¿Qué son los petroglifos?
El término petroglifo tiene su origen en el griego “pétra”, que significa piedra, y “glýphein”, cuyo significado es grabar o tallar. Este término se utiliza para referirse a los grabados rupestres esculpidos en la roca, y que no son más que registros de actividad humana.
El marco temporal al que se pueden adscribir es, principalmente, durante el Neolítico, esto es, entre 10.000 y 3.000 a.C, aunque los más antiguos podrían referirse a hace unos 40.000 años.
Desde el punto de vista de valoración de este tipo de actividad, los petroglifos se consideran como una manifestación del arte rupestre.
El motivo por el que se realizaron tal vez responda al deseo o necesidad de aquellos antecesores de plasmar gráficamente testimonios de su existencia, convirtiéndose por tanto en una muestra de la cultura milenaria, eso sí, con las diferentes manifestaciones propias de cada región.
Los petroglifos están estrechamente relacionados con otros conceptos históricos como la tecnología, la religión y el arte. La creación de petroglifos requiere habilidades técnicas y artísticas avanzadas, y se cree que los artistas prehistóricos utilizaban instrumentos primitivos como piedras y huesos para tallar las rocas. Además, muchos de los petroglifos tienen un significado religioso o mágico, lo que sugiere que la religión fue una parte importante de la vida en las sociedades prehistóricas.
Si bien existen diferentes tipos, en general suelen aparecer en paredes rocosas, en cuevas o en el exterior, también en rocas y piedras.
Para desarrollar un petroglifo, la persona trabajaba sobre la superficie de la roca, levantándola poco a poco según el diseño en cuestión. Para ellos utilizaban básicamente tres tipos de técnicas:
- Percusión: consiste en golpear una piedra contra otra piedra para crear surcos o fisuras en la superficie rocosa.
- Rayado: consiste en usar el filo de una piedra para rayar la superficie, formando líneas o surcos para formar el dibujo o representación deseada.
- Abrasión: consiste en alisar la superficie frotando una piedra sobre ella para luego pulirla con arena y agua.
Los elaboraban utilizando herramientas afiladas, semejantes a cinceles y pigmentos. Se grababan en la superficie de las rocas con un grado de dureza medio.
Los motivos más comunes de los petroglifos alrededor del mundo son:
- Geométricos: cazoletas (hoyos de unos 5 centímetros de diámetro), espirales circulares y cuadradas, círculos concéntricos, cuadrados con divisiones,… Tendrían posiblemente un significado simbólico, difícil de interpretar en la actualidad.
- Objetos: arcos, flechas, carros, herramientas,…
- Figurativos: caras triangulares, cuadradas y circulares, figuras antropomórficas (asemeja a la figura humana), animales, plantas,…
- Abstractos: como filas de puntos, meandros que simulan las sinuosidades de un río.
Encontramos petroglifos en:
- Europa: En España, Francia, Inglaterra, Irlanda, Italia, Noruega, Portugal, Suecia. Posteriormente en Escandinavia, Siberia, Galicia, Islas Canarias, donde hay mayor concentración.
- África: En Camerún, Chad, Egipto, Gabón, Libia, Namibia, Níger, República Centroafricana, República del Congo, Sudán.
- América: En Argentina, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos México, Panamá, Perú, En la región Suramericana fue donde más se han encontrado.
- Asia: En Arabia Saudí, China, Jordania, Kazajistán, Kirguistán, Filipinas, India, Pakistán.
- Oceanía: En Australia.
Contexto crono-cultural de los petroglifos gallegos
La ausencia de restos arqueológicos suficientes para llevar a cabo un estudio sobre lo que hay en la roca, no permite en la mayoría de los casos dataciones concretas.
Para hablar de grupos humanos vinculados a los petroglifos, tenemos que movernos en el terreno de las hipótesis, pues no hay asentamientos investigados y datados. Por tanto inferimos unos determinados grupos de población, en relación con los símbolos hallados, la ubicación o emplazamiento y el entorno elegido.
Se puede afirmar que los petroglifos forman parte de grupos que habitan espacios abiertos, sin elementos defensivos que hayan perdurado, por lo que suponemos una semisedentarización o movilidad reseñable para ellos.
