La sociedad medieval fue durante siglos una sociedad básicamente rural, en la que la mayoría de su población estaba formada por los que trabajaban el campo, y que además de padecer las penurias de la difícil vida en aquellos tiempos, tenían que servir y sostener al resto de estamentos. Vamos a saber algo más sobre la vida de los campesinos en la Edad Media.
La sociedad medieval se conforma según un esquema tripartito: unos trabajan y de su trabajo viven los demás. Otros tienen la función de defender la tierra y los últimos rezan. Los tres grupos se necesitan y sus funciones son complementarias, pero el trabajo de unos y otros no tiene el mismo valor.
Por otro lado, la economía feudal se fortaleció por medio del proceso del autoabastecimiento, dado que en el terreno de cada feudo se podía cultivar la tierra, criar ganado, cazar y obtener los recursos naturales que produce la tierra.
Vamos a intentar hacer hoy una aproximación a la vida de los campesinos en la Edad Media, pero teniendo presente que aunque la imagen más difundida nos habla de una visión unitaria y homogénea de toda la Edad Media, esto es algo incorrecto pues nada tenía que ver la vida en el siglo IX o en el siglo XIII, por poner un ejemplo.
Evolución durante la Edad Media de la figura del campesino
Las “Partidas, de Alfonso X de Castilla, definen a los campesinos como los “que labran la tierra e fazen en ella aquellas cosas por las que los omes han de bivir e de mantenerse”. No cabe duda de que con esta definición podemos considerar al campesinado como la fuerza fundamental del trabajo en la sociedad medieval.
En los reinos hispánicos, el pequeño propietario libre surgido en los siglos iniciales de la Reconquista va lentamente perdiendo su propiedad y cae bajo la dependencia de un noble o de un centro eclesiástico, a través de diversos medios, que éstos utilizan para incrementar sus bienes:
- Un préstamo hecho en años de malas cosechas y no devuelto a tiempo, se saldará con la entrega de la tierra del campesino, lo único que éste posee.
- Ésta servirá igualmente para pagar las multas judiciales, para hacerse perdonar delitos en los que el señor o los clérigos son los jueces.
- Con la tierra se pagarán los tributos que el señor tiene derecho a cobrar.
- Otras veces, no será la presión económica sino la política o militar la que lleve al campesino a entregar sus tierras: necesidad de protección, incluyendo la necesidad de salvar el alma.
- Incluso hay ejemplos de campesinos obligados a vender porque sus tierras están en zonas cuyo control interesa a un noble o monasterio (concentración de parcelas dispersas).
Privado de su tierra, el campesino se ve obligado a ofrecer su trabajo a un propietario, que le entregará en usufructo una parcela o su antigua tierra a cambio de que reconozca el señorío, aceptando su dependencia mediante el pago de ciertos tributos y el cultivo durante ciertos días al año de las tierras que se reserva el señor (reserva dominical). Podemos hablar ya de campesinos dependientes.
En la Alta Edad Media no hay una autoridad política central que sustituya a la de la desaparecida Roma, sino que se irán formando por toda Europa diferentes reinos que crearán un nuevo modelo, el feudalismo, que se irán consolidando durante estos siglos. El feudalismo se basaba en una serie de relaciones de fidelidad (vasallaje) entre diferentes personas. El feudalismo fue el régimen imperante hasta el siglo XII, cuando aparecieron las primeras ciudades de la época.
Entre los siglos XI y XIII se da un período de incremento demográfico y expansión agraria, lo que propicia el aumento de medianas y pequeñas explotaciones en terrenos de frontera o nueva explotación, mayor nivel de libertad entre campesinos, mayor fluidez en relaciones sociales. Pero también, el poder de la nobleza produce una concentración de propiedad de la tierra que absorbe antiguas propiedades de un campesinado libre, provocando una merma en la libertad de los campesinos, el incremento de las relaciones de servidumbre, y el pago de rentas y censos.
Tipos de campesinos en la Edad Media
Un campesino por definición es alguien intrínsecamente ligado a la producción agrícola. Esto es, cualquier persona que se ocupa de la agricultura, ganadería, la trashumancia, las artesanías relacionadas con la agricultura u otras ocupaciones similares. Esto incluye a las personas indígenas que trabajan la tierra.
