Frecuentemente se ve la Edad Media como un período oscuro, bárbaro, repleto de fanatismo religioso y violencia. Sin embargo, la imagen que tenemos de ella contrasta con la realidad. Durante el medievo florecieron algunas ciencias, particularmente la filosofía.
Muchos avances prácticos permitieron a la población crecer, agruparse en ciudades y llevar una existencia un poco más cómoda. En mayor o menor medida, la tecnología medieval sigue presente en nuestra vida cotidiana. Por eso hoy vamos a hacer un rápido, que no exhaustivo, repaso sobre los principales inventos e innovaciones medievales
Contexto histórico
Tradicionalmente se suele calificar a la Edad Media como una época de atraso e ignorancia, pero lo cierto es que si bien a partir del siglo V, con la caída del imperio romano y las invasiones germánicas se perdieron muchos conocimientos, también hay que decir que durante el medievo las ciencias nunca se abandonaron.
Hay que tener presente que en esa época, todo lo desconocido o no comprendido provocaba temor y tendía a relacionarse con la magia y la brujería, con lo prohibido, con lo demoníaco. Sobre todo a partir del siglo XI todo cambió y, de manera paralela al despliegue económico del Continente europeo, renació el interés por el saber y, sobre todo, por la aplicación práctica del conocimiento.
Por otro lado, salvo contadas excepciones, el hombre medieval no concebía las ideas de novedad y progreso, al menos tal como las entendemos hoy día. No creía que en el mundo hubiese cosas por descubrir o que el tiempo significase un camino evolutivo. Podía, eso sí, admitir lo inexplicable, pues su mundo estaba plagado de misterios. De ahí la existencia de fórmulas mágicas o pseudomágicas, como las que se atribuían a los alquimistas.
En este contexto, la mayor parte de las innovaciones surgió a través de los contactos con el mundo islámico, que, a su vez, las había tomado de la Antigüedad griega y latina o del Extremo Oriente, para después desarrollarlas por su cuenta. Tal fue el caso del timón, el papel y la brújula, o de los números indo-arábigos, que progresivamente sustituyeron a los romanos, facilitando así el avance del cálculo. Los árabes permitieron también que volvieran a Occidente, a través de traducciones, tratados griegos y romanos de carácter científico, filosófico y político. Comunicaron y desarrollaron, pero no fueron los únicos en hacerlo: los europeos también supieron innovar, como prueban los relojes, los molinos y las lentes.
Instrumentos y herramientas agrícolas y ganaderas
Los avances en la invención, diseño y mejora de las herramientas e instrumentos para las tareas agrícolas y ganaderas tuvieron una gran relevancia en el Medievo, pues supuso un gran desarrollo en ambas actividades económicas y productivas. Repasemos las principales innovaciones…
El arado pesado
Hay que calificarlo como un gran invento, pues cambió radicalmente el mundo de la agricultura medieval. Si bien los primeros arados de los que hay noticias se localizan en Mesopotamia hace más de cinco mil años, sucesivas evoluciones fueron haciendo de éste un instrumento cada vez más eficiente, hasta la Edad Media cuando se le incorpora una punta metálica, y resulta de mucha más efectividad. Además, con la llegada de los normandos el arado incorpora las ruedas que facilitaban el transporte, el equilibrio y una vertedera para guiar el surco y voltear la tierra.
Los arneses
Se llega de la tradición romana, en la que apenas usaban el caballo como animal de labranza o transporte, pues entre otras cosas, el arnés de collar y cincha que conocían oprimía el cuello al equino de tal modo que se ahogaba al menor esfuerzo. Los arneses de collera y de tirante llegaron a Europa en el siglo VIII, procedentes de China, y supusieron una auténtica revolución en la vida rural, ya que estos arreos permitían al caballo respirar y tirar con más fuerza, y como resultado los colaborando también al florecimiento de la vida urbana.
La carretillas
Este instrumento ya se utilizaba en la antigua China, pero de forma diferente a las que conocemos hoy en día. En ellas, la rueda se encontraba en el centro de la carretilla y el modelo creado en la Europa medieval entre el siglo XII y XIII posicionaba la rueda al frente de la herramienta, lo cual facilitaba el control de la misma. Este modelo se expandió rápidamente, facilitando el transporte de todo tipo.
