En nuestro recorrido por el patrimonio histórico artístico que podemos encontrar en tierras de Galicia, hoy vamos a dedicar esta publicación a conocer algo más sobre la Catedral de Santa María, en Lugo.
Este templo, que actualmente es la sede episcopal de la diócesis de Lugo, se encuentra en la plaza de Santa María, cerca del Palacio Episcopal.
Es un templo es de gran interés pues tratándose de una obra del románico gallego, muestra influencias francesas y compostelanas.
La catedral posee el privilegio papal de exposición permanente del Santísimo Sacramento que es sacado en procesión, de ahí que el cáliz y la hostia que aparecen en el escudo de la ciudad con la leyenda “Hic hoc misterivm fidei firmiter prifitemvr” (Creemos con fidelidad en este misterio), en referencia al misterio de la consagración del cuerpo de Cristo y que se trasladó al propio escudo de Galicia. Este hecho hace que se denomine a Lugo la ciudad del Sacramento.
Tiene el rango de Basílica desde el año 1896, y es Patrimonio Mundial de la Humanidad desde el año 2015, declarada por la UNESCO, como un edificio singular vinculado directamente al camino de Santiago y las rutas del Norte peninsular.
Historia de la Catedral de Santa María de Lugo
La Catedral de Lugo fue construida tras la evangelización de la ciudad tras la época romana, aproximadamente en el siglo I. Aunque no hay información exacta sobre que otros edificios pudieron estar ubicados en el lugar en el que hoy se asienta la Catedral, se sabe que anteriormente había un templo construido por orden del obispo Odoario, a mediados del siglo VIII. De hecho, sobre la puerta interior oriental de acceso al templo se puede ver una piedra con un acróstico medieval, podemos ver una referencia al mentado obispo, pues las primeras letras década línea forman la palabra “Odoar”.
Por un diploma de Alfonso II, fechado el 27 de marzo del año 832, conocido a través de una redacción posiblemente interpolada más tarde, sabemos que esa catedral era un edificio de gran belleza, por lo que el Rey Casto lo adoptó como modelo para construir la catedral de Oviedo.
El caso es que en las primeras décadas del siglo XII, el templo entonces existente no reunía condiciones suficientes, ya que había sufrido un incendio en el año 1027, y además las penurias como consecuencia de un pleito entre el conde Rui Obequez y Alfonso VI, en el año 1086, por lo que Pedro III encargó el proyecto románico inicial al Maestro Raimundo de Monforte era un edificio de tres naves, crucero y cabecera triabsidal.
Hoy en día se conocen los detalles de las capitulaciones que el arquitecto firmó con los canónigos gracias a una copia que realizó el canónigo Juan Pallares Gayoso en el año 1700. Así, se conoce que la obra fue ejecutada durante la prelatura de Pedro Peregrino, y que el maestro de obras recibiría doscientos sueldos, además de zapatos, vestidos, leña, sal, cera, y dos sueldos al mes para que comprase carne. El arquitecto aceptó las condiciones, comprometiéndose a trabajar en la obra durante el resto de sus días, y si moría antes de concluir el edificio, éste sería terminado por uno de sus hijos.
No se sabe mucho sobre el maestro Raimundo, pero sin duda debía tener conocimientos de la arquitectura languedociana, tal y como se refleja en esta primera fase del proyecto constructivo. Las obras de Raimundo se prolongaron durante aproximadamente veinte años, hasta mediados de siglo. Su proyecto inicial comprendía un templo de unas dimensiones modestas, con tres naves de seis tramos cada una, que remataban en tres ábsides semicirculares, y un crucero muy desarrollado.
Las obras para la construcción de la Catedral que podemos ver hoy en día, se iniciaron en el año 1129. Las obras rematarían casi 150 años después, en el año 1273. De ahí que en su construcción se detecte mezcla de estilos, incrementado luego con el paso de los siglos hasta la actualidad. Así vemos parte con estilos: románico, gótico, barroco, renacentista y neoclásico.
