Hoy viajamos hasta Egipto para conocer los vasos canopos.
Los antiguos egipcios consideraron la muerte terrenal como una interrupción temporal, ya que el ser humano tenía la posibilidad de vivir eternamente. En un principio esta posibilidad se limitaba a los más poderosos del imperio, si bien con el paso de los años se fue universalizando la creencia de que esa posibilidad era para todos.
En este sentido, la momificación del cuerpo del difunto adquiere un gran protagonismo, pues estaba al servicio de la vida eterna. Y por ello, en las prácticas funerarias se habilitaba una tumba con los enseres necesarios para esa vida eterna.
Pero de nada servían estos preparativos si el alma del difunto no superaba el juicio a que era sometida por parte de un tribunal presidido por Osiris, dios de los muertos. Un juicio que valoraba la rectitud y virtuosidad de la persona; en el caso de resultar favorable el acceso a la inmortalidad estaba garantizado y de no ser así, perecía irremediablemente.
En todo caso, durante el proceso de momificación, los órganos internos se extraían del cuerpo del difunto para ser momificados por separado. Las vísceras se lavaban con vino de palma y especias, se deshidrataban y vendaban con tiras de lino. Tras este proceso, eran depositadas en recipientes llamados vasos canopos.
Los órganos depositados en estos vasos pasaban previamente por un proceso de lavado y embalsamado. En el siguiente paso, los vasos eran introducidos en una caja de madera que, durante el cortejo, era trasladada en una especie de trineo formando parte así del ceremonioso entierro de los muertos en el Antiguo Egipto. Estos vasos se colocaban cerca del sarcófago, dentro de las cámaras funerarias.
La presencia de estos objetos sería una constante durante casi toda la historia de Egipto y hoy en día son una valiosa fuente de información para los arqueólogos.
Testimonios escritos
Herodóto, un historiador griego del siglo VI a.C en sus “Historias”, en la parte dedicada a Egipto, habla del proceso de momificación, si bien es cierto que no hace referencias todavía a los vasos canopos.
Sería en el siglo I a.C con el historiador Diodoro Sículo cuando se recoge el hecho de que los órganos internos se extraían y lavaban, a excepción del corazón, que dejaban en el interior del cuerpo, pues no le concedían gran importancia y creían que lo mejor era dejarlo en el cuerpo del difunto para el más allá.
Varios siglos más tarde, historiadores como Porfirio (siglo III d.C) o Plutarco (siglos I y II d.C) cuando se hable por primera vez de los recipientes que acogerían los órganos extraídos.
Según Porfirio, “existe un punto que no debe ser pasado por alto, es decir, cuando se embalsaman los cuerpos de la clase rica, entre otros cuidados prestados al cadáver, en privado se extraen los intestinos y se colocan en un cofre, para que sean los primeros en presentarse lo antes posible ante el Sol, mientras que uno de los que están ocupados en el embalsamamiento del cadáver recita una oración…”.
Por su parte, Plutarco, aunque está de acuerdo en que los órganos internos eran extraídos y presentados al Sol, curiosamente afirma que su destino final era ser arrojados al Nilo, afirmación que, dada la gran cantidad de vasos canopos que los arqueólogos han recuperado de las tumbas egipcias de todos los períodos, no se sostiene.
¿Por qué se llaman vasos canopos?
El origen de esta denominación se encuentra en un error cometido por los primeros egiptólogos, quienes al observar las figuras representadas en las tapas de estos vasos, confundieron la imagen con la de “Canopo”, o Kanopos, piloto de Melenao, el legendario rey de Esparta y marido de Helena de Troya.
En la ciudad de Canopus, cercana a Alejandría, el dios Osiris fue representado con forma de una vasija con cabeza antropomórfica. Y es que los escritores clásicos creyeron que el héroe griego Canopo fue adorado en dicha ciudad, en forma de vaso. Estos vasos normalmente se tallaban en piedra caliza o alabastro, y presentaban en su exterior dibujos o inscripciones relativas al difunto y a la vida en el más allá.
El error parte seguramente del hecho de que al encontrar esos primeros vasos canopos se les asoció con otro tipo de recipientes que poseían tapas con forma de cabeza humana, hallados en la citada ciudad de Canopus, en el Bajo Egipto, aunque no había ninguna relación entre ellos.
¿Qué son los vasos canopos?
El vaso canopo, canope o canópico, es un recipiente que se utilizaba en el antiguo Egipto para depositar en su interior las vísceras de los cuerpos durante la momificación, para preservar el buen estado de conservación de estos, evitando la putrefacción. La idea que subyace es la de mantener intacta la imagen unitaria del cuerpo de ahí que haya que conservar, además del cuerpo momificado, las vísceras lavadas y embalsamadas, sumergidas en natrón líquido (una solución salina).