Las herraduras
El precedente antiguo de la herradura, la hiposandalia griega o romana, se sujetaba a la pezuña con cintas y se usaba ocasionalmente, en animales heridos, en terrenos accidentados o en viajes largos. Fue en la Edad Media cuando se empezaron a forjar en hierro y a fijarlas con clavos a las pezuñas, un procedimiento idóneo, sobre todo, para los terrenos húmedos de la Europa septentrional. Estas herraduras de metal facilitaron el transporte y protegieron al animal del desgaste en terrenos difíciles.
Los molinos de agua y viento
Los usos de los molinos eran variadísimos: servían para moler trigo, aceitunas, mostaza o cáñamo, para abatanar tejidos, curtir pieles, fabricar cerveza, cortar hierro, serrar madera, pulir metal, hilar seda o hacer pasta de papel.
Por otro lado, la dieta de la Alta Edad Media se basaba en carne y verduras, pero el incremento de la población en la Baja Edad Media obligó a aumentar la superficie de cultivo y a apostar por legumbres y cereales. Pero de poco habría servido cultivarlas en grandes cantidades si los molinos hubieran continuado siendo manuales.
Aunque los molinos ya se utilizaban en la antigüedad, su popularidad se incrementó a inicios de la Edad Media. La evolución y aparición de diferentes tipos de molinos hizo que la humanidad pudiera aprovechar la energía moviendo los molinos con fuentes naturales como el viento o el agua de los ríos.
A partir del siglo VIII, el molino de agua proliferó. Los había de dos tipos: los de mecanismo horizontal, aptos para corrientes pequeñas, y los verticales, que eran más costosos y requerían grandes caudales.
En el XII surgieron los molinos de viento, muy útiles en regiones con escasez de agua.
La prensa de vino
El vino es un producto consumido desde hace milenios. Para este proceso utilizaban útiles para extraer el zumo de las uvas y elaborar la bebida. Sin embargo, la prensa diseñada en el siglo XII durante la Edad Media permitía aplicar presión sobre una superficie plana, un principio similar al de la imprenta. De esta manera, era más fácil extraer el zumo. Consistía en una enorme canasta de madera unida por anillos de metal o madera que la mantenían junta. En la parte superior de la canasta había un enorme disco que se presionaba sobre las uvas para machacarlas.
Inventos que favorecieron el desarrollo de los medios de comunicación
Resultan también de gran interés las innovaciones producidas en la Edad Media en útiles para los medios de comunicación, pues coadyuvaron a la apertura de las rutas mercantiles entre lugares muy alejados, así como la exploración de nuevas rutas y otros mundos.
Inventos que mejoraron la calidad de vida
Desde el siglo X, y gracias al auge del comercio y de las peregrinaciones, surgieron grandes ciudades en los puertos marítimos, en las encrucijadas de caminos y en otros enclaves mercantiles. En ellas se producían drogas y cosméticos, vestidos y zapatos, joyas y objetos de oro y plata. Pero lo novedoso fue la aparición de auténticas industrias de cerámica, vidrio, cuero y, sobre todo, materia textil. La fabricación de tejidos de lino, cáñamo y seda evolucionó notablemente, creándose nuevos tipos de instrumentos de hilado y modelos de telares. Fueron aún más espectaculares los avances en la industria de la lana, sobre todo en Flandes, pero también en Italia e Inglaterra. Se construyeron artefactos para cardar las fibras, ruecas para hilarlas, telares horizontales que permitían hacer piezas de tela más anchas y martillos de madera que, accionados por molinos, abatanaban los paños. Vamos a ver algunos de ellos…
Los botones
La ropa entallada que lucieron las damiselas a partir del siglo XII fue fruto de un invento crucial: el botón. Los tejidos medievales eran muy poco elásticos. Gracias a los botones fue posible ceñir corpiños y cuellos, así como abrir y cerrar mangas estrechas (en la imagen, mangas anchas y cuellos abotonados).
Parece ser que este artilugio surgió en la Alemania del siglo XII, permitiendo que las damiselas teutonas pudieran lucir ropa entallada, ajustados corpiños o, simplemente, cerrar las mangas de sus vestidos.
