Entre las numerosísimas leyendas fantásticas que se han ido conformando a lo largo de los siglos, encontramos casi siempre versiones contradictorias, situaciones totalmente inverosímiles, personajes u objetos con propiedades o poderes extraordinarios. La construcción y transmisión de los mitos y leyendas son también parte de nuestra cultura e historia. Hoy vamos a intentar hace una aproximación a la fantástica leyenda del Santo Grial.
¿Qué es el Santo Grial?
Se conoce como Santo Grial, a un legendario recipiente sagrado que habitualmente se identifica con el cáliz de la eucaristía o la patena del Cordero Pascual, en la tradición cristiana. Este objeto es parte de los mitología cristiana medieval por lo que no tiene referencias bíblicas. Su origen está ligado al nacimiento del mito, leyendas de recipientes mágicos, piedras filosofales y reliquias templarias.
El término grial –pronunciada “graal” en inglés medio– parece ser una adaptación francesa del término latino “gradalis” que implica la idea de un plato que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida. En algunos textos de la Baja Edad Media aparece trascripto como “San Gréal”, lo que dio lugar a interpretaciones que lo hacían derivar de una supuesta forma “Sang Réal”, es decir, “sangre real”.
Se considera que el Santo Grial fue la copa que utilizó Jesucristo para beber durante la celebración de la última Cena con sus discípulos; la misma con la que José de Arimatea (el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús de Nazaret después de su crucifixión y muerte) recogió su sangre.
Empieza entonces el periplo del Grial hacia Occidente. Y en torno a ello nacen numerosos relatos medievales, dando lugar a diferentes relatos según la tradición: en unos casos se considera que el Grial era un cáliz con misteriosas propiedades curativas, dar la vida eterna, dotar de conocimiento, o que era capaz de resucitar a los muertos, alimentar un ejército entero, etc. Pero otros relatos nos hablan de una fuente, una piedra, o un libro.
Se trata de la reliquia más preciada de la cristiandad.
En todo caso las numerosas versiones medievales que surgieron en torno al Santo Grial se centran, principalmente, en las aventuras de nobles caballeros en sus periplos para intentar localizar tan preciada reliquia.
La primera mención al Santo Grial aparece en una narración sobre Perceval, también denominada “Le Conte du Graal”, escrita por el francés Chrétien de Troyes. En esta obra se narra una historia que comienzo con la enfermedad e incapacidad del Rey Pescador, el padre del mítico Rey Arturo. Ante la debilidad del monarca, entre los numerosos caballeros deseosos de obtener una cura para él, fue elegido Perceval. Éste fue recibido por el enfermo rey en su castillo, y agasajado con un banquete en el que vería por primera vez el Grial en manos de una doncella durante una procesión que tuvo lugar ante sus ojos. Aunque en ese momento no actuó, posteriormente descubriría que si hubiese preguntado el significado de la procesión, habría logrado una cura milagrosa para su rey, lo que le impulsaría a encontrar el castillo del Grial. Sin embargo, la obra de Chrétien de Troyes termina en este punto sin que se resuelva totalmente el misterio del Grial. Tampoco se afirma explícitamente que este grial sea el Cáliz de Cristo. El escritor francés deja el pasaje en brumas.
Fruto de esta obra, surgirían otras las que desarrollarían las historias o leyendas sobre el Santro Grial. Así, en el año 1202, el poeta francés Robert de Boron y el alemán Wolfram Von Eshenbach, en los poema “Joseph d’Arimathie” y “Parzifal”, respectivamente, darían lugar a la creación de la versión que sería la más difundida por la Europa medieval, y en la que el Grial pasaría a ser ya el Santo Grial, dotándole además con varias de las propiedades con las que sería conocido: su espiritualidad, el ser la copa que utilizara Jesucristo en la última Cena y el hecho de que fuese José de Arimatea quién, acompañado de su familia, llevar el Santo Grial a tierras de Britania. El Grial se convierte en un símbolo cristiano.
