La basílica de San Martín de Mondoñedo, en gallego San Martiño, se encuentra en la localidad de Foz, en la provincia de Lugo.
En primer lugar hay que decir que sobre esta basílica hay abundante información, ya que por el mero hecho de ser considerada como la catedral más antigua de España ha desatado la curiosidad de muchos aficionados y visitantes. Pero es que también se trata de un tempo de los más antiguos que podemos encontrar en tierras gallegas, conjugando en su estilo artístico el prerrománico y el románico, que además al tratarse de una construcción anterior, presenta unas características de un románico muy primitivo, muy diferente al denominado “románico gallego”.
Decíamos antes que la basílica de San Martín de Mondoñedo está considerada como la catedral más antigua de España, pues bien esta afirmación se sustenta en el hecho de que ya en el siglo IX, este templo fue la sede de dos obispados del reino de Galicia, concretamente un obispado que se había trasladado desde Dumio, en Braga (Portugal) y otro desde Bretoña, en tierras lucenses.
El edificio que actualmente se conserva de la antigua sede episcopal, considerada la catedral más antigua de España, es la iglesia del antiguo monasterio, con elementos arquitectónicos de los siglos X, XI y XII. Se encuadra en el estilo románico inicial, si bien es cierto que ciertos vestigios reaprovechados en su construcción se remontarían incluso al siglo VI.
Su historia es sumamente rica en acontecimientos y corrió paralela a la de la diócesis de Mondoñedo, hoy en día Mondoñedo-Ferrol.
El templo cuenta con el reconocimiento de su categoría y rango patrimonial, cultural y artístico mediante su catalogación el año 1931 como BIC.
Perdida su función episcopal desde fecha muy temprana y exclaustrada en la Edad Moderna la comunidad agustiniana posteriormente instalada en ella, San Martín de Mondoñedo, distinguida con el rango de basílica desde 2007, funciona en la actualidad como templo parroquial de la pequeña población surgida en torno al templo.
En la actualidad la basílica funciona como templo parroquial y acoge también el Museo Parroquial.
Con esta publicación vamos a intentar recuperar, clasificar y exponer información referente a su historia, una breve descripción arquitectónica y artística, algunas anécdotas en torno a este templo, leyendas, etc.
¿Dónde se encuentra la basílica de San Martín de Mondoñedo?
La Basílica de San Martín de Mondoñedo se sitúa en O Caritel, en tierras lucenses, a unos 90 kilómetros al norte de la capital provincial y a escasos cinco del núcleo costero de Foz, a cuyo municipio pertenece en la actualidad.
Desde la ciudad de Foz hasta la basílica de San Martín de Mondoñedo hay un trayecto de tan solo 8 minutos. Desde Lugo el trayecto es un poco más largo y sería en torno a una 1 hora y cuarto en coche. En cuanto a otros puntos de la comunidad autónoma gallega, caso de Santiago de Compostela, el viaje sería más largo, casi dos horas en coche.
Historia de la basílica de San Martín de Mondoñedo
Como sucede en la práctica mayoría de los templos de la época, sus orígenes no están absolutamente claros, ya que se en torno a ella existen datos, relatos y leyendas, en muchos casos no contrastados.
Una posible primera referencia histórica la encontraríamos en el siglo VI cuando se menciona la existencia de la diócesis Britoniense, de la que no se conoce su sede, pero se haba que en su ámbito territorial se encontraba el monasterio Maximo, cuya localización pudo hallarse en Bretoña, en el actual municipio lucense de A Pastoriza. Según otros estudiosos este monasterio podría haber estado en donde se encuentra actualmente San Martín de Mondoñedo.
En esta línea habría que hacer un inciso para hablar de los britones, el pueblo cristiano que habría llegado a estas tierras de la Mariña lucense huyendo de los anglosajones desde la provincia romana de Britania. Fijarían su capital en Britonia (actual Bretoña).
En cuanto a los obispos, el primero del que se tiene constancia es Mailoc, un prelado que habría participado en el Concilio de Braga en el año 572.
En el año 775 se firmó el Diploma del Rey Silo, el documento de este tipo más antiguo conservado en España. En él, Silo concede a unos monjes algunas de sus propiedades entre los ríos Eo y Masma.
