La catedral de Mondoñedo es, junto con la concatedral de Ferrol, una de las sedes episcopales de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, en Galicia (España). El término territorial de Mondoñedo se localiza a unos 90 kilómetros al norte de la capital de la provincia. Esta imponente Catedral se encuentra en la villa lucense de Mondoñedo, coronando la Plaza de la Catedral.
Se trata de una de las construcciones altomedievales más interesantes de Galicia tanto por su dilatadísima historia por la que tiende a ser identificada como la Catedral más antigua de España, como por la riqueza arquitectónica, escultórica y pictórica que atesora entre sus muros.
Perdida su función episcopal desde fecha muy temprana y exclaustrada en la Edad Moderna la comunidad agustiniana posteriormente instalada en ella, San Martiño de Mondoñedo, distinguida con el rango de basílica desde 2007, funciona en la actualidad como templo parroquial de la pequeña población surgida en torno al templo.
Se le conoce como la “Catedral arrodillada” por su forma compacta, por sus sorprendentes proporciones y por su poca altura, algo muy poco frecuente en otras Catedrales. Tal es su belleza e importancia histórica que en mayo de 1902 fue declarada Monumento Nacional.
Fue nombrada Basílica, en marzo de 1959, mediante una bula por el Papa Juan XXIII.
En la actualidad, en su interior, podemos encontrar el Museo Catedralicio y Diocesano Santos San Cristóbal que se fundó en 1969.
En la Catedral de Mondoñedo fue incluida como uno de los bienes individuales del Camino costero de Santiago, bajo la aprobación de la UNESCO.
En el año 2015 fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
Historia de la Catedral de Mondoñedo
El verdadero origen de la Catedral tal vez se encuentre mucho antes de las fechas reconocidas por la Historia. Se dice que en el siglo VI de nuestra era, los cristianos bretones, huyendo de su enemigo anglosajón, terminarían desembarcando en la zona costera de la Mariña lucense, fundando allí su primera sede episcopal, denominada Bretoña. Posteriormente, a finales del siglo IX, la invasión musulmana de una parte importante de la Península Ibérica, consta como el obispo de Dumio (la actual ciudad portuguesa de Braga), huye hasta refugiarse en los pagos de “Mendunieto”, que muy probablemente se corresponderían con el actual emplazamiento de la basílica. De esta manera, San Martiño de Mondoñedo, casi accidentalmente y de manera temporal, se convertiría en una sede episcopal doble (Bretoña y Dumio), sin embargo, nuevamente la amenaza sarracena así como diversas incursiones costeras vikingas, obligan a los mitrados a abandonar el lugar. Ya a caballo entre los siglos IX y X, con el patrocinio del rey Alfonso III de Asturias, se restaura la sede episcopal bajo el mando de Sabarico de Dumio, quien iniciaría la construcción o quizás reconstrucción de la iglesia. A Sabarico le sucederían al frente de la mitra mindoniense personajes de la relevancia de San Rosendo (que posteriormente fundaría el histórico monasterio de Celanova), o San Gonzalo, principal impulsor de la iglesia que hoy admiramos y a quien la tradición atribuyó una serie de acciones milagrosas que aún a día de hoy gozan de gran calado popular. Ante el peligro de posibles incursiones marítimas de piratas en la zona, y el riesgo de destrucción del nuevo obispado, se trasladó la diócesis hacia el interior, concretamente a un lugar llamado Valibria que, en recuerdo del primitivo episcopado, adoptaría el nombre de Mondoñedo.
La construcción de la Catedral se inició años después de que Mondoñedo fuese nombrada sede episcopal, hecho que tuvo lugar en el año 1112, en tiempos de la Reina Urraca. El motivo de la demora en el inicio de su construcción se debe en gran medida al hecho de que la sede episcopal fue traslada a Ribadeo entre los años 1185 y 1219. Las obras de la Catedral se iniciaron en el año 1219, en tiempos del Obispo Martín, sobre la antigua Iglesia y Monasterio de Santa María.
A mediados del siglo XIII, en el año 1246, se procedió a la consagración de la cabecera, por el Obispo Martín, encontrándose en ese momento las obras bastante avanzadas.
Las obras finalizaron casi dos siglos más tarde, en los siglos XIII y XIV.