En el caso de la obra de Von Eschembach, el Grial ya no es una copa, sino una piedra purísima, llamada “Lapis exillis”, dotada con milagrosos poderes, incluida la inmortalidad. El término lapis exillis fue interpretado como lapis ex coelis o “piedra caída del cielo”. Esta piedra es el lapis exilis, es decir, es la piedra milagrosa de los alquimistas. Esta misma piedra, llamada Piedra Filosofal, se ha relacionado en algunas ocasiones con Cristo, aunque también con Hermes. La identificación entre el Grial y el Lapis exilis no resulta tan extraña, ya que ambos poseen cualidades similares y están relacionados con la Inmortalidad.
Algunos han comparado la lapis exillis a la Lia Fàil o “piedra del destino” que según una antigua leyenda irlandesa un pueblo de semidioses, llamados Thuata di Danan, trajeron consigo desde su primera morada, el cielo. Eschembach sostiene que la piedra era una esmeralda caída de la frente de Lucifer y conducido a la tierra por los ángeles que habían permanecido neutrales durante la rebelión. Los ángeles proclamaron a Tirutel señor del Reino del Grial y colocaron la piedra en las manos de su hija Schoysiane, pues el Grial podía ser tocado sólo por una virgen. El hijo de Tirutel, Amfortas, que fue coronado nuevo rey, fue seducido por la bruja Kundry y cayó junto a ella en pecado permaneciendo gravemente discapacitado. Su discapacidad se vertió también en su reino transformándolo en una tierra árida y desolada. Fue el joven y puro Parsifal, también descendiente del viejo rey Tirutel, y caballero de la mesa redonda, quien curó la discapacidad de Amfortas y salvó y redimió a todo el reino volviéndose el nuevo rey del Grial.
En la novela de Wolfram Von Eschenbach, el Grial se vuelve símbolo eucarístico y sus custodios, los Templarios, viven alimentándose únicamente de su energía; sólo quien conoce una total pureza moral puede llevarlo consigo y, durante el viernes santo, una paloma pone sobre la piedra una hostia consagrada, esa hostia confiere al Grial su inmenso poder.
Otros significados paganos del Grial
Como simbolismo neopagano, el Grial se confundiría con el origen de los tiempos, y habría adoptado diversas formas como una piedra, una bandeja, un cuenco, una copa, un caldero, una mesa e incluso una piedra preciosa. Incluso por su posible forma de vaso, podría relacionarse con la matriz femenina y el círculo menstrual.
Las historias celtas están cargadas con objetos mágicos, piedras, lanzas, espadas y calderos. En la mitología celta, irlandesa y galesa se piensa que estos objetos mágicos son los que le dan el poder al guerrero y al rey. Muchos estudiosos creen que las ollas para cocinar en los calderos maravillosos de los antiguos mitos y leyendas de Bretaña fueron los predecesores del grial, pues, por ejemplo. el caldero en las leyendas célticas era símbolo de abundancia que distribuye comida inagotable y conocimiento infinito, pero también símbolo de resurrección en que se arroja a los muertos para que resuciten al día siguiente. El caldero nutre a los guerreros célticos como la sangre contenida en el cáliz nutre la fe de los cristianos y los regenera a una vida nueva…
Para los celtas el Grial podría ser un caldero mágico que una diosa regalaba a un héroe. Tal vez por este motivo las mujeres desempeñan un papel importante en los romances. La influencia Celta también narra que en el siglo I después de Cristo, José de Arimatea, junto con doce eremitas y el Santo Grial, llegaron a Glastonbury donde construyeron la primera Iglesia cristiana de Inglaterra. Posteriormente, en el año 1191, dijeron haber encontrado ahí la tumba del Rey Arturo, relacionando así ambas historias.
Por lo tanto, el mito del Grial tiene raíces mucho más arcaicas que el cristianismo y nace de la fusión de leyendas antiguas presentes en muchas culturas y tradiciones.
El origen de la leyenda del Grial
Ni en la Biblia ni ninguno de los textos apócrifos aparece ninguna mención al Santo Grial. Diversos elementos han entrado en la formación del mito, entre ellos las leyendas monacales con su contenido alegórico y las referencias precristianas, a recipientes mágicos, como el cuerno de la abundancia o los calderos de la tradición céltica.
