de la iglesia, con enseñanzas del latín, religiones, doctrinas y tácticas e guerra. Gran parte de la población medieval era analfabeta y no tenía acceso alguno a libros.
El Teocentrismo en la Edad Media
Los ejércitos cristianos conquistaban territorios paganos e implantaban la religión.
El cristianismo tuvo en el Medioevo su edad de mayor gloria y poder, y se convirtió en la gran religión monoteísta de Occidente, junto al Islam y al Judaísmo.
En la Europa cristiana, la religión fue implantada a fuego y sangre, no solo por el control social de los inquisidores eclesiásticos, sino también por las guerras religiosas, como las Cruzadas, en que los ejércitos cristianos eran comandados hacia la conquista de los territorios paganos por sus autoridades nobles y religiosas.
Sobre las cruzadas podéis ampliar información en nuestros post: Las cruzadas. Guerras en nombre de Dios y La cruzada de los pobres y de los niños.
La influencia de la religión en el pueblo en la Edad Media
La religión católica se convirtió en el eje de toda la sociedad. La Iglesia y el resto de instituciones religiosas adquirieron un gran poder, muchas veces superior al de los propios reyes y nobles. El control de las creencias religiosas era utilizado como una forma de evitar que la población se rebelara. En una sociedad en el que hay un enorme miedo en la inmensa mayoría de la población, fruto de la generalización del analfabetismo y desconocimiento del funcionamiento del universo y los fenómenos naturales, lo que provocaba que la única explicación imperante para entender el mundo en el que vivían era la procedente de la religión, y en consecuencia las cotas de actitudes de persecución que, fruto del fanatismo, se ejercían contra quienes se apartaran de los dogmas generalmente aceptados.
Las epidemias eran consideradas castigos divinos y el temor de la llegada del fin del mundo produjo fenómenos como el milenarismo del año 1000 dC.
Según los dogmas de la época, las enfermedades u otros aspectos negativos eran consecuencias de posesiones demoníacas, hechicería o magia. También es una época de un elevado nivel de desconfianza hacia lo extraño y foráneo, especialmente a lo que no resultaba entendible. Recomendamos leer nuestro post: La figura del demonio en la Edad Media.
Entre los conceptos que la Iglesia trató de promover entre la población estaban en de la culpa, el de los pecados y el de la obligación de mantener la virtud. El hecho de cometer actos considerados deleznables por el que pudieran ser castigados tanto en esta vida como especialmente tras la muerte impregnaba la sociedad. La contención y el excesivo control generaron actitudes paranoicas, ocultismos y persecuciones.
La diversidad étnica y religiosa en la Edad Media
En una sociedad en la que sus miembros conviven con el miedo, existía un elevado temor ante lo que resultaba diferente, extraño, y este principio servía tanto para valorar acontecimientos naturales, como el descubrimiento de nuevas especies animales, costumbres, creencias o personas con diferente aspecto o comportamientos alejados de los comúnmente aceptados. Así, por ejemplo, las minorías étnicas eran perseguidas y tratadas como animales (las personas de color, de hecho, eran principalmente esclavos). Personas con religiones diferentes a la oficial también eran perseguidas o bien obligadas a convertirse, como en el caso de los judíos (los cuales eran frecuentemente culpabilizados de enfermedades y otros desastres y atacados y asesinados en las juderías). Lo mismo ocurría con la minoría musulmana de los territorios europeos (si bien en diferentes períodos y territorios hubo también una convivencia pacífica).
El Islam en la Edad Media
El islam es una de las tres grandes religiones monoteístas. Sus orígenes se remontan a las primeras civilizaciones de la humanidad. Su historia está íntimamente ligada con la historia política, económica y militar de los territorios por los que se extendió: Medio Oriente, Norte de África, Península Ibérica y Asia Central.
La expansión de la religión en la Edad Media se sucedió en tres etapas; a saber:
- Etapa de La Meca: el liderazgo lo llevó a cabo en una primera fase Mahoma hasta el momento de su muerte en el año 632, expandiéndose por toda Arabia y luego Libia Egipto y Oriente Medio.
