Completamos las dos entradas anteriores sobre la vestimenta en la Roma antigua para hombres y mujeres, con unas breves notas sobre la “moda infantil”.
Cuando nacían los bebes eran fajados, para que sus miembros crecieran rectos y armoniosos. Cuando la edad lo permitía, los pañales eran sustituidos por el subligar (una especie de taparrabos), sobre el que se podían poner:
- la túnica recta, una pieza de forma rectangular cosida por ambos lados y con aberturas para los brazos y la cabeza, adornada normalmente con un ribete alrededor. A veces la ceñían con un cingulum. Cuando el niño entraba en la edad adulta, en torno a los 16 años, dejaba la bulla y sus juguetes y pasaba a vestirse con la túnica pura.
- la toga, vestido nacional romano, que consistía en una gran pieza de tela (de diferentes tamaños para pequeños y adultos) adornada con una franja de color púrpura (toga praetexta), similar a la que llevaban los magistrados. Esta prenda resultaba muy incómoda y solo se utilizaba en las grandes ocasiones. Se les vestía con esta toga hasta los 16 años. La toma de la toga viril por los jóvenes daba lugar a una ceremonia religiosa y familiar, ya que marcaba el paso a la edad adulta y el acceso a los derechos del ciudadano.
En cuanto a las niñas, vestían de una manera más sencilla, con una túnica ajustada por un cinturón, y cubrían su pies al salir a la calle. Para las chicas o existía un rito e paso de niña a adulta, más allá del propio matrimonio.
En todo caso, la ropa de los niños era sencilla: los chicos llevaban túnicas hasta las rodillas con un borde carmesí y las chicas llevaban una túnica atada a la cintura. Cuando una niña salía a la calle, llevaba una túnica larga hasta los tobillos. Tanto niños como niñas llevaban un medallón llamado bulla, un amuleto para protegerlos de los malos espíritus, en un cordón o cadena colgando alrededor del cuello.
Para los hombres existía un período de adolescencia hasta el principio de la veintena, entre la niñez y el matrimonio, lo cual era a menudo, al menos en la tradición, un tiempo dado al comportamiento libertino. No existía el mismo período en el caso de las mujeres, que directamente pasaban de hijas a esposas.