Vamos a hacer un viaje hasta tierras americanas para saber algo más sobre los Olmecas, un pueblo y una cultura sobre la que hay bastante desconocimiento.
Los olmecas es una de las sociedades complejas más antiguas de esta área. De hecho, debido a su gran antigüedad, se desconoce la identidad étnica de sus integrantes, el idioma específico que hablaban y por lo tanto la manera en que se referían a sí mismos también se desconoce.
El término olmeca fue acuñado por los arqueólogos en el siglo XX para referirse a los característicos vestigios de esta cultura. La palabra olmeca significa en lengua náhuatl “gente del país del hule (goma)”. Este nombre se relaciona con la existencia en la zona de árboles de los que extraían el látex. No se sabe cómo se llamaban a sí mismos, solo nos ha llegado el nombre con el que los aztecas se referían a los olmecas.
Ubicación espacial y temporal de los Olmecas
Hablamos de una cultura que habría que situar temporalmente entre 2000 a.C. y 400 a.C.
Periodos:
- Nacimiento y establecimiento de las bases de la civilización Olmeca. Asentamiento de San Lorenzo – 1200 a. C. a 900 a. C.
- Florecimiento y comienzo del declive. Centro La Venta – 900 a. C y 400 a. C
- Declive de la civilización Olmeca. Asentamiento Tres Zapotes – 400 a. C al 200 a. C.
Se originó en la costa sur del golfo de México, ocupando en este lugar algo menos de 20.000 kms2. Se encontraban asentados en los estados de Veracruz y Tabasco, en el istmo de Tehuantepec. Un territorio que disponía de ricas llanuras. El área está cerca de 125 kilómetros de extensión y 50 kilómetros de ancho, con el rio Coatzacoalcos corriendo por el medio.
Se tiene constancia de la presencia de la cultura olmeca en:
- Costa del Golfo de México, principalmente entre los ríos Papaloapan y Grijalva, así como en Chalcatzingo, en el estado de Morelos, y Teopantecuanitlán, en el estado de Guerrero
- Costa del Pacifico de México
- Altiplano Central de México
- Guatemala
- Belice
- El Salvador
- Honduras
- Nicaragua
En el centro de su asentamiento se encontraban los tres centros ceremoniales más importantes:
- San Lorenzo de Tenochtitlán. En el sur de Veracruz, rodeados de afluentes navegables que facilitaron la comunicación y el comercio, los olmecas erigieron en la zona de San Lorenzo Tenochtitlan, su primer centro ceremonial; el cual alcanzó su máximo desarrollo entre 1200 y 850 a. C.
Destaca el Palacio Rojo, la primera residencia de un gobernante olmeca. El hallazgo de una serie de figurillas de jugadores de pelota (1250-1150 a.C.) y un campo de juego rudimentario, que data de 600 a 400 a. C., dan cuenta de la práctica antiquísima de este ritual. En San Lorenzo comenzaron a tallarse las primeras esculturas en piedra volcánica, se intensificaron las actividades productivas —sobre todo a partir del cultivo del maíz— y se comerciaron productos como el hule, la obsidiana y el jade. Su florecimiento fue tal que antes de 900 a. C., albergó a unas 13.000 personas.
- La Venta. A unos 15 kilómetros de la costa del Golfo de México, los olmecas establecieron entre 1200 y 400 a. C., su centro ceremonial rector, cuyo trazo arquitectónico y planificación urbana servirían para darle el reconocimiento de la ciudad más antigua de Mesoamérica. Es el de mayor relevancia y dimensiones.
En este emplazamiento situado en una extensión original, de al menos 200 hectáreas, los olmecas construyeron altares, esculturas monumentales y complejos donde realizaban actos políticos y religiosos. Destaca un montículo central de arcilla de 30 metros de altura por 128 de diámetro catalogado como la primera pirámide de Mesoamérica.
