Entre el extensísimo y rico patrimonio que podemos encontrar en tierras gallegas, uno de los ejemplos más impresionantes está formado por las murallas romanas de Lugo.
La ciudad de Lugo es una ciudad, de la provincia del mismo nombre, en tierras de Galicia. Está muy próxima (apenas unos 100 kilómetros) a las ciudades de A Coruña y Santiago de Compostela.
Un poco de historia…
En primer lugar hay que decir que la muralla de Lugo constituye una muestra de la evolución histórica de esta ciudad, constituyendo en primer lugar un testimonio de primer nivel sobre la civilización romana.
Los romanos encontraron oro en Lugo, aunque la ciudad entonces se llamara Lucus Augusti. Era el año 25 antes de nuestra era cuando el imperio se instaló en este lugar estratégico en una colina abrazada por los ríos Miño y Chanca. La ciudad de Lugo fue fundada por el magistrado romano Paulo Fabio Máximo por orden del emperador César Augusto (primer emperador del Imperio romano en el año 13 a.C) con el fin de anexionar a sus dominios el noroeste de la península Ibérica al imperio Romano. Lugo fue la capital de uno de los tres conventos jurídico de Roma, junto con Astorga y Braga, que conformaban la provincia de Gallaecia, y que alcanzaba hasta el río Duero. Esta ciudad desempeñó un papel capital en una región por aquel entonces riquísima en oro que Roma explotó, hasta el agotamiento, en beneficio del tesoro imperial.
Tardaron todavía tres siglos, pero ante la considerada amenaza bárbara, la ciudad comenzó a rodearse de una muralla de piedra que, extrañamente, protegería zonas habitadas pero también terrenos baldíos, mientras que algunos andurriales de la villa quedaron fuera de su manto. Es uno de los misterios no desentrañados del fabuloso muro. La leyenda dice que los romanos construyeron la muralla para proteger no una ciudad sino un bosque, el Bosque Sagrado de Augusto, en latín Lucus Augusti, de ahí el nombre de Lugo. Esta creencia se fundamente en que “Luc” era el término con el que se designaba un bosque sagrado y se cree que el nombre de la ciudad es una derivación del término. Hoy el bosque es un misterio, pero la muralla sigue en pie.
Estamos pues hablando de una fortificación militar de origen romano, que se remonta al siglo III, cuando fue construido para defender el corazón de Lucus Augusti de los ataques bárbaros.
Aunque no es el único recinto amurallado de este tipo que podemos encontrar entierras españolas, si se puede afirmar que las murallas de Lugo son el mejor conservado de entre los de su época. Con una longitud que superar los dos kilómetros, por cierto totalmente aptos para un agradable paseo, abarca una superficie de casi 35 hectáreas. La anchura media es de uso 4,2 metros, alcanzando los 7 metros de altitud en algunos puntos. En cuanto a la altura, hablamos de tramos entre los 8 y los 12 metros. En todo caso, ninguna ciudad europea pueda presumir de tal construcción arquitectónica, y la única del mundo, de sus características, con su perímetro completo.
A pesar de las reformas sufridas después de diecisiete siglos de historia, su aspecto y trazado originales, basados en las directrices de Vitrubio, se han mantenido inalterados. Constituyen por este motivo el mejor ejemplo vivo de fortificación del Bajo Imperio romano, con su planta rectangular de ángulos redondeados y sus más de setenta cubos o torres, construidos en lajas de pizarra, granito y otros materiales locales, siendo su núcleo de mortero fabricado con tierra y piedra suelta cementada con agua. El interior está relleno de un mortero compuesto de tierra, piedras y guijarros cementados con agua. Se estima que su construcción fue un único proyecto que terminó de realizarse sobre finales del siglo III o la primera mitad del siglo IV.
El trazado de las construcción defensiva está envuelto en el misterio, todavía nadie acierta a entender por qué dejó fuera importantes núcleos residenciales de la antigua ciudad a la vez que protegía zonas deshabitadas.
Además de la amenaza bárbara, la situación e importancia estratégica de la ciudad aconsejaron su construcción. La propia ubicación de la ciudad, bien resguarda el estar en lo alto de una pequeña colina y rodeada por un lado por el río Miño y por los otros por los arroyos Rato, Paraday y Chanca. La muralla protegió a la ciudad del viento frío del norte.