En el último tercio del siglo IX aparece el obispo Sabarico, que llegaría huyendo de la conquista musulmana, desde la diócesis de Dumio, en Braga, Portugal, refugiándose en un lugar llamado Mendunieto, seguramente con la intención de volver a su lugar de origen en cuanto le fuese posible. Este lugar podría ser, tal vez, en donde se encuentra nuestra basílica.
Tras Sabarico, esta sede tuvo otros catorce obispos, entre los que destaca San Rosendo, promotor de la iglesia catedral en San Martin de Mondoñedo durante su estancia en el monasterio, esto acontecería entre los años 925 y 947. Su papel tuvo gran relevancia pues consiguió aunar el poder religioso de Galicia.
Un obispo muy popular fue San Gonzalo (llamado santo aunque no está canonizado), que fue el titular de la sede entre los años 1071 y 1112, y que llegaría a ser tenido por santo entre sus fieles. De este obispo, podemos ver en el museo parroquial su sepulcro, su báculo y su anillo pastoral de oro.
Este monasterio fue la sede de la diócesis hasta que en 1113 se determinó su traslado a Vilamaior do Val de Brea, o Vallibria, hoy en día Mondoñedo (en recuerdo de su antigua sede), lo que confirmaría la reina Urraca el 1117. Parece ser que el motivo del traslado era la búsqueda de un lugar más seguro, de ahí su desplazamiento tierra adentro, alejándose de los constantes ataques de normandos y musulmanes en la costa.
Tras este traslado, en San Martín fueron sustituidos los primitivos monjes por canónigos regulares de San Agustín que permanecieron hasta el 1534 en que el papa Clemente VII agregó este priorato a la catedral de Mondoñedo y ordenó que en San Martín de Mondoñedo quedasen tantos clérigos como canónigos regulares de San Agustín. Esta medida llegó desde Roma para evitar los abusos que los abades comendatarios venían cometiendo, ya que en los últimos años el abad de San Martín era también dignidad de la Catedral de León, eligiendo esta ciudad como residencia y descuidando por tanto sus obligaciones en el monasterio, cuyos canónigos al verse sin dirección vivieron de manera poco ortodoxa.
Posteriormente, después del Concilio de Trento, en el año 1542, siempre hubo sacerdotes que ocuparon el antiguo monasterio, aunque la gente les siguió llamando canónigos.
En resumen, San Martín de Mondoñedo fue sede episcopal entre los años 870 y 1112, la sede se trasladaría después a Mondoñedo y en el año 1182, el rey Fernando II establece la capital diocesana en Ribadeo para volver posteriormente de nuevo a Mondoñedo en el año 1219.
La última alteración en el nombre y lugar de la diócesis tuvo lugar en marzo de 1959, cuando el papa Juan XXIII decidió que la compartiera con Ferrol pasando a denominarse diócesis de Mondoñedo y Ferrol, compartiendo así ambos lugares la capital diocesana.
¿Cómo es la basílica de San Martín de Mondoñedo?
Se trata de un templo de estilo románico, en la que hay que destacar la arquitectura lombarda en la cabecera, coetánea a la catedral de Santiago de Compostela.
Suele afirmarse que sería una tipología de arquitectura de estilo románico-lombardo-catalán, bastante diferente al estilo dominante en aquellos momentos, que era el estilo francés o borgoñón.
Presenta elementos arquitectónicos de los siglos X, XI y XII.
El actual aspecto de San Martín de Mondoñedo es el resultado de varias etapas constructivas realizadas entre los siglos X y XII, aunque el grueso de la edificación viene fechándose por los especialistas en torno a los últimos años del siglo XI, por iniciativa del Obispo Gonzalo y siendo reaprovechadas para ello numerosas piezas de un templo preexistente erigido en tiempos de San Rosendo.
La primera etapa, fijada en el siglo X, le corresponde la actual hechura del edificio y fue promovida por el obispo Rosendo. De este período nos ha legado los muros sur y parte del norte. Podemos ver en el muro sur las ménsulas que servían de apoyo para las vigas del claustro del antiguo monasterio. Por otro lado, en el muro norte vemos tres vanos abocinados y una puerta con arco de herradura, reutilizada del templo primitivo y tapiada actualmente, y una puerta más que sirve de entrada.
La Segunda etapa, de un siglo más tarde, el XI, en época ya plenamente románica, nos deja la parte central con el arco triunfal y los absidiolos, más el cimborrio sobre tambor rectangular y ángulos redondeados.
A la tercera etapa, correspondiente al siglo XII, pertenece el ábside central y la fachada oeste, así como los canecillos de los muros de las naves.