Durante la prelatura de Juan de Samos (1152-1181), las obras se ralentizaron, debido a las dificultades económicas del cabildo. En este momento debieron trabajar escultores llegados del taller del maestro Mateo, como evidencian algunos de los capiteles del muro septentrional, que sugieren un conocimiento del Pórtico de la Gloria. No obstante, la verdadera impronta de la fábrica compostelana debieron traerla los canteros que trabajaron en la cripta de aquel templo, que a su vez está relacionada con los talleres tardorrománicos castellanos del monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo, la iglesia de Santiago en Carrión de los Condes (ambas en Palencia), y la iglesia de San Vicente en Ávila.
Los dos últimos tramos de las naves se concluyeron durante bajo la dirección de otro maestro de obras cuyo nombre no ha trascendido. Aquí el influjo de la catedral de Santiago ya se hace evidente.
Durante los siglos posteriores las obras continuaron en la Catedral de Lugo, adentrándose en la estética del gótico. Esta cabecera plenamente románica fue sustituida por otra gótica con girola y capillas en el siglo XIV. Para ello se demolieron los tres ábsides del proyecto de Raimundo y realizando un amplio deambulatorio a la que se adosaron capillas góticas. En este momento se reconstruyó también la capilla mayor, que sustituyó a la primitiva estructura del siglo XI, y que posteriormente, ya en el siglo XVIII, fue ampliada.
En el siglo XVI se produjo la mayor evolución de la Catedral pues fue cuando se elevó el nártex de la puerta Norte, se construyó el retablo de la Capilla Mayor y se construyó la parte superior de la Torre de las Campanas.
En el siglo XVII hicieron obras en el retablo de San Froilán, se construyó el coro de madera de nogal de Francisco de Moure.
El siglo XVIII en su primer tercio supuso la consolidación del Barroco Compostelano dentro de la arquitectura del edificio, primero con la reconstrucción del claustro, ideado por Fray Gabriel de Casas originalmente o, pero donde destacó Fernando de Casas Novoa como principal maestro. La exuberancia decorativa que presenta este claustro se mezcla con el clasicismo propio de su concepción original, siendo considerado en su conjunto como una de las joyas de la arquitectura religiosa barroca de Galicia.
En este siglo también se hicieron reformas en la Capilla Mayor y la fachada del Buen Jesús, además de la construcción de una nueva fachada principal.
En el siglo XIX se acometió la última gran obra de la Catedral de Lugo: la elevación de las dos torres de la Fachada del Buen Jesús.
La Catedral se dedicó a Santa María, llamada la Virgen de los Ojos Grandes, actual patrona de la ciudad de Lugo.
Características de la Catedral de Santa María de Lugo
La Catedral de Lugo tiene una planta de cruz latina, con tres naves, crucero y girola con cinco capillas absidales. La cabecera es triabsidal.
Veamos con detalle las diferentes partes:
La nave central mayor se cubre con una bóveda de cañón apuntado, cuyos arcos fajones apoyan en unas semicolumnas adosadas que recorren los dos niveles laterales, correspondientes a las naves laterales y a la tribuna. Los arcos formeros son apuntados, y apoyan a su vez sobre medias columnas adosadas a los pilares.
Las naves laterales presentan cubiertas con bóvedas de arista. Sobre ellas se abre una tribuna, que recorre las tres naves en todo su perímetro.
La Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes es del siglo XVIII, obra de Fernando de Casas Novoa. Se encuentra en el centro de la girola. Con planta de forma de cruz griega, está cubierta, en el centro, por una gran cúpula de media naranja, y en los laterales por cuatro bóvedas gallonadas.
Su retablo es una de las mejores muestras del barroco gallego, obra de Miguel de Romay. En cuanto a la imagen de la Virgen se desconoce al autor, es de piedra policromada y su producción debió ser entre los siglos XII y XV.
La Virgen de los Ojos Grandes es la patrona de la ciudad de Lugo y la catedral está consagrada a su nombre. Su festividad es el 15 de agosto. Alfonso X el Sabio le dedicó su cántiga LXXVII, en la que describe la curación de una mujer que pidió a la Virgen la salud, que recobró en la propia catedral de Lugo, a los pies de la Virgen.
La Capilla de San Froilán fue fundada hacia laño 1480, aunque sería reformada, de estilo renacentista en el siglo XVII. Su arquitectura es muy sencilla, con una bóveda de cañón y pilastras adosadas a los muros.