Se extiende por una orografía irregular, más alto al noroeste y en descenso hacia el sudeste. La forma es cuadrangular, con vértices suavizados.
Las torres de las murallas romanas de Lugo
En la muralla encontraban cabida ochenta y cinco torres. De ellas 60 de planta circular y 11 cuadrangular. De estas torres defensivas -torres donde eran colocados los vigías encargados de advertir la presencia de fuerzas extrañas; quedan cerca de cuarenta y seis que se conservan en muy buen estado mientras treinta y nueve están en peor estado de conservación. Las torres están colocadas de tal manera que no existan ángulos muertos. La distancia entre una torre y la otra suele variar entre los seis y los trece metros.
Los restos de la torre llamada A Mosqueira hacen suponer que cada una de las torres, o cubos, tenía en origen una estructura superior que contaba, al menos, con dos pisos. Estos pisos tenían grandes ventanales donde se estima que se ubicarían armas defensivas como ballestas, onagros o escorpiones. Quedan útiles seis de las escaleras originales empotradas en la parte interior del muro para acceder a la parte superior de este, aunque los arqueólogos creen que cada una de las 85 torres originales tendría una escala similar.
Las puertas de las murallas romanas de Lugo
La muralla cuenta, a lo largo de su perímetro, con diez puertas, de las que cinco datan de la época romana, y las otras cinco fueron agregadas entre los años 1853 y 1921.Las puertas de madera que permitían cerrar el acceso permanecieron, con más o menos intensidad, hasta el siglo XIX.
En tiempos medievales las puertas fueron un instrumento muy útil para cobrar el peaje de quienes querían entrar al corazón de la ciudad y refugiarse durante la noche, cuando la villa romana se cerraba hasta el amanecer para evitar en lo posible la delincuencia.
Las cinco puertas originales se conocen en la actualidad como Porta Miñá, Porta Falsa, Porta Nova, Porta de Santiago y Porta de San Pedro.
- La Puerta Miñá es nombrada popularmente como puerta del Carmen, dada la proximidad de la Capilla dedicada a esta Virgen. También fue denominada como Puerta Minei o Mineana. Es la puerta de origen romano que se conserva con menos modificaciones. iene 3,65 metros de ancho. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. Su obra es en bóveda de cañón y arco de medio punto. Está guarecida por dos torreones y tiene un recinto destinado a cuerpo de guardia (que se usó como capilla durante algún tiempo). Gracias a la crisis económica del municipio en 1870, se libró de ser derribada. Por la Puerta Miñá se iba hacia el río Miño (de ahí su denominación) y a Iria Flavia. El Camino Primitivo a Santiago deja atrás la ciudad al salir por esta puerta.
- La Puerta Falsa es una de las antiguas puertas romanas de la Muralla, era conocida como Puerta del Boquete aunque muy modificada. Cerrada seguramente durante la Edad Media, se abrió en el siglo XVII al instalarse en la actual plaza de Ferrol el Hospital de San Bertomeu, antes situado en la plaza Mayor. Por esta puerta entraban y salían los correos durante muchos años fue la más próxima al camino de La Coruña, sede de la Capitanía General y de la Audiencia. Ya en el siglo XX se cierra al tráfico y se dota de un acceso con escaleras. El ancho es de 3,45 metros, el alto hasta la clave es de 5,65 metros y hasta el adarve, de 11,50 metros. Atravesando la puerta, a la izquierda encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. Por la Puerta Falsa se iba hacia la costa al puerto de Lucus Asturum, Lugo de Llanera.