Los campesinos en la Edad Media representan al grupo poblacional más grande de esa época, en torno al 90%. Pertenecían al estamento no privilegiado. Además, no fueron personas libres durante algunos períodos dela Edad Media, pues durante la Alta Edad Media, la mayoría eran descendientes de colonos romanos, cuyo origen estaba en la situación de crisis que padeció Roma durante los siglos III y IV y que obligo a muchos ciudadanos romanos a renunciar a su libertad y emigrar al campo buscando refugio y protección, que conseguía aceptando trabajar la tierra en los señoríos de los nobles terratenientes.
Con el tiempo, estas figuras de servidumbre se convirtieron en la base del sistema feudal y pasaron a estar reglamentadas en el derecho de gentes del Medievo. Los campesinos se convirtieron en la fuerza de trabajo de esta época y el principal motor económico de la sociedad medieval.
Sin embargo, no todos los campesinos eran propiedad de los señores dueños de la tierra. Había por lo menos tres tipos de campesinos:
- los siervos de la gleba eran campesinos que estaban sujetos a una relación de servidumbre constituida mediante un contrato que le obligada a su servidumbre, y la de su familia y descendencia. Pese a esta situación, muy similar a la esclavitud, el siervo de la gleba era considerado un hombre libre, y por lo tanto no podían ser vendidos como mercancía, ni sus señores tenían derecho de vida y muerte sobre ellos, pero tampoco podían abandonar las tierras de su señor. Se dedican a la agricultura fundamentalmente, y el señor les permitía a sus siervos vivir en sus tierras, construir sus viviendas allí y trabajar la agricultura, además, les ofrecía protección en caso de necesitarla. Los siervos se comprometían a pagar tributos, entregando parte de sus cosechas, y servir en los ejércitos de su señor en caso de que se lo requiriera.
- los villanos eran campesinos libres, con una condición jurídica muy diferente a la de los miembros del grupo anterior. Trabajaban tierras que no eran de su propiedad a cambio de pagar un impuesto o tributo muy alto. Además de estos pagos, debían cumplir la corvea, consistente en la obligación de trabajar la tierra del señor feudal sin recibir pago o salario ninguno.
- los esclavos eran propiedad del señor feudal. El número de esclavos era muy inferior a la de la romana.
Los siervos podían servir a señores de alta o baja nobleza, alto clero o monasterios.
Además de trabajar la tierra y atender los rebaños de los señores, los campesinos que poseían una producción propia, estaban obligados a pagar impuestos o feudos a sus señores.
Otra obligación de los campesinos, que estaba asociada más con el vasallaje que con la servidumbre, era la de acudir en auxilio de su señor cuando este lo requiriese, por lo que debían formar parte de sus ejércitos y sus bienes también podían ser tomados para ser usados en la guerra.
El trabajo del campesino durante la Edad Media
Como decíamos en párrafos anteriores, su función era principalmente prestar sus servicios en el ámbito de la agricultura. Y en este sentido, roturar nuevas tierras era una operación muy corriente en toda la Alta Edad Media, cuando se agotaban las tierras de cultivo había que abandonarlas y crear nuevas para mantener el nivel de rendimiento, esto era inevitable ante la falta de abonos.
Sin embargo, ante el aumento de población, la roturación de nuevas tierras se convirtió en una necesidad aún mayor. Se puede decir incluso que la ampliación de nuevas tierras fue la gran expansión económica del siglo XII.
La escasez fue el auténtico motor de este proceso, llevado a cabo sobre todo por los hijos que no podían encontrar alimentos en las tierras familiares, a pesar de los progresos técnicos.
Al principio se roturaban las tierras aledañas a la aldea. Esta fue también la forma más común de aumentar tierras de cultivo, pues el señor podía controlarlas y así aumentar sus beneficios.
