En la hermosa villa de Muros el visitante se sorprenderá gratamente con una excelente joya que se erige en lo alta de la misma.
La iglesia Parroquial de Muros, antiguamente conocida por Colegiata de Santa María del Campo está construida sobre una iglesia románica datada en el siglo XII. Hoy forma parte de la iglesia parroquial de San Pedro de Muros.
La iglesia de Santa María del Campo empezó a construirse en el siglo XIII, pero de sus elementos románicos apenas quedan restos en su composición actual, ya que cuando se le concede a Muros, por bula papal en el año 1500, por parte del entonces Papa, Alejandro VI, el derecho a una Colegiata, ésta se sitúa provisionalmente en la iglesia de San Pedro, pero inmediatamente se iniciaron las obras para acondicionar la iglesia de Santa María para que estuviese a la altura de dicha dignidad. El hecho de nombrarla colegiata le da el derecho a contar con un prior y diez canónigos y hay que enmarcar este acontecimiento con el apoyo dado por el Arzobispo y por la Corona (Reyes Católicos) para el reconocimiento de la importancia de una villa que contaba con el principal puerto del Noroeste peninsular. Esta dignidad de Colegiata se mantendría hasta el año 1840 en que se convertiría en Iglesia Parroquial.
El edificio actual fue mandado construir por Santiago Lope de Mendoza, en la primera mitad del siglo XV tal y como nos informa una inscripción en la puerta principal: “Arcibispo Don Lopo (de Mendoza) a mandou facer”.
Se trata de una iglesia de una única nave rectangular, y que se divide en cinco tramos. La capilla mayor se encuentra en la cabecera con una bóveda de crucería. El techo es de madera, con cubierta a dos aguas, apoyado sobre arcos apuntados. Como sucedió con todos los templos, la iglesia tuvo sucesivas remodelaciones y y ampliaciones. El visitante pude identificar fácilmente como se abrieron sobre arcos que las comunican a modo de naves laterales, y que se concretaron en ampliaciones, con varias capillas (las tres capillas del lado del evangelio y la del Rosario) entre los siglos XV y XVI. Todavía se observar las antiguas luces, hoy selladas de cuando la iglesia tenía una sola nave central. A los pies de la nave se encuentra la tribuna sobre tres arcos apuntados, que se apoyan a los lados en ménsulas y en el centro en columnas adosadas de capiteles y animados. En consecuencia la iglesia que podemos ver en la actualidad es fruto de varias remodelaciones, apreciándose algunas partes barrocas en la torre y en el pórtico, del siglo XVIII, aunque el estilo predominante es un gótico que no es una variante local, como pudiera pensarse, sino un estilo con personalidad propia y que ha venido en llamarse gótico marinero.
La nave de la iglesia, como decíamos antes, divida en cinco tramos, tiene una gran luz -abertura- y se encuentra apoyada sobre sobre columnas de fuste corto. Esto crea la sensación de quilla de barco invertida tan característica. Las columnas incluyen distintos motivos, geométricos, vegetales o historiados. Esta forma tan peculiar, es un símbolo que sin duda une la religión con un pueblo ligado al mar.
Entre los capiteles hay que destacar uno muy característico, todavía no datado, con una representación de San Francisco entre lobos.
En la fachada hay una puerta con tímpano liso bajo arco de medio punto, con columnas de capiteles vegetales en las jambas. Encima, un rosetón gótico, con bolas y hojas cuadrifolias con aspecto de cabezas de clavo en las arquivoltas. Cubre la puerta un porche sobre pilares octogonales. A la izquierda de la fachada se eleva la torre barroca, construida entre 1757 y 1758, por iniciativa del gremio del mar, y que tiene una balaustrada pétrea en el cuerpo de las campanas. La campana más grande de esta iglesia, que aún hoy en día repica en su campanario, fue un regalo de Montero Ríos, e hizo el viaje hasta aquí en un carro de vacas.
Además, en la fachada se abre un pórtico cubierto que cubre la entrada principal, y delante del mismo se extiende un dilatado y hermosísimo atrio donde en la Edad Media se reunía el Concejo que gobernaba la villa.
Del templo primitivo se conserva la portada principal de acceso, con arquivoltas semicirculares sobre columnas acodilladas, el rosetón gótico, el tímpano, apoyado en mochetas, algunos canecillos y muchos de los signos lapidarios gremiales grabados en los sillares.
En la decoración de una de las capillas se observa, aunque para ello es necesario que sea iluminada directamente, una estrella formada por peces, sin duda una singularidad artística en un edificio de este tipo.
Entre los elementos que guarda en su interior sin duda la estrella, por tratarse de un elemento único, ya que solo hay algún otro, muy ligeramente parecido en la Normandía y Bretaña francesa, es la pila para santiguarse, la conocida como pila de la serpiente. Y su excepcionalidad no reside en su datación, materiales o técnicas empleados, sino en el hecho de la aparición de una serpiente en la misma. Algo que por si mismo aparece en otras ocasiones, enroscadas en el fuste que sostiene la pila bautismal, o modo de cordón en su contorno exterior, pero en este caso, la serpiente aparece en el interior.
