Hoy nos referimos a un evento que intenta asentarse en el mapa de fiestas de recreación histórica que tienen lugar en el Noroeste Penínsular.
Cambre, ayuntamiento próximo a la ciudad de A Coruña, celebró este año la IV edición de Galaicoi, una romería castrexo romana, durante los días 19 a 21 de julio.
La dimensión del municipio, incluso con la presencia en su casco urbano (detrás del edificio del Concello) de un castro, aún todavía sin excavar arqueológicamente, así como su rica vivencia a lo largo de los siglos, acreditan que esta localidad tiene muchas cosas que recrear de su pasado.
Los primeros indicios importantes que encontramos de asentamientos en la zona durante la prehistoria, se sitúan en la Edad de Hierro, con la existencia de varios castros, que, por lo general, se corresponden con la tipología general del mundo castrexo gallego. Entre dichos castros, destaca, por su grandeza y situación privilegiada el imponente Castro de Sigrás, en el que se encontraron petroglifos.
Y es en torno al mundo castrexo donde se van desarrollando una serie de leyendas. Así se cuenta que desde Iglesia de Santa María iníciase hay un túnel que la une con el castro, y sería utilizado por los monjes benedictinos para escapar en caso de peligro.
Se suele argumentar que había una vía romana que unía Farum (A Coruña) con Brigantium (Betanzos), algo que parece corroborado por el descubrimiento de una estructura romana, seguramente perteneciente a una “villae”, entre la Iglesia románica de Santa María y el Castro de Cambre. Se suele aceptar que la colonización romana en Cambre no supuso el abandono de los castros, seguramente por su posición estratégica.
En cuanto a la fiesta en sí, según fuentes municipales, se trató de la edición con mayor concurrencia, en torno a 12.000 visitantes.
A nosotros nos gustaron especialmente las representaciones teatrales, de altísimo nivel, así como la recreación de poblados en la zona del castro. Más desangelado resultó el resto de ubicaciones y actuaciones.
En todo caso, se trata de una fiesta todavía de tono menor, muy localista, en la que en nuestra opinión deben hacerse esfuerzos en aras de abrirlo a los visitantes de la Comarca, atrayéndolos con un programa más amplio de actividades y con un mayor y más selecto mercado de artesanos y puestos de gastronomía.
Se trata de una fiesta con muchísimo potencial por el posible público potencial que reúne en las proximidades, y por ser una de las pocas fiestas romanas que se realizan en Galicia, salvo error, la única en la provincia de A Coruña.