Por su belleza, por ser un auténtico tesoro y por su proximidad a la Catedral de Santiago de Compostela, el Monasterio de San Martín Pinario es una visita obligada para todo aquél que se acerque por esta hermosa ciudad.
El monasterio se encuentra en el casco antiguo de la ciudad de Santiago, en la Plaza de la Inmaculada, frente a la fachada norte de la Catedral, en la llamada Azabachería. Se extiende también rodeando las calles de Moeda Vella y Valdedeus, llegando, en su parte noroeste, a mirar al cercano Convento de San Francisco.
Ocupa una amplia extensión, unos 20.000 metros cuadrados. Se trata pues de un conjunto de gran dimensión, uno de los más grandes existentes en España, solamente superado por el monasterio de San Lorenzo de El Escorial mandado construir siglos más tarde por el rey Felipe II.
Fundado entre los siglos X y XI, este lugar ha desempeñado diversas funciones a lo largo de los años y ha sido reconocido por su importancia cultural y arquitectónica.
Se trata de uno de los mejores templos del barroco gallego (con permiso de la Catedral) y es, con San Paio de Antealtares, el cenobio compostelano vinculado al inicio del culto y custodia del sepulcro de Santiago el Mayor (siglo IX).
Historia del Monasterio de San Martín Pinario
Santiago de Compostela y el Monasterio de San Martín Pinario van de la mano, puesto que nacieron y crecieron al mismo tiempo, hecho que ayudó a asentar la tradición jacobea. Todo comenzó cuando Alfonso II El Casto, rey de Asturias y Galicia, dispuso, ya en el siglo IX, que los restos de Santiago el Mayor descansaran en lo que hoy se conoce como Compostela, aunque por aquel momento no era más que un descampado. Por ello, mandó levantar una humilde iglesia sobre los restos, la cual también sería la primera basílica compostelana. Como acompañamiento, ordenó la construcción de dos monasterios prácticamente anexos al templo. Uno de ellos sería el primer germen del monasterio de San Martín Pinario: el de Santa María Corticela, cuya capilla está integrada a día de hoy en la catedral. Poco tiempo después, Alfonso III, El Magno consideró oportuno levantar la catedral sobre esa pequeña basílica que había servido de cobijo a los restos de Santiago el Mayor. Y así se constituyó, poco a poco, el nacimiento de una Compostela que fue creciendo con el paso del tiempo, a la vez que lo hacían su tradición jacobea y la orden benedictina que habita en la ciudad.
Aunque no están totalmente claros los orígenes del monasterio, parece ser que tenemos que buscarlos a finales del siglo IX o comienzos del siglo X, cuando un grupo de monjes benedictinos se ocupaban del oratorio de la capilla de la Corticela (integrada actualmente dentro de la Catedral). Ello sería posible gracias al apoyo del obispo Sisnando I, quien en el año 912 dedicó a San Martín un oratorio.
Estos monjes se habrían instalado en un lugar próximo a dicha capilla, en un lugar llamado “Pinario”, llamado así en referencia al bosque de pinos que ocupaba la zona en el pasado.
La vida benedictina es una vida de oración que adopta numerosas formas y puede llevarse a cabo en todos los espacios. Sin embargo, el oficio monástico implica un encuentro con la comunidad.
Este posible origen se basa en que las noticias más antiguas sobre la existencia de un cenobio benedictino en el lugar datan de comienzos del siglo X, al poco tiempo del descubrimiento de los restos del apóstol, y son unos privilegios otorgados por el rey Ordoño que certifican las primeras donaciones recibidas por la comunidad y la posesión de la iglesia de Santa María de la Corticela.
En un primer momento los monjes estuvieron obligados a seguir realizando los oficios litúrgicos en A Corticela, pero a finales del siglo X pudieron compartirlo con el de su propia iglesia monasterial, dedicada a San Martín (Martiño en gallego) de Tours, santo muy vinculado con las nacientes peregrinaciones y que llegaría a contar con una gran devoción en el Camino de Santiago, ya desde Francia.
Inicialmente habría un cenobio, en el siglo X, y llegado los tiempos de Gelmírez, en 1102 (1109 según algunas fuentes), se consagraría la nueva iglesia románica, de la que lamentablemente no queda ningún resto tras la realización a lo largo de los siglos de diferentes reconstrucciones y reformas. Así pues, el Monasterio de San Martín nacería en el siglo XI, tras el trágico paso de Almanzor por tierras gallegas, contando los monjes las obras de construcción, con el apoyo del obispo Pedro de Mezonzo.
Tengamos presente que el siglo XI era un período de gran esplendor en la zona en que se construiría el monasterio, pues era donde se concentraban los peregrinos extranjeros para entrar en la catedral, y donde se encontraba el hospital para atenderlos.