Hay que recordar que en el mundo pagano la serpiente es considerada como dadora de vida, sanadora de enfermedades, portadora de la sabiduría; sin embargo, por el contrario, en el mundo cristiano, es la representación del mal, del demonio y del pecado. Nada más entrar al templo por su puerta principal, el visitante queda asombrado, al encontrar en la Pila, una antigua pila bautismal románica, una serpiente enrollada dentro de la misma es forma de espiral y sumergida en su totalidad debajo del agua bendita. (En la actualidad no tiene agua por las medidas tomadas con motivo de la pandemia que estamos padeciendo). Es fácil reconocer incluso las partes de la cabeza de animal representado, sus ojos, su boca, dientes,…
Esta representación hay que entenderla en el contexto de la asunción de que el agua bendita era purificadora, limpiaba todo pecado, pecado que estaba representado por la serpiente, con lo que el mensaje que transmitía la Iglesia con esta escena es la del pecado sometido por el bien, el agua bendita.
Para algunos autores también podría entenderse una interpretación pagana, ya que al considerar a la serpiente como animal portador de la sabiduría, al sumergir nuestra mano en la pila para coger un poco de agua, quedaríamos impregnados por esa sabiduría.
Para los interesados en visitar la villa y disfrutar de este magnífico templo, deciros que la iglesia se encuentra en la parte alta del casco histórico
La villa de Muros fue fundada, según parece, por el rey Sancho IV el Craso en el siglo X. Pero esto no quiere decir que no existiera en este emplazamiento una importante población, como lo demuestran los restos prehistóricos descubiertos en diversos lugares, especialmente las estaciones de arte rupestre de la Edad del Bronce o los restos de la calzada romana frente a la isla de A Creba.
A finales del siglo XIII dejó de ser villa realenga para pasar a depender de la Sede Compostelana, por una concesión de Fernando IV que la cambió por la plaza de Tarifa. El escudo del ayuntamiento conserva los emblemas de Castilla y León como recuerdo de su dependencia de los soberanos de aquellos reinos; las dos vieiras, que acompañan a una carabela, se refieren a su dependencia compostelana.
En el año 1452, el rey de Castilla, Juan II, lo cita como uno de los más grandes puertos de Galicia, habilitándolo para exportar e importar. En él cabían más de 50 barcos, según el relato del cardenal Hoyo, que lo visitó en el siglo XVII. Poco antes, en el 1544, la boca de la ría fue escenario de la batalla de Muros, en la que la escuadra francesa fue derrotada por la española, mandada por el almirante Álvaro de Bazán.
En la guerra de la Independencia padeció un terrible ataque de las tropas napoleónicas que destrozaron la villa en poco más de doce horas. Aquí nacieron los tres famosos obispos del mismo nombre: Diego de Muros. El más conocido fue Diego de Muros II, secretario del cardenal Mendoza. Él fue quien les dio a los Reyes Católicos la idea de hacer el Hospital Real de Santiago, actual Hostal de los Reyes Católicos, y quien fundó, en 1501, el Estudio de Humanidades que daría origen a la Universidad compostelana.
El visitante podrá comprobar que Muros es una de las villas medievales mejor conservadas de Galicia, pudiendo disfrutar además de su patrimonio natural en torno a la hermosa ría que la acoge, su excelente gastronomía, clima agradable y el calor humano de sus habitantes, con elementos arquitectónicos además de la explicada Iglesia de San Pedro. Hay que decir que la villa de Muros fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1970 El legado medieval se hace evidente en cada rincón, en sus callejones laberínticos y nobles viviendas, así como en edificios singulares, además de la ya comentada iglesia de San Pedro, hablamos del Molino de Mareas do Pozo de Cachón, del siglo XIX y que como curiosidad señalar que se utilizaba para aprovechar la energía de los flujos de las mareas. Y por si fuera poco, hay muchas más alternativas para pasar una jornada inolvidable, por eso os recomendamos disfrutar de la visión de las preciosas viviendas de la zona histórica construidas con sillares de piedra y amplias galerías porticadas en la parte baja y balcones corridos en la parte superior, la Plaza de Santa Rosa con su bello crucero del siglo XVIII, la antigua fuente de A Xesta, La Pescadería Vella, el Santuario de la Virgen del Camino. Incluso petroglifos, datados en torno al 2000 a.C., descubiertos en diversos lugares de Muros, lo que convierte a esta villa en una de las principales estaciones rupestres de Galicia. La mayoría de ellos pertenece a la Edad del Bronce y representan círculos aislados, que pueden relacionarse con representaciones solares, o unidos con otros dibujos que se relacionan con temas de fecundidad.
El Santuario de la Virgen del Camino, de estilo gótico, siglo XV, acoge una imagen de la Virgen que, según la tradición, llegó por mar y fue encontrada en una playa vecina. La fachada principal tiene adosado un edificio que correspondió al antiguo Hospital de Lazarados. El conjunto de la obra fue declarado recientemente Monumento Nacional. Esta edificación también funcionó en un tiempo como lugar de acogida para los peregrinos que desde Compostela se dirigían a Finisterre.
Y por último informar, o si no fuese el caso, recordar a los atentos lectores que en el entorno próximo de Muros hay otras localidades como Noia que merecen también una visita de la que sin duda saldréis altamente satisfechos.
Si deseáis hacer una visita guiada en Muros podéis consultar las alternativas en https://www.murosaugaesal.com/tiempo/iglesia-de-s-pedro-centro-de-visitantes/