Volvemos con nuestra inmersión en el mundo de las leyendas, y como es habitual las que encontramos en nuestro entorno, en tierras gallegas.
Hoy nos aproximamos a un personaje mitológico singular, “El Gatipedro”.
La figura del gatipedro es mencionada en diversos cuentos y relatos populares, siempre con esa mezcla de misterio y encanto que caracteriza a las leyendas gallegas.
¿Quién o qué es el Gatipedro?
La mitología y las leyendas, en todo el mundo, aparecen pobladas con numerosos animales, a los que se les atribuye, cualidades, poderes o características especiales, y que en muchos casos parecieran sacados de pesadillas o sueños extraños. Se trata de personajes que se caracterizan por describirse entre lo absurdo y lo inquietante.
Hablamos siempre de leyendas que fueron transmitidas fundamentalmente, de manera oral, y que han llegado hasta nuestros días como muestra de las creaciones, creencias y curiosidades de tiempos pasados.
El Gatipedro es una figura mitológica de Galicia que asusta a los más pequeños por la noche y hace que se orinen en cama.
Su nombre está formado por dos partes: “gati” (gato) y “Pedro”, un nombre tradicional gallego. El hecho de darle este nombre podría responder a una intención por parte de sus creadores, y que sería el humanizarlo o reforzar su presencia familiar.
El gatipedro es un animal, y como indica su propio nombre, sería un gato, pero no un gato normal, para ganarse un sitio en la rica mitología gallega tiene que ser un gato especial, en este caso hablamos de un gato de color blanco, que tiene como singularidad un cuerno oscuro (de color rojo) en la frente, por el que va echando agua mientras camina.
Se trata de un gato que pasa desapercibido hasta que acontece algo durante las noches, pues se cuenta que el gatipedro hace su aparición solamente en las casas en las que habitan niños o niñas pequeñas.
En estes casos el gatipedro accede a las viviendas de noche, mientras los más pequeños están durmiendo, de manera sigilosa, se dice que lo hace aminando sobre su propia lengua, no maulla en ningún momento y evita hacer ruido, para no ser descubierto.
Una vez en la habitación de los niños, empieza lentamente a soltar gotas de agua de su cuerno, generando así un goteo continuo que provoca que los niños, pese a estar dormido, oigan ese goteo del cuerno, lo que provoca que sueñen que mean, acción que realmente realizan, mojando la cama.
La única manera de evitar que el gatipedro entre en las habitaciones de los niños, es echar un poco de sal en las puertas de la habitación y al pie de las ventanas, ya qué, dado que nuestro protagonista accede al dormitorio de los pequeños caminando sobre su lengua, al entrar en contacto con la sal, le resulta altamente desagradable, lo que provoca que abandone el lugar y siga su caminata nocturna en otro lugar, y dejando así a los niños tranquilos, durmiendo y sin mojar la cama.
También se dice, en las historias contadas oralmente a lo largo de generaciones, que rezar un padrenuestro antes de dormir lo ahuyenta.
Visto lo visto, el gatipedro no sería en ningún caso el mejor amigo de los niños.
Interpretación de la leyenda del Gatipedro
Estamos hablando de un personaje mitológico, inexistente por definición, que fue descrito por primera vez por el escritor gallego Álvaro Cunqueiro, en su obra “Merlín y familia”, en el año 1955. Un libro en el que el insigne autor hace una generosa recopilación de historias mágicas que forman parte de la tradición oral gallega.
“O Gatipedro é un gato branco, que ten un corno escuro na fronte, e polo corno bota auga para facer mexar aos nenos.” (Merlín e familia, Ed. Galaxia)
Por otro lado, hay que tener presente que elementos como el cuerno que tiene el gatipedro en su cabeza, tiene un significado especial, y es qué, en muchas culturas, los cuernos están asociados a seres sobrenaturales, entre lo divino y lo demoníaco. En el contexto gallego, el cuerno es un símbolo de advertencia, un foco de poder mágico que transforma a un animal cotidiano en una criatura legendaria.
El cuerno vendría a representar lo mágico, la excepción, lo antinatural, el elemento definitivo que convierte a un simple gato en un ser mitológico.
Existen criaturas similares en otras mitologías. En Japón, por ejemplo, el Baku es un ser que devora las pesadillas de los niños. En el folclore europeo, los faunos y demonios suelen portar cuernos como signo de su naturaleza liminal.
Pero el Gatipedro tiene una función mucho más concreta y cotidiana: castigar a los niños que no controlan sus impulsos.
