Hablar de Pedro Madruga es hablar de uno de los personajes históricos gallegos más controvertidos. Su biografía y su leyenda han dado origen a una ingente labor de investigación y divulgativa. Mediante esta entrada, como es norma en este Blog, haremos una reseña no demasiado amplia para hacerla llegar así al mayor número posible de interesados.
Pedro Álvarez de Sotomayor, también conocido por el apelativo de Pedro Madruga fue un caballero que sirvió a dos reyes, ya que era conde de Camiña y de Sotomayor. Su historia y su leyenda está plagada de crueles batallas y no pocos misterios.
Pedro Álvarez de Sotomayor nació en 1430 en algún lugar de la provincia de Pontevedra. Tal vez en Poio, donde se construyó la nao Santa María (La Gallega), cerca de Bayona, lugar de arribada de la Pinta al mando de Pinzón para dar noticia del descubrimiento de América.
Pedro Madruga fue un hijo bastardo del primogénito de la principal familia noble de Galicia, los Sotomayor. Por lo que Pedro Álvarez de Sotomayor fue preparado desde niño para la carrera eclesiástica, ingresando pronto como canónigo de la catedral de Tui.
En esa época, mediados del siglo XV había una difícil coyuntura social y económica, más dura, si cabe, que la habitual en esos tiempos, y ello era consecuencia de la acumulación de varios años de malas cosechas. Había además una conciencia de inseguridad derivada de los abusos de los señores feudales. De esta forma la situación se fue agravando, hasta el punto de que la baja nobleza, los villanos y los campesinos de las zonas de las actuales Coruña, Ferrol, Betanzos y Lugo se mantuviesen en continuos enfrentamientos con los “grandes señores” de Galicia. El hecho que desató la chispa que provocó la revuelta conocida como la de los “Irmandiños” (en recuerdo a la revuelta protagonizada unas décadas antes por los mismos colectivos) fue la instauración de una Santa Hermandad por parte del rey Enrique IV con la intención de frenar a la nobleza local. Esta revuelta llegaría a convertirse en una guerra civil. Las propias cifras así lo atestiguan: más de 80.000 milicianos, asalto a más de 130 castillos y residencias nobiliarias.
En 1468 su hermanastro Álvaro Páez de Sotomayor, quien era el primogénito de la Casa de Soto Mayor, tras ser asediado por los irmandiños y ante la carencia de descendientes, decidió conceder a Pedro Madruga los derechos de sucesión. Así, con 38 años, Pedro Madruga cambió su vida en la catedral para asumir la dirección de la mesnada familiar y luchar contra los enemigos de los Sotomayor (la Santa Hermandad de Galicia)
En ese mismo año procuró su reconocimiento como heredero de su medio hermano, por parte de las Cortes de Portugal y Castilla. Aprovechó igualmente para obtener apoyo militar, consiguiendo finalmente derrotar a los irmandiños y recuperar los territorios de la nobleza gallega. Gracias a estos éxitos Pedro Madruga alcanzó una gran fama.
Durante el reinado de Enrique IV (1455-1474), Pedro Madruga, beneficiándose del favor y la debilidad de la corona, consolida e incrementa sus dominios.
Pedro Madruga continuó, como sus predecesores Sotomayor, ejerciendo la encomienda sobre la iglesia de Tui, de forma que más parecían los Sotomayor los señores de la Iglesia, que sus propios obispos, con los que el conflicto fue también permanente. Finalmente, don Pedro Madruga llegó a titularse Vizconde Tui y Mariscal de Baiona.
El momento cumbre de la ascensión de Pedro Madruga se produce en 1475, cuando obtiene del rey portugués Alfonso V el título y los derechos de conde de Camiña; por entonces constituirá un dominio casi exclusivo sobre la zona suroeste de Galicia, donde el pueblo lo invocaba como “nuestro rey”; titulación acorde, por lo demás, con sus pretensiones hegemónicas, expresadas rotundamente en sus propias palabras: “en Galicia basta mi casa“.
Los enfrentamientos, habituales en esta época en todos los territorios, encontraron también suficientes contrincantes enfrentados a la familia Sotomayor. Así, la familia Sarmiento estaba en litigio por los límites de Rivadavia (en la actual provincia de Ourense), y dice la leyenda que el apelativo de Madruga tuvo que ver con este hecho, pues ambos contrincantes acordaron acudir al alba al límite de sus territorios para discutir sus desavenencias, saliendo al canto del gallo de sus fortalezas. Cuando Sarmiento quiere salir, Pedro ya estaba allí, lo que hizo exclamar a Sarmiento: “Madruga, Pedro”, de ahí su sobrenombre.
También estaba enfrentado con otras familias gallegas, con el arzobispo de Santiago Fonseca II, amante de María de Ulloa mujer de su hermano, quien vivía en Santiago en el conocido hoy por el Palacio de Fonseca. Doña María tuvo un hijo con el arzobispo, que fue Alfonso III de Fonseca, lo que hizo exclamar a Fernando el Católico: ”Parece ser que en Compostela el arzobispado se sucede de padres a hijos”.