- Tres Zapotes. Fue un asentamiento en el sur de Veracruz, entre la sierra de Los Tuxtlas y el río Papaloapan, que se desarrolló de 1000 a.C. a 200 d.C. Si bien fue el último en formarse, su importancia radica en la cantidad de piezas escultóricas que se han encontrado, entre las que destacan el Monumento A, la primera cabeza colosal descubierta por José María Melgar y Serrano en 1862.
La sociedad olmeca
En cuanto a la organización social, se cree que la cultura olmeca fue una de las primeras en establecer una jerarquía social y política en Mesoamérica. Los olmecas contaban con una clase gobernante, compuesta por sacerdotes y gobernantes, que ejercían el poder político y religioso.
Como la mayoría de las sociedades, la civilización olmeca estaba estratificada. Estaba conformada por una minoría que no solo disponía de diferentes privilegios sociales, sino que además era quien manejaba la política. Quienes formaban parte de esta clase eran sacerdotes y guerreros.
Los olmecas eran una sociedad teocrática. Por ello, su jefe supremo era un sacerdote. Todo el entorno geográfico y social estaba regido por la religión. Y esta era también la base de la organización administrativa. El poder era hereditario, y se consideraba que los gobernantes eran descendientes directos de las divinidades.
El resto de la sociedad olmeca eran campesinos que solían vivir en aldeas. Eran estos quienes se encargaban del cultivo de la tierra y de la construcción de los centros ceremoniales.
Las mujeres, por su parte, estaban dedicadas a actividades como la confección de utensilios de barro, el hilado y el cuidado de los niños.
La economía se basaba en la producción agrícola, dichos productos los comercializaban con los otros pueblos, pero sobre todo con los nómadas, y en algunos casos los vendían a pueblos o países lejos de su zona de asentamiento, como por ejemplo Guatemala o México central. Los productos por los cuales solían hacer los intercambios eran en su mayoría cultivos del maíz, además del frijol, calabaza, cacao, entre otros.
La caza y la pesca era complementaria de la dieta, además de la recolección sistemática de frutas y tubérculos silvestres.
Los olmecas también trabajaban la minería y la metalurgia. Se han encontrado objetos de cobre, oro y plata en algunos sitios arqueológicos olmecas, lo que propone que los olmecas tenían acceso a recursos minerales y los usaban para elaborar objetos preciosos.
Entre sus ritos más crueles destaca el sacrificio de niños, a los que eran amputados las manos o brazos, o sencillamente decapitados, para enterrar esos miembros mutilados junto con algún hombre importante a quien los brujos quisiesen favorecer en sus viajes al más allá…
Los cadáveres eran enterrados envueltos en telas de algodón o petates atados con cuerdas, aunque también existían enterramientos secundarios, o sea, que el muerto era enterrado en compañía de perros, para que realizasen su viaje al más allá acompañados de su fiel amigo. Además, el difunto era enterrado, como otras culturas, rodeado de objetos personales y ofrendas.
El juego de pelota mesoamericano era un elemento importante en la cultura olmeca y tenía un gran significado religioso y cultural. Se cree que el juego representaba una lucha entre las fuerzas del bien y del mal, y que los jugadores eran vistos como participantes en una batalla sagrada.
Por otra parte, este era un deporte de equipo que se jugaba en una cancha rectangular con paredes laterales. Los jugadores usaban sus caderas, muslos, antebrazos y codos para golpear una pelota de caucho macizo y hacerla pasar por un aro de piedra colocado en una de las paredes laterales. El juego tenía reglas estrictas y se consideraba un acto ceremonial, con un simbolismo religioso y político.
La escritura olmeca también dejó un legado importante. Aunque no se ha logrado descifrar completamente, se ha encontrado evidencia de un sistema de escritura jeroglífica utilizado por los olmecas en algunas inscripciones encontradas en monumentos y estelas. Este sistema de escritura fue utilizado y adaptado por otras culturas mesoamericanas como los mayas y los zapotecas, lo que demuestra su influencia en el desarrollo de la escritura en la región.