Otro caso fue el de las roturaciones en núcleos de población nuevos, se elegía un pequeño claro dentro de una zona forestal y desde el interior se empezaba a suprimir todos los obstáculos naturales, aquí tenemos, además, el principio de la futura deforestación de Europa Occidental. Este modelo, sin embargo, se especializó en recolección forestal y pastoril, sobre todo ante las nuevas demandas alimenticias de carne, madera, lana, etc…
La forma de expansión que más conocemos, al estar muchas documentadas por escrito, fue la fundación de nuevas tierras. Éstas, sin embargo, fueron promovidas por los señores, en tierras de su propiedad pero que ocupaban el yermo (tierras no aptas para la agricultura). Aquí, sin embargo, el interés del señor iba dirigido más al aumento de tributos y derechos de justicia, que de beneficios propiamente agrícolas. Realmente les interesaba más controlar el territorio y sus gentes, y así poder colaborar en la defensa de posibles ataques externos, dicho de otra forma, aumentar su poder político.
En todo caso, se trataba de una agricultura muy poco avanzada y dirigida al abastecimiento más inmediato: la nobleza era propietaria de la tierra y era muy adversa a las novedades, por lo que las nuevas técnicas agrícolas y el cultivo de nuevos alimentos tardó mucho en realizarse, alrededor de finales del siglo XI, cuando se introdujo la rotación trienal: la superficie para cultivar se dividió en tres y se iban rotando los cultivos. Un año trigo, el siguiente otro cereal y el tercero se dejaba a la parcela descansar. Al alternar cultivos la tierra no se sobreexplotaba y producía más y mejores cosechas.
En cuanto a los instrumentos que utilizaban, se trataban, como cabe suponer, de herramientas muy simples:
- Azadas, hoces y guadañas
- El arado romano, muy parecido al que usaban los griegos y los romanos mil años antes
- El yugo, para arrastrar los carros y el arado
- Hacia finales de la Alta Edad Media, siglos XI y XII, empezaron a utilizar otros instrumentos como: a collera, que permitía sujetar caballos a arados y carros; y el arado normando o de vertedera, más pesado y que hacía unos surcos más profundos, con lo que la tierra se aireaba más y era más productiva.
Además, en territorio español, con la concesión de los primeros fueros que se conceden a tierras altas de interés militar adaptadas a la economía pastoril, vislumbramos, a fines del siglo XIII el comienzo del predominio ganadero cuyas causas podemos expresarlas en:
- Insuficiencia demográfica.
- Dada la escasez de población, la ganadería se convierte en único medio de explotación de grandes espacios.
- El ganado es de más fácil defensa en condiciones de emergencia.
- La oveja, al igual que el grano, es medio de pago.
Los grandes propietarios de ganado eran los monasterios, los grandes nobles y los caballeros de los concejos.
El aumento de la cañada ganadera crea la necesidad de buscar nuevos pastizales, no tanto en propiedad sino en el derecho de uso de esos pastos. Para ello, consiguen del monarca la merced de poder pacer sus ovejas en condiciones análogas al ganado regio. Esta situación de precariedad buscando siempre acuerdos, pactos, concordias, hace aunar posturas a las mestas locales (Cuenca, León, Soria, Segovia) para conformar en el año 1273, bajo el reinado de Alfonso X, el Honrado Concejo de la Mesta.
La Mesta regula las cañadas en las zonas de cultivo, regulando las rutas ganaderas más importantes como son las Cañadas Reales segoviana, soriana, manchega y leones.
En todo caso, la información que tenemos de la agricultura es escasa y casi siempre a través de fueros o fuentes económicas y ejemplos aislados. Así se nos indica sobre la propiedad campesina la forma de explotación de la tierra o los aperos de labranza o el ajuar de una casa campesina.
En cuanto a los cultivos, los principales eran los cereales como el trigo, para hacer pan, las legumbres y los viñedos. En los huertos tenían verduras y árboles frutales.
Los animales más abundantes eran los bueyes, que tiraban de los carros y de los arados; las cabras; las ovejas, gallinas, pollos, caballos y cerdos.
Obligaciones y derechos de los campesinos durante la Edad Media
Los campesinos de la Edad Media estaban siempre mirando al cielo. Lo hacían desde dos puntos de vista fundamentales para entender su modo de vida: el religioso y el meteorológico. Dios estaba en todas partes y a sus designios correspondía todo cuanto acontecía. Y por otro lado estaba el tiempo y sus ciclos a través de las estaciones del año, que regían cada etapa y el trabajo a realizar en el campo tanto con la agricultura, como la ganadería e incluso la caza.