- Califato Omeya: ocurrido entre los años 661 y 750, el cual logró la mayor expansión del islamismo llegando a toda la zona mediterránea (norte de África y península ibérica) y su centro se ubicó en la ciudad de Damasco.
- Califato Abasi: una nueva dinastía musulmana, que tuvo como capital Bagdad y que se extendió entre los años 750 y 1258.
Fueron muchos los aportes que la religión musulmana ha producido en los tiempos medievales. Dichos aportes se materializaron en diferentes campos entre los que se pueden mencionar: la física (en el campo de la óptica, el descubrimiento de los relojes de péndulo la brújula con aguja magnética para la navegación), las matemáticas (en los campos del álgebra, la geometría y la aritmética), la astronomía (baste recordar los observatorios de Toledo, Córdoba, El Cairo o Bagdad, o los estudios sobre los movimientos del sol, la presencia de manchas solares, aparición de cometas, etc), o la química (con el descubrimiento de sustancias como el ácido nítrico, ácido sulfúrico, el agua regia, el alcohol,…). Pero sería en la medicina donde más aportaciones hicieron los musulmanes. Esta disciplina era parte de la educación del árabe musulmán. También son muchos las aportaciones musulmanas en cirugía, sobre la cauterización, la anestesia… Como particularidad en este campo, los médicos musulmanes observaron en todo momento las normas de higiene al tratar las enfermedades.
Y podríamos seguir hablando de sus aportaciones al arte y su importancia religiosa en las comunidades en las que estuvieron presentes, pero será material para otra publicación.
El papel de la Inquisición en la Edad Media
La Inquisición era el responsable de la persecución de lo que se consideraba herejía y de la brujería. Sobre esta institución podéis encontrar más información y desarrollo en nuestros post : La negra historia de la Santa Inquisición y en Mujeres, brujas e Inquisición en la Edad Media.
Las guerras medievales en la Edad Media
Las guerras medievales se caracterizaron, en su mayoría, por ser conflictos entre señores (principalmente) y enfrentamientos más o menos locales, enfrentamientos privados de fuerzas reducidas y objetivos limitados donde las partes implicadas buscaban imponerse al enemigo mediante el uso de todo el poder del que dispusiera. Como decimos eran en su gran mayoría, enfrentamientos entre pequeñas fuerzas normalmente moderados por una fuerza superior o un poder hegemónico que controlaba de algún modo el panorama e imponía un marco de “reglas” simplemente por su autoridad, unas reglas a veces escritas y otras solo existentes en el colectivo. No movilizaban por tanto grandes ejércitos ni involucraban a toda la población, aunque esta sí pudiera salir muy perjudicada.
La conquista o la toma de una plaza no es lo que finalmente importa en la guerra, sino destruir la voluntad del enemigo atacando en el punto en que concentra su fuerza, desbaratándolo y así terminar con su determinación.
Los señores feudales se involucraron en guerras por el afán de obtener mayores riquezas. Los caballeros formaron la base de los ejércitos medievales. Valientes, leales y dotados con escudos, cascos y espadas, representaron lo que había más de noble en la época medieval.
La vida cotidiana en la Edad Media
En el contexto de la Edad Media, la familia era una unidad política, económica y religiosa, cuyos integrantes estaban vinculados entre sí, por un vínculo civil, la agnación (parentesco por vía masculina), constituyendo la familia propio iure que incluía todos los parientes unidos por un mismo pater.
La estructura familiar de la Alta Edad Media recuerda a la que se manifestaba tanto en la sociedad romana como germánica al estar integrada por el núcleo matrimonial (esposos e hijos) y un grupo de parientes lejanos, viudas, jóvenes huérfanos, sobrinos y esclavos.
Dentro de ese ámbito, todos estos integrantes estaban bajo el dominio del varón (ya fuese de forma natural o por la adopción), quien descendía de una estirpe, siendo su principal obligación proteger a sus miembros.