Los Olmecas tenían un sistema de numeración vigesimal, que se basaba en el número 20 y sus múltiplos. Este sistema de numeración será utilizado por muchas culturas mesoamericanas posteriores, como los Mayas y los Aztecas.
También inventaron calendarios. Así, el calendario habitualmente llamado maya o mexica es un sistema de medición de tiempo desarrollado por los olmecas hace aproximadamente 35 siglos, y heredado posteriormente por todas las culturas y etnias de Mesoamérica, incluyendo entre otros a los mayas, zapotecas y mexicas.
Este sistema tiene dos versiones: el llamado calendario maya, dedicado a la medición de ciclos astronómicos, y el llamado calendario náhuatl o mexica, de uso civil. Ambos se basan en la interrelación de un año sagrado de 260 días con el año vago (natural) de 365 días, lo cual forma ciclos de 52 años llamados Fuegos Nuevos.
Religión y dioses olmecas
La religión olmeca era politeísta, estando por ello formada por numerosos dioses, y guardaba enormes parecidos con las mitologías de otros pueblos mesoamericanos como la maya o la azteca.
La religión fue una parte fundamental de la cultura olmeca. Los olmecas adoraban a una variedad de dioses y deidades, como el Jaguar, el Mono y el Dios del Maíz. Estas deidades estaban asociadas con la naturaleza, la fertilidad y el poder. Los olmecas realizaban rituales y sacrificios humanos para honrar a sus dioses y mantener el equilibrio entre el mundo humano y el divino.
Las actividades religiosas olmecas se llevaron a cabo mediante una combinación de los gobernantes, sacerdotes y chamanes.
Además, creían en la divinidad de algunos animales de la zona, puesto que muchos dioses aparecen compuestos por elementos humanos —tanto femeninos como masculinos— combinados con rasgos felinos, reptiles y plumíferos (como la serpiente emplumada, que aparecerían posteriormente en otros cultos prehispánicos). Sin embargo, el centro de la religión olmeca fue el jaguar.
Los dioses olmecas más importantes eran:
- El jaguar. El creador del mundo en la mitología olmeca. Estaba vinculado con la fertilidad y la lluvia. Los olmecas consideran al jaguar como un chamán del mundo natural, razón por la cual tenía cierta preponderancia con relación a los demás dioses a los que adoraban. La imagen del jaguar estaba vinculada con fiereza y fuerza, y cada cierto tiempo hacían sacrificios para honrar a este dios. El dios jaguar también era asociado con la fertilidad y la abundancia, lo que hacía que fuera adorado y reverenciado por los agricultores olmecas.
- Nahual, el dragón olmeca. Estaba asociado con el agua y la fertilidad, y se creía que controlaba las lluvias y los ríos. Combina elementos propios del jaguar, de las aves y de la serpiente. Asimismo, en ocasiones también aparece representado con rasgos humanos. Se consideraba una deidad relacionada estrechamente con el poder y la autoridad.
- Quetzalcóatl, la serpiente emplumada. Considerado el dios de inteligencia y el conocimiento. Fue ampliamente representado en diversas expresiones artísticas, como esculturas y pinturas, y era común que se ubicara cerca de los seres humanos. Físicamente, era una serpiente cascabel de gran tamaño y cubierta por completo de plumas. Estaba relacionada con la vida y el viento, por lo que formaba parte de las deidades asociadas a la fertilidad y al maíz.
- El hombre-jaguar. Según una leyenda olmeca, la unión carnal entre un jaguar y una mujer dio como resultado a los denominados hombres-jaguar. Otra versión indica que los hombres-jaguar se concibieron luego de la unión de los gobernantes con seres jaguares de origen mítico.
- Homshuk, ó Centeotl, el dios del maíz. La forma de este dios solía representarse de distintas formas, pero todas tenían en común una base ovalada con forma humanoide, con una hendidura en la cabeza desde la que brotaba lo que puede identificarse como una mazorca u otros símbolos relacionados con el maíz.