Como decíamos en párrafos anteriores, el corazón, la fuente de la conciencia, sentimientos, sabiduría y razonamiento del individuo, debía permanecer en el interior del cuerpo protegido por un amuleto conocido con el nombre de escarabeo, un objeto místico que cuya forma se asemejaba al de un escarabajo pelotero cuya función principal en el cuerpo del difunto era la de resucitar para alcanzar la vida eterna en el más allá.
Los primeros ejemplos de canopos no los encontramos en forma de vasos, sino como cofres o simples nichos en las paredes de las tumbas, en donde los órganos eran depositados una vez vendados.
Posiblemente los nichos hallados en las tumbas de la II Dinastía fueran utilizados a tal efecto.
Los primeros cofres canopos de los que se tiene constancia datan de la dinastía IV, esto es, de éntrelos años 2543-2436 a.C. Serían unos cofres de madera con cuatro compartimentos, con tapas planas o ligeramente cónicas. Estos primeros vasos y cofres carecían de decoración alguna.
De hecho, los primeros vasos canopos de los que tenemos constancia datan de la dinastía IV. Concretamente son los pertenecientes a la reina Hetepheres, madre del faraón Keops, el constructor de la Gran Pirámide. La tumba de Hetepheres fue descubierta por el arqueólogo norteamericano Georges Reisner en 1925, y en su interior se halló un cofre canopo de alabastro con cuatro compartimentos, en cada uno de los cuales se había depositado un “paquete” que contenía lo que parecían ser los órganos internos momificados de la reina. En este caso, las tapas eran planas o ligeramente cónicas.
Posteriormente se fabricaban con barro, piedra caliza, calcita, alabastro u otro tipo de material ordinario y solía tener una forma cóncava y de reducidas dimensiones.
Llegado el Primer Período Intermedio, el diseño sufre alteraciones tanto en su estructura como en su decorado. En cuanto a la primera, los vasos tienen tapa en forma de cabeza humana, mientras que alrededor de ellos, en su parte superior, se inscriben hileras de textos en lugar de limitarse al nombre y título del finado.
Sería al final de dicha dinastía cuando la forma de las tapas de los vasos canopos empezó a cambiar, y solo una de ellas continuó siendo humana; las otras tres adquirieron forma animal. A partir de entonces, cada uno de estos recipientes y su contenido se pusieron bajo la protección de los llamados “hijos de Horus”, y cada tapa representaba la cabeza de uno de estos personajes.
Hacia finales del Imperio Medio, la forma vuelve a ser modificada: ahora encontramos un cofre externo hecho de piedra y que asimila con el sarcófago y un cofre interior de madera, asimilado al ataúd, dividido en cuatro secciones.
Cada sección contenía su correspondiente vaso canópico (aunque en ocasiones no se utilizaban los propios vasos sino representaciones de ellos) y en su interior los órganos. Los cuatro vasos son identificados con los cuatro hijos de Horus (a partir de la Dinastía XVIII queda representados en las tapas de los mismos), cada uno de ellos protegido por una deidad, conocidas estas como los “hijos de Horus”, y se colocaba en un determinado punto cardinal. Estas divinidades eran:
- Amset: vasija con tapa en forma de cabeza humana, donde se guardaba el hígado. Su posición era Sur y la divinidad protectora era Isis.
- Hapy: vasija con tapa en forma de cabeza de babuino o papión, donde se depositaban los pulmones. Su posición era Norte y la deidad que la protegía era Neftis.
- Kebeshenuef: vasija con tapa en forma de cabeza de halcón, que contenía los intestinos. Su posición era Oeste y la deidad protectora Selket.
- Duamutef: vasija con tapa en forma de chacal, con el estómago del difunto. Su posición era el Este y la deidad protectora era Neith.
El texto jeroglífico de cada frasco a veces contiene una inscripción protectora, especifica la deidad guardiana respectiva y puede nombrar a la persona fallecida cuyo órgano contiene.
Avanzado el Imperio Nuevo, las tapas de los vasos canópicos, podían tomar la forma de otros animales e incluso de pájaros. Sin embargo, fue ya a partir de la Dinastía XXI cuando los vasos canópicos dejaron de tener una función práctica, cambiando la práctica a la reinserción de los órganos en el cuerpo tras momificarlos por separado.
Con la Dinastía XXII se transforman, es decir, en esta época los vasos son macizos, sin cavidad interna y lo que queda es su simbolismo.
La influencia de nuevas culturas y creencias religiosas, especialmente en los periodos ptolemaico y romano, mermó la tradición de las vasijas tanto en el proceso de momificación como en los rituales de muerte de la civilización egipcia. El uso de vasos canopos disminuyó aún más durante el período grecorromano (332 a.C-364 d.C).
En definitiva, los vasos canopos eran los guardianes de las vísceras del difunto:
“isis, extiende tu protección sobre Imsety que está en ti, oh honrado delante de Imsety, el rey del Alto y el Bajo Egipto, Hor”. Vaso canopo del rey Hor, de la dinastía XIII, (hacia 1730 a.C.)