Al principio, el botón era un objeto de lujo, confeccionado en materiales preciosos y vendido por joyeros. Más adelante empezaron a fabricarse en materiales más corrientes, como cobre, latón o vidrio.
El reloj de arena
Se cree que el reloj de arena fue introducido en Europa en el siglo IX por un monje, Liutprando de Cremona, aunque también sería plausible creer que provino de Asia.
Este artefacto utilizado para medir el tiempo, fue precedido por la clepsidra (reloj de agua), un invento egipcio utilizado para medir el tiempo, sobre todo durante la noche cuando los relojes de sol dejaban de funcionar. En todo caso, no fue hasta el siglo XIV cuando el reloj de arena empezó a ser utilizado comúnmente en Europa.
El reloj mecánico
Antes del invento del reloj mecánico, el tiempo se media con diferentes tipos de instrumentos: relojes de arena, solares, de agua, todos ellos imprecisos.
El reloj mecánico se inventó en torno al año 1300, y aunque no alcanzaron al inicio una gran precisión, irían evolucionando y mejorando su exactitud. Esta invención cambió la manera en que la gente organizaba su día a día, y rápidamente las ciudades implementaron relojes públicos, especialmente en Torres y Catedrales.
El tenedor
Aunque las fuentes difieren sobre la fecha exacta en que el tenedor fue inventado, la mayoría la sitúa entre los siglos XI y XIII.
En los banquetes medievales cada comensal llevaba su cuchillo, pero compartía la copa y el tajo (un plato de madera) con el vecino. Las manos hacían el resto. Los primeros tenedores, de dos puntas, no aparecieron en Occidente hasta el siglo XI, y se consideraban una pecaminosa extravagancia. Estofados y legumbres solían ponerse sobre una rebanada de pan, pero hay una invención medieval que seguramente contribuyó a popularizar el tenedor: la pasta hervida de sémola, que aparece entre los siglos XII y XIII.
Las gafas
Aunque desde el siglo V a.C se conocen las primeras lentes en Egipto, será en el siglo XIII cuando se inventaran en sí las gafas apareciendo en Europa occidental. No se sabe con exactitud su creador, aunque podemos afirmar que sería algún monje pues, además las primeras referencias pictóricas, aparecen en un códice de cantos. El dominico Alessandro della Spina, de Pisa, fue uno de los primeros en difundir la técnica. Según su necrológica, “él mismo fabricó las gafas, que otro había ideado antes, pero sin querer comunicar el secreto”.
Parece ser que fueron creadas para leer las letras más pequeñas a una distancia media, posiblemente para leer las partes más pequeñas de aquellos grandes libros de cantos que había en los monasterios.
Por aquel entonces consistían en dos lentes convexas unidas por un remache, que se llevaban sobre la nariz y corregían únicamente la hipermetropía y la presbicia. Las patillas de las gafas tuvieron que esperar hasta el siglo XVIII.
Por otro lado, otras referencias procedentes de la Alta Edad Media apuntan al uso tanto de instrumentos similares a las lupas como de piedras de lectura. Estas eran piedras esféricas, generalmente fabricadas en cuarzo o berilo, que se posicionaban sobre el texto para aumentar su tamaño y facilitar de este modo su lectura. Su uso fue común a partir de los siglos IX y X.
La máquina de hilar
También llamada rueca o torno de hilar fue posiblemente inventada en la India, llegando a Europa desde Oriente Medio. Reemplazando el giro manual, este instrumento facilitó enormemente el trabajo de las hilanderas.
Las mangas de los vestidos
Las mangas eran, en realidad, de quita y pon, tanto para vestirse con facilidad como para cuidarlas. En la Edad Media, lavar la ropa era un proceso arduo, que requería ir a buscar agua, calentarla, mezclarla con ceniza y frotar vigorosamente, así que las damas cambiaban sus mangas de estar por casa por otras más vistosas cuando salían a la calle.
Útiles para la destilación
Los árabes fueron pioneros en el uso del cristal para la fabricación de lo que hoy llamaríamos utillaje de laboratorio. La creación de alambiques, serpentines y otras piezas especializadas permitió el desarrollo de la química práctica y la obtención de alcoholes, perfumes y otros productos que podían usarse con fines científicos o en la vida cotidiana.