El exterior de la basílica de San Martín de Mondoñedo
Visto desde el exterior, este templo se nos muestra como un conjunto arquitectónico en el que sobresale la cabecera y una decoración a base de arquillos y ajedrezados.
La fachada del templo es del siglo XII y se conforma con un sencillo pórtico de cuatro columnas, las dos más exteriores son de piedra, mientras que las interiores son de mármol (se cree que estas columnas y sus capiteles pueden proceder del templo primitivo pues muestran características habituales del arte visigodo). En uno de los dos capiteles se representa a dos atlantes con un rostro humano entre ellos. En los otros vemos adornos de hojas nervadas y cabezas de animales.
En el dintel hay un crismón de seis brazos tallado muy parecido al de la Catedral de Jaca. El crismón es un símbolo que adoptaron los primeros cristianos.
Y ya en el tímpano encontramos una representación del Cordero de Dios (Agnus Dei) inscrito en un círculo tetralobulado, y en las jambas de la puerta se encuentra un símbolo de la consagración del templo: dos cruces grabadas.
Por último, en el tejado vemos los canecillos con las habituales actitudes grotescas, con las que se pretendía transmitir valores moralizantes a los fieles que acudían al templo.
A la derecha del pórtico está la torre de la Basílica de San Martín de Mondoñedo. Es del siglo XV y tiene dos cuerpos. El segundo cuerpo de la torre es del siglo XVIII, y es el que actualmente da cobijo a las campanas. La torre está rematada por una cupulita muy mona coronada por pequeñas esferas.
En la puerta occidental, del siglo XII, encontramos la portada de los pies, presentada en un brevísimo cuerpo en resalte, cuenta en total con cinco arquivoltas de medio punto trasdosadas por una chambrana externa decorada a base de palmetas.
En el lateral izquierdo de la Basílica de San Martín de Mondoñedo podemos ver los restos más primitivos del templo. En él destacan los vestigios del muro de la iglesia prerrománica del siglo VI y el arco de herradura que aparece enmarcando una antigua puerta cuyas huellas se pueden ver en el muro.
En el lateral derecho del templo también se pueden distinguir algunas ventanas de arco de herradura y otras señales que indican que tuvo adosadas las dependencias monacales y episcopales, como el claustro, la sala capitular y el refectorio.
De las dependencias originales del monasterio ya no quedan la sede episcopal ni la colegiata. Solo se conservan la vieja catedral y la casa del prior.
Los enormes contrafuertes que sustentan al edificio, son muy recientes, pues datan del año 1866.
Interior de la basílica de San Martín de Mondoñedo
Tal y como reza el folleto informativo de la basílica, ésta presenta las características del primer románico: planta basilical, con tres ábsides semicirculares en la cabecera, en los que encontramos las bandas y arquillos ciegos de tradición lombarda. El central está dividido por tres fajas verticales con ventanas en cada tramo adornadas con taqueado jaqués.
Las naves están separadas por tres pares de pilares, con columnas adosadas.
Encontramos también el crucero, con una sencilla bóveda de ladrillo, sujeto por cuatro trompas. El tambor es rectangular.
La nave central presenta cubierta de madera y con tejado a dos aguas.
En el crucero, el cimborrio que se elevó, atípico para ser encajado en un diseño de nave previo al modelo benedictino, adopta una forma rectangular con sus ángulos redondeados. Se alza sobre trompas y presenta una extraña estructura, decorada con unas deterioradas pinturas.
La bóveda de la cabecera, la iluminación del ábside central a través de saeteras, la elevación de la cúpula sobre trompas o la decoración externa con arcos lombardos, son algunos de los elementos de ese románico primitivo que todavía podemos distinguir en el templo.
En general, el interior del templo es de una gran sobriedad, pero que sin embargo acoge una serie de grandiosos elementos de gran interés, como sus pinturas murales, el retablo pétreo, los elementos que conforman el tesoro de San Gonzalo, el Obispo Santo, los capiteles decorados, etc.
En el ábside central encontramos el retablo pétreo o Antipedium. El pequeño retablo está hecho en piedra, con bajorrelieves que mide 1,40 m de ancho por 0,80 m de alto. La figura principal es Cristo en majestad, sentado en un trono y en actitud de bendecir, situado dentro de un círculo que sostienen dos ángeles de grandes alas. En el ángulo superior izquierdo hay otro círculo más pequeño que rodea un Agnus Dei con una cruz de tipo asturiano, es decir una cruz griega que se ensancha en los extremos; se apoya en un palo. Debajo de este círculo hay un águila, motivo que se repite en alguno de los capiteles.