Para no extendernos demasiado, os dejamos los enlaces a varias publicaciones nuestras en este Blog, que tratan este asunto: La vida familiar durante la Edad Media, El matrimonio en la Edad Media, La infancia en la Edad Media, Juegos y juguetes en la Edad Media, La vida en una ciudad medieval, Como vestían en la Edad Media, El calzado en la Edad Media, El perfume en la Edad Media, La gastronomía y la mesa en la Edad Media y La bebida en la Edad Media. El nacimiento de las tapas.
La educación en la Edad Media
Hablar de la educación en la Edad Media es centrarse en una parte muy pequeña de la población, ya que solamente era accesible para la nobleza y el clero. Las materias presentes en la educación eran bastante pocas: lenguas, derecho, medicina y teología. Además, los religiosos controlaban que el estudio de los clásicos no abarcara aspectos que pudieran ser contrarios a los dogmas de la Iglesia. El método de estudio era eminentemente memorístico.
Durante la Edad Media surgieron las primeras universidades a partir de las escuelas monacales. Gramática, Medicina o Derecho eran, junto a Teología, algunas de las materias tratadas, y aunque reservadas a los más privilegiados, acabarían convirtiéndose en focos de nuevos inventos e ideas.
El lenguaje en la Edad Media
La mayor parte de la población era analfabeta, por lo que la imagen y la palabra hablada eran las principales formas de comunicación. La lectura y la escritura era un privilegio de quienes estaban en el poder, es decir, de sacerdotes y señores feudales.
El latín medieval fue la forma del latín usada en la Edad Media, en primer lugar como idioma para la enseñanza y como lengua litúrgica de la Iglesia católica medieval, pero también como lengua de la ciencia, literatura, ley y administración.
Con los años, el latín entró en su etapa de fragmentación y desaparición de los contextos populares, y sobrevivió únicamente como lengua culta en que se daba la misa y se escribían los textos académicos.
El vulgo emprendió el tránsito hacia sus diversas lenguas propias, que darían origen a las lenguas europeas de hoy: inglés, francés, español, gallego, catalán, flamenco, italiano (y sus diversos dialectos), alemán, irlandés, etc.
El papel de la mujer en la Edad Media
Las ideas acerca de la mujer en la Edad Media fueron fomentadas por clérigos y por castas con poderes económicos que veían a la mujer como un objeto de decoro, siendo subordinadas al interés de la tierra. Estas clases establecerían un marco legal para la mujer, darían determinado concepto al matrimonio, dado que eran favorables a la idea de colocar a la mujer junto al hombre. El concepto de matrimonio y la legalidad dada a la mujer no consideraban a la mujer como un individuo completo, la mujer era catalogada por su sexo y por lo tanto inferior al varón.
A pesar de esta visión, no consiguió la Iglesia, ni tampoco la Aristocracia, silenciar a todas las mujeres, algunas de ellas pertenecientes a clases medias urbanas, se hicieron notar a partir del siglo XII, momento en el que comienzan a desarrollarse el comercio y las ciudades. En la Ley de los Burgos se tenía en cuenta la actividad de las mujeres casadas en el comercio, las denominadas femmes soles, mujeres con negocios propios que además de ayudar a sus maridos, mejoraban su status.
En el mundo medieval, las clases trabajadoras silenciadas, tenían una visión diferente de la mujer, el hombre del campo acostumbraba a ver a mujeres trabajando en talleres y en las tierras, una realidad contrapuesta a lo que se predicaba los domingos en las misas a las que éstos asistían; se les decía desde el púlpito que la mujer era la puerta del infierno y María la puerta del cielo. La Iglesia consideraba a la mujer como un mal para el hombre, como razón explicaba que: en el paraíso había sólo presencia de dos hombres y una mujer, y que esta mujer, Eva, no descansó hasta conseguir que Adán fuera expulsado del Edén.
Estas concepciones de la mujer pasan a formar parte de la mentalidad cotidiana de la época. La mujer como demonio, algo inferior a la par que pérfido. Además de la Iglesia, que importante papel juega con la predicación de estos planteamientos en una sociedad temerosa de Dios, serán también aristócratas y laicos quienes adquieran esta visión de la mujer, se consolida la idea de inferioridad femenina.