Los siglos XVI, XVII y XVIII fueron los de mayores reformas. En el siglo XVI se tomó una decisión importante: abrir la girola a fin de obtener una mayor amplitud. Se modificó la cabecera para construir la girola de planta cuadrada, similar a las de Sevilla o Salamanca y se sustituyó el coro de piedra por uno de madera. Además, se aprovechó la ocasión para prolongar las naves laterales.
En el siglo XVII se reformó el claustro, y en el siglo XVIII se remodeló la fachada procediendo a la construcción de dos torres de tres cuerpos, rematadas con cúpulas. También se añade un tramo más a cada lado del crucero.
En los inicios, la catedral tenía tres ábsides, aunque más adelante se construyeron algunos menores en los laterales. En la actualidad se trata de un edificio de planta rectangular, consta de tres naves, con bóveda de crucería sobre arcos apuntados; crucero, capilla mayor, girola rectangular y claustro, fabricada con sillería granítica y cubierta con pizarra.
La catedral de Mondoñedo acumula varios estilos arquitectónicos. Se inició en estilo románico cisterciense, y en el momento de la finalización de la obra predominaba el gótico. Las posteriores y continuas reformas fueron dejando huellas de los nuevos estilos predominantes en cada momento. En la puerta principal y en el ábside mayor se conserva el estilo románico. El estilo gótico se hace presente en el crucero, la sacristía, la sillería del coro, en las pinturas de la nave central o en el rosetón. Y en las modificaciones de la fachada y sus torres se asoma también el estilo barroco.
La fachada de la Catedral de Mondoñedo
La fachada occidental presenta la primitiva portada románica con la puerta tardo-románica original y un rosetón central, gótico del siglo XIV, y dos torres que flanquean el muro y el frontispicio, son barrocos. Encontramos también la figura de San Rosendo Obispo, como patrón de Mondoñedo, en la parte superior.
Las tres ojivas se corresponden con las tres naves interiores de la Catedral. En las dos ojivas laterales hay unas pilastras toscanas, sustitutas de los gruesos contrafuertes originales, y ventanales con un marco barroco con los relieves de San Lorenzo y San Jerónimo. En el rosetón central es donde destaca el imponente rosetón de la Catedral, con unos cinco metros de diámetro.
Justo debajo del rosetón vemos una muestra del estilo románico del templo: tres arquivoltas que sostienen a cada lado tres delgadas columnas rematadas con capiteles labrados. Según parece, estas columnas fueron modificadas a mediados del siglo XVI para bajar el terreno ante la fachada y poder así suprimir la escalera románica interior por la que se accedía al templo.
El tímpano, románico, es liso, aunque en el siglo XVIII sería decorado mediante una pintura que representa a la Inmaculada Concepción con ángeles y flores. Esta pintura fue restaurada en el año 2015. Vemos así como una composición pictórica barroca convive sobre un tímpano románico.
En el frontispicio que corona la parte central de la fachada en su parte alta, podemos ver la figura de San Rosendo Obispo, patrón de Mondoñedo y a la imagen coronada de la Asunción, advocación de esta Catedral.
En cuanto a las dos imponentes torres barrocas que podemos ver en la parte superior de la fachada, tal y como decíamos en párrafos anteriores, fueron construidas en el siglo XVIII, aunque parece que sustituyeron a otras dos torres anteriores, de sección redonda y más bajas. En todo caso, y como nota anecdótica, decir que la torre de la derecha es algo más alta que la de la izquierda, la diferencias está en torno a los cincuenta centímetros.
La torre derecha es la torre del reloj y la de la izquierda envuelve en su interior a la torre medieval original, que se ocultó con la gran reforma barroca. En la parte superior de esta torre se encuentran las nueve campanas con las que cuenta la Catedral en la actualidad. La presencia de estas campanas, concretamente una de ellas, la más grande y antigua de Galicia, es el orgullo de los mindonienses, que la conocen con el nombre de Paula de la Ascensión.
Interior de la Catedral de Mondoñedo
El interior de la Catedral ha llegado a nosotros casi en su totalidad. Hay que destacar que su estilo románico destaca sobre cualquier otro edificio de la localidad. Tiene tres naves y cada una de ellas tiene una enorme ojiva en la fachada. Especialmente atractivo resulta el enorme rosetón gótico de la nave central sobre la ojiva.