Diversa leyendas, frecuentemente contradictorias, narran que José de Arimatea, amigo de Jesús de Nazaret, obtiene de Pilato el cuerpo y la copa que Jesucristo había utilizado en la última Cena. Reducido a prisión durante la persecución de los cristianos o bien encarcelado por los propios judíos, es milagrosamente alimentado por el vaso, apareciéndosele Cristo, quien le instruye en el rito de la misa y le revela la mística y el poder de dicha copa. Liberado al fin, también milagrosamente, forma una Hermandad en torno al Grial, dedicada a conmemorar la Santa Cena. La Hermandad se va al lejano Occidente a esperar la venida de un vástago que será el guardián eterno del Grial.
Los hermanos, como caballeros misioneros, llegan por mandato celestial, a Inglaterra, para evangelizar y bautizar a sus habitantes, y en su peregrinación, todos son alimentados por el Santo Grial, aunque quien pretenda contemplarlo o se sienta a la mesa sin derecho o impuro, será herido o cegado por una celeste espada. Antes de llegar a Inglaterra, todo el camino del Grial queda señalado por numerosos milagros.
Por fin llegan a un desconocido palacio, donde se oculta y guarda celosamente el vaso sagrado, por temor a que caiga en poder de los impíos. En este castillo, un rey vigila la copa, pero está enfermo (El rey Tullido) y no puede morir ni sanar hasta que no llegue un caballero totalmente puro que le pregunte acerca del Grial.
Merlín es el enviado de los infiernos, como una réplica del mismo Cristo, para confundir a los caballeros, y funda la orden de los caballeros de la Tabla redonda con la finalidad de encontrar el Grial y tal vez destruirlo, pero al final la Suma Bondad se impone en Merlín, que cambia los planes al ver transformada su naturaleza diabólica.
Sólo Perceval o –según otros– Galaad, el hijo de Lancelot, del mismo linaje de José, alcanza el Castillo de Cobernic, hace las preguntas rituales y se convierte en el rey eterno del Grial.
El obispo Josefes, sucesor de José de Arimatea, celebra una misa en el salón del Castillo, y Cristo crucificado sale del mismo Grial y administra la Comunión a la Hermandad y al caballero.
Esta magnífica leyenda que encierra y sintetiza en sí misma la unión total perfecta de La religión, lo sagrado, con el hombre, sufrió después, durante varios siglos, algunas terribles consecuencias por tener cierta relación más o menos directa, con los caballeros templarios y cayó como ellos en desgracia y olvido.
La búsqueda del Santo Grial
La búsqueda del Santo Grial, aunque esté generalmente aceptado como un mito y su búsqueda todavía no haya dado resultados, la expectación y teorías peregrinas alrededor del mismo aumentan con el tiempo.
Desde los caballeros de las leyendas medievales hasta el cinematográfico Indiana Jones, pasando por los nazis, el Santo Grial es la reliquia más preciada y deseada de la cristiandad. Su búsqueda es una de las misiones más sagradas. Ha obsesionado a cazadores de reliquias durante milenios y hoy en día su paradero continúa siendo uno de los misterios más intrigantes.
Hay que tener presente que en la Edad Media se desarrolló una verdadera fiebre en el ámbito del tráfico de reliquias, objetos religiosos o partes del cuerpo de algún santo. El punto culminante podemos centrarlo en la época de las Cruzadas, cuando los soldados cristianos regresaban de Tierra Santa con preciados botines. Como sucede en la actualidad, por entonces también se falsificaban objetos y desarrollaban teorías para que dichos objetos alcanzasen precios astronómicos y, a la postre, otorgar prestigio a las sacristías y relicarios de Europa.
Las intrincadas aventuras caballerescas medievales, surgidas al amparo del fenómeno histórico de Las Cruzadas, se transforman artísticamente por los poetas, a través de las novelas bretonas del siglo XII, y a la vez en símbolo de la perfección cristiana por la influencia del clero.