Las órdenes religiosas comenzaron a adquirir gran poderío en esta época y hacían ostentación de ese poder en sus edificios. Compostela era ya un centro de peregrinación de máxima relevancia y todas las órdenes querían tener aquí su escaparate. La de San Benito no podía ser menos y por eso fue que llevaron a cabo esta obra. Ocuparían el monasterio hasta la desamortización de 1835.
Los siglos de crecimiento de San Martín Pinario se sucedieron hasta el XIII, sufriendo una cierta crisis durante los siglos XIV y XV, coincidiendo con el auge y fundación de comunidades mendicantes -franciscanos y dominicos- en la ciudad de Santiago.
En el año 1494 el monasterio pasa a depender de la congregación benedictina de Valladolid, y el monasterio recupera su esplendor con la promoción que le deparan los Reyes Católicos. Se convirtió así en el monasterio más rico y poderoso de Galicia.
La realización de la iglesia y el monasterio se llevan a cabo a lo largo de más de un siglo, desde que se comienza la iglesia, en 1590, hasta que termina uno de los claustros interiores, en 1747.
El monasterio fue sometido a importantes obras de ampliación y renovación en los siglos XVI y XVII, y muchas de las estructuras que se pueden ver hoy en día son el resultado de estas intervenciones.
El final de la gran institución monástica llegaría con la Desamortización, en 1835, cuando la comunidad benedictina fue exclaustrada y el monasterio pasó a ser sede de oficinas estatales y a acoger importantes eventos. Los monjes no volvieron jamás.
En 1868 se convirtió en la sede del Seminario Mayor de Santiago de Compostela, función que todavía conserva hoy en día.
En 2015, el Monasterio e Iglesia de San Martín Pinario fue incluido en la ampliación del Camino de Santiago por la Unesco.
Características de la iglesia de San Martín Pinario
Estamos hablando de una iglesia que representa una obra arquitectónica impresionante, y que es el fruto de los siglos de mayor esplendor del monasterio.
La iglesia actúa como punto de partida del monasterio y como línea guía desde la cual las obras deberán avanzar de Norte a Sur, hacia la Catedral.
La actual iglesia comenzó a erigirse al poco del nombramiento del cordobés Juan de San Clemente Torquemada como arzobispo de Santiago en 1587. Recordemos que se trata de un momento complicado en la historia de España, pues se suceden el desastre de la Armada Invencible y la amenaza de Drake, impulsaron al arzobispo a ocultar las reliquias del Apóstol “para que no sea profanado por estos bárbaros herejes” y también a construir un apropiado sistema de murallas para proteger a la ciudad, que condujeron a la realización del plano más antiguo que se conoce de Santiago en 1595.
En este contexto, el proyecto le fue encargado el portugués Mateo López, el arquitecto monástico más destacado de la ciudad. A la muerte de López en 1606 asumió la dirección de la obra Benito González de Araujo.
La iglesia fue terminada en el año 1652, y en ella trabajaron varios arquitectos, además de los anteriormente citados: el granadino Bartolomé Fernández Lechuga, el salmantino Peña y Toro, fray Tomás Alonso y Fray Gabriel Casas.
Cuenta con una preciosa escalera, barroca, de acceso, que salva el desnivel existente en el terreno.
Sobre la puerta se despliega una vistosa fachada plateresca, orientada al oeste y abierta a la plaza de San Martín, presenta portada con estructura de gran retablo de piedra dividido en tres cuerpos y tres calles separadas por columnas estriadas y está dedicada a la exaltación de la Virgen María y de la orden benedictina.
Presiden en la parte central, entre la puerta y el óculo, la Virgen, San Benito y San Bernardo, mientras que en el frontón que corona la portada está San Martín repartiendo su capa con un pobre.
Las torres se levantan sólo hasta la altura de la fachada, debido a la oposición del cabildo catedralicio, temeroso de que la basílica perdiese visibilidad.
La iglesia tiene planta de cruz latina con tres naves en el brazo principal y una nave en el transversal, recorridas por una tribuna. Cubierta con bóveda de cañón con fasos casetones. Tiene seis capillas laterales inscritas en un rectángulo.
Destaca la cúpula semiesférica del crucero, de Bartolomé Fernández Lechuga y fechada en el año 1636.
La sillería del coro, una de las grandes piezas de mobiliario barroco gallego, fue realizada por Mateo de Prado entre 1639 y 1647, con claras influencias de Gregorio Fernández. Compuesta por tres grandes conjuntos, muestra en la sillería inferior la vida de la Virgen María, seguida de un santoral en la estancia intermedia, para rematarlo la narración de la vida de San Benito de Nursia, con la imagen de San Martín de Tours en el centro.