- La Puerta Nueva. De época romana, era la salida de la ciudad hacia Betanzos. Hasta la construcción en 1854 de la Puerta de San Fernando fue la principal vía de comunicación de la parte norte de la ciudad. En la época medieval se rehízo y es mencionada en la documentación del siglo XII como Puerta Nueva. Por la Puerta Nova se enlazaba con Brigantium, Betanzos. La puerta actual fecha del año 1900, dado que la anterior estaba en estado ruinoso y amenazaba la seguridad de los viandantes. Para la construcción de esta puerta nueva hubo que derribar un cubo de la Muralla. Mide 4,60 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8 metros y el alto hasta el adarve mide 8,95 metros. Atravesando la puerta, a la derecha encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
- La Puerta de Santiago existía ya en época romana y está totalmente modificada. Se conoce desde el siglo XII como puerta del Postigo (Posticu o Porticu), y en gallego d Pexigo o Pexigu. Todos estos nombres están relacionados con la existencia de un postigo encuadrado dentro de una puerta más grande. Sus dimensiones son, 4,15 x 5,50 metros y hasta el adarve 6,90 metros. En tiempos de pestes era la puerta que permanecía abierta y tenía un puente levadizo. Fue una puerta privada, ya que perteneció a la Iglesia y fue empleada hasta 1589 por los canónigos y sus sirvientes con el fin de acceder a las huertas. Esta puerta era la única que permanecía abierta en tiempos de peste. Fue ensanchada en 1759 por el Obispo Izquierdo y Tavira para facilitar la entrada de carruajes. Tiene un templete en el que se colocó una imagen de Santiago Matamoros y en la parte inferior el escudo de armas del Obispo Izquierdo. Cuando se accede al recinto histórico por esta puerta el viajero se encuentra con la majestuosa Catedral de Santa María.
- La Puerta de San Pedro ya existía en época romana. También en época medieval es conocida como Puerta Toledana al estar situada al final del camino procedente de Castilla, empleado sobre todo por mercaderes toledanos que comerciaban en la ciudad. En esta misma época también se le conocía como Puerta de Sancti Petri. Situada en una vaguada, mide 3,70 metros de ancho y unos 4,85 metros de altura hasta la clave.La decoración se encuentra en el exterior de la puerta, por ser una puerta principal de entrada. Hoy en día aún se ve un frontón triangular con el escudo de la ciudad, y una cartela oval con la inscripción del año de reconstrucción de la puerta. Por la puerta de San Pedro entraban las calzadas XIX y XX, procedentes de Asturica Augusta, actual Astorga y Braccara Augusta, actual ciudad de Braga en Portugal. Esta puerta fue y sigue siendo la entrada a la ciudad para los millares de peregrinos que se desplazaban hasta Santiago de Compostela en la Edad Media a través del Camino Primitivo. Por aquí también se sale al Camino Real de Castilla hacia Astorga. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. En la Puerta de San Pedro hay una tradición moderna bastante arraigada entre los lucenses y los visitantes. Desde el adarve puede contemplarse una escultura tallada en la piedra de San Pedro portando una bandeja en sus manos. Se dice que si pides un deseo y lanzas una moneda, se cumplirá en caso de que la moneda se quede en la bandeja. Otras leyendas urbanas señalan que si tiras la moneda en compañía de otra persona, estaréis siempre juntos.
En 1837 se realizó la construcción del llamado Reducto Cristina se construyó un baluarte defensivo para la ubicación de artillería entre la puerta del Obispo Aguirre y la torre de A Mosqueira. Se realizó por motivo de las Guerras Carlistas partidarios de Carlos María Isidro de Borbón llamado Carlos V y sus descendientes, y los liberales, partidarios de Isabel II de España conocida por la Reina Castiza. Esta construcción fue bautizada como reducto de María Cristina en honor a la reina Regente, María Cristina de Borbón, madre de Isabel II de España.
Entre 1853 y 1921 se abrieron otras cinco puertas por necesidades de la expansión de la ciudad, de las diez puertas existentes, seis son peatonales y cuatro permiten el tráfico rodado: en 1853 la Puerta Pincipe Alfonso; en 1875 La Puerta de la Estación, en 1888 la Puerta del Obispo Izquierdo, en 1894 la del Obispo Aguirre y en 1921 la del Obispo Odoario.
- La Puerta de San Fernando fue la primera de las puertas modernas. Se abrió en 1854 en el lugar donde estaba el llamado Boquete, por donde entraba en la ciudad el acueducto de origen romano. En 1858, con motivo de la visita de Isabel II y sus hijos, se le dio el nombre de Puerta del Príncipe Alfonso, en honor del futuro Alfonso XII. En 1962 se reforma, debido a toda la población que se instala en el norte de la ciudad y la dificultad del tráfico, y se decide ensanchar la puerta derribando los edificios arrimados a la Muralla en su parte exterior, catorce años después. Sus medidas son, 12,5 metros de ancho, 7,50 metros de alto. Tiene una bóveda de cuerno de vaca, o de paso oblicuo. Es uno de los principales accesos a la ciudad vieja y permite el paso de vehículos y peatones a la vez.
