La combinación de un precioso entorno natural e histórico, y la realización de la «Feria Medieval de Noia», convierten a esta localidad en un punto indiscutible para disfrutar de las recreaciones medievales en tierras gallegas.
Noia, situada en la desembocadura del Tambre, asoma su presencia en relatos de varios historiadores latinos como Caio Plinio o Claudio Ptolomeo. Tras la entrada de los suevos, estas tierras quedan adscritas a la Sede episcopal de Iría Flavia, lo que facilitaría que tras el hallazgo de del cuerpo del Apóstol Santiago, naciera Portus Apostólica en el año 1168.
En posteriores entradas os iremos contando muchos de los encantos y motivos que hacen de Noia una villa única.
En la edición 2018 de la Feria Medieval, que hace la número XXI, discurrió coincidiendo con el 850 aniversario del citado Portus Apostólica. Circunstancia que sirvió de pretexto añadido para promocionar, si cabe una mayor envergadura y calidad en la programación de actividades durante los días de su celebración.
Lamentablemente, y como suele ser habitual, los intereses inmediatos están a veces reńidos con la sostenibilidad de este tipo de iniciativas, y que motivó que, nosotros, habituales asistentes todos los años, ante las enormes subidas de precios de los alojamientos, decidiéramos tomar con base un hotel en Porto do Son, pueblo cercano, lleno de encanto, playas y una gastronomía que engancha.
La Feria destaca por el gran número de participantes, por el hecho de que muchos de los visitantes lo hacen caracterizados, más o menos, al uso del medievo, pero sobre todo, en nuestra opinión, por la tremenda animación que continuamente transcurre por las calles. Un amplísimo programa de actividades de todo tipo tienen lugar en diferentes horarios. Además, para los más pequeños también existe una zona de juegos, amén de los tiovivos y norias repartidos por la villa.
Numerosos puestos de artesanos (y alguno que desentona, también hay que decirlo) recrean un mercado en el que es posible comprar calzado, vestimenta, complementos, bisutería, y otros artículos; hacerse un tatuaje temporal o estamparse un precioso dibujo de hena, hacerse unas trenzas, entre otras actividades no habituales el resto del año.
Domadores de fuego, malabaristas, seres fantásticos, toda una muestra continua de alegría y espectáculo que cautivan al público presente.
Esta pequeña presentación no es más que la primera de próximas publicaciones sobre La Feria Medieval de Noia. A lo largo del año iremos contando cuestiones de interés histórico, actividades, consejos, … Y como es obvio, llegado el momento os iremos informando sobre el contenido de la programación para 2019.