Exconxuraos, Llaneras

Dentro del programa de fiestas de recreación histórica que se celebran en Asturias, una de las que más tradición tiene es, sen duda, Exconxuraos, un evento que, en su edición del año 2018, tuvo lugar los días 29 y 30 de juno, y 1 de julio, en la localidad de Llanera.

El programa festivo de los Exconxuraos arranca el vienres 29 de junio, a las cinco de la tarde, con la apertura del mercadoy y el campamento medieval, en el recinto ferial. Durante los dos días se desarrollan un buen número de actividades, entre las que destacan: un pasacalles musical, exhibición de tiro con arco y de vuelo de aves rapaces, títeres para niños, talleres de maquillaje infantil, demostraciones y actuaciones varias. Cabe destacar la recreación histórica “Los Perxuraos de Llanera” y la cena medieval, en la que la mayoría de los comensales asisten vestidos da época. Casi a media noche se celebró el tradicional torneo medieval. El programa se completó con actuaciones musicales y el desfile de Exconxuraos, que recrea la peregrinación que los llanerenses tuvieron que hacer para ganarse el perdón. Para entender el contexto de esta recreación, seguidamente relatamos la historia.

Exconxuaros es una propuesta para viajar hasta la Edad Media, concretamente hasta el año 1408, para recrear la rebelión popular contra la Igrlesia, concretamente cuando los vecinos de Llanera se enfrentaron durante cuatro años, unidos en solidario movimiento de rebeldía, con su señor espiritual y temporal, el Obispo de Oviedo Don Guillén de Monteverde. Por esas fechas los vecinos de Llanera, sujetos al señorío jurisdiccional de la sede episcopal ovetense, cansados de soportar los agravios que recibían, de algunos de los comenderos de Don Guillén, se declararon en abierta rebeldía contra su autoridad. En respuesta a esa actitud, el Obispo pronunció sentencia de excomunión sobre los moradores del concejo rebelde. Los veciños ante la coacción episcopal hicieron caso omiso, manteniendo con firmeza la rebeldía por espacio de cuatro años. La comunidad rebelde quedó excluida del seno de la Iglesia, con todas sus consecuencias. Durante cuatro años enmudecieron las campanas de los templo y permanecieron cerradas sus puertas, no celebrándose oficios religiosos. En 1412 fallece Don Guillén, y aparece la iniciativa de reconciliación, sin saberse de quien, probablemente de los vecinos de Llanera, solicitándose apertura de negociaciones conciliatorias. Estas negociaciones dieron fruto, y la parte más significativa y la que en señal de penitencia mándase “a treinta hombres buenos” para que fuesen en un día de fiesta  a la Iglesia de San Salvador de Oviedo, participando según la transcripción literal “Della descalzos en sacos ou en jubones sen outra cobertura con senllas cordo cinguidas senllas candeas nas mans”.