Hoy os hacemos llegar un ejemplo más de como un sustrato histórico subyace en todas cuentas cosas suceden en nuestras vidas actuales, y en esta ocasión nos centramos en el posible origen histórico del afamado cuento “El flautista de Hamelín”.
En formato de cuento, modificado de manera continua a lo largo de los siglos, nos ha llegado la leyenda del flautista de Hamelín. El padre del cuento podríamos establecerlo en Athanasisus Kircher (1602-1680), un jesuita que llegó a desplazarse a Hamelín (pueblo situado en la Baja Sajonia) para investigar los fundamentos de la leyenda del flautista. Las melodías del flautista y sus posibles efectos mágicos fueron incluidos en su obra musical “Musurgia universalis”. Sin embargo la historia que nos cuentan los hermanos Grimm en su popular cuento, en 1816, ¿cómo debiéramos calificarla?, ¿realidad o ficción?.

Los orígenes de esta leyenda se sitúan en la Edad Media. Las plagas de roedores eran muy frecuentes en la Edad Media, y aunque no eran temidos como transmisores de la peste, sí lo eran por acabar con los cereales recogidos en las cosechas, por lo que era habitual que hubiera individuos que se dedicarán a su exterminio. Estas personas, por su profesión, solían vivir al margen de la sociedad y nadie quería compartir su vida cotidiana con ellos. De ahí que pasasen su vida desplazándose de aldea en aldea, sin tener ningún derecho de ciudadanía.
Según muchos historiadores el hecho de la combinación de datos precisos históricos con algunos elementos del ámbito irreal, le confieren a la leyenda ciertos visos de que pudiese ser un acontecimiento histórico real, aunque deformado por las sucesivas narraciones orales del mismo.

A partir de estos datos históricos, podríamos imaginar que el flautista de Hamelín sería un locator que congregó con su silbido a los jóvenes del lugar, quienes lo habrían seguido en busca de una vida mejor, hecho que supuso para Hamelín la pérdida de toda una generación, un suceso traumático que posteriormente sería justificado mediante la leyenda antes expuesta.
En todo caso, serían los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, quienes incluyeron en su obra “Leyendas alemanas”, publicada entre 1816 y 1818, la versión de la historia del flautista de Hamelín que hoy conocemos, y que sería fruto de su labor de recogida de tradiciones orales aún vivas en su época.
Por último, en una entrada anterior que publicamos en este Blog, La cruzada de los pobres y los niños, podéis ver algo más sobre el posible origen de este cuento.