- La Puerta de la Estación se abrió a petición de algunos vecinos como consecuencia de la necesidad de comunicar la ciudad con las vías del ferrocarril. En 1921 se ampliaría aún más, en una obra que supuso el derribo de la primera puerta y la construcción de la actual. Es de arco carpanel y tiene adosados dos recintos que sirvieron como fielatos. La escasez de elementos ornamentales responde a la precaria situación económica, debido a las deficiencias presupuestarias provocadas por la Primera Guerra Mundial. Su anchura es de 10 metros, su altura hasta la clave de 8 metros y hasta el adarve de 9 metros. Atravesando la puerta, encontraremos a la derecha unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
- La Puerta del Obispo Izquierdo. Con motivo de la inauguración de la nueva cárcel en 1887, se hizo necesaria la apertura de esta nueva puerta para facilitar el cambio de guardia y el acceso al juzgado. Se le dio el nombre de Puerta del Obispo Izquierdo en honor de uno de los benefactores de la ciudad. También conocida como Puerta de la Cárcel, fue la tercera puerta que se abrió durante el siglo XIX. Mide 4,32 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 7,15 metros y hasta el adarve, de 8,10 metros. Atravesando la puerta encontramos la plaza de Campo Castelo, donde hay unas escaleras de acceso a la Muralla.
- La Puerta del Obispo Aguirre es la cuarta puerta abierta en el año 1894. Su apertura se debe al deseo de facilitar la comunicación con el nuevo seminario, construido por orden del Obispo Aguirre, y con el antiguo cementerio. Situada en una ladera, mide 10 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8,15 metros y hasta el adarve, de 9 metros. En su construcción se derribaron dos torres de la muralla que contenían lápidas romanas.
- La Puerta del Obispo Odoario. En 1921 con motivo de la colocación de la primera piedra del Hospital de Santa María. El alcalde Ángel López Pérez ordenó dinamitar la Muralla para abrir la puerta, pero lo hizo sin permiso. Cinco vecinos denunciaron contra el Ayuntamiento. Este hecho provocó que el 16 de abril de ese año el Estado declarara Monumento Nacional a la Muralla de Lugo, con el fin de dotarla de más protección. La nueva puerta se finalizaría finalmente en 1928. Mide 12 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 9,10 metros y hasta el adarve, 10 metros.
El acceso al adarve, el muro de la fortaleza, se realizaba mediante escaleras embutidas en los muros de las torres. Estas escaleras eran dobles, de patrón imperial. Hay rastro de 16 de estas construcciones.
En 1962 se hallaron los primeros vestigios de la existencia de estas escaleras de acceso al adarve, pero estaban totalmente cegadas por desperdicios y tierra. Con la puesta en marcha del Plan Integral de la Muralla se rehabilitaron. Se estima que había una escalera por cada torre.
Las escaleras no llegaban a la altura del suelo. Para acceder al primer escalón había que utilizar escaleras móviles. Esto permitía, en caso de necesidad, aislar la muralla retirándolas.
En la actualidad se accede mediante seis escaleras exteriores a los muros (Campo Castelo, Praza do Cantiño, Porta da Estación, Porta Falsa, Porta Nova y Porta Miñá) y una rampa (Porta de Santiago) construidas a partir del siglo XVIII.
Pero una muralla es, ante todo, una estructura defensiva y como tal tiene que contar con su correspondiente foso e intervallum. Así, la estructura defensiva que conformaba la muralla estaba formada por:
- El foso está situado a unos 5 metros de las torres y tenía una anchura de 20 metros y una profundidad de 4 metros. En la actualidad sólo quedan vestigios del mismo no es un foso continuo, sino que está formado por diversos tramos independientes con encuentros acoplados.
- El intervallum era un espacio entre la muralla y las edificaciones urbanas. Recorría toda la longitud de la misma, Con el paso del tiempo este espacio fue siendo ocupado por edificaciones. A mediados del siglo XX había más de 30 edificios adosados a la muralla, invadiendo el interallum.