La imagen del santo, tallada en madera, es obra de Francisco de Moure, aparece en un pequeño retablo ubicado en el testero. En la cabecera hay un sepulcro, conocido como de Santa Froila (madre de San Froilán). La tumba es del siglo IX y el sepulcro del XII, pero no se sabe si el destinatario es Santa Froila o el Obispo Odoario.
San Froilán es el patrón de la ciudad de Lugo. Nació en los arrabales de Lugo en el año 833 y fue obispo y patrón tanto de esta diócesis como de la de León. Su festividad se celebra el 5 de octubre. Según cuenta la leyenda, el santo introdujo en su boca brasas ardientes para aceptar el juicio divino a seguir por su vocación: la de eremita o la de predicador.
La Capilla mayor es del siglo XIV, queda a medio camino entre el gótico (el primer cuerpo) y renacimiento (el segundo cuerpo), aunque su estado actual es resultado de múltiples reformas.
Una de sus joyas más destacadas es el retablo mayor, obra de Cornelis de Holanda, dañado a consecuencia del Terremoto de Lisboa de 1755. Tras ello se decidió dividirlo en varios fragmentos, los dos mayores de los cuales se encuentran actualmente en ambos extremos de la nave de crucero.
Por detrás de la capilla mayor queda la girola o deambulatorio, que son góticos.
El coro se sitúa en el centro de la nave principal, siendo el único de todas las catedrales gallegas que se ubica en este lugar. Es posible que sustituyera a un coro anterior de factura gótica. Está formado por 27 puestos en el nivel bajo y 37 en el alto.
En las columnas de la sección alta, próximas a la cabecera, hay sendas cartelas en que lee:
- GOVERNANDO LA IGLESIA DE DIOS NUESTRO MVY SANTO PADRE VRBANO VIII SIENDO OBISPO DESTE SANTA IGLESIA EL ILUSTRISIMO DON ALFONSO LOPEZ GALLO (en la meridional), y
- REINANDO EN ESPAÑA LA MAGESTAD DE LOS REYES DON FELIPE IV Y DOÑA ISABEL DE BORBON (en la septentrional).
Es seis fragmentos de las tablas de relleno que separan la silla prelaticia de las inmediatas se lee:
- FRANCISCUS A MOURE GALLECUS CIVITATIS AURIENSIS INCOLA SCULTOR ET ARCHITECTUS INVENIEBAT ET SCULPEBAT HOC OPUS CUI ULTIMA MANUS ACCESI ANNO DOMINI 1624.
El coro de la Catedral de Lugo es para muchos entendidos la mejor obra de sillería del siglo XVII de España. Y ello por muchos motivos. Para empezar, porque es u n trabajo que transita entre el manierismo y el barroco, ya que, de alguna manera, el artista (Francisco de Moure) abrió la puerta del nuevo movimiento escultórico a Galicia.
Pero más allá del contenido artístico de inmenso valor, el coro lucense destaca por ser la única sillería catedralicia gallega que se puede ver in situ. Los coros de los demás templos fueron trasladados, pero el de Lugo se mantiene en el mismo lugar en el que empezó a construirse hace 400 años. La razón es que a lo largo de los siglos, el Cabildo y los lucenses, habituados a convivir y a usar la sillería, rechazaron la posibilidad de que se retirase a otro lugar.
La catedral cuenta además con dos órganos, uno de ellos neobarroco y otro de un diseño muy poco habitual.
El Tesoro catedralicio se encuentra en una de las salas de la sacristía. Las tropas napoleónicas saquearon la mayoría de las piezas a comienzos del siglo XIX. No obstante, se han conservado algunas piezas interesantes. También sobresale una importante colección de cálices que abarcan una cronología muy amplia, desde los siglos XV al XIX. Destaca la custodia del siglo XVII de Juan de Arfe, la corona de la Virgen de los Ojos Grandes y el relicario de San Froilán.
Hay quien opina que lo más valioso, dentro del estilo románico de la Catedral de Lugo es, sin duda, la puerta norte que se encuentra cobijado por un porche gótico. Fue realizada hacia el año 1170 y su buen estado de conservación se debe, en parte, a la protección que le otorga el citado pórtico que se construyó en el siglo XVI.