Los grabados se incluyen dentro de un sistema de apropiación del entorno o paisaje, y como resumen, diríamos que los petroglifos, evitando afloramientos más sobresalientes, se representaban en torno a las cuencas húmedas y espacios de tránsito, allí donde se les podía ver cómodamente.
Durante el período aceptado para el arte rupestre galaico se operan cambios sociales que afectan al mismo y las representaciones que se ofrecen.
Por otro lado, en la segunda mitad del III milenio a.C., se produce un cambio socioeconómico en las sociedades megalíticas, que aunque se detecta en esta área, tampoco se puede delimitar su extensión geográfica. Debemos precisar que en estos cambios operan la situación, circunstancias y evolución propia de cada lugar y población, es decir, no se asegura la sincronía temporal del cambio.
De una sociedad más igualitaria, con pocos conflictos bélicos, y dedicada a la agricultura extensiva o de tala y quema, se da paso a otra, de menor movilidad y mayor jerarquización.
Un hecho significativo es que no se representan personajes comunes en actitudes cotidianas de laboreo, por ejemplo; sino que por el contrario, lo que se ve en los grabados son actividades de claro prestigio social como la caza y la equitación. A la vez que figuran como armas elegidas aquéllas que poseen una fuerte carga simbólica relacionada con el poder, como puñales, alabardas o escudos, mientras que otras como las hachas, resultan más que dudosas.
Se detecta una desvinculación del fenómeno de los petroglifos en las sociedades de la Edad del Hierro, y por lo tanto de la cultura castreña. Se demuestra por el uso de piedras grabadas en la construcción de estructuras, lo que nos habla de la pérdida de valor que supuso para sus constructores. El ejemplo lo tenemos en Santa Tecla, Pontevedra, en donde se construyen dos murallas paralelas, sin que los grabados sobre piedra supongan un impedimento o cuidado en la elaboración de las mismas
Petroglifos en Galicia
Galicia es una región del noroeste de España que se caracteriza por su rica y mágica historia y cultura por descubrir. Una parte importante de su patrimonio cultural son los petroglifos, grabados prehistóricos en piedra que se encuentran en distintas zonas de la región.
En Galicia se encuentran algunos de los mayores y más espectaculares yacimientos de Europa. De hecho han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Por parte de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Galego (Apatrigal), se estima que puede haber en torno a 8.000 petroglifos en Galicia, muchos todavía no localizados. Según los últimos datos que encontramos, la Consellería de Cultura e Turismo de la Xunta de Galicia tiene inventarios 2.990 petroglifos, de los cuáles más de la mitad se encuentran en la provincia de Pontevedra.
Se cree que los petroglifos gallegos se remontan a la Edad del Bronce, hace unos 3.000 años. La mayoría de los petroglifos se encuentran en rocas graníticas y suelen ubicarse en zonas montañosas y de difícil acceso, lo que sugiere que tenían una función ritual y estaban asociados a lugares sagrados.
La mayoría de los petroglifos se encuentran en rocas graníticas y suelen ubicarse en zonas montañosas y de difícil acceso, lo que sugiere que tenían una función ritual y estaban asociados a lugares sagrados. Los lugares escogidos para las representaciones son, por lo común, zonas de laderas de colinas, oteros, valles fluviales y faldas de montañas.
Los petroglifos gallegos suelen representar motivos abstractos, como círculos, espirales y zigzag, así como figuras geométricas y formas antropomorfas y zoomorfas. Algunos de ellos también incluyen representaciones de objetos cotidianos como herramientas, armas y utensilios.
Aunque los elementos naturalistas son los que caracterizan y diferencian la litografía prehistórica galaica frente a sus equivalentes europeos, son los motivos abstractos, en especial trisqueles, laberintos y tramas geométricas, los que se consolidarán en la cultura castreña (Celtas).
Se aprecia una distribución geográfica más concreta para cada grupo de motivos:
- cazoletas: no siempre aparecen solas, sino también complementando otros motivos. Se reparte por toda el área de distribución de los grabados rupestres gallegos, incluso fuera de los límites concretos asignados a los grabados claramente prehistóricos.