¿A qué puede responder la aparición del gatipedro?
Pues, como en muchos otros casos, seguramente tendría un componente o finalidad educativo o formativo, en el sentido de que se utilizaban estos personajes para enseñar normas de conducta.
En el caso que nos ocupa, el gatipedro tendría como objetivo aleccionar a los más pequeños para que controlasen la micción nocturna, por lo que, si superan el miedo a este personaje y son capaces de controlarse, el resultado sería que los niños y niñas habrían superado una prueba de madurez infantil.
Pensemos que encontramos personajes con objetivos parecidos, educativos y correctores de conductas, como el caso de los trasnos, que recordemos se dedican fundamentalmente a desordenar las casas, o las meigas, que emiten sus maldiciones desde las sombras.
En cuanto al remedio de la sal, volvemos a encontrar un elemento habitual, pues la sal es concebida en numerosas culturas como un elemento purificador, habitualmente, y entre otros usos, para conseguir alejar los malos espíritus.
Además, el hecho de que camine sobre su lengua le confiere a este ser una característica que lo diferencia todavía más de un animal real, situándolo entre este y un ser simbólico y mágico.
A diferencia de otras criaturas populares como la Santa Compaña o el Urco, el gatipedro ha quedado en un segundo plano, quizá por lo absurdo de su función. Sin embargo, su potencia simbólica es evidente: representa los miedos infantiles, el pudor, el aprendizaje y el castigo.
En algunas zonas rurales del interior de Lugo y Ourense, aún hay mayores que recuerdan el nombre de Gatipedro. Aunque ya no se utiliza como amenaza educativa, sigue vivo en la tradición oral, sobre todo en la generación de los abuelos.
El gatipedro y Álvaro Cunqueiro
Como decíamos en párrafos anteriores el primer autor que se refiere al gatipedro es Álvaro Cunqueiro.
Álvaro Cunqueiro, nació en la localidad lucense de Mondoñedo el 22 de diciembre de 1911, y falleció en Vigo el 28 de febrero de1981). Fue un reconocido poeta, periodista, gastrónomo, y narrador.
Fue un escritor polifacético, y su extensa obra literaria abarca los campos periodístico, poético, narrativo y teatral, así como trabajos de traducción.
Recibió el Premio Nacional de la Crítica en 1959. En 1961 ingresó en la Real Academia Gallega. Mereció el Premio Nadal en 1968, también el Premio Frol da agua en 1979; el Premio de la Crítica de narrativa gallega llegó también ese año. Como periodista, recibió el Premio Conde de Godó. En 1991 se le dedicó el Día de las Letras Gallegas.
Cunqueiro basaba su obra, principalmente, en la mitología: la griega (Las mocedades de Ulises), la de Bretaña (Merlín y familia), pero sobre todo de la gallega, su tierra.
Mezcla lo inventado y lo real, una especie de realismo mágico, pero a la gallega.
Además de la obra citada en párrafos anteriores, el gatipedro fue descrito por Álvaro Cunqueiro en su obra “Escola de menciñeiros” (Escuela de curanderos), publicada por la Editorial Galaxia en 1960. También es uno de los temas del libro de cuentos “Os outros feirantes” (Los otros feriantes) escrito en 1971.
Esta obra “Los otros feriantes”, nos habla de diferentes personajes: campesinos, emigrantes, marineros, etc, pero situados en un mundo fantástico. Introduce animales con sentimientos, como un ca ballo que se pone celoso cuando su dueño habla con otros, y donde cita a nuestro protagonista, el gatipedro.
Hay profesiones raras: proveedora de lunares; domadora de pulgas; partiquino de teatro (a la vez, madame de burdel y fotógrafo); cantero de instrumentos musicales de piedra; bordadora de pañuelos para muertos con inscripción.
En definitiva, Cunqueiro es un creador de un mundo muy original, brillante, y divertido, pero el lector debe saber dónde se mete. Hay que aceptar las reglas de un mundo donde realidad y sueño se mezclan.
Cunqueiro no solo lo describió, sino que lo integró en un contexto más amplio de la mitología gallega, destacando su importancia cultural y su simbolismo. Gracias a su trabajo, el gatipedro ha ganado reconocimiento y se ha convertido en una parte emblemática del folclore gallego.