Las naves cuentan con bóveda de crucería sobre arcos apuntados, presentando varios estilos por las diferentes reformas y ampliaciones que ha vivido a lo largo de los años.
Las vidrieras
La luz hace acto de presencia de manera majestuosa en el interior, y es que las vidrieras cumplen perfectamente con su papel, no solo artístico, sino funcional, dejando pasar la luz hacia el interior. El rosetón todavía conserva su círculo central original, románico, pero el resto de las vidrieras que están a su alrededor no son de esa época, son posteriores, pues fueron reconstruidas a principios del siglo XX en base a los modelos medievales. El resto de vidrieras que podemos encontrar son de mediados del siglo XIX. En los brazos del crucero, dos vitrales con las figuras de San José y San Antonio Abad. En las naves laterales, cuatro con las figuras de los Evangelistas. Las otras cuatro comparten dibujos geométricos y vegetales.
La Capilla Mayor
Como la mayor parte del templo, también sufrió modificaciones a través de los años, si bien todavía se puede observar la sencillez de la arquitectura cisterciense original, en sus cinco ventanales. En esta Capilla encontramos el retablo mayor, rococó, obra de Francisco Terán, de finales del siglo XVIII. El primer cuerpo tiene cuatro columnas con las imágenes de San Rosendo y San Martín Dumiense intercaladas. En el centro se puede ver la Ascensión de la Virgen acompañada por unos ángeles, que conecta con el segundo cuerpo. Arriba del todo se encuentran los santos Pedro y Pablo y los medallones de San José a la izquierda y de San Joaquín y Santa Ana a la derecha.
En la bóveda del transepto se localizan unos espléndidos murales al óleo, de cuya autoría también es responsable el maestro Francisco Terán. En ellos aparecen representadas escenas del Antiguo Testamento.
El Coro
Su ubicación actual no es la original, ya que fue cambiado, desde la parte central de la nave mayor, en la década de 1960. Recordemos que durante el gótico cisterciense era normal que los coros se situaran en la parte central de las Catedrales. El coro original era de piedra. La sillería del coro, de madera de nogal, magistralmente ubicada a fin de facilitar que las voces se fundan con las paredes del templo, tiene 59 sitiales, divididos entre la parte izquierda del crucero y el presbiterio. La parte de la izquierda es gótico flamígera y la parte situada en la capilla mayor es renacentista.
La Sacristía
De estilo gótico y costa de cuatro tramos de bóveda En el frontis de la sala hay un retablo barroco dorado. A ambos lados del retablo, en la parte superior hay dos cuadros de evangelistas, que junto a otros dos que están en el lado opuesto de la sala forman parte de una serie de cuatro óleos sobre lienzo de la escuela italiana del siglo XVII que el obispo Villafañe se trajo de Roma. En los dos muros laterales de la sacristía hay dos cajoneras enormes de estilo rococó, y encima de ellas hay varios cuadros del taller de Rubens, inspirados en escenas del Antiguo Testamento. En el centro hay una excelente Inmaculada de alabastro.
La Girola y las Capillas
Si nos centramos en la girola, lo primero que llama la atención es su forma, y es que es cuadrada, algo inusual. Construida en el año 1548, está sobre un ábside circular. El objetivo era dotar de amplitud a la catedral pero lo que consiguieron al final es que desaparecieran los dos ábsides laterales que existían, quedando oculta la parte del ábside central. En el recorrido por el deambulatorio se encuentran varias capillas y algunas tumbas. En cuanto a las capillas, encontramos la de la Soledad, del siglo XVII , la del Ecce Homo, del siglo XVIII, la de la Inmaculada que cuenta con un gran retablo plateresco, la del Cristo de la Buena Muerte con un retablo neoclásico, y la Capilla de San Francisco de Asís, de estilo renacentista. La última Capilla que nos queda por citar es la de la Virgen inglesa o del Santísimo Sacramento
El Relicario
En primer lugar hay que decir que su origen proviene de San Rosendo, obispo de Mondoñedo en el siglo X. Una reliquia de San Rosendo, llegaría en octubre de 1614 desde el monasterio ourensano de Celanova. Es de estilo barroco compostelano y contiene 13 hornacinas y 17 relicarios de los siglos XVII y XVIII.