Pero a estas narraciones, donde al amor terrenal se une el principio del honor sumamente exacerbado, les falta el espíritu y las virtudes realmente religiosas, y es precisamente con la leyenda del Santo Grial como, al fin, este espíritu, se logra plenamente.
La Conquista del Grial, no es sólo una mera aventura más, sino la suma hazaña, pues su búsqueda es como una especie de peregrinación apoteósica, peligrosa y compleja, a cuyo término los caballeros más perfectos y puros, que encarnan todas las virtudes cristianas, son los únicos que triunfan al conseguir la corona de la vida, la gracia eucarística y la comunión en éxtasis con Dios.
El Santo Grial y los Templarios
A la Orden del Temple se le atribuyen numerosas reliquias y bienes valiosos. Entre ellos la posesión del Grial.
La fecha de la fundación de la orden aunque incierta, se acerca al año 1118, cuando Hugo de Payens, y otros ochos caballeros hicieron sus votos de pobreza, castidad y obediencia y debido a su celo al servicio de Dios, recibieron del rey Balduino II, un palacio edificado sobre el mismo solar donde había estado el Templo de Salomón, de donde tomaron su nombre.
El objeto de su milicia era proteger el camino de los peregrinos a Tierra Santa. Los nueve templarios permanecieron nueve años sin regla que les guiara hasta 1127, año en el que, tras larga deliberación en el Concilio de Troyes, se la concedieron.En la redacción de la regla intervino directamente San Bernardo de Claraval, quien les aplicó el mismo hábito blanco que ya usaban los cistercienses. La cruz roja sobre el pecho y la capa se la concedió el Papa Eugenio III en 1147.
Hay una relación construida sobre una leyenda vinculada con los cátaros, un movimiento religioso del siglo XIII, que fue perseguido y exterminado, por herejía, por parte del poder real y el Papado. Los cátaros, antes de desaparecer, sufrieron un largo asedio en la fortaleza de Montsegur y se difundieron muchos relatos sobre los tesoros escondidos. Se dijo que cuatro de ellos huyeron para poner a salvo el Grial recibido por parte de los templarios. El argumento es cuestionado, puesto que los cátaros rechazaban los sacramentos y el Grial, con sus fuertes connotaciones eucarísticas, no parece un objeto que les hubiera interesado en exceso.
La mayor reliquia de la Cristiandad estaba protegida y custodiada por los templarios y se creía que buena parte de su poder venía de ahí; ellos fueron los custodios del Santo Grial, que fue descubierta bajo las ruinas de un viejo templo Judío en Jerusalén. Cuando los Templarios llegan a la cima de su máximo poder son destruidos y su fortuna se desvanece. ¿Y dónde está esa poderosa reliquia? Sigue siendo un enigma.
Según una teoría los Templarios, descubrieron un mapa de un Tesoro. Hay evidencias de que existió un mapa, de cobre, donde se detallan los tesoros del Templo Judío, que los guio hacia uno de los tesoros más buscados y preciados: El Santo Grial. Algunos dicen que es una especie de plato o copa, usada por Cristo durante la última cena.
Para el tiempo de las cruzadas los musulmanes, habían construido sobre las ruinas del Templo Judío, una mezquita que aún existe denominada: El Domo de la roca.
Los Templarios pasaron nueve años, cavando un túnel por dentro de la roca, sólida. También construyeron una serie de túneles que se conectaban por debajo. Lo que ahí fue descubierto ha sido motivo de una gran especulación. No existen evidencias de lo que encontraron.
Pero caben más teorías o leyendas, pues si consideramos que el Santo Grial es San Greal, esto es que hubiera una errata en la traducción de dos palabras: Sangre real., nos encontraríamos con que el tesoro que habían encontrado los templarios, pudiera consistir en los descendientes de Cristo.