- Tláloc, e dios de la lluvia. Relacionado con la fertilidad y la abundancia agrícola, era representado por una figura masculina pequeña, que puede ser asociada con un joven, un niño o un enano.
- El hombre de la cosecha. Figura simbólica que representaba el ciclo agrícola y la importancia de la cosecha para la sociedad. Fue un joven que se sacrificó a sí mismo para que su pueblo fuese capaz de producir el alimento necesario para su propia subsistencia.
- El dios bandido. De esta deidad se tiene poca información. Sin embargo, se sabe que su representación física tenía la típica boca torcida hacia abajo, referida al jaguar, y su cabeza era plana. Lo más peculiar de este dios es que se le representa un ojo rasgado cubierto por una banda que atraviesa por completo su rostro; de allí proviene su nombre.
- El dios del fuego. Se representa como un anciano y se cree que fue uno de los primeros dioses en ser venerado en Mesoamérica. Su presencia se vincula con el comienzo de un nuevo año. El dios del fuego era el protagonista de una ceremonia que los olmecas llevaban a cabo cada 52 años. Se trata de la celebración del Fuego nuevo, festividad a través de la cual representaban el fin de una etapa y el inicio de otra. En dicha celebración todos los habitantes de la comunidad se deshacían de sus vestidos y demás atuendos, y de sus utensilios domésticos. Estos utensilios eran destruidos, lo que generaba grandes acumulaciones de barro roto dentro de la comunidad. Otro elemento importante del ritual del Fuego nuevo es que buscaba combatir a los llamados demonios de la noche.
- El monstruo tiburón. Fue el dios marino más relevante, a pesar de que no se han encontrado muchas representaciones. Su relación con la creación viene dada por una leyenda según la cual el monstruo tiburón estaba luchando con un hombre cuando aún no había más que agua en el mundo. A consecuencia del enfrentamiento, el monstruo tiburón cortó un brazo del hombre, lo que trajo como resultado que surgiera la tierra seca.
El arte olmeca
El arte olmeca tiene varias formas típicas como lo son los enormes monolitos que conforman las cabezas colosales, los altares masivos, concebidos como tronos o asientos, y las estelas que relatan momentos históricos. Así mismo, en cuanto a piezas menores, reconocemos hachas y máscaras de piedra.
Las cabezas colosales olmecas son una de las manifestaciones artísticas más conocidas de esta antigua cultura. En la zona nuclear olmeca antes citada, existen un total de 17 cabezas colosales: 10 de San Lorenzo, 4 de La Venta, 2 de Tres Zapotes y 1 de Cobata. En el Museo de Antropología de Xalapa se exhiben 7 cabezas procedentes de San Lorenzo.
En algunas de las cabezas, que pueden pesar mucho más de 10 toneladas de peso, encontramos detalles interesantes, como el pronunciado estrabismo que se aprecia en los ojos de muchas de ellas. Un defecto visual que constituía, no obstante, el patrón de belleza de muchas civilizaciones antiguas de Mesoamérica.
Otro aspecto importante del legado olmeca es su cerámica. Los olmecas produjeron una gran variedad de vasijas y recipientes de cerámica, decorados con motivos simbólicos y representaciones de animales y seres sobrenaturales. Estas piezas de cerámica son una fuente invaluable de información sobre la vida cotidiana y las creencias de los olmecas.
En el ámbito cerámico, los olmecas desarrollaron una técnica distintiva: la cerámica negra pulida, que consistía en pulir la superficie de la cerámica hasta lograr un brillo intenso y suavidad al tacto. Los olmecas también producían cerámica de estilo bajorrelieve, con diseños geométricos y figuras zoomorfas, como jaguares y serpientes.
El final y la desaparición de los olmecas
El final de la cultura olmeca no fue abrupto, se dio más bien como transformación gradual a lo largo de su historia, terminando entre el 400 y el 100 a. Sin embargo, los olmecas jamás desaparecieron totalmente, ya que su semilla germinó en el seno de civilizaciones posteriores en centro y Sudamérica, influyendo notablemente en su arte, cultura, religión o brujería…
A pesar de los avances en la investigación arqueológica, aún existen teorías y controversias en torno a las causas de la desaparición de los olmecas.