Las pinturas góticas
Unas espectaculares pinturas murales las encontramos debajo de los órganos. Estos frescos son góticos, del siglo XVI. La relevancia de estas pinturas, reside además de en su belleza y perfección, en el hecho de que están hechas con una técnica muy diferente a la habitual, o al menos a la que encontramos en el resto de pinturas murales de la época, en tierras gallegas.
Estas pinturas fueron descubiertas por azar, pues allá por el año 1862 don José Villaamil y Castro subió al órgano pequeño de la Catedral , percatándose en ese momento de que en la pared de la escalera había unas pinturas. Tras la limpieza de la zona encontraron una pintura espectacular la “Degollación de los Inocentes”. Seguramente fruto de esta aparición se procedió a la búsqueda de otras pinturas, localizándose así unas pinturas murales mucho mejor conservadas con escenas variadas, como las dedicadas a escenas de la vida de San Pedro y su martirio.
Parece ser que estas pinturas permanecieron ocultas por mor de obras anteriores, pues dichas pinturas se realizaron para cubrir el muro del cerramiento del coro, y cuando se procedió a cambiar el coro inicial, de piedra, por otro de madera, en el siglo XVI, se destruyeron parte de estas pinturas con el montaje de las sillerías, la apertura de los postigos y al hacer la escaleras. Un tiempo después se decidió bajar el coro porque era muy alto y oscuro, así que se dañó la parte superior de las pinturas y otra parte de ellas quedaron tapadas cuando se aplicaron las escalerillas para el acceso a la tribuna y a los órganos. Cuando colocaron los nuevos altares en los lienzos murales del coro quedaron definitivamente ocultas en el siglo XVIII. Como en la documentación no había constancia de ellas nadie se imaginaba que estarían aquí. Cuando se trasladó el coro decidieron colocar las pinturas en el lugar en el que podemos verlas hoy, debajo de los órganos en la nave central.
En la escena de los Santos Inocentes, que encontramos del lado derecho, vemos su disposición en dos franjas separadas y con un texto gótico, con el que el autor narraba la gran masacre cometida por los soldados vestidos con cota de malla y espadas.
Las antes mencionadas escenas dedicadas a la vida de San Pedro, las encontramos en la parte izquierda, divididas en cuatro recuadros, junto con escenas de la entrega de las llaves que le hizo Cristo, la resurrección de una mujer, la liberación de la cárcel de un ángel y el martirio y su crucifixión.
Los Órganos
Son de la Edad Media, aunque, debido a su lamentable estado, fueron reconstruidos en los tiempos de Diego de Soto. Parece ser que los instrumentos de los órganos se deben a Muñoz y Salcedo. Se localizan en la parte superior.
El Claustro
Se desconoce con seguridad la forma que tuvo en su momento el claustro original, aunque se cree que era un espacio pequeño y acogedor que giraba en torno a las primitivas capillas de San Andrés y la Santísima Trinidad, la Sala Capitular y la Sala de los Caballeros (que era la sala en la que se reunían los nobles de la ciudad).
El claustro que podemos ver hoy en día se hizo en el siglo XVII, es de estilo clásico y tiene tan solo un piso, forma un cuadrado con galerías abiertas que se abren al patio a través de una veintena de arcos de medio punto con columnas dóricas y medias cañas entre ellos. Todo está realizado en piedra de granito. En el tramo interior las galerías están separadas por arcos fajones que descansan en sencillas pilastras lisas.
Del primitivo claustro del templo se conserva el crucero gótico del siglo XV que se puede ver en el centro. Su anverso está compuesto por un Cristo y su reverso por la Asunción orando y dos ángeles en los brazos de la cruz.
El claustro da acceso al Palacio Episcopal y a la Sala Capitular.
El Museo Catedralicio y Diocesano
En el interior hay espacio también para el Museo Catedralicio Diocesano, que acoge una de las colecciones de arte sacro más importantes de toda España. Se inauguró en 1969. En su interior podemos encontrar todo tipo de objetos dedicados al ceremonial sacro, elementos litúrgicos y artísticos. Así encontramos, zapatos episcopales, una arqueta eucarística, un retablo, una serie de relieves policromados de alabastro al óleo, del siglo XV y, varias tallas y esculturas. Es de destacar el conjunto de alabastros ingleses del siglo XV de los talleres de Londres y Nottingham, el retablo de la Magdalena con una imagen del siglo XV, grandes tablas flamencas del siglo XVI y la exposición de importantes piezas de plata y marfil: báculos, bandejas, cálices, custodias, cruces procesionales y candeleiros.