Por último, cabe reseñar que el historiador inglés Grigor Fedan asegura que su teoría sobre la identidad del Santo Grial cambiará para siempre al cristianismo Su teoría es la siguiente: en vez de ser una humilde copa de un carpintero, el Grial es en realidad el único evangelio escrito por el hijo de Dios. “La copa es solo un símbolo para las enseñanzas reales de Jesús”. Se llamó así, afirma, con el objetivo de evitar la persecución que sufrían los cristianos en aquel momento. No solo se permite decir que su descubrimiento cambiará para siempre el cristianismo, sino que tiene claro el recorrido que el supuesto texto hizo hasta desaparecer en el olvido. Fedan cree que en un primer momento se escondió en la Biblioteca de Alejandría, en Egipto, el mayor almacén de conocimiento de la Antigüedad. Anticipándose al ataque de las fuerzas del Papa en el siglo IV d.C., fue trasladado a una localización secreta en las montañas de Tibesti, las más grandes del Sáhara, en Chad. Fedan cree que los templarios hicieron copias del Evangelio y que las ocultaron antes de que la orden fuese disuelta en el siglo XIV.
Las leyendas en torno al Santo Grial
La búsqueda del Grial desde la Edad Media fue un detonante de la fantasía popular, y en consecuencia, detonante para que numerosos escritores construyesen numerosas obras, poemas y sagas narrando las aventuras de los nobles caballeros que dedicaron su vida a la búsqueda de tan sagrado objeto.
La leyenda dice que no todos los mortales serían capaces de hallar la localización del Grial, ya que esta misión quedaba reducida, exclusivamente, a los puros de corazón.
Hay numerosas versiones, alguna ya la hemos descrito en párrafos anteriores. Pero hay otras, como la construida en el siglo XIII, época en que se asocia al Grial con un libro, un libro cuyo autor sería el propio Jesucristo, y cuya lectura solo era posible si el lector estuviese en la gracia de Dios.
Otra versión, en este caso la de la beata Ana Catalina Emmerick, el Grial hecho de un material desconocido caído de la frente del Lucifer después de la rebelión, y perdido por Adán después del pecado original, fue recuperado más tarde por el hijo Seth y perdido nuevamente, salvado por Noé durante el diluvio y sucesivamente utilizado por Melquisedec para bendecir a Abraham y a Sara. Luego estuvo en manos de Moisés antes de volver a desaparecer. Reaparece en la tierra cuando un ángel llevó el objeto sagrado a san Joaquín antes de la concepción de María, pero el sacerdote del templo vendió el objeto sagrado a un anticuario. Fue recuperado por la Verónica para ser usado por Jesús en la última Cena.
Incluso en el caso de la tradición islámica encontramos una versión que nos dice que la piedra caída del cielo es atribuible también a la piedra negra custodiada en la Ka’ba de la Meca, que según la tradición islámica Alá la hizo descender del paraíso a la tierra. Durante el diluvio universal, la piedra fue puesta a salvo por Noé para luego ser recuperada por Abraham en los alrededores del lugar de donde surge la Meca.
Según una de las versiones más difundida, encontraríamos el origen de la leyenda en el momento en el que José de Arimatea, tras recoger la sangre de Jesucristo crucificado, llevaría el Grial a tierras de Gran Bretaña,
Con respecto a su búsqueda, existen diferentes opiniones, la primera la eterna búsqueda por los caballeros del Rey Arturo con el objetivo de devolver la paz y prosperidad al reino. Y es que una de las historias que se relacionan con el ciclo artúrico es el cuento del Santo Grial. En dicho relato se ven personajes tan emblemáticos como el rey Arturo, Perceval, Gawain y el Rey Pescador, y la búsqueda de un tesoro, el Grial, con propiedades mágicas.
Por otro lado, la trama etíope especula que el Grial no es la copa de la última cena, sino que es el arca de la alianza, donde se guardan las tablas de la ley. Según esta tradición, la reina de Saba y el rey Salomón tuvieron un hijo, Menelik I, quién fue coronado rey de Etiopía. Por ello, años después, un sacerdote israelita tuvo una visión: debían enviar el arca de la alianza a Etiopía, a la ciudad de Aksum para ponerla a salvo. Esta leyenda culmina con la afirmación de que el arca y el Grial son el mismo objeto.