Había un claro desequilibrio entre las obligaciones y los derechos asimilados a los campesinos. Su status laboral y la forma de vida de los campesinos en este período variará dependiendo de la zona en que habiten y de la estructura socio-política que predomine en ésta.
Las obligaciones de los campesinos en la Edad Media eran más o menos iguales para todos. Podían variar de acuerdo a la naturaleza del señor al que servían más que por su propia condición.
Había siervos sometidos a señores de la alta y de la baja nobleza (caballeros y barones), también los había bajo la autoridad del alto clero y de los monasterios.
Entre sus obligaciones podemos decir, de manera esquemática, que eran fundamentalmente:
- Trabajar en la reserva del señor determinados días al año
- Pagar los censos que normalmente eran una parte de la cosecha, así como los derechos de monopolio, las primicias y otros impuestos al señor. Destacaba además el diezmo, 10% de la cosecha que se entregaba a la Iglesia.
- Pagar peajes por el uso de puentes, molinos y herrerías, derechos de caza, pesca…
- Obedecer al señor y serle fieles
- Acatar su justicia y complacer sus sentencias judiciales
- Contribuir en las tareas de mantenimiento del castillo y del feudo
Una estimación del siglo XIII revela que familias campesinas enteras no dedicaban más de 150 días al año a sus tierras. Los registros señoriales de la Inglaterra del siglo XIV indican un año laboral extremadamente corto, de 175 días, para los trabajadores serviles.
En el lado de los derechos, hay que decir que variaban según se tratase de campesinos libres o siervos, pero en todo caso, no tenían ningún privilegio y muy pocos derechos.
Forma de vida de los campesinos en los reinos occidentales durante la Edad Media
En el Medievo europeo, la mayoría de la población vivía en lo que hoy en día calificaríamos como pobreza extrema. Su nivel de vida estaba al límite de la mera supervivencia y sufrían con especial virulencia las recurrentes crisis de subsistencia, y con la muerte como una realidad cotidiana. En el siglo X un cuarto de los niños moría antes de los cinco años y otro cuarto antes de la pubertad.
La aldea medieval no fue una mera continuación de las aldeas y poblados anteriores, sino una nueva forma de poblamiento y organización de la vida rural que se desarrolló en Europa a partir del año 1000. Los campesinos, que hasta entonces vivían dispersos en humildes casas aisladas en medio de los campos de labor o se desplazaban frecuentemente de un lugar a otro, se concentraron en aldeas agrupadas en torno a un castillo, una torre o una iglesia parroquial.
Las viviendas de los campesinos en el medioevo eran acordes a la región en donde se encontraban ubicadas. Podían estar fabricadas de madera, piedra o adobe, con pisos de tierra y techos de paja, teja o madera.
Usualmente eran viviendas de una sola habitación que compartían varias generaciones de una familia, estas construcciones servían también como granero donde se almacenaba parte de la cosecha, y como pesebre para algunos animales valiosos como vacas y asnos.
El eje central de las viviendas y de la vida doméstica de los campesinos era el hogar, un fuego en una chimenea que se mantenía encendido la mayor parte del tiempo. El hogar servía para cocinar los alimentos, calentar la vivienda e iluminar durante las noches.
Los muebles eran pocos. Básicamente una mesa grande y algunos bancos. También armarios de fabricación rústica para guardar los pocos enseres de las personas y sus escasos vestidos. No usaban camas y dormían en el piso o sobre un montón de paja.
La familia era la primera unidad de producción para los campesinos medievales. En los hogares vivía la familia nuclear aunque era común encontrar a los abuelos habitando con ellos. Cada miembro de la familia tenía una función en ella, existiendo así una división del trabajo según el sexo, la edad o el status de la persona. Mientras que los hombres y jóvenes trabajaban las tierras, las mujeres eran las encargadas del ganado, del huerto, del vestido y de la preparación y conservación de los alimentos y las bebidas- como podía ser el vino, los cereales para el invierno o la mantequilla-.