En los canecillos del interior hay esculturas que nos enseñan los pecados y sus castigos. También encontramos varias cabezas humanas engullidas por animales, que representan la pérdida de la condición humana por culpa del pecado.
Los capiteles de San Martín de Mondoñedo
Además de por su dilatada historia y por sus peculiaridades arquitectónicas, la basílica de San Martín destaca por los interesantísimos capiteles que un escultor anónimo, conocido tradicionalmente como Maestro de Mondoñedo, labró tanto en la zona interior del crucero como en un singular antipendio de altar figurado.
Hermosos y muy interesantes capiteles, cuya función como era habitual no era otro que contar historias.
Algunos de ellos están decorados con herrajes románicos y grandes espirales, en otros podemos ver escenas que cuentan composiciones de caza como la del hombre que tira de un caballo mientras otra persona levanta su mano derecha y coloca la izquierda sobre el cuerpo.
En total, son once los capiteles conservados en el templo, nueve de los cuales son atribuidos al Maestro de Mondoñedo, quien pese a no gozar de una grandes habilidades estilísticas y técnicas, si destacaba, además de por su primitivismo, por una marcadísima personalidad a la ora de representar figuras y escenografías. Los otros dos, situados en las caras anteriores de los soportes que anteceden al crucero, manifiestan claramente una autoría diferente, presentando decoración vegetal el del lado norte, y dos felinos sobresaliendo del follaje el del pilar meridional.
Uno de los capiteles nos muestra una alegoría al pecado de la lujuria, lo encontramos en el pilar meridional del crucero. En él podemos ver a un animal con cabeza de hombre acompañado de una mujer muy bien vestida con unos grandes pechos que están amamantando a unos sapos. En el centro está el águila de San Juan, que podría significar la ley de Dios y en el lado derecho del capitel hay una sirena con las manos sobre el vientre.
Hagamos un repaso de ellos con algo de detalle:
Capitel interior con cuadrúpedos
Este Maestro de Mondoñedo, pese a no gozar de unas habilidades estilísticas y técnicas fuera de lo normal, sí destaca, además de por su primitivismo, por una marcadísima personalidad a la hora de representar figuras y escenografías, un estilo propio que varios especialistas han coincidido en definir como muy próximo a lo naif.
En el pilar oriental del crucero, además de la reseñada cesta interna y de otras dos decoradas a base de motivos vegetales como roleos en espiral y esquemáticos acantos, destaca la escena plasmada en el capitel orientado a la nave central, en el que un personaje parece acarrear una fiera domesticada con una cuerda acompañada de otro hombre que levanta su mano derecha. Esta representación, que algunos han interpretado como una escena de caza, bien podría ocultar un simbolismo alegórico más complejo.
Capitel del pobre Lázaro y el rico Epulón
En su cesta opuesta aparece representada a lo largo de todo su espacio hábil la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. Una composición formada por el mendigo Lázaro echado en el suelo, con u perro que le lame sus llagas, y al lado Epulón y sus amigos, comiendo en una mesa.
En el capitel contiguo orientado a la cabecera, identificamos el banquete de Herodes con la danzarina Salomé en uno de los lados cortos y la ejecución de San Juan Bautista en el otro.
Capitel con leones andrófagos
Adosado al muro sur de la iglesia y justo enfrente del capitel de Lázaro se sitúa otro capitel aislado en el que unas bestias parecen devorar la cabeza de un hombre y una mujer, una escena que diversos estudiosos han identificado como el pecado de Adán y Eva, pero otros tienden a relacionarlo más con una alegoría del pecado de pensamiento
Por último, flanqueando el arco de ingreso al presbiterio a cada uno de sus lados, encontramos otros dos capiteles figurados que representan un grifo y un ser monstruoso el de la izquierda, y unas figuras unicéfalas portando espadas el de la derecha.
Al mismo Maestro que labró el grueso de los capiteles de la iglesia se atribuye la autoría del magnífico antipendio de San Martín de Mondoñedo, una pieza casi única en el románico español y que vendría a ser el antecedente medieval en material pétreo de los retablos figurados popularizados en siglos posteriores.