La portada norte, románica, se estructura en torno a un arco de medio punto enmarcado por tres arquivoltas y una chambrana que apoyan, las tres primeras, en sus correspondientes columnas con capiteles adornados con sencillas formas vegetales. Destaca el tímpano bilobulado con pinjante central a modo de capitel que lleva la escena de la Última Cena.
En medio del tímpano hay un precioso Cristo en Majestad inscrito en su correspondiente mandorla románica, obra de un maestro muy cercano al de Carrión de los Condes. Este Cristo en Majestad, el Pantrocrátor, estaría rodeado de un Tetramorfos pintado, que lamentablemente no se ha conservado. En el cimacio pueden leerse los nombres de cada uno de los apóstoles.
Un precioso dístico hexamétrico en latín, en las tres caras visibles del ábaco, describe la escena representada: la Eucaristía original, con san Juan Evangelista al lado de Cristo:
- DISCIPVLVS DOMINI PLACIDE DANS / MEMBRA QVIETI DVM CIBAT IN CENA / CELESTIA VIDIT AM(I)ENA (“El discípulo del Señor, plácidamente, dando sus miembros al reposo, alimentado, en la Cena, vio celestiales maravillas”).
Esta puerta norte además muestra una colección de herrajes románicos que unen los listones de madera de las puertas, tienen formas de tallos de los que emergen ramificaciones en forma de volutas y pequeñas puntas lanceoladas.
La fachada principal, tal y como se presenta en la actualidad, se realizó en el último cuarto del siglo XVIII.
La fachada oeste se divide en dos pisos y cinco calles, de las cuáles dos se corresponden con las torres laterales y las otras tres con las grandes portadas, que traducen al exterior las tres naves de la catedral. Las calles están divididas por medio de pilastras y columnas de orden gigante, que abarcan los dos pisos.
Las dos torres son simétricas y se levantan en dos cuerpos por encima de la altura de la fachada, coronándose por pequeños chapiteles. La fachada se remata con una balaustrada barroca, sobre la cual se encuentran las figuras de los cuatro evangelistas y, en el centro, una alegoría de la Fe.
La torre vieja se encuentra en el lateral norte de la cabecera de la Catedral, junto a la portada del crucero. Es el primitivo campanario de la Catedral. Su construcción data del siglo XIV, aunque sería ampliado dos siglos más tarde, pero manteniendo una estética unitaria de estilo gótico.
La torre campanario se estructura por medio de tres cuerpos, los dos inferiores de planta cuadrada, y el último octogonal. Los dos últimos fueron realizados siguiendo las trazas de Juan de Arce.
El conjunto Catedralicio se completa con el claustro, adosado en el lienzo del muro de la epístola en el siglo XVIII, de un cuerpo único y planta cuadrada, y las viviendas para canónigos edificadas en la esquina sudoeste del templo.
En la Plaza de Santa María se ubica un crucero de fecha desconocida, en la cabecera de la catedral, al lado de los ábsides, en el tramo que va entre la torre-campanario y la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes.
Estilos artísticos en la Catedral de Lugo
Como decíamos en párrafos anteriores, la Catedral de Lugo muestra, como es lógico por los siglos transcurridos, aportaciones asimilables a diferentes estilos artísticos.
Así, podemos decir que son románicos los paramentos verticales y bóveda de la nave del crucero, lo mismo que la mayor parte de la nave mayor, laterales y triforio, cuyas bóvedas fueron rehechas en el siglo XVIII.
Góticos son el primer cuerpo de la capilla mayor y la girola con sus capillas absidales adosadas, exceptuada la central, así como las antiguas de Santo Domingo de los Reyes y San Froilán, que actualmente forman la llamada del Pilar, además del primer cuerpo de la torre de las campanas y el nártex o pórtico norte.
Renacentista es el segundo cuerpo de la capilla mayor y la actual capilla de San Froilá.
Al Barroco pertenecen la sacristía, la sala capitular, el claustro y la capilla central de la girola, llamada de los Ojos Grandes. La sacristía y la sala capitular son obra del arquitecto gallego Domingo Antonio de Andrade.