Encontramos en el amor caballeresco, muy posiblemente surgido de la estimación que se le hace a la Virgen, la concepción de la dama mundana, a la que el caballero profesaba auténtico amor, un amor muy diferente al del matrimonio. En estas visiones, que aparecen reflejadas en novelas y poemas caballerescos, encontramos a una mujer depravada, descarada, tonta, además de otras que aparecen como brujas maliciosas, situando siempre en medio de ellas al amor, valga el término platónico, hacia un caballero.
El sexo, un tabú, en la Edad Media
El sexo era algo que a nivel oficial se ocultaba socialmente y del que no se hablaba. Se veía como algo reservado a la mera reproducción, y también se encontraba muy guionizado y estandarizado. Sin embargo, era frecuente recurrir a los servicios de prostitutas y que los hombres (especialmente los nobles) tuviesen una o varias amantes. La sexualidad femenina era algo ignorado y no valorado, no siendo su disfrute algo contemplado ni siquiera por el propio sector femenino. En ellas, el adulterio tenía severas penas que podían incluir el emparedamiento.
En lo que respecta a la diversidad sexual, la homosexualidad y otras conductas diferentes de la heterosexualidad era considera una aberración y era perseguida oficialmente especialmente en la etapa en que existió la Inquisición, considerándose el pecado de sodomía como grave y pudiendo acarrear severas consecuencias a quienes se acusara de tal acción.
La cultura popular en la Edad Media
Dados los márgenes de represión y control de la Iglesia y de la aristocracia, las clases populares celebran más o menos en secreto festividades y bailes en donde se liberaba el cuerpo y se daba rienda a lo grotesco como formas de resistencia a la supuesta cultura y refinamiento de las clases opresoras.
De hecho, en el vulgo se valoraba la risa, el ocio y la libertad, mientras se ridiculizaba el refinamiento, el estudio y la solemnidad de las clases pudientes.
Por otro lado, predominaron los juglares y bardos errantes, que iban de pueblo en pueblo cantando sus romances y poesías, a menudo inspiradas en las tradiciones populares y en un imaginario alejado del rigor cristiano. Ver nuestros post: Los trovadores en la Edad Media y Romances y cantares en la Edad Media.
Esto enriqueció sumamente la literatura de la época y permitió el intercambio cultural entre las islas feudales.
La creación cultural. El arte en la Edad Media
Uno de los aspectos que rompe la tradicional creencia que afirma que la Edad Media fue un periodo decadente es el de la cultura. Aunque el control religioso era casi absoluto en el arte y la literatura, el medievo dejó importantes creaciones.
El arte medieval existió, no obstante, en los márgenes que le permitía la religión. Consistió en su mayoría en hagiografías (vidas de santos), reflexiones teológicas o filosofía cristiana, así como poesía mística o cantos épicos de caballería, como el Cid Campeador, siempre portadores de la simbología cristiana. Predominaron las pinturas y esculturas religiosas o con motivos bíblicos.
Muchos relatos y cantos populares paganos fueron prohibidos y suplantados por versiones “correctas” conforme al cristianismo, aunque en muchos casos esto simplemente consistió en revestir los relatos celtas y germanos con algún sentido católico y dejar sus estructuras intactas.
Entre los escritos que sobrevivieron a la labor vigilante de los religiosos se encuentran los relatos místicos y aquellos que trataban sobre la propia tradición judeocristiana. Otra temática que alcanzó gran popularidad fue la del amor cortés, sobre todo en lengua romance. Los grandes poemas épicos fueron típicos de la literatura germánica, con obras como Beowulf o el Cantar del Mio Cid.
Otros campos de las artes, como la pintura, la escultura o la arquitectura, también dejaron grandes obras, entre las que destacas de manera notable las grandes catedrales. Durante la Edad Media, el estilo fue evolucionando, aunque destacaron especialmente el Románico y el Gótico.
Otra forma literaria importante fueron los bestiarios, en donde se explicaban las distintas criaturas existentes en términos más o menos religiosos, echando mano a grandes dosis de fantasía e imaginación para ello.