Se trata de una gran pieza rectangular de aproximadamente 1,60 x 1,10 metros en el que aparece presidiendo la escena y dentro de un clípeo sostenido por ángeles la efigie de Cristo entronizado. A su lado y también inscrito en un disco, el Agnus Dei o Cordero místico.
El retablo del altar de la Catedral de San Martín de Mondoñedo
Se trata de una auténtica joya. Una pieza única en su género. Labrado en piedra caliza, hace referencia a los dos primeros capítulos del Apocalipsis, representando a la Iglesia como jerarquía con Cristo como cabeza visible y bajo su amparo los sucesores encargados de crear su Iglesia y de transmitir sus enseñanzas. Algunas hipótesis apuntan a que es del siglo IX y se cree que se realizó para conmemorar el momento en el que se consagró el templo como sede episcopal.
Las formas son románicas y para entender su mensaje tenemos que pensar en el contexto de la reforma gregoriana. El retablo está formado por dos piezas unidas. Presidiendo la escena está Jesucristo con una aureola sujetada por dos ángeles. En el trono está Cristo vestido con ropas sacerdotales y bendiciendo con los dedos pulgar, índice y corazón levantados. Por detrás de su cabeza asoman los tres brazos de la cruz.
A su izquierda, en la mitad superior, hay otra aureola más pequeña que contiene en su interior al Agnus Dei y debajo a un águila con las alas extendidas y la cabeza ladeada, como un símbolo de la labor evangelizadora de San Juan.
Debajo de la figura de Jesucristo vemos la figura de un sacerdote o prelado que podría representar a San Pedro, como fundador de la institución eclesiástica y primer Papa. A sus lados aparecen dos personajes con alas y vestidos con ropas sacerdotales, que parecen transmitir a otros dos sacerdotes sus poderes de orden y jurisdicción.
Las pinturas románicas del interior de San Martín de Mondoñedo
Hasta hace apenas unos años los indicios de que la antigua Catedral de San Martín de Mondoñedo albergaba un extenso ciclo de pintura mural románica se circunscribía tan solo tres registros truncados conservados en el muro meridional del brazo sur del crucero. No obstante, se trataba de restos de datación controvertida, en el que tan sólo unos pocos autores defendían su pertenencia al siglo XII. Gracias a los nuevos hallazgos realizados en el edificio durante la restauración que se llevó a cabo entre los años 2007 y 2008, dicho conjunto de pintura mural hade encuadrarse definitivamente en la época románica.
Son las pinturas románicas más antiguas que se conservan en Galicia. Originalmente se cree que las pinturas cubrían todo el transepto y las bóvedas de la cabecera en los siglos XII-XIV.
Entre ellas podemos ver la representación pictórica del Árbol de Jesé más antigua de España. Pues si bien, en principio dio la sensación de que esas figuras eran más personajes del Coro de los Justos; una vez completada la restauración se vio que su lectura vertical mostraba un episodio totalmente novedoso: El hallazgo es el ciclo pictórico rescatado de la más antigua representación en España del “Árbol de Jesé”, anterior al de Silos, Santo Domingo de la Calzada o al del Pórtico de la Gloria en Compostela, según afirma el profesor Manuel Castiñeiras.
Las pinturas más antiguas están en la capilla del ábside derecho. Si miras la pintura de izquierda a derecha, verás a un personaje al que un ángel ha agarrado por el cabello y lo está llevando por los aires. Representa al profeta Habacuc que es llevado por el ángel al foso en el que está preso el también profeta Daniel, que no aparece.
La siguiente escena muestra a San Joaquín y a Santa Ana abrazándose ante la Puerta dorada, con un ángel sobre sus cabezas. Detrás de ellos se ve un paisaje con un árbol alto y una pequeña ciudad, que se cree que es una reinterpretación atípica de Jerusalén.
En la pintura que hay al otro lado de la ventana del ábside vemos al rey David. O eso se cree, porque está sujetando con sus manos un arpa. Y en la última escena vemos a dos hombres caminando hacia el altar que podrían representar a dos pastores que se dirigen a Belén a adorar al Niño.
En la bóveda de la capilla vemos al Padre Eterno sentado en su trono con unas nubes en la zona inferior.
En el crucero también se han descubierto dos capas de pinturas con varios vestigios pictóricos pero sin figuración. Se cree que son de época gótica.