Inventos que supusieron una mejora en el comercio y la economía
La Edad Media también fue el origen de algunas innovaciones e inventos que supusieron un impacto inmediato en el mundo del comercio y de la economía. Además, las innovaciones producidas en útiles para los medios de comunicación, pues coadyuvaron a la apertura de las rutas mercantiles entre lugares muy alejados, así como la exploración de nuevas rutas y otros mundos. Vamos a ver algunas de estas innovaciones…
Aunque normalmente se suelen asociar los instrumentos de navegación con el Renacimiento, porque permitieron a los europeos adentrarse por tierras desconocidas, hay un invento medieval que es de enorme trascendencia: la brújula. De este instrumento, si ben en China, a lo largo del siglo IX ya había un antecedente, formado por una aguja imantada que flotaba en una vasija rellena de agua, la idea iría evolucionando cambiando la vasija por un eje rotario, a la cual se acabaría añadiendo la rosa de los vientos para calcular las direcciones posibles de los vientos, mientras se navegaba. De hecho, se suele admitir que la brújula “seca” surgió en Europa, entre los siglos XIII y XIV.
Otros instrumentos de suma importancia que marcaron los avances en las técnicas de navegación fueron el timón de codaste, que hacía que las naves fuesen más manejables; la vela latina que permitía navegar a contraviento; y la quilla que servía de contrapeso a la acción del viento, haciendo más estables las embarcaciones.
Además, los astrónomos árabes perfeccionaron y mejoraron el cuadrante y el astrolabio, conocidos ya desde la Antigüedad.
El papel moneda
Aunque las primeras versiones de papel moneda se ubican en el siglo VII en China, pasaron varios siglos hasta que se oficializara su uso en el siglo IX. Los mongoles en el siglo XIII trataron de introducir el papel moneda en Oriente Medio pero fue un fracaso.
Y no fue hasta el siglo XVII cuando empezaron a circular por Europa los billetes procedentes de bancos. Su importancia radia en el hecho de que era una herramienta de cambio mucho más cómoda de llevar que la moneda metálica y, por lo tanto, facilitaba el comercio.
Grandes ferias comerciales
Durante y después de las Cruzadas, los comerciantes occidentales establecieron un contacto muy frecuente con tierras orientales, en las cuales podían obtener productos muy exóticos para posteriormente revenderlos en Europa a un precio mucho más elevado, y no solamente eso, sino que también adquirían materias primas para que, tanto ellos mismos como empleados a su cargo realizaran productos manufacturados que igualmente venderían a un precio que les resultara conveniente.
Una vez que este sistema se popularizó por prácticamente toda Europa, surgieron los primeros gremios que buscaban regular la competencia entre vendedores de un mismo producto, los primeros pagarés occidentales y marcas que los artesanos ponían en su obra para que otros pudieran contactarlos en caso de que les gustar su producto; y claro, también surgieron las primeras ferias comerciales, en las cuales muchos comerciantes con todo tipo de productos asistían para darse a conocer y para vender sus productos traídos o confeccionados desde tierras muy remotas.
La imprenta
En China se desarrolló en el siglo XI la tecnología para poder imprimir sobre materiales como el papel. Pero generalmente se considera a Johannes Gutenberg, en el siglo XV, a caballo entre la Edad Media y la Moderna, como el padre de la imprenta.
El orfebre alemán perfeccionó y desarrolló a mayor escala un sistema de tipos móviles que ya existía desde el siglo VIII en China y Corea, y que algunos europeos ya habían empezado a adaptar unas décadas antes. Las mejoras aplicadas por Gutenberg permitieron reducir drásticamente el tiempo y coste de la imprenta, lo que sumado a la difusión del papel como soporte, puso los documentos escritos al alcance de un público mucho mayor, si bien todavía estaban reservados a la élite.
Los libros
Cuando en la Antigüedad se hablaba de volúmenes, se pensaba en largos rollos de papiro o pergamino, incómodos y extremadamente caros. La llegada del papel, que podía obtenerse reciclando trapos, resultó revolucionaria, ya que abarató considerablemente la edición. El papel no es un invento medieval, puesto que ya se conocía en China en torno al siglo II a. C., pero fue en la Edad Media cuando se produjo su difusión internacional: primero a Japón, luego a Asia Central, y de ahí pasó al mundo islámico. El ejemplar más antiguo hallado en Europa es el Misal de Silos, del siglo XI, un manuscrito cristiano sobre papel fabricado, muy probablemente, por musulmanes.