- motivos circulares: este grupo es el más numeroso en la variedad y cantidad de sus temas, y tras las cazoletas, es el más abundante entre todos los Petroglifos gallegos, no sólo en la cantidad sino también en su extensión territorial, que abarca desde el río Duero hasta Arteixo y Nostián, en los alrededores costeros de A Coruña. En el interior se presentan en numerosos enclaves aislados, por ejemplo: A Golada (Pontevedra), Xunqueira de Ambía (Ourense), Escirón y Guitiriz (Lugo).
- espirales: la dispersión geográfica de estos motivos es idéntica a la de las combinaciones circulares, con las que suelen aparecer relacionados (valle medio del río Lérez y márgenes de la ría de Pontevedra, con algunos esporádicos al norte y sudoeste de la provincia de Pontevedra).
- laberintos: las representaciones de laberintos se ven limitadas hasta el presente a las inmediaciones de la ría de Pontevedra, en especial al área del Ayuntamiento de Marín y del Ayuntamiento de Meis.
- animales: los grabados de animales, terceros en abundancia, tras las cazoletas y las combinaciones circulares, se reparten por un área que corresponde fundamentalmente a la zona de las Rías Bajas. Por el norte, su límite se sitúa en el Ayuntamiento de Amés, cerca de Santiago; y por el sur, la zona del Bajo Miño, donde recientemente han aparecido nuevos complejos. Hacia el interior su difusión es muy escasa. Encontramos cérvidos, caballos, serpientes, huellas de animales, antropomorfos, doliformes, armas, cuadrados, paletas, esvásticas, huellas de pies, …
En cuanto a la tecnología utilizada, el procedimiento habitual era por percusión directa o indirecta, con dos tipos de perfiles: uno en V, con bordes abruptos y señales de golpes al realizarlo, y otros con perfil en U, más acho y desgastado, menos profundo.
Respecto a las figuras o formas más habituales, tenemos que hablar de:
- Las cazoletas, coviñas o fosettes. Que son hoyos excavados en la roca, de forma circular y pequeño tamaño.
- Los dibujos circulares, que suelen aparecer asociados entre sí y con otros motivos, como animales.
- Las espirales, asociadas a combinaciones circulares.
- Los laberintos, destacan por su originalidad, y se concentran sobre todo en la zona de la ría de Pontevedra, como por ejemplo los que encontramos en la estación de Pedra do Laberinto.
- Los animales, sobre todo, como decíamos en párrafos anteriores: cérvidos, équidos y serpentiformes. A veces resulta difícil la identificación del animal por el alto grado de esquematización.
- La figura humana. Realmente es un motivo escaso en relación al número de veces que aparecen los motivos anteriores, pero resultan interesantes sobre todo por los instrumentos que muestran: puñales, armas, cascos,… Resulta curioso la forma en que se representan, la figura humana suele aparecer esquematizada, con un punto para la cabeza y una cruz para el torso y os brazos, más dos líneas para las piernas, e incluso a veces aparecen dibujados los genitales. Por otro lado, en las escenas de caza, aparecen con armas arrojadizas en posición de acoso a animales. En otros casos aparecen montados a caballo, en escenas de pastoreo, doma,…
- Los idoliformes, entre los que destacan los de forma cilíndrica, que contienen rasgos de rostro en la parte superior.
- Las armas, aparecen sobre todo en los petroglifos pontevedreses. Se representan escudos, puñales, espadas, alabardas,…
- Figuras geométricas, como los cuadrados, circulares,…
- Símbolos o formas, como las paletas, esvásticas, zig-zags, huellas de pie,…
Por otro lado, los petroglifos galaicos tienen una conformación parecida a la que presentan los petroglifos portugueses. Así, por ejemplo, la técnica utilizada para el grabado fue el piqueteado, llegando en algunas ocasiones al bajorrelieve. El repertorio temático no es muy variado, y usualmente no tiene nada que ver con lo figurativo. En general se distinguen dos grupos de temas: los motivos meramente geométricos y los naturalistas, entendiendo como esto último no como una fiel representación, sino como la representación de figuras que al menos pueden identificarse como cuadrúpedos o figuras humanas.