El arte medieval pretendía instruir al pueblo analfabeto sobre la figura de Dios. Por tanto, el arte en la Edad Media se caracterizó por representar temáticas religiosas, tanto en la arquitectura, la escultura, la literatura como en la pintura, con el objetivo de transmitir el mensaje de Dios a la población.
Os recomendamos leer nuestras publicaciones en este Blog: La representación del mal en el arte medieval, La escultura románica como medio divulgativo religioso, Representación de la Epifanía en el arte del Camino de Santiago y La Adoración de los Reyes Magos en el arte románico hispano.
La ciencia y los avances técnicos en la Edad Media
Aunque el desarrollo de la ciencia, penalizado por la religión, no sea uno de los aspectos definitorios de la Edad Media, lo cierto es que si hubo ciertos avances. Lejos de la llamada edad oscura, este período histórico cuenta con una diversidad que no se encierra en el predominio de las concepciones religiosas en detrimento de la búsqueda por el conocimiento. Es durante la época medieval que se establece la compleja fusión de valores culturales romanos y germánicos.
Dado que el avance científico estuvo sometido durante el Medioevo al escrutinio de la Iglesia y la Inquisición, que consideraba cualquier interpretación aventurada como una herejía y era capaz de mandar a científicos e innovadores la hoguera por brujos, no fueron muchos los adelantos científicos de este período.
Sin embargo, la figura del alquimista, el supuesto hechicero que lograba manejar los elementos y descubrir secretos arcanos de la naturaleza, fue muy popular en la época, sobre todo en las regiones que tuvieron influencia del Islam.
La cultura islámica heredó a la europea sus conocimientos una vez que éstos pudieron ser digeridos sin el filtro del cristianismo mediante.
Si bien es cierto que en la Europa medieval prevalecía la copia y transcripción de las figuras clásicas de la antigüedad, siendo la investigación algo secundario, y generalmente vinculado al estudio de zoología o bien a la espiritualidad, no deberían obviarse los adelantos científicos propios del mundo árabe y que posteriormente serían poco a poco introducidos.
El avance científico se intensificó a finales de este periodo. Fue entonces cuando aparecieron nuevos movimientos ideológicos que fueron fundamentales para la llegada del Renacimiento. Además, algunos investigadores recogieron aportes de otros pueblos, como el árabe o el chino.
Los avances técnicos, centrados en lo práctico, sufrieron menos problemas con la Iglesia. Entre los más importantes se encuentran los anteojos, las brújulas, los arados metálicos, las primeras armas de fuego o los primeros relojes. Uno de los acontecimientos que, para muchos historiadores, marcaron el final de la Edad Media fue, precisamente, un invento: la imprenta. Gracias a ella, los escritos pudieron llegar a más personas y dejaron de ser un bien exclusivo solo del clero.
Un aspecto especialmente relevante es el movimiento conocido como Escolástica, surgido en el siglo XIII. Esta corriente aunaba la teología con la filosofía clásica con el propósito de coordinar la fe y la razón. Aunque en esta relación la fe siempre estaba por encima, lo cierto es que permitió el fomento del razonamiento y la reflexión, y de ella surgieron figuras relevantes de la filosofía como Santo Tomás de Aquino.
El ejercicio de la medicina y el tratamiento de las enfermedades en la Edad Media
Una parte importantísima de la alta mortalidad de esta época es debida a la deficiente manera en que se cuidaba de la salud y se combatían las enfermedades. Había un enorme desconocimiento del funcionamiento del cuerpo humano y su estudio era altamente perseguido. De esta manera, la lucha contra la enfermedad estaba perdida de antemano.
Muchos trastornos se trataban de forma deficiente e incluso el tratamiento utilizado podía empeorar el cuadro. El ejemplo más claro es el uso de la sangría o de las sanguijuelas, empleado frecuentemente para purificar la sangre. Lo que no se sabía era que ello también debilitaba en gran medida al paciente, pudiendo empeorar su estado y llevarle con mayor facilidad a la muerte.