Un caso singular, el santo milagro de O Cebreiro
Esta leyenda, aunque de manera artificiosa nos puede remitir a un posible entronque del Santo Grial y el Camino de Santiago. La historia sucede en torno al año 1300, en una parroquia del municipio lucense de O Cebrero, un cura convivía con grandes dudas sobre si era posible la consagración de la hostia y el vino de misa, en carne y sangre de Jesús, siendo él un hombre mortal y pecador.
Sus dudas crecían:
¡Oh, Dios!-murmuraba el cura afligido-. La fe se debilita en mí. Mi ser se enflaquece y mi cerebro estalla, pero no veo claro este misterio. ¿Unas leves cruces trazadas en el aire por mi mano y unas pocas palabras murmuradas por mi boca, no siempre limpia y pura, cómo pueden hacer tal milagro?.
Aconteció un día un suceso protagonizado por un vecino de la parroquia, que vivía a considerable distancia de la iglesia, hecho que no le desalentaba para acudir, a pesar de los duros inviernos, a asistir a la celebración de la misa. Ese día, de fuerte temporal, el vecino fue el único asistente, entrando en la iglesia en el momento de la consagración. Éste al oírlo llegar, le miró con cara de sorpresa, y asombrado murmuró: “¡Pobre hombre, venir con este tiempo de tan lejos, fatigosamente y exponiéndose a morir en el camino, sólo para postrarse ante un poco e pan y vino!”.
Pero entonces sintió un estremecimiento extraño. Miró para la patena y vio, horrorizado, como la blanca rodajita de blanco pan enrojecía, convirtiéndose en sangrante carne que parecía recién cortada de un cuerpo vivo; y el vino del cáliz se espesaba, adquiriendo un tono más bermejo, y olía a sangre.
El mísero cura cayó de rodillas al pie del altar y luego se desplomó sobre las gradas, desvanecido.
El hombre que había llegado en aquel momento corrió hacia el altar y trató de incorporar al sacerdote, pero ya estaba muerto.
¿Posible relación? Quién sabe. De hecho algunos reivindican como o Grial, el cáliz que se encuentra en el Monasterio de Santa María do Cebreiro, en la provincia de Lugo.
¿Dónde podría estar el Santo Grial?
Durante años, los buscadores del Grial dieron con numerosos objetos que se atrevieron a calificar como el verdadero. Habitualmente se trataba de cálices localizados en iglesias y museos por diferentes lugares del mundo.
Pero hay dos casos que parecen tener más peso:
- En la Catedral de Valencia, hay un cáliz conservado en un espectacular relicario, que han querido identificar con el Grial. Así, en la propia web del templo encontramos la siguiente afirmación: “Tanto por los datos arqueológicos como por el testimonio de la tradición y los documentos que se poseen, es completamente verosímil que este hermoso vaso estuviera en las manos del Señor en la víspera de su Pasión”.
- En la ciudad italiana de Génova, en su catedral, encontramos el Sacro Patino, un plato hexagonal de color verde brillante que fue considerado durante mucho tiempo como el verdadero Grial, y que habría sido utilizado durante la última cena. Aunque hoy la creencia mayoritaria es que se trata de una copia.
En el caso del cáliz custodiado en la Catedral de Valencia desde el siglo XV, hay que decir que se trata de una copa, a modo de tazón sin asas, de ágata (piedra semipreciosa) de 7 cm de altura y 9,5 de diámetro. Es un vaso “murrino” (pulido con mirra) procedente de un taller oriental helenístico-romano. El arqueólogo Antonio Beltrán ha fechado la copa superior en torno al siglo I. Estas características le hacen perfectamente compatible con una “copa de bendición” de las que se usaban en Jerusalén para la celebración de Pascua en el primer siglo de nuestra era. Según la mayoría de las teorías, esta parte sería el auténtico Grial, pues tiene un añadido, un pie con asas, con perlas, rubíes y esmeraldas, y guarnecido en oro, pero sería un añadido posterior.