Utilizar la expresión estilo atlántico es más completo que referirse sólo a grupo galaico de arte rupestre (III-II milenio a. de C) puesto que dicho estilo se extiende desde el norte de Portugal hasta el norte de las Islas Británicas incluyendo Galicia e Irlanda. Se encontraron petroglifos en todos los continentes de nuestro planeta, con similitudes llamativas entre ellos. Aunque en general los petroglifos pueden pertenecer a épocas muy diferentes de la historia, la mayoría de los que se encuentran en Galicia se encuadran en la Edad de los Metales, siendo casi todos de la Edad del Bronce, con los inicios de la fundición del cobre en la etapa del Calcolítico (aproximadamente entre 2.000 a. C y 1.800 a. C).
En algunas ocasiones el cristianismo procesó los símbolos considerados paganos, quedando las imágenes ocultas por ermitas, iglesias o cruceros construidos en el lugar que estaban ocupando. Como resultado estos lugares cristianizados fueron objetivo de leyendas paganas (con los moros de protagonistas en muchos casos).
Localización de los petroglifos en Galicia
Son muchos los petroglifos que podemos encontrar en Galicia, y como sería extensísimo relacionarlos todos, seguidamente comentamos algunos de ellos sin que su selección responda a criterios de importancia, belleza o estado de conservación. Son un mero ejemplo de la riqueza patrimonial que se encuentra, en esta materia, en estas tierras:
En la provincia de A Coruña
En la ciudad de A Coruña, en el entorno de la Torre de Hércules, encontramos petroglifos en Punta Herminia, los denominados Pedra do Altar, que se encuentra en mal estado, y la Peña de la brújula o Pedra do Compás. En ellos se representan signos cruciformes.
Encontramos la gran estación de Os Petóns do Castro (Cures, en el ayuntamiento de Boiro), también conocido como Loxo, tiene catalogados en la actualidad ocho conjuntos de grabados.
En Teo, más concretamente en Outeiro do Corno hay también un conjunto de grabados con formas circulares, un arma y un pequeño zoomorfo. El motivo central, cuadrangular, dividido en franjas horizontales por una línea en zigzag es acompañado de pequeños círculos en la zona superior.
La parroquia de Louro, cerca de Muros, cuenta con los petroglifos de Laxe das Rodas, un conjunto de grabados rupestres singular dentro del arte rupestre en Galicia. Serres presenta los petroglifos da Cova da Bruxa.
En Berdoias, municipio de Vimianzo, encontramos los petroglifos de Boallo, formado por varios motivos ciruclaes con un cuenco pequeño y un círculo único.
Uno de las estaciones arqueológicas más importantes de Santiago de Compostela la encontramos en la parroquia de Santa María de Conxo. Estamos hablando de Castriño de Conxo, en Volta do Castro. No son pocas las armas que aparecen representadas en los grabados de la piedra. Se pueden apreciar hasta 9 espadas, 2 puñales, 4 alabardas y otras cuatro figuras de forma triangular que no se han podido identificar.
En la comarca de O Barbanza, concretamente en Ribeira, encontramos el petroglifo de Pedra das Cabras, en el que se pueden ver motivos zoomorfos, en este caso dos ciervos con grandes astas.
Y es que en casi 70 municipios coruñeses se localizan petroglifos de gran interés.
En la provincia de Lugo
En la aldea de Proendos, en el municipio de Sober, se encuentra uno de los pocos petroglifos de esta zona de la provincia. Se trata de un conjunto de pequeñas dimensiones que aparece grabado sobre una superficie granítica horizontal dispuesta a ras de suelo y parcialmente cubierta por musgos y otra vegetación en la que se localizan al menos dos combinaciones circulares con trazo radial.
En la parroquia de Santiago da Veiga, perteneciente al municipio de Sarria podemos disfrutar de varios petroglifos, algo más de 30 grupos diferentes.
En Cervantes se localizaron varios petroglifos. Varios se encuentran hendidos en tres diferentes rocas de la Pena do Oso, en la parroquia de Donís, cerca de la frontera entre Lugo y León.