Lo que sí es medieval al cien por cien es la encuadernación, una técnica que dio forma a los libros tal como los conocemos, con lomo, cubiertas y páginas. La posibilidad de encuadernar facilitó la tarea de ilustrar los textos y permitió aprovechar mejor el soporte escribiendo por ambos lados.
Innovaciones en arquitectura
En el ámbito del urbanismo, la construcción, la arquitectura también hubo importantes innovaciones. Como ejemplo sirvan estas dos…
El arco botante
El arco botante, también conocido como contrafuerte, revolucionó el diseño arquitectónico, y se suele asociar con las iglesias góticas del siglo XII. Estamos hablando de un elemento arquitectónico, que hizo posible que los edificios contasen con techos más altos y paredes más delgadas. Ello trajo también otras consecuencias, pues estas nuevas estructuras facilitaban que las ventanas fuesen más grandes, y por tanto contasen con más ventilación y luz.
El cigüeñal
Un dispositivo que transforma el movimiento alternativo en circular, o viceversa. Fundamental en gran parte de la maquinaria del mundo moderno. Fue creado por un ingeniero musulmán, llamado al-Jazari, que utilizó para elevar el agua para el riego.
La ojiva
Arcos de círculo que se cortan, tan característico de las Catedrales góticas en Europa, fue una invención tomada de la arquitectura islámica. También a ellos se debe la bóveda de crucería, los rosetones y las técnicas de construcción de cúpulas.
Las ventanas
Durante siglos, en las viviendas hubo que escoger entre la luz natural o una temperatura agradable. Lo más habitual para protegerse de las corrientes de aire era tapar las ventanas con pieles, telas o tapices. Las ventanas luminosas fueron una innovación medieval. Beda el Venerable las menciona en el siglo VIII. Trescientos años más tarde, un abad de Baviera escribió una carta agradeciendo la donación de unas vidrieras emplomadas a un aristócrata benefactor, pero hasta el XIII se consideraron un lujo reservado a catedrales y grandes monasterios.
La industria vidriera de Bohemia y Murano, surgida en esa época, empezó a popularizar su uso.
Inventos de guerra y asedio
Como suele suceder los avances no se suelen ceñirse solamente para el desarrollo armónico de la sociedad, pues también hubo tempo, creatividad y recursos para innovar en el ámbito de las guerras. Veamos algunos ejemplos:
Empecemos por la flecha incendiaria, cuyo uso antes del asalto a una ciudadela servía para sembrar el caos y mantener a los defensores ocupados en labores de contraincendio, para que las llamas no se extendieran, mientras el ejército atacante penetraba en su fortaleza.
Con la misma finalidad pero con la iniciativa a la inversa, el aceite hirviendo se utilizaba normalmente para la defensa de ciudades amuralladas. Era una forma rápida y efectiva de aniquilar a los intrusos, provocándoles horribles quemaduras que les torturaban hasta alcanzar el consuelo de la muerte.
También resulta ampliamente conocido el ariete, que se utilizaba para derribar las puertas o paredes de las fortificaciones que se a pretendía conquistar. Para el mismo fin se utilizaba el onagro, un arma de artillería para el lanzamiento de grandes piedras; y as catapultas l que podían lanzar diferentes tipos de objetos o proyectiles.
Otros inventos e innovaciones medievales
Para complementar esta publicación, y con el mismo ánimo de mostrar algunos de los inventos e innovaciones producidas durante la Edad Media, también queremos hablaros sobre…
Las bibliotecas públicas
La biblioteca de Malatesta Novello en Cesena, Italia es considerada como la primera biblioteca pública del mundo. Se abrió en 1452 en un edificio que pertenecía a la ciudad y en el cual se permitía el acceso libre al público para la consulta de libros. Esto permitió que la gente accediera a un inmenso caudal de conocimientos y que despertara su interés por la ciencia, el arte y más. Además fue una manera de promover la alfabetización.