El cáliz habría llegado a Valencia tras un largo periplo: la copa tras abandonar Jerusalén, sería llevada a Roma donde permanecería hasta el año 258 en el que el Papa Sixto II, se la entregó a su diácono San Lorenzo, que la remitiría a Huesca para su protección. En tierras aragonesas permanecería en casa de la familia de San Lorenzo hasta que en el siglo VI pasaría a la iglesia de San Pedro el Viejo, también en Huesca. De esta iglesia saldría en torno al año 711 para protegerse de una invasión musulmana. A partir de entones pasaría por diversos monasterios hasta que en el año 1437, el rey Alfonso V de Aragón, la llevó a Valencia.
La doctora Ana Mafé García, partiendo del hecho de que tuvo lugar la última cena que narran los evangelios, defiende que hay un 99,9% de probabilidades de que el cáliz de Valencia fuera el original. Ha demostrado muy convincentemente que ese cáliz es palestino y contemporáneo de Jesús, a diferencia del resto de candidatos a ser el Santo Grial. Así que, si fue real esa última cena que nos cuenta la Biblia (esto ya es cuestión de fe), el cáliz de Valencia tiene más papeletas que ningún otro para ser el que utilizó Jesús.
- Sin embargo, para otros, el Grial podría ser el Cáliz de doña Urraca, una pieza románica del siglo XI que podemos encontrar en el museo de la Colegiata de San Isidoro de León.
- Incluso en tierras gallegas encontramos un posible Grial. Es el caso del cáliz ubicado en el Monasterio de Santa María do Cebreiro, en la provincia de Lugo.
Fuera del territorio español encontramos también numerosos candidatos a ser reconocidos como el auténtico Grial:
- El Cáliz de Antioquía, de la Colección Cloisters del Metropolitan Museum de Nueva York, descubierto en Siria a principios del siglo XX. Investigaciones recientes sostienen, sin embargo, que la copa de Antioquía sería una falsificación contemporánea a su hallazgo.
- El Vaso de Nanteos , encontrado en Glastonbury, al norte de Gales, que, según algunos, podría ser el que dio origen a la leyenda artúrica, pero no el Cáliz de la Cena del Señor, porque es de madera, y las normas judías prohibían el uso de materiales porosos para los cálices rituales.
- El Cáliz de Ardagh , encontrado en Irlanda; se halla en el museo nacional de Dublín. Se trata de una pieza de orfebrería irlandesa fechada en el siglo VIII.
- La Copa de Hawstone Park. La copa no mide más de seis centímetros, está hecha de una piedra semipreciosa -onice verde- y, según los arqueólogos es muy posible que date de la época romana.
- El Santo Jarrón, descubierto por un peregrino ruso en un santuario bizantino. Es de mármol.
- Achatschale, un cuenco que se encuentra en el tesoro de los Habsburgo en Viena, junto con la Lanza de Longinos.
- La copa de santa Isabel de Hungría, y al que tras la muerte de la santa, se le atribuyeron milagros de curaciones.
Por otro lado, el escritor inglés sir Laurence Gardner propone la teoría de que el verdadero Grial son los descendientes de Jesús y de María de Magdalena, Jesús Justo y Josefes. Jóse de Arimatea se lleva a Jesús Justos a Inglaterra y ahí tiene un hijo, que se llama Galains. Galains es reconocido como uno de los caballeros de Arturo.
Los nazis y el Santo Grial
El origen de esta relación lo encontramos en la figura de Otto Rahm, un escritor alemán aficionado al esoterismo, la historia y el medievalismo, y que era miembro del Partido Nacionalsocialista y Obersturmführer de las SS, durante el III Reichi en la Alemania de la primera mitad del siglo XX.
Rahm estaba verdaderamente obsesionado con el Santo Grial tras estudiarlo durante su etapa en la Universidad, y tras ligarlo con el movimiento cátaro. Rahn también se sintió absolutamente fascinado por la obra Parzival del famoso poeta alemán Wolfram von Eschenbach, el cual aludía un lugar llamado Mountsalvatsche, en los Pirineos, donde se escondía el Santo Grial. Esta revelación llevó a Rahn a identificar Mountsalvatsche y Montsalvat con el Montségur occitano y a los cátaros como los guardianes del Grial.