La vida de los campesinos, es decir de la mayoría de la población europea, era sumamente austera. Los hombres vestían un faldón, una especie de chaleco forrado de conejo (que para los más ricos era de gato), y un sombrero de tela. Las mujeres vestían dos túnicas superpuestas y un manto. Para trabajar usaban muy pocas herramientas de hierro, pues la gran mayoría de sus utensilios eran de madera. Los campesinos escarbaban la tierra con arados provistos de una reja de madera endurecida al fuego. El rendimiento de la tierra era muy bajo.
La comida era escasa: algunas hierbas, granos y caza pequeña, y una hogaza de pan que se atesoraba. La posibilidad de sufrir hambrunas era común, debido a una mala cosecha, que a veces se acumulaban e implicaban dos o tres años de mal comer. Los pobres de la Edad Media temían sobre todo al hambre. Este miedo permanente está en la raíz de la sacralización del pan, de ahí que la súplica al Dios cristiano rece: “Danos el pan de cada día.”
Sin embargo, a pesar de la escasez de bienes y comida, en el duro mundo medieval no existía el desamparo total. Las relaciones de solidaridad y de fraternidad hacían posible que se redistribuyera la exigua riqueza, y con ello se aseguraban la supervivencia de los más pobres La sociedad medieval era una sociedad de solidaridad porque la pobreza era la suerte común. Prevalecía el sentimiento de estar eternamente acompañado, porque los seres humanos vivían de forma gregaria. Más de una familia habitaba una misma casa, varios dormían en un mismo lecho. En el interior de las casas no había paredes verdaderas, sólo colgaduras.
En cuanto a su esperanza de vida, los malos hábitos de higiene unidos a dieta pobre y sus duras condiciones laborales provocaba que los plebeyos enfermaran con frecuencia. La mayoría de dichas enfermedades podría ser curada con facilidad en la actualidad, pero en aquella época existía una medicina muy rudimentaria que a veces no hacía sino empeorar la salud de los pacientes. La mayoría de los campesinos de la Edad Media no sobrepasaba los 40 años de edad.
Revueltas campesinas durante la Edad Media
La crisis de la baja Edad Media provocó malestar y revueltas en toda Europa, especialmente en el siglo XIV, cuando se extendieron las revueltas campesinas y la conflictividad social en las principales ciudades del continente. Las revueltas campesinas fueron una respuesta a la injusticia del feudalismo, al igual que las huelgas de época contemporánea lo son del capitalismo. Antes del período de la Baja Edad Media no hay constancia directa de revueltas, pero se deduce de su existencia porque se preveían sanciones en las leyes.
Se producen revueltas en toda Europa medieval, así encontramos la revuelta campesina de los Karls de Flandes, en la primera mitad del siglo XIV. Unos años más tardes se producen las revueltas campesinas y urbanas conocidas como la Jacqueria (en honor el supuesto líder las mismas) en Francia. En Inglaterra también las sufren en la segunda mitad del siglo XIV, se produjeron revueltas campesinas y urbanas provocadas principalmente por la imposición de un impuesto especial, la Poll Tax, para sufragar los gastos de la Guerra de los Cien Años en las que estaba implicado su reino.
En territorio hispano encontramos la revuelta de los Remensas en Cataluña, a finales del siglo XIV y principios del XV. Estas revueltas tienen un componente especial y es que entre los remensas predomina el grupo de los campesinos acomodados que querían desvincularse de los señores feudales
Conclusiones
Si bien es cierto que el término campesino recibe una cierta carga peyorativa o clasista desde la época del feudalismo, lo cierto es que estos han constituido, desde sus inicios, la base de cualquier civilización. Incluso con todo el avance tecnológico de hoy día, siguen jugando un papel fundamental e imprescindible en algunas regiones o pueblos rurales.
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Referencias
Breve historia de la vida cotidiana en la Edad Media Occidental. De Ortega Cervigón, J.I.
Campesinos y señores en la Edad Media. De Laurent Feller, LL.
Los campesinos Medievales. De Valdeón, J. en Historia 16
https://enciclopedia-joskat.webnode.es/products/los-campesinos-en-la-edad-media-/
https://universalis.mforos.com