El interior de gótico tardío, acoge retablos de gran calidad y la tumba del arzobispo Alonso de Fonseca y Acevedo. La gran cúpula nervada, apoyada en pechinas, proporciona una sensación aérea muy marcada. Destacan las capillas, realizadas en su mayor parte, en el siglo XVIII, así como los tres retablos, de la misma época, a lo que se añade el espléndido coro bajo, del siglo XVII, donde se representan escenas de la vida de la Virgen.
Los tres retablos son diseñados por Fernando de Casas. Además, a lo largo de esos años, los monjes iban encargando y añadiendo imágenes encargadas en su mayoría al escultor José Ferreiro.
Una de las características más llamativas del retablo mayor, construido en maderas nobles recubiertas de pan de oro, es su doble función de retablo-baldaquino con doble cara, una hacia la nave y otra hacia el coro de la comunidad monástica. Se organiza mediante dos cuerpos con profusa decoración en pan de oro, con columnas salomónicas, volutas, perlados, hojas de acanto, menuda decoración vegetal… y su discurso iconográfico se articula en torno a la Asunción y la Coronación de la Virgen. Más arriba se representa la apoteosis de San Martín de Tours (quien da nombre al monasterio) con un par de ángeles portando las banderas de las órdenes de Calatrava y del Temple respectivamente. Y coronando el retablo encontramos la figura de San Martín de Tours partiendo la capa para el pobre.
Como curiosidad reseñar que cuando queramos diferenciar las figuras de Santiago Matamoros de las de San Martín de Tours, habrá que fijarse en la posición de las patas del caballo y de la espada del jinete. En las figuras de Santiago el caballo aparece con las dos patas delanteras en alto y con la espada elevada en posición de ataque. Por contra, el caballo de San Martín aparece con las cuatro patas en tierra y el Santo tiene la espada baja mientras se corta la capa. Además siempre aparece un pobre a su lado.
En este retablo mayor, la gran carga decorativa delata que este retablo es de estilo churrigueresco.
Los retablos laterales, colocados en los testeros del crucero, están dedicados a San Benito y a la Virgen Inglesa, que recibe ese nombre porque la tradición dice que la talla de la Virgen con el Niño que preside el conjunto, que data de ha. 1500, fue traída a Compostela por católicos exiliados de Inglaterra en tiempos de Enrique VIII.
La sacristía es una interesante obra de Fray Gabriel de Casas y Fernando de Casas e Novoa, realizada entre finales del XVII y principios del XVIII.
Características del monasterio de San Martín Pinario
Se trata de una construcción de gran sencillez y líneas muy frías, solo interrumpidas por la fachada, a la que se accede por una gran escalinata desde la plaza de la Inmaculada y dejando de espaldas la Catedral, a escasos metros.
En su decoración intervinieron Peña y Toro, Melchor de Velasco y Domingo de Andrade, tres de los mejores artistas de la época.
La fachada principal es de estilo barroco, y fue proyectada por Fray Gabriel de las Casas, uno de los arquitectos más clasicistas y sobrios del barroco español, en torno al año 1697. Presenta una serie de columnas, pilastras y esculturas que le confieren un aspecto majestuoso. Se divide en tres cuerpos: el frente y las dos torres laterales. La torre de cinco cuerpos contribuye a romper la monotonía de la fachada.
La escalinata ovalada es obra de Manuel de los Mártires.
La portada enmarcada por severas columnas dóricas, acoge a San Benito, rematando con la estructura añadida por Fernando de Casas en la que está el escudo de España entre vieiras y la figura de San Martín de Tours
Sobresalen las estatuas de la Virgen y algunos santos abades benedictinos además del óculo ovalado que presta iluminación. Esta estructura compleja es flanqueada por dos bandas o pilastras laterales de sillería almohadillada.
El monasterio cuenta con dos claustros: el Claustro Procesional, el principal, y el Claustro de las Oficinas, realizados en el siglo XVIII. Sus pandas o crujías tienen dos pisos. El inferior se abre mediante arcos de medio punto y en el superior hay balcones de vano adintelado. En los espacios intermedios hay parejas de columnas dóricas de gran tamaño. El centro del patio claustral está ocupado por una gran fuente.
Por último, dentro del monasterio, queremos advertir a los lectores que visiten el monasterio, a que disfruten de las soberbias gárgolas que atesora, y que presenta una gran variedad tipológica. Así encontramos leones, aves rampantes, peces, perros, cerdos, asnos, cabras,… También monstruos animales o híbridos, como aves con orejas, peces con orejas y/o patas, etc. Otra tipología está formada por las gárgolas con monstruos vegetales, y unas figuras antropomorfas sorprendentes, con demonios alados, personajes grotescos, con gestos y posturas singulares, que sin duda sorprenderán quienes las contemplen.