El trabajo de Rahm acabó llamando la atención de uno de los más importantes jerarcas nazis, el jefe de las SS Heinrich Himmler. Al igual que Rahn, Himmler estaba fascinado por el ocultismo y había comenzado su particular búsqueda del Santo Grial por el sur de Francia. Un día, Rahn recibió un telegrama anónimo en el que le ofrecían 1.000 reichsmarks al mes si emprendía la búsqueda de la sagrada reliquia.
En 1937, y para complacer a Himler, Rahn “germanizó” sus teorías sobre el Grial en su segunda obra, La corte de Lucifer. En ella, Rahn exponía que los cátaros no consideraban a Lucifer como el maligno, sino todo lo contrario. Los cátaros lo identificaban como Luzbel, el portador de la Luz, y lo asimilaban con el Norte, a diferencia de Satán, el maligno, identificado con el Sur. Estas ideas fueron muy bien acogidas por Himmler; incluso el Reichsführer-SS llegó a regalar una edición de lujo de la obra al propio Adolf Hitler por su cumpleaños.
La visión que Rahn proponía sobre el Grial era la de una piedra preciosa que se había desprendido de la corona de Lucifer y de la que la Iglesia se había apropiado y convertido en un símbolo cristiano: el cáliz que sostiene Cristo.
Rahm se suicidaría en el año 1939. Pero su labor dejó huella, tal y como comprobaremos a continuación.
La montaña española de Montserrat, sita en Cataluña siempre ha estado rodeada de un marcado carácter espiritual y religioso que aflora por su ubicación y leyendas como la de la Moreneta. Las particularidades de este lugar provocaron que la Alemania nazi pensara que allí se podría encontrar el Santo , por lo que en octubre de 1940 Heinrich Himmler visitó Montserrat con la intención de buscar el Grial.
Andreu Ripol fue el monje que se reunió con Himmler y cuyo relato es el que permitió que esta historia se conociese con más detalles. El encuentro estuvo marcado por una gran tensión, pues Himmler no tenía aprecio por los cristianos, ni los monjes de Montserrat por el régimen nazi. El líder alemán preguntó si en aquel lugar se encontraba el Santo Grial o si el monasterio albergaba alguna relación con la leyenda de Parsifal. Como era de esperar, el padre Ripol le explicó que no.
Conclusiones
La búsqueda del Santo Grial fue uno de los temas más abordados por la literatura épica de la Europa medieval: las diversas versiones de la misma historia han sido registradas en todos los países de la Europa occidental y nórdica. Arraigadas en los mitos celtas y en los poderosos misterios del cristianismo primitivo, las leyendas del Grial abordan la cuestión de la transformación espiritual.
La búsqueda del Grial simboliza la búsqueda de la salvación, cuya culminación sólo pueden lograrla los elegidos. La visión de lo que contiene el Cáliz es la visión de Cristo hecho carne, es decir, el misterio de la Transubstanciación. Es símbolo de la presencia real de Cristo entre los hombres.
En todo caso, el santo Grial, historia, mito o leyenda, ha generado ríos de tinta e inspirado atractivas, misteriosas e intrigantes leyendas, permaneciendo en el inconsciente colectivo, bien vinculado al mundo cristiano, al de las creencias, al pagano o al del esoterismo.
Como siempre, es necesario diferenciar la religión cristiana de la mitología, las corrientes gnósticas y herméticas, la tradición popular y la creación literaria. Pero hay un hecho evidente, y es que el conjunto de representaciones, símbolos y significados que rodean al Grial y su búsqueda conforman un entramado verdaderamente sugerente que sobrepasa la dudosa verdad historiográfica, las cuestionables pretensiones de rigor intelectual del esoterismo y las siempre complejas discusiones teológicas. Se trata de un mito que todos podemos disfrutar sin la necesidad de un compromiso férreo y fanático.
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Lectura recomendada
Referencias
El Péndulo de Foucault. De Eco, U.
Templarios, griales, vírgenes negras y otros enigmas de la historia. De Eslava Galán, J.
Breve historia de las Leyendas Medievales. De González Ruiz, D.,
Introducción a El cuento del Grial. De Alvar, C.
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