Las notas musicales
Los griegos usaban letras y signos para representar sonidos musicales, pero, en la práctica, solían tocar de oído. En el cambio del siglo VI al VII, Isidoro de Sevilla declaraba, afligido: “A menos que los sonidos sean recordados por el hombre, estos perecen, porque no pueden ponerse por escrito”.
A partir del siglo IX, los monjes empezaron a dibujar neumas sobre el texto para indicar el número de notas de una sílaba, así como la tendencia ascendente o descendente de la melodía. Pero fue el benedictino Guido de Arezzo, en el siglo XI, quien dio nombre a las siete notas de la escala musical. Lo hizo partiendo de un himno dedicado a san Juan Bautista, una composición donde la diferencia entre la primera sílaba de cada uno de sus siete versos era exactamente de un tono: Ut queant laxis / Re sonare fibris / Mi ra gestorum / Fa muli tuorum / Sol ve polluti / La bii Reatum / Si ancte Ioannes. De ahí tomaron su nombre las primeras notas, aunque “ut” se convertiría en “do” en el siglo XVI.
A Arezzo debemos también el tetragrama, precursor del pentagrama, que por primera vez permitía registrar el tono exacto de cada nota.
Además, a finales del siglo XII, los músicos de Notre-Dame de París añadieron las primeras indicaciones sobre ritmo.
Los números arábigos
Las cifras decimales llegaron a Oriente Medio hacia 670, procedentes de India. En el siglo IX, Al-Juarismi y Al-Kindi recomendaron la numeración decimal en sendos tratados. El nuevo sistema se popularizó en Al-Ándalus y prosiguió su camino hacia el norte.
El Codex Vigilanus, una crónica histórica escrita en los albores del reino de Asturias, es el primer documento cristiano donde aparecen números arábigos.
El cifrado arábigo permite calcular mucho más rápido porque es posicional: la misma cifra sirve para expresar unidades, décimas o centésimas según la posición que ocupa. Para ello, cuenta con la mágica ayuda del cero, que se convirtió en el pilar del sistema decimal, facilitando enormemente la tarea de multiplicar, dividir y calcular con fracciones.
La pólvora
Este invento es originario de China. Se estima que fue entre los siglos IX y XI cuando los chinos descubrieron la pólvora que, en un inicio solo se usaba para fuegos artificiales.
Apareció en Europa a partir del siglo XIII.
Podéis ampliar información en nuestro post: La invención de la pólvora.
La Universidad
Las universidades más antiguas de Europa nacieron y desarrollaron unos cuantos años después del comienzo de las Cruzadas, eran administradas por la Iglesia Católica y las ramas del conocimiento que uno podía estudiar ahí eran principalmente Teología, Medicina y Leyes, aunque con el pasar de los años el conocimiento se fue diversificando, dando como resultado otras áreas de estudio.
Inventos en el Islam
Y para finalizar nuestro viaje hasta la Edad Media con el fin de conocer sus inventos, vamos a ver también algo de lo que acontecía en el Islam.
Lo que en la Europa medieval se llamó la Edad Media fue en realidad una Edad de para el Islam. Durante el califato abasí se produjo un periodo de florecimiento cultural, económico y científico en el que se produjeron muchos inventos clave, muy adelantados a su tiempo, que han dado forma a nuestro mundo moderno actual. Los musulmanes se distinguieron no sólo como científicos teóricos y pensadores científicos, sino que contribuyeron con innumerables inventos al crecimiento de las ciencias modernas. Estas son dos de sus creaciones…
El péndulo fue inventado por Ibn Yunus, un genio de la ciencia que vivió en el reinado de Aziz Billah y Hakim bi-Amr-illah, los monarcas fatimíes de Egipto.
El primer reloj fue fabricado por Kutbi, un renombrado relojero de su época. Durante el reinado abasí, el uso del reloj se hizo bastante común y el famoso Harun-ar-Rashid envió una vez un reloj como regalo a su célebre contemporáneo, el emperador francés Carlomagno.
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Referencias
El conocimiento de la Ciencia en la Edad Media. De García Herrera, N.
Historia general de la Edad Media. De Valdeón, J.
Revista Historia y vida. Número 589
https://historia.nationalgeographic.com