“De niño, a los cuatro o cinco años de su edad, a Marcelino solía visitarlo ese animal de la fauna mágica gallega que se llama gatipedro. Y con las visitas del gatipedro, Marcelino Pardo se meó en la cama hasta que tuvo casi doce años cumplidos. El gatipedro es como un gato gordo, que no tuviese patas de atrás, y en medio de la cabeza tiene un pequeño cuerno. El gatipedro se arrastra hacia la habitación donde duerme un niño, y comienza a echar agua por el cuerno, que gotea en el suelo. El niño, en sueños, escucha el ruido del goteo, que parece invitarlo a orinar, y de hecho casi le obliga a ello. Eso, repito, le pasaba a Marcelino Pardo. El padre le pegaba, la madre desesperaba, los hermanos se burlaban de él, y lo mismo los compañeros de escuela a los que había llegado la noticia de las humedades nocturnas de Marcelino. Un médico de Betanzos les dijo a los padres que aquello era enfermedad, y recetó unas pastillas que no surtieron efecto. Marcelino lomó agua de ortigas, entre otros remedios considerados eficacísimos, y le pusieron sobre el riñon cataplasmas de huevo y lila. Nada sirvió de nada. I lasta que un curandero de cerca de Pontedeume indicó que quizás se traíase del gatipedro.
—Ahora —dijo el menciñeiro—, no acostumbra a andar por el país. La verdad es que desde la epidemia de gripe del año 18 apenas ha sido visto, y aunque haya habido mortandad entre- ellos alguno debe haber quedado en algún lugar acasarado.
El curandero explicó como era el gatipedro, y como para andar, se apoyaba, además de en las dos palas delanteras, en la lengua, que la tenía enorme, como de vaca, pero muy colorada y con dos puntas. Para echarlo de la casa en la cual moraba —y sin duda había un gatipedro en la casa de Marcelino Pardo—, bastaba con sembrar de sal gorda la entrada a la habitación donde dormía Marcelino. El gatipedro no aguanla el amargor de la sal, y viendo además que ha sido descubierto, se va con la música, con la música del goteo del cuerno, a otra parte.
Ya con este diagnóstico, los padres de Marcelino extendieron sal por el pasillo de la casa, y por la habitación hasta la cama donde dormía el rapaz. Y fue un éxito. Aquella misma noche, por vez primera desde que tenía cuatro años, Marcelino no se orinó en la cama. Y no volvió a hacerlo nunca más. Cuando llegó la de ir al servicio militar, que le había tocado Caballería de Farnesio, en Valladolid, por si había gatipedro por las Castillas, en la maleta llevaba cuatro kilos de sal fina para, llegado el caso, echar disimuladamente alrededor de su catre.
Pero, en Valladolid no había gatipedro, o estaba ocupado con el niño de un sargento o de un cabo furriel.
Con los años, Marcelino llegaba a creer que había visto el gatipedro, y cada vez, en las descripciones que hacía a los hijos y a los nietos, el animal era más grande, su lengua de casi una vara de ancho, y el cuerno daba agua como una buena fuente en el mes de marzo, que es cuando suelen abrir las fuentes, tras el lluvioso invierno”.
Alvaro Cunqueiro
Por último, indicar que, es tal la presencia del gatipedro en la cultura gallega, que encontramos diferentes eventos culturales, festivales y representaciones artísticas dedicadas a este personaje.
Está presente en la literatura, como nombre de diferentes iniciativas empresariales y culturales, es también el nombre de un juego de mesa, e incluso, en la Plaza del Humor, en la ciudad de A Coruña, encontramos una escultura que lo representa.
Además, y como recomendación para los visitantes que se acerquen por estas tierras, en Galicia, no podemos olvidarnos de la Senda Mitológica del Monte Viso, una ruta de senderismo circular, de fácil recorrido (apenas 3,5 kilómetros), donde además de un hermoso paisaje el visitante puede descubrir 11 maravillosos seres mitológicos gallegos, representados físicamente y con una penal informativo sobre ellos.
Pues en esta senda o ruta, además de otros seres, ya descritos en anteriores post nuestros, como: la coca, el Nubeiro, Breogán, las meigas, el Urco, encontraréis una representación del gatipedro.
Esta senda se encuentra a las afueras de Santiago de Compostela.
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Referencias
Los otros feriantes. De Cunqueiro, A.
https://blog.mundo-r.com/es/mitologia-gallega/
https://mitologiaiberica.fandom.com/es/wiki/Gatipedro
https://recetagallega.es/blog/o-gatipedro/
https://viajandoelmapa.com/senda-mitoloxica-do-monte-viso/