Entre los municipios de Antas de Ulla (Lugo) y A Golada (Pontevedra), las rocas graníticas del altiplano del Monte Farelo conservan una importante representación de petroglifos. La concentración de petroglifos en el Monte Farelo se debe probablemente a su condición de zona de paso entre los valles del Ulla y O Arnego.
En O Incio, en la parroquia de San Pedro do Incio Trascastro, se hayan encontrado varios petroglifos. Tienen tres elementos significativos:
- Pedra escrita: Es el peor conservado y en él se llegan a reconocer unas 8 cazoletas y dos herraduras junto a una figura antropomorfa.
- Pedra de San Mamede: De nuevo se repiten los motivos en forma de herradora, dos en concreto, y las cazoletas que en estas dos losas de piedra se cuentan por una decena.
- Pena do Chao: Es el último petrofligo de la ruta. Está cerca del monte de Santa Bárbara y en la propia roca que actúa como mirador sobre el valle de O Incio vemos algunas marcas en forma de cazoleta.
Además hay petroglifos en Friol, Castroverde, Paradela, Becerreá, Chantada, O Corgo, Outeiro de Rei, Monterroso,…
En la provincia de Ourense
En Ourense, en la parroquia de Santa Cruz de Arrabaldo, encontramos el petroglifo de O Coto, formado por varios hoyos y círculos concéntricos, con relleno de líneas radiales.
En Amoeiro, encontramos el conjunto arqueológico de A Ferradura, consistente en una gran roca llena de grabados.
En Allariz también hay un buen número de petroglifos, como los de Lameiro Grande, los de Boa Madre, os das Moreiras.
En Arnoia, encontramos los petroglifos de Reigoso o los del Panel.
Una importante muestra se localiza en los ayuntamientos de Baños de Molgas, Beariz, Castrelo de Miño, Cualedro, O Irixo, Monterrei, Nogueira de Ramuín, Pereiro de Aguia, Taboadela, Verín, Xunqueira de Ambía.
Y así podríamos seguir enumerando hasta más de 70 municipios en la provincia de Ourense, en los que disfrutar de estos grabados.
En la provincia de Pontevedra
Un municipio tan urbanizado como Vigo tiene registrados 60 conjuntos, alguno como el petroglifo de A Laxe que parece fue realizado en diferentes épocas, así vemos líneas, cazoletas y círculos propios de la Edad de Bronce, junto con cruces y estrellas que parecen posteriores (seguramente en el Medievo).
En el monte de Santa Tecla, en A Guarda, encontramos varios petroglifos en forma de estelas, que se cree que representarían la vida y la muerte.
En Campo Lameiro, con el Parque Arqueolóxico Rupestre localiza unos 80 petroglifos, la mayor concentración de grabados rupestres en toda Europa. El petroglifo de Laxe dos Carballos nos muestra el ciervo más hermoso del mundo, tiene unos 4.000 años de antigüedad. El ciervo es el protagonista de una escena de caza recogida en una gran roca de unos 60 metros cuadrados. El gran ciervo astado tiene un buen número de lanzas clavadas en su lomo como señal de castigo o muerte y además le han atado una cuerda alrededor del cuello. Junto a este aparecen, entre otros grabados, combinaciones circulares, alineaciones de cazoletas y otros ciervos.
También en Campo Lameiro encontramos el conocido petroglifo Pedra da Serpe, situado en la cima del castro de Penalba.
El Parque Arqueolóxico da Arte Rupestre fue declarado Monumento Histórico Artístico desde el año 1974 y dispone de un espléndido centro de interpretación de 5.000 metros cuadrados con salas de proyección, exposiciones y una biblioteca.
En Cotobade encontramos también un gran número de grabados, diversidad de motivos y espectaculares composiciones.
Mondariz es otro municipio donde se han encontrado numerosas y valiosas insculturas. En la parroquia de Sabaxáns, cerca de la iglesia de San Mamede, se puede ver el conjunto de Pé da Mula. En él se incluye el laberinto más grande de la costa atlántica.