En el año 1474 muere el rey de Castilla Enrique IV, que estaba casado con Juana de Portugal, y tenían una hija Juana “La Beltraneja” (así llamada por los rumores lanzados por sus enemigos que achacaban que su padre no era el fallecido rey, sino uno de sus privados, Beltrán de las Cuevas). Juana, casada con Alfonso V de Portugal (protector de Pedro Madruga) reclama la corona de Castilla, enfrentándose así a su tía, Isabel de Castilla (hermana de Enrique IV) en la disputa por el trono del reino. Dio comienzo en 1475 la guerra de sucesión de Castilla.
En este contexto, Pedro Madruga se alineó con los partidarios de la defensa de los derechos de La Beltraneja, convirtiéndose por tanto en enemigo de Isabel y Fernando de Aragón. Pedro Madruga se puso del lado de Juana y del bando portugués, tanto por afinidad geográfica y cultural, como por vinculación familiar, y con miras a la salvaguarda de sus intereses personales, a caballo entre el sur de Galicia y el norte de Portugal. Hecho que marcaría su devenir futuro.
Galicia está viviendo años convulsos. Los Reyes Católicos toman parte en el asunto y ponen en marcha el absolutismo, el sistema feudal era insostenible, la nobleza esquilmaba a los campesinos, privan a la nobleza de buena parte de sus derechos. Nombran una Junta de Galicia y envían a un gobernador general, Fernando de Acuña, acompañado de un ejército de árabes al mando de Mugarra para someter a los levantiscos condes gallegos. En 1483 ejecutan al mariscal Pardo de Cela, se le corta la cabeza en Mondoñedo. Galicia es sometida al poder central, se prohíbe el gallego, las comilonas con 40 platos en las bodas, ordenan arrancar los olivos y prohibir las demás costumbres propias del pueblo desde los celtas.
El arzobispo de Fonseca, paladín de la corona en Galicia, rompía toda relación con Pedro Madruga, reclamándole la devolución de las feligresías que tenía en feudo. Los Reyes exigían la entrega de Vigo y Redondela a la Iglesia de Santiago. Don Diego de Muros, obispo de Tui, se quejaba ante la Curia Romana de los abusos que Pedro cometía contra a su Iglesia. El cerco se cerraba sobre el señor de Sotomayor. Por si fuera poco, los Reyes Católicos prepararon el final de Pedro Madruga. Protegieran en la Corte a su hijo mayor, Álvaro de Sotomayor, y ahora le exigen que se haga cargo del señorío, desposeyendo a su padre. Don Álvaro, fiel a los deseos de la Corona, se presenta, en 1483, en las tierras de su padre y valiéndose del engaño, se apodera del Castillo de Sotomayor. Pedro Madruga, que se encontraba en Portugal, al conocer esta traición, deshereda a su hijo mayor y se arroja su maldición. Pero, en un momento en el que los hechos mandaban, todo esto eran palabras que sonaban a canto de cisne. Don Álvaro de Sotomayor heredaría el señorío con el apoyo y la confianza de la Corona, e iba a convertirse en un nuevo tipo de noble, sumiso a la voluntad de los monarcas.
En 1486, Pedro Madruga parte para Castilla con la intención de pedir perdón. Se entrevista en Alba de Tormes con el Duque de Alba, después con los Reyes Católicos. A partir de aquí no hay noticias claras de Pedro Madruga. Unos dicen que fue prendido y dado preso por garrote, otros que murió envenenado, pero no hubo entierro, ni apareció su tumba, ni nadie reclamó su cadáver. Es como si desapareciese, aunque escritos de la época mencionan a Pedro Madruga en algunas reclamaciones legales. En todo caso, su muerte queda envuelta en la duda y el misterio.
Desaparecía así el personaje tal vez más singular de la agitada Galicia de fines del siglo XV y lo que la crónica coetánea, en unos casos, y la historiografía romántica y nacionalista gallega en otros, convirtieron en el más controvertido de su tiempo.
Por último hay que reseñar que, fruto de tan extrañas circunstancias en el fallecimiento y desaparición de Pedro Madruga, se creó un excelente caldo de cultivo para que algunos historiadores (Alfonso Philipot, Rodrigo Cota y Fernando Alonso) promoviesen la posibilidad de que Cristóbal Colón fuera un nombre inventado por Pedro de Sotomayor para comenzar una nueva vida. Se trataba de un proscrito y pudo aprovechar su parada en casa de su amigo en Alba de Tormes para comenzar una segunda vida pública. Uno de los numerosos indicios es su escritura: un castellano con numerosos galleguismos y un único escrito en mal italiano; la coincidencia de la firma de Colón con la genealogía de Sotomayor.
Hay datos, que según su interpretación pudieran avalar estas hipótesis. Así, por ejemplo, el hecho de que el hijo mayor portugués de Pedro Madruga –Cristóbal de Sotomayor– fuera nombrado gobernador de una isla descubierta por Colón, la de Puerto Rico (en un texto de 1620 a ese personaje se le identificó con un tercer hijo no reconocido de Cristóbal Colón). Entre otras muchas circunstancias que pudieran avalar esta teoría, parece ser que los periodos de estancia de Pedro Madruga en Portugal coinciden con los que Cristóbal declaraba haber estado en Portugal.
En todo caso, para los interesados en saber algo más sobre esta teoría aconsejamos consultar el siguiente enlace: https://celsogarciadelariega.wordpress.com/category/imposibilidad-de-teoria-pedro-madruga-cristobal-colon/
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