Si bien se conocían propiedades medicinales de algunas plantas, su utilización no era frecuente. De hecho, muchas personas con conocimientos de este tipo fueron acusadas y quemadas o ahorcadas acusadas de brujería.
Sobre este asunto, os puede resultar interesante nuestro post: El ejercicio de la medicina en la Edad Media.
Por otro lado, las condiciones higiénicas en que vivía la mayoría de la población, eran mínimas, existiendo gran cantidad de piojos, chinches, pulgas y criaturas con potencial para contagiar distintas enfermedades. Ello generó grandes plagas, incluyendo la peste negra. Ver nuestros post: La higiene personal en la Edad Media y La peste en la Edad Media.
Mención aparte merece el tratamiento de los trastornos mentales. Inicialmente existía un tratamiento de carácter caritativo, pero con el transcurso de los siglos se consideraban determinados trastornos como posesiones demoníacas o efecto de la brujería, no siendo extraña la presencia de exorcismos, tortura o incluso de quema en la hoguera para liberar el alma de la persona de espíritus malignos.
La economía en la Edad Media
En los comienzos de la época medieval la economía estaba estancada. A partir del siglo IX la tierra era la principal fuente de riqueza. Con el surgimiento del feudalismo, en el que la clase alta minoritaria era propietaria de la mayoría de los feudos, se comenzó a explotar la tierra con el trabajo de la clase baja, formada por campesinos y esclavos.
A fines del siglo XI la producción agrícola se incrementó, debido a las condiciones climáticas que resultaron favorables en las temporadas de siembra y a los avances tecnológicos, como los molinos de agua y la rotación trienal de los cultivos. Como consecuencia, mejoró la alimentación de la población, disminuyeron la hambruna y las pestes y se produjo un gradual crecimiento demográfico.
La economía feudal se basaba principalmente en la agricultura. La agricultura fue un elemento fundamental para que los ciudadanos, concretamente los campesinos, tuvieran ingresos. Se efectuaba de forma inestable, además que sólo era de subsistencia y se elaboraba para el autoabastecimiento, es decir, para suministrarse a uno mismo lo imprescindible. La producción era baja, pues las técnicas de trabajo agrícola eran extremadamente rudimentarias. El arado empujado por bueyes era muy extendido en la agricultura.
Había monedas en la Edad Media, pero fueron poco utilizadas. El intercambio de productos y bienes eran comunes en la economía feudal.
El feudo fue la base económica de este periodo, ya que la tierra tuvo más poder que cualquier otra posesión.
Con el tiempo, el comercio recobró parte de su importancia. Con la producción de excedentes, los mercados fueron ampliándose. Los campesinos pudieron empezar a intercambiar y vender sus productos.
Además, empezó a potenciarse el comercio de larga distancia, centrado en los productos considerados de lujo.
La aparición de comerciantes fue uno de los factores que provocó que el feudalismo se debilitara y que la economía evolucionara hacia un sistema capitalista.
Un caso singular de comercio era, aunque minoritario, sin duda singular, pues estamos hablando del Tráfico de reliquias. El comercio sagrado de la Edad Media.
La Edad Media es un concepto eminentemente europeo. En otras partes del mundo, como en Asia o en América, las características de ese periodo cronológico fueron muy diferentes. A pesar de eso, al final del medievo los contactos con civilizaciones no europeas fueron ampliándose, muchas veces en forma de guerra. Por ello, para finalizar vamos a hacer un rápido repaso por la situación del mundo en la Edad Media:
En Europa, encontramos una sociedad feudal y cristiana. Aunque la expansión del Islam afectó a Europa de manera muy significativa.
Principalmente, era un mundo rural, y las enfermedades acechaban a la vuelta de cada esquina. Y es que las condiciones higiénicas y sanitarias, dejaban mucho que desear.