El ayuntamiento de Poio atesora una importante concentración de petroglifos. Entre los más espectaculares citaremos en San Salvador A Pedra Grande de Montecelo y la Laxe das Lebres, y en Samieira el Outeiro da Burata y Monte Cruxeiro. La temática dominante en estos grabados rupestres es muy característica y la podemos agrupar en dos grandes bloques: geométrico y naturalista, con la existencia de una gran variedad de representaciones tales como ciervos, cazoletas, combinaciones circulares y diversas figuras antropomórficas.
En Ponteareas se han encontrado también varios, siendo el más famoso el conocido como la Serpe de Troña.
En Marín encontramos los petroglifos de Mogor, conocidos popularmente como Laberintos de Mogor. Se compone de tres conjuntos de grabados rupestres visibles, aunque existieron en la zona hasta siete grupos rocosos con grabados. El motivo del laberinto, característico de los petroglifos de Mogor, es atípico en el conjunto del arte rupestre gallego, conociéndose sólo cinco ejemplos, todos ellos en la provincia de Pontevedra.
En el concello de O Rosal, los petroglifos de Ghorghalado constituyen un conjunto de referencia del arte rupestre en O Baixo Miño.
Donde más conjuntos se han encontrado es en el municipio de Gondomar. Quizá el más conocido sea el llamado Auga da Laxe, que recoge una agrupación de armas en la que destaca una espada de gran tamaño. El de O Sobral muestra un grupo de caballos muy esquematizados.
Y en la provincia de Pontevedra, son muchos más los municipios en los que podemos observar petroglifos, pero en esta ocasión solo enumeramos algunos de ellos.
Significado de los petroglifos gallegos
Lo cierto es que no se puede asegurar nada, todo son hipótesis, pues el verdadero significado es un misterio imposible de descifrar. La creencia mayoritaria es que su función sería de índole espiritual, religiosa y ritual, en muchos casos de tipo funerario, basándose en la adoración de la naturaleza y las deidades locales.
También se cree que podrían haber servido como una forma de comunicarse, y tal vez indicasen la localización de puntos de interés, como lugares de caza, presencia de agua, o similar.
Algún estudioso le añade un carácter geográfico, tanto relacionado con los astros como con los territorios donde se encuentran.
Atendiendo a la temática, se pueden establecer cuatro grandes áreas conceptuales en la interpretación de los grabados en Galicia. Éstas serían:
- Escenas: hay una ausencia total de representaciones de escenas cotidianas, exceptuando las posibles escenas de pastoreo, cuya significación social dentro de cada comunidad no está determinada.
- Armas: son bastante reconocibles, tanto que suelen ser utilizadas como fósil guía para datar los petroglifos.
- Idoliformes: es una posible muestra de la dimensión funeraria-religiosa que llegó a alcanzar cada comunidad.
- Geométricos / abstractos: su propio carácter geométrico o abstracto dificulta su comprensión.
Conclusiones
Los petroglifos son unas ventanas al pasado que nos permite intuir como podría ser la vida cotidiana de aquellos antepasados, sus creencias, sus preocupaciones,… Representan una forma única de comunicación a lo largo del tiempo.
La franja atlántica gallega constituye un gran museo al aire libre de arte rupestre. Los petroglifos gallegos son una huella prehistórica en la cultura gallega y una muestra del arte y la creatividad de los antiguos habitantes de Galicia. Nos han dejado un significado perdido en el tiempo, y por eso nos encontramos con un cerco enigmático que llena de misterio su verdadero significado.
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Referencias
A Paisaxe relixiosa. A súa supervivencia no espazo e no tempo. De Caramés Campos, X.
Guía de los petroglifos de Galicia. De Aparicio Casado, B y de la Peña Santos, A.
Los petroglifos gallegos. De Izquierdo Zamora, A., Lancharro, M.A., Pérez Iglesias, J.M. y Villanueva Ortiz, P. Univ. Alcalá de Henares
https://www.lugaresconhistoria.com/petroglifos-de-campo-lameiro-y-mogor
https://onosopatrimonio.blogspot.com/2011/07/petroglifos-de-galiza_10.html