Una de las fiestas que cada vez va cogiendo más auge en el panorama de eventos de recreación histórica en Galicia, es sin duda “Vicus Spacorum”, que se celebra anualmente en la ciudad de Vigo. Concretamente, en el año 2018, y durante los días 15 y 16 de setiembre, celtas y romanos tomaron por séptimo año el Parque del PAU de Navia con un programa de actividades destinado para todos los públicos. Se trata de un evento que anualmente convoca a más de 40.000 participantes.
En primer lugar cabe recordar que Vicus Spacorum fue una antigua ciudad romana, situada en el casco histórico de la actual ciudad de Vigo (Pontevedra). Su origen se remonta a la época prerromana, dentro de la cultura galaica, ya que en el Parque del castro de la ciudad viguesa existe un castro galaico-romano, con casas circulares. Cuando el emperador Augusto incorporó al Imperio romano el noroeste de Hispania, durante las guerras cántabras de 27 a. C. a 19 a. C., el poblado galaico fue transformado en ciudad estipendiaria, adscrito hasta 15 a. C. a la provincia Lusitania, y desde esa fecha a la provincia Hispania Citerior Tarraconensis. Además, entre Augusto y Claudio I fue incluida en el conventus iuridicus Lucensis. Después de 74, se benefició de la concesión para todas las comunidades hispanas del ius latii minor por Vespasiano, transformándose hacia finales del siglo I en municipium. A partir de esa época, se produjo el desarrollo de una ciudad romana, en la que aparecen inscripciones, monedas romanas, cerámica romana y de tradición castreña, y una importante fábrica de salazones, para la producción de la salsa garum. Su desarrollo se vio favorecido por la construcción de la vía que comunicaba Bracara Augusta (Braga, Portugal), con Lucus Augusti (Lugo) por la costa, convirtiéndose en una de sus mansiones tal y como recogen el Itinerario de Antonino y el Anónimo de Rávena. Al final de la Antigüedad, sufrió los embates de los piratas sajones y francos, y, a partir de 409, fue incorporada al nuevo reino de los suevos.
En el terreno de la recreación histórica, destacó la presencia de cuatro asociaciones procedentes de Arde Lucus. Dos llegaron en clave romana y dos en clave celta.
Entre el gran número de actividades programadas hay que destacar las muestras de combate de época, la reproducción de bodas celtas, diversos talleres y diferentes propuestas de juegos. También se representó un asalto a las tropas pretorianas por parte de las tribus galaicas. La representación de enlaces matrimoniales romanos, luchas de gladiadores o juegos celtas música, exhibiciones de cetrería, exposiciones, bandas de gaitas, magia romana, desfiles de las legiones romanas y la amplia oferta gastronómica, fueron otros de los platos importantes organizados para que puedan disfrutar las familias. Por último no queremos olvidar las propuestas que hacían con sus productos los artesanos presentes en la fiesta.
Un evento al que si bien todavía nosotros no pudimos asistir personalmente, confiamos en poder hacerlo en la próxima edición, ya que nos parece muy interesante.