En el ábside izquierdo también hay pinturas chulas. Podemos ver la representación de la crucifixión de Cristo. En la escena se ven parte de las cruces de los ladrones sacrificados con Jesús. A los lados están la Virgen y San Juan acompañando al Cristo con Jerusalén al fondo.
Entre las pinturas también vemos un banquete que podría ser la interpretación del banquete del rico Epulón y el pobre Lázaro que hemos visto en uno de los capiteles del templo.
También vemos otro grupo de pinturas que se podrían identificar con la adoración de los Reyes Magos, la representación del milagro de las naves de San Gonzalo o la crucifixión de Cristo, entre otras.
Centro de interpretación de la basílica de San Martín de Mondoñedo
Desde el año 2018, la Basílica de San Martín de Mondoñedo, cuenta con un centro de interpretación en la antigua casa rectoral. A lo largo de sus diferentes salas se hace un repaso por la historia de este templo, la figura de San Rosendo y el descubrimiento de las pinturas románicas más antiguas de Galicia, del siglo XII.
En él, el visitante puede ver piezas como una reproducción del Diploma del Rey Silo, firmado en el 775, el documento de este tipo más antiguo conservado en España o una lápida y un fragmento de lauda con caracteres visigóticos descubierta en las excavaciones realizadas en San Martín en 1967.
El recorrido se completa con una sala dedicada en su totalidad a la figura de San Rosendo, otra que hace un repaso por el románico en Galicia y una colección de monedas que datan del siglo XI al XVII.
La visita finaliza en la Cámara do Bispo, con las reproducciones del báculo y del anillo de San Gonzalo, las reliquias más veneradas del Obispo Santo.
El báculo original se encontró en 1648 cuando se abrió por primera vez el sepulcro de San Gonzalo. Es una vara de madera de 1,45 metros, unido a una voluta de cobre dorado de 10 centímetros, que termina en una cabeza de animal.
El anillo original fue descubierto en 1914, se trata de una pieza de oro con una piedra de cuarzo sujeta por cuatro cabezas de ave, con brillantes en los ojos y cuya inscripción dice:
Nolo esse datus neque venundatos
No quiero ser regalado ni vendido
Se cree que ambas piezas datan del siglo VIII.
Leyendas en torno a San Martín de Mondoñedo
Según una narración no contrastada el primer obispo de este templo habría sido Zebedeo, el padre de Santiago el Mayor y de San Juan Evangelista.
Otra leyenda tiene como protagonista al varias veces mencionado obispo Gonzalo. Según esta narración este obispo habría conseguido que una incursión de piratas normandos en la costa lucense Foz, en la desembocadura del río Masma, fracasase merced a sus oraciones. La leyenda nos dice que Gonzalo salió en peregrinación para ver dónde iban a atracar los barcos normandos para atacar aquellas tierras. Portaba una cruz votiva, iba descalzo, e iba arrodillándose en la tierra en su oración. «Pues bien, cada vez que se arrodillaba, se hundía una nave. Solo quedaron tres en pie»
Al lado de la basílica está la fuente de la Zapata. La leyenda cuenta que, en el siglo IX, esta zona estaba padeciendo una fuerte sequía, por lo que a petición del pueblo, el obispo de San Martín de Mondoñedo, San Gonzalo Dumiense, estuvo rezando para que lloviese, pero se le ocurrió que también ayudaría tirar una zapatilla al aire, tal y como le había pedido Dios, y allí donde cayó, dela nada, brotó un manantial con aguas milagrosas. Del origen de la fuente proviene su nombre: Fuente de la Zapata.
Conclusiones
El hecho de que la basílica de San Martín de Mondoñedo en Foz esté considerada como la catedral más antigua de toda España, convierte a este monumento en un reclamo turístico de primer orden para todos los visitantes de Foz. Pero además de por su antigüedad, hay que visitarla por su belleza, ya que es un extraordinario ejemplo de arquitectura medieval.
Su aspecto actual es el resultado de de varias etapas de construcción que culminarían en el siglo XII.
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Referencias
Apostillas al Iter picturae sancti Iacobi: las pinturas murales de San Martiño de Mondoñedo. De Castiñeiras M.
La antigua Catedral de San Martín de Mondoñedo. De San Cristóbal Sebastián, S.
https://baulitoadelrte.blogspot.com/2017/06/san-martin-de-mondonedo-lugo.html
https://monestirs.cat/monst/annex/espa/galicia/lugo/cmartin.htm
https://www.romanicodigital.com