En cuanto al claustro, la parte inicial es obra de Fray Gabriel de las Casas: monje benedictino, maestro de obras de San Martín Pinario en Santiago de Compostela. Este claustro sería finalizado por el arquitecto gallego Fernando de Casas Novoa, quien además, trazaría la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes.
Al Neoclásico pertenece la fachada principal diseñada por Julián Sánchez Bort en 1769, para sustituir la románica, deteriorada.
Museo diocesano Catedralicio de Lugo
La Catedral alberga el Museo Diocesano.
Este museo fue creado en el año 1918, y es por tanto el decano de los museos gallegos. Se localiza en la Catedral desde el año 1995, alojándose en unos espacios únicos: el Claustro, la Sala Capitular y la Antesala de Archivo y el triforio catedralicio.
En el interior se pueden ver restos arqueológicos de las culturas peninsulares hasta la irrupción de Roma en Galicia. También se encuentran obras simbólicas de catolicismo, como el Crismón de Quiroga y los restos del tempo de Santa Eulalia de Bóveda.
En otra sala muestra la evolución de imaginería mariana, del románico al gótico.
En la Sala Capitular y la Antesala del Archivo se centraliza una pinacoteca, con obras de diferentes autores.
Algunas curiosidades sobre la Catedral de Lugo
Veamos algunas cuestiones singulares:
- Las torres de la Catedral de Lugo, como el resto de la fachada, fueron construidas con un impuesto sobre el vino que estuvo en vigor nueve años, entre 1764 y 1773. Hasta que una protesta de los bebedores paralizó la medida. La tasa era de dos maravedíes por cuartillo de vino.
- La ciudad de Lugo, y su Catedral recibieron un ilustre rey, Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia, quien estuvo en la ciudad en el año 1719, alojándose muy próximo a la Catedral. Pues bien, este monarca pidió al cabildo autorización para que las campanas dejasen de tocar antes de las ocho, ya que le interrumpían su sueño. Su propuesta es que solamente se tocara una campaña pequeña, llamada esquilón. Señalar que el cabido aceptó la sugerencia.
- Una puerta románica de la Catedral de Lugo, camino de ver la luz tras 300 años tapiad El proyecto de reforma del claustro barroco apuesta por recuperar el acceso del siglo XIII, que permitiría mejorar la circulación en el templo. Hace 300 años los maestros Fray Gabriel de las Casas y Fernando de Casas Novoa fueron los encargados de dirigir la construcción del claustro barroco de la Catedral de Lugo. Dieron vida a un imponente patio que transformó el entorno y que implicó también cambios en el propio templo. Decidieron cegar las ventanas y la puerta románica que conectaban el antiguo corredor con la nave derecha de la Catedral, llamada la nave de la Epístola, atendiendo a las necesidades que en aquel momento existían. Tres siglos después, esa puerta románica puede salir de nuevo a la luz. El proyecto de restauración del claustro, promovido por la Xunta de Galicia contempla desmontar una parte del muro barroco para dejar de nuevo a la luz la puerta románica, que data del siglo XIII.
Conclusiones
La Santa Iglesia Catedral Basílica de Lugo, edificio central de la Diócesis de Lugo localizado en el interior del recinto amurallado, es considerada como una de las “joyas” de la arquitectura histórica de Galicia, destacando por ser una delicada amalgama de estilos, donde el Románico inicial del siglo XII se mezcla, sin perder armonía, con el Barroco de los siglos XVII y XVIII, uniendo en su conjunto obras del más puro Renacimiento gallego o el Neoclasicismo que impregnó los principales edificios de España durante los siglos XVIII y XIX.
Es una visita siempre recomendable, apreciación, por cierto, ampliable a toda la ciudad de Lugo, así como determinados centros de interés en su entorno: Castro de Viladonga, Mondoñedo, Monforte de Lemos,…
Referencias
La Catedral de Lugo. Colección Obradoiro VII. De Vázquez Saco, F.
El coro de la Catedral de Lugo. Santoral e iconografía. De Guerra Mosquera, J.
https://arteguias.com/catedral/lugo.htm
https://www.asturnatura.com/turismo/catedral-de-lugo/1679.html
https://www.diocesisdelugo.org/la-santa-iglesia-catedral-basilica-de-lugo/