En España (la Iberia medieval), con la caída definitiva del imperio romano, en la península ibérica se establecieron reinos bárbaros que posteriormente fueron desplazados por los musulmanes. Este ir y venir de pueblos, hizo que el territorio, de lo que hoy se conoce como España, quedara dividido entre cristianos, judíos y musulmanes. Sin embargo, a pesar de sus diferencias, durante setecientos años se mezclaron sus culturas. Los pueblos cristianos que fueron desplazados al norte de la península, poco a poco se conformaron en pequeños reinos y condados. De esta manera, la medieval España se convirtió en una aglomeración de reinos que buscaban recuperar los terrenos ocupados por los musulmanes
Desde entonces, se desarrollará un ritmo de guerra y paz en la Edad Media de España debido a las batallas para ganar terreno entre el Reino de Asturias (que fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica después de la caída del Reino Visigodo) y los regímenes políticos de Al-Andalus. Unos de los sucesos en la Edad Media española es el movimiento de gente para la colonización del territorio a medida que se va ampliando hacia el sur. La convivencia entre estos pueblos cristianos era compleja y hasta complicada
Después de la conquista, España debía defender las zonas conquistadas por lo que comenzó el desarrollo de la feudalización donde los reyes repartían las tierras entre los nobles guerreros que habían intervenido en las batallas. Posteriormente, España sobrevive a la crisis de la Edad Media del siglo XIV y XV como el resto de Europa y comienza a florecer de nuevo en la segunda mitad del siglo XV para llevar a cabo acciones como la conquista de Granada (en el año 1492) y el descubrimiento de América dando por finalizada la Edad Media en España y comenzando la Edad Moderna.
En Al-Andalus. Desde el 711 hasta el 1492, la zona de Andalucía, en el sur penínsular, estuvo bajo el dominio musulmán. Tras su conquista, Al-Andalus pasó a formar parte del Califato Omeya. Hasta que se instauró el Emirato de Córdoba y posteriormente, el Califato de Córdoba. Éste, se disolvió en el 1031, y Al-Andalus se dividió en los primeros reinos de taifas. Después, llegó el período de los almorávides, los segundos reinos de taifas, la etapa de los almohades y los terceros reinos de taifas.
Pero la Reconquista Cristiana llegó, y los musulmanes fueron retrocediendo, hasta que en 1492 los Reyes Católicos consiguieron tomar Granada. Esto, supuso el fin del poder islámico en la Península Ibérica. Los musulmanes que no se convirtieron al cristianismo, acabaron siendo expulsados.
En Oriente europeo había dos grandes pueblos: los turcos otomanos y los mongoles. El Imperio Bizantino (cristiano), la parte Oriental del Imperio Romano, sobrevivió durante todo el medievo y parte del Renacimiento. En el siglo XII, comenzó la decadencia de este imperio, durante las guerras otomano-bizantinas, que terminaron con la caída de Constantinopla (la capital del imperio), en 1453. Durante el siglo XV, los turcos conquistaron el resto de territorios bajo dominio bizantino.
En África, desde el siglo VII, se produjo la expansión del Islam. Así, su cultura y religión se implantaron en el norte del continente africano. A través del Sahara, se fue propagando también el islam hacia el sur, así como hacia la costa oriental. Además, encontramos los Reinos del Sahel, en el sur del Sahara. Su poder, se basó en el control de las rutas comerciales del desierto. Entre ellos, podemos poner como ejemplos el Imperio de Ghana o el Imperio de Malí.
Y finalizamos dejando, por si fuese de vuestro interés, los enlaces a otros post publicados en nuestro Blog, relacionados con esta publicación:
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La dinastía de los Trastámara en los reinos hispánicos
Referencias
Manual de Historia Medieval. De García de Cortazar, J.A. y otro
La historia rural delas sociedades medievales europeas. De Alfonso, I.
La sociedad hispano medieval. Sus estructuras. De Carle, M.C y otros
La mentalidad actual y la mentalidad medieval a la luz de la literatura. De Regales, A.
www.arteguias.com/sociedadmedieval.htm
https://www.espanamipais.com/caracteristicas-de-la-edad-media-en-espana
https://psicologiaymente.com/cultura/edad-media
https://www.caracteristicas.co/cultura-medieval/