- Teoría de la erupción del volcán. Una de las teorías más aceptadas sugiere que la erupción del volcán Iztaccíhuatl, ubicado en las cercanías de la región olmeca, pudo haber sido un factor determinante en la desaparición de esta cultura. Según esta teoría, la erupción habría causado graves daños a las tierras de cultivo, provocando hambruna y desplazamiento de la población. Además, la ceniza volcánica habría contaminado los ríos y cuerpos de agua, afectando la disponibilidad de agua potable y causando enfermedades.
- Teoría de la invasión por parte de otros grupos mesoamericanos. Según esta teoría, los olmecas habrían sido conquistados y absorbidos por grupos vecinos más poderosos, lo que habría llevado a la pérdida de su identidad cultural y la disolución de su organización social. Sin embargo, hasta ahora no se han encontrado evidencias arqueológicas contundentes que respalden esta teoría.
- Teoría del agotamiento de los recursos naturales, como la deforestación y la sobreexplotación de la tierra, pudo haber contribuido al declive de la cultura olmeca. Se cree que la intensa actividad agrícola y la construcción de grandes obras arquitectónicas, como las cabezas colosales, habrían agotado los suelos fértiles y dañado el ecosistema local. Como resultado, la producción de alimentos se habría visto comprometida y la población habría sufrido escasez y desnutrición.
A pesar de las teorías propuestas, la desaparición de los olmecas sigue siendo un enigma sin resolver.
Legado cultural de los olmecas
El legado cultural de los olmecas perdura a través de los siglos, dejando a su paso un rastro de arte, religión y tecnología que aún hoy maravilla a arqueólogos y curiosos por igual.
Su influencia se puede observar en diversos aspectos de la cultura de otras civilizaciones, como:
- Arquitectura: los olmecas fueron pioneros en la construcción de grandes complejos arquitectónicos, como pirámides y templos, que luego fueron adoptados por civilizaciones como los mayas y aztecas.
- Escultura: la iconografía olmeca, con sus rasgos distintivos como las cabezas colosales, se refleja en las representaciones escultóricas de civilizaciones posteriores.
- Culto religioso: muchas de las deidades y rituales olmecas fueron incorporados por otras civilizaciones mesoamericanas, demostrando la influencia duradera de su religió
Además, los olmecas también tuvieron un impacto en la agricultura, el comercio y la organización social de las civilizaciones posteriores. Su legado cultural sigue siendo estudiado y valorado en la actualidad, como un testimonio de la rica historia de Mesoamérica y de la creatividad y el ingenio de los antiguos olmecas.
Y rematamos esta publicación, confiando en que, pese a su larga extensión, haya resultado de vuestro interés, y en ese caso nos gustaría que nos lo hicieseis saber pulsando en el botón “Me gusta”. Además, te animamos a aportar algún comentario, y si tienes interés, suscribirte gratuitamente a la Newsletter del Blog para mantenerte siempre informado sobre las nuevas publicaciones del Blog.
Por último, si os ha gustado lo suficiente como para compartirlo en vuestras redes sociales, estaríamos realmente encantados de que así lo hicieseis.
Referencias
Las culturas precolombinas de América. De Alcina Franch, J.
Lifeder. (12 de junio de 2023). Dioses olmecas. Recuperado de: https://www.lifeder.com/dioses-olmecas/
Lifeder. (15 de septiembre de 2022). Vestimenta de los olmecas. Recuperado de: https://www.lifeder.com/vestimenta-olmeca/.
https://culturaolmeca.com/origen-de-la-cultura-olmeca
https://cultumexico.com/legado-cultural-de-los-olmecas/
https://www.misterica.net/el-calendario-olmeca/
https://www.mitosydioses.com/dioses-olmecas/