Veamos algunos vasos canopos
Si nos referimos a la belleza de la decoración de los vasos canopos, tendríamos que centrarnos seguramente en los del faraón Tutankhamón. Sus vísceras estaban en el interior de una caja de alabastro de casi 90 centímetros de altura, colocada sobre un trineo chapado en oro y decorada con escritura jeroglífica negra. Los cuatro vasos y sus tapas en la que aparece con la cara pintada también de negro, son de un exquisito alabastro que contribuye a aumentar la calidad artística de todo el conjunto.
En un arcón de madera lujosamente decorado con planchas de oro, fue guardada la caja que contenía los vasos. En los lados de esta especie de templete cuadrado aparecen las cuatro diosas ya mencionadas, con el objeto de reforzar la protección de las vísceras del joven faraón. Un trineo de madera dorado sirve de base a este vistoso templete.
Los cuatro ángulos de este cofre mostraban figuras en relieve de las diosas Isis, Neftis, Selkis y Neith. Cada compartimento se cerraba con una tapa de calcita esculpida con la forma de la cabeza del faraón, tocado con un pañuelo nemes. Pero los órganos del rey, al contrario que en otros casos, no se habían colocado directamente dentro de los compartimentos, sino que se habían dispuesto en el interior de pequeños ataúdes de oro en miniatura, cada uno de los cuales estaba envuelto en lino, bañado en ungüentos aromáticos y colocado en el compartimento correspondiente.
Por otro lado, la ciencia ha puesto fin a un mito que ha durado un siglo, al demostrar, mediante pruebas realizadas por un equipo de químicos, que los cuatro vasos canopos expuestos en el Museo del Louvre con el nombre de Ramsés II no contienen, contrariamente a lo que se creía, las entrañas embalsamadas del faraón egipcio.
Los recipientes de loza azul llegaron al Louvre en 1905. Como el nombre de Ramsés II figura en ellos, así como invocaciones a los dioses Mut y Amon, se dedujo que contenían las entrañas del faraón.
Considerados como uno de los tesoros del museo, los vasos solo contienen cosméticos. Los análisis de cromatografía y espectrometría de masa han demostrado que se trata de ungüentos añadidos tras la muerte de Ramsés II y no los restos del corazón del faraón, que murió en el año 1213 antes de Cristo. La prueba del carbono 14 ha permitido datar las muestras entre 128 y 228 años después del fallecimiento del faraón.
Otro caso tieneque vez con el hallazgo de una colección de vasos canopos en una tumba en la orilla occidental de Luxor, la antigua Tebas. El descubrimiento estaba depositado en un nicho de 60 centímetros que había sido horadado en el suelo cerca del muro sur de la sala de columnas de la sepultura de Karabasken, alcalde de Tebas y cuarto sacerdote de Amon que habitó la actual Luxor durante la dinastía XXV, en el tercer periodo intermedio, alrededor del 700 a.C.
Las jarras, fabricadas en alabastro, debieron contener las vísceras del finado. Un fragmento del difunto del que no queda rastro. El agua ha hecho desaparecer sus restos y ha causado estragos en los recipientes.
Los vasos -que miden entre 35,5 y 39,4 centímetros de altura- mantienen en su interior una gran cantidad de resina. Las tapas fueron modeladas por el talento de al menos tres orfebres diferentes y presentan formas humanas, de babuino, chacal y halcón.
Y como último caso, decir que en el año 2020 se localizó, oculta bajo un muro de piedra con 2.600 años de antigüedad, una nueva cámara funeraria ha aflorado bajo las arenas de la necrópolis de Saqqara, a los pies de la pirámide de Unas. Y de sus entrañas ha emergido el ataúd de una mujer llamada Didibastet con un enigma enredado entre sus pliegues: fue enterrada con seis vasos canopos, donde se depositaban los órganos de la difunta, desafiando la tradición conocida de cuatro recipientes.
Este hecho, el de tener seis vasos canopos es una sorpresa pues no es para nada habitual, según Ramadan Badri Husein, director de la misión germano egipcia de la Universidad de Tübingen, autora del hallazgo. “Parece que Didibastet había ofrecido o solicitado una forma especial de momificación que suponía guardar todos sus órganos en seis vasos. Es una indicación de su posición socioeconómica”, relata el egiptólogo.
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Referencias
Muerte y enterramiento en el Antiguo Egipto. De Ikram, S.
https://algargosarte.blogspot.com/2014/10/los-vasos-canopos-la-belleza-de-la.html
https://egiptomaniacos.foroactivo.com/t139p25-vasos-canopos
https://historia.nationalgeographic.com.es/
https://historiarrc.blogspot.com/2015/10/los-vasos-canopos.html