Algunos datos curiosos sobre la Catedral de Mondoñedo
Como la práctica totalidad de construcciones históricas, y tras siglos de presencia, en torno a la Catedral de Mondoñedo han tenido lugar historias, leyendas y cuestiones curiosas. Seguidamente citamos algunas:
- En la Capilla de San Francisco de Asís se encuentran elementos vinculados al culto jacobeo, por lo que aquí podría haberse ubicado una antigua iglesia parroquial del apóstol Santiago, desaparecida en la reforma del siglo XVI para construcción de la girola cuadrada. Cabe recordar que el propio San Francisco de Asís habría peregrinado a Santiago de Compostela en 1214 para venerar las reliquias del apóstol Santiago.
- La Virgen inglesa, que se encuentra en la Capilla del mismo nombre, es una escultura gótica de estilo tudoriano muy curiosa, que se cree que estaba en la Catedral de San Pablo de Londres. Unos marineros ingleses la llevaron hasta el puerto de Ferrol huyendo de la persecución de los católicos por Enrique VIII, y posteriormente el clérigo don Alonso de Mourelle la compró y se la regaló a la catedral en 1555.
- La puerta de la sacristía está hecha de cuero.
- Respecto a las campanas, de las que ya comentamos algunas cosas en apartados anteriores, hay que decir que en Mondoñedo todavía se mantiene la tradición del toque manual de las campanas.
- Y se dice que las campanas emiten un sonido tan fuerte que se dice que incluso se puede llegar a escuchar en tierras portuguesas.
- Respecto a las campanas, también hay una historia que las vincula con una circunstancia concreta. Hace años había un toque de “a parto“, que se hacía cuando una parturienta tenía un parto complicado. Se pedía que se tocara la campana de la catedral como símbolo de protección. Uno de los últimos por los que se tocó fue por Álvaro Cunqueiro en el año 1911. Después se suprimió porque parece que las parturientas que no tenían complicaciones se ponían nerviosas.
- En el interior de la Catedral, aunque posiblemente oculta bajo un banco se encuentra la, deteriorada, tumba de Mariscal Pardo de Cela, un importantísimo personaje en la historia de Galicia, y que muchas veces ha sido utilizado como símbolo de la resistencia de la nobleza gallega frente a la castellana. Para saber más sobre él, os aconsejamos leáis nuestro post: Mariscal Pardo de Cela. Historia y Leyenda.
Si vas a visitarla, aprovecha para…
Mondoñedo es un pueblo con mucho encanto. Recomendamos especialmente la visita a la Fonte Vella, el Puente del Pasatiempo, el Seminario de Santa Catalina, hoy en día es una escuela sacerdotal y cuenta con una biblioteca de más de 25.000 obras, y que se puede visitar. El Barrio de Os Muiños es la zona donde se asentaron los artesanos, un lugar precioso y en el que además tendrás la oportunidad de conocer a interesantes artesanos de la piedra, el metal, la cerámica, etc.
Todavía quedan algunas, aunque escasas, ruinas de las murallas que en su día protegían esta villa.
Y en el entorno, resulta interesante una visita a la Iglesia de Santa María en la cercana localidad de Meira, la Cueva del Rei Cintolo, también el Castro de Viladonga (ver nuestra publicación: El Castro de Viladonga, un viaje al pasado), o el nacimiento del río Miño. Incluso hay varias rutas de senderismo para aquellos que quieran disfrutar de la naturaleza. Ya en el norte de la provincia se encuentra la archiconocida Playa de la Catedrales y localidades y pueblos con gran encanto, como son Rinlo, Castro de Fazouro o Ribadeo.
Y si coincide que en el mes de Agosto estáis por estas tierras, no dudéis en disfrutar de un evento único, el Mercado Medieval que se celebra en la villa de Mondoñedo, durante el segundo-tercer fin de semana del mes de agosto.
Podéis saber algo más sobre esta villa en nuestro post Disfrutar Mondoñedo.
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Referencias
Pinturas murales de la Catedral de Mondoñedo. De Villaamil y Castro, J.
Mondoñedo. Catedral, Cidade, Bispado na segunda metade seculo XV. De Cal Pardo, E.
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