El monasterio de San Martín Pinario en la actualidad
En la actualidad acoge a un gran número de instituciones religiosas y laicas: es el Seminario Mayor de la Archidiócesis compostelana, sede del Archivo Diocesano, alberga la Escuela Universitaria de Trabajo Social y el Instituto Teológico compostelano. Además acoge una hospedería, que funciona principalmente durante el verano.
En la hospedería de San Martín Pinario, aquellos que la visitan pueden degustar de una atractiva oferta de dulces navideños realizados por los obradores religiosos. También se pueden adquirir otros dulces más típicos de Galicia, así como licores, jabones, aceites, y otros productos realizados en estas tierras.
Además, el monasterio cuenta con un museo que alberga una importante colección de iconografía, orfebrería, pinturas, tallas escultóricas, manuscritos, una imprenta, un gabinete de historia natural y física, y una botica.
La exposición permanente está formada por 12 salas distribuidas en varios pisos del edificio monacal. Destacan varias piezas en su colección, como el antiguo coro de la Catedral de Santiago, de comienzos del siglo xvii, obra de Juan Dávila y Gregorio Español. A su vez, un cuadro de la Virgen del Socorro, obra de Claudio Coello o algunas obras de Dionisio Fierros.
Una de las salas incorporadas al circuito del museo es la antigua botica. Antes del siglo XV la atención sanitaria recaía, fundamentalmente, en los monasterios. Así, en todas las comunidades monásticas existía un monje boticario que cultivaba y recolectaba hierbas y plantas medicinales con las que elaboraba sus remedios. La botica de San Martín está documentada desde fines del siglo XVI, siempre regentada por un monje de la comunidad. Al principio atendía a la comunidad y, esporádicamente, a algún peregrino o enfermo pobre. Pero a mediados del siglo XVII se abrió al público y a comienzos del XIX se trasladó al ala izquierda de la fachada principal del monasterio para permitir el acceso desde el exterior, en lo que se conoció como la botica nueva.
Este museo es una ventana al pasado y permite a los visitantes sumergirse en la historia y la cultura de este lugar.
Conclusiones
San Martín Pinario es un conjunto que nos abre una puerta hacia una dimensión en la que los espacios se trasforman en lienzos escultóricos, mostrando la obra de grandes genios, arquitectos, escultores, tallistas,… que crearon una obra majestuosa.
La majestuosidad del Monasterio de San Martín Pinario, una de las vistas más emblemáticas de Compostela, está llamado a ser Bien de Interés Cultural (BIC) desde el mes de noviembre del 2019.
El conjunto adquirió una importancia social relevante tras la divulgación realizada, entre otros, por el ilustre dramaturgo y poeta pontevedrés Ramón Cabanillas Enríquez (1876-1959), hombre ligado a las Irmandades da Fala, quien distingue con sus elogios al conjunto monumental de San Martín Pinario. Con una arquitectura y diseño imponentes, el monasterio cuenta con una gran cantidad de características destacadas, como una fachada adornada con esculturas y un hermoso claustro interior. Además, alberga una rica colección de arte sacro, con pinturas, esculturas y retablos de destacados artistas. Pero lo más impresionante del Monasterio de San Martín Pinario es su iglesia, una verdadera joya arquitectónica de estilo barroco que asombra por su belleza y riqueza artística. Sin duda, este lugar histórico y religioso es una visita obligada para cualquier persona que visite Santiago de Compostela.
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Referencias
“Bartolomé Fernández Lechuga y el claustro procesional de San Martín Pinario en Santiago de Compostela”. De Vigo Trasancos, A. Cuadernos de Estudios Gallegos (1994)
“La Galicia de los monasterios”. De Chamorro, E. Biblioteca Galicia. La Voz de Galicia.
“La iglesia monástica de San Martín PInario, en Santiago de Compostela. Proyecto, f´barica y artífices”. De Vigo Trasancos, A. Compostellanum, volumen XXXVIII (1993)
https://www.arteguias.com/monasterio/monasteriosanmartinpinario.htm
http://www.museosanmartinpinario.com/
https://www.ruasmagazine.es/en-el-interior-del-templo-san-martin-pinario
https://www.sanmartinpinario.es/es/index.html
https://www.santiagoturismo.com/monumentos/mosteiro-e-igrexa-de-san-martino-pinario
https://viajarconelarte.blogspot.com/2012/11/santiago-de-compostela-i-san-martino.html