En canto a su finalidad, hay que recordar que la muralla no sólo era un elemento defensivo. También servía para delimitar el fuero y con él los impuestos de la ciudad. En ellas se cobraba el impuesto de portazgo y se realizaba el control de las personas que entraban y salían del recinto.
La historia posterior nos dice que…
Bajo el dominio de los suevos y visigodos Lugo se fue despoblando. Alfonso I de Asturias intentó frenar esa pérdida de población, pero no fue hasta después de su conquista a los musulmanes en el año 998 fue atacada por Almanzor, caudillo del Califato de Córdoba que derribó uno de los lienzos aunque no alcanzó a conquistar la urbe.
Como anécdota, se dice que en el año 460 cuando los Suevos, al mando de su caudillo Hermerico, entraron a sangre y fuego a la ciudad, los lucenses habían dejado las puertas de la Muralla abiertas por la Pascua. Fue un error humano, no arquitectónico, de allí viene la frase: “nos hicieron la Pascua”
En el siglo XVI se comenzaron a construir viviendas en los huecos entre las torres por la parte exterior propiciando el crecimiento ultra muros de la ciudad.
El 16 de abril de 1921 la muralla fue declarada Monumento Nacional, a raíz de la apertura de un hueco en uno de sus lienzos para la construcción de una de las puertas. En 1971 se inició el plan conocido como Operación Muralla Limpia, que tenía como objetivo librar al monumento de todas la edificaciones adosadas a su paramento exterior.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, al tratarse de una de las únicas muestras de muralla romana de grandes dimensiones que se conserva fuera de Roma.
La muralla de Lugo está hermanada, desde el día 6 de octubre de 2007 con la Gran Muralla China de Qinhuangdao.
Nuestra recomendación…
Nosotros hemos recorrido estas murallas en numerosas ocasiones, y os animamos a que os desplacéis para conocer esta hermosa ciudad y su gran patrimonio. Pasear por encima de las murallas de Lugo es como hacerlo por encima de la historia, es de alguna manera, sentirse transportado en el tiempo unos dos siglos atrás.
Y si bien, conocer las murallas es suficiente pretexto para adentrarse en esta ciudad, también hay más motivos: conocer las termas romanas, que se encuentran fuera de las murallas de la ciudad (en el Hotel Balneario de Lugo), acercarse al Museo Provincial, sito en el antiguo Convento de San Francisco. También explorar el casco antiguo, que acoge una gran variedad de edificios de arquitectura barroca, gótica y romana.
Visitar la Catedral de Santa María, construida originalmente en el siglo XII, de estilo románico y gótico, pero con añadidos como su grandiosa fachada neoclásica; visitar igualmente la Casa de los Mosaicos, antiguo morada de un rico romano asentado en esta ciudad, pudiendo disfrutar de la hermosura de la “Domus Oceani”, mosaico romano original; numerosas iglesias, como la iglesia y el monasterio de Lorenzana, la capilla del Carmelo, la iglesia de Santo Domingo, la iglesia de San Roque y la iglesia de San Pedro.
El museo Domus de Mitreo alberga las ruinas de una antigua Domus de un ceturión romano, donde se daba culto al Dios Mitra. En el flanco nororiental de la ciudad vieja se conservan los restos del acueducto romano, visibles gracias a un pavimento de vidrio.
Disfrutar de la espectacular fiesta de recreación de la época romana que supone Arde Lucus, (en este enlace podéis ver, a título de ejemplo, la programación de actividades que engloba: Programa de actvidades Arde Lucus 2019) en la segunda quincena del mes de junio, con sus impresionantes actuaciones de circo romano, desfiles, venta de esclavos, mercado, contiendas, ambientación y miles de participantes ataviados al uso romano o castrexo.
Y desde aquí conocer la Ribeira Sacra, disfrutar de las gentes y gastronomía gallega, empaparse del patrimonio natural, cultural y artístico que tan presente encontramos siempre en estas tierras.
Nuestra recomendación
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Referencias
La muralla de Lugo. Patrimonio de la Humanidad. Vilela,Abel. Concello de Lugo, 2004
Lugo y su muralla. Trapero Pardo, J.
Patrimonio Cultural de la Humanidad en España. De Casas, N.