En línea con anteriores publicaciones con las que procuramos hacer un acercamiento a las diferentes costumbres, curiosidades, prácticas culturales, etc que nos permitan comprender como se vivía en la Edad Media, hoy dedicamos este post a la Música durante la Edad Media.
Como ya sabéis, la Edad Media es el período histórico comprendido entre la caída del Imperio Romano (en el siglo V de nuestra Era) y llega hasta los comienzos del Renacimiento, a finales del siglo XV.
La Edad Media se puede dividir en dos partes: la Alta Edad Media (siglos V a X), una época caracterizada por un escaso desarrollo cultural y la presencia de continuas guerras, invasiones, epidemia y pobreza; y , la alta edad media (siglos V a X); época de guerras, invasiones, epidemias y pobreza; y la Baja Edad media (siglos X a XV), caracterizada por importantes avances en materia cultural y económica.
Podemos afirmar, tal y como sucede en muchos otros ámbitos de nuestra sociedad, que en la música medieval encontramos muchas de las bases de este arte en la actualidad.
El poder, como hace habitualmente, utiliza todos los resortes para dejar manifiesta su autoridad y ascendencia, por ello no es de extrañar que la música en la Edad Media estuviese en muchos casos al servicio de la nobleza y la Iglesia.
Se trataba de una sociedad en la que predominaba, en todos los ámbitos, la omnipresencia de la religión (la Iglesia), por lo que es fácil entender la presencia de una música religiosa, pero que a la vez conviví con la música profana, propia de juglares y trovadores.
La Iglesia Católica crea las primeras universidades enfocadas en la investigación, siendo los primeros profesores religiosos o monjes. Toda la cultura se centra en los monasterios y todas las artes hacen referencias a temas religiosos porque su único fin es alabar a Dios. Toda la cultura se centra en los monasterios y todas las artes hacen referencias a temas religiosos porque su único fin es alabar a Dios.
En música se unificó también las distintas maneras de cantar que existían por todo el extinto Imperio Romano. Esa unificación de melodías se le atribuyeron al Papa San Gregorio Magno que le fue legado por un hecho divino, por eso recibe el nombre de Canto Gregoriano.
Las formas musicales en la Edad Media
Los primeros cultos religiosos cristianos tenían mucha influencia judía y griega y por eso se cantaban cantos de una sola melodía (canto llano, luego llamado canto gregoriano).
El pueblo, que conforma la base de la sociedad medieval, compuesto básicamente por campesinos y plebeyos, analfabetos, son los destinatarios de la música popular, que tenía lugar en las calles, plazas y mercados; pero también de los cantos gregorianos, que era el vehículo para hacer llegar la doctrina religiosa de una manera más fácil la doctrina religiosa.
Por otro lado, la nobleza, formada por barones y caballeros, educados en las escuelas catedralicias y monacales, cultiva en sus castillos el arte sabio, culto y refinado de los trovadores. Su temática es fundamentalmente amatoria (amor dirigido hacia una dama idealizada) y caballeresca (Dios, las damas, el rey y el honor).
En lo que respecto a los clérigos, monjes y obispos, que eran en realidad los únicos depositarios de la cultura, eran practicantes del canto gregoriano: una música plenamente funcional, ligada y subordinada a un texto y a un ceremonial, que pretende dignificar la palabra sagrada poniéndola en un plano superior al de la palabra hablada, inducir un estado de ánimo que favorezca la oración de los fieles y la elevación de sus almas y, en definitiva, tratar de agradar a dios acompañando las oraciones con música.
En todo caso, en la Edad Media podemos hablar de dos formas musicales:
- Las formas Vocales. Hablaríamos de:
- Organum: Pieza litúrgica de largas notas con embellecimientos.
- Conductus: Semilitúrgico, acompañaba a un personaje.
- Motete y Madrigal: La forma que desarrolló la polifonía.
- Hoquetus: Forma francesa, 3 voces en contrapunto con una grave.
- Canon: Imitación de una melodía desplazada en tiempo.
- Las Formas Instrumentales
- Consistentes fundamentalmente en las danzas.
Tipos de música durante la Edad Media
Dentro de la música medieval podemos ver diferentes fenómenos musicales, entre los que se destacan el canto gregoriano, la música profana y la polifonía.
Desarrollo musical durante la Edad Media:
La creación musical medieval se expresó principalmente a través de la monodia (composición a una sola voz). Pese a la existencia desde el siglo XI de técnicas de notación musical bastante precisas con respecto a las alturas (no así con respecto al ritmo), en muy pocas ocasiones estas creaciones fueron escritas en el momento mismo de su concepción, entre otras razones, porque los compositores de la época podían ser desconocedores de la notación musical.
Las fuentes escritas sugieren, más bien, que estas obras fueron creadas según mecanismos de tradición oral (memoria, transmisión) y que solo llegaron a ser puestas en notación cuando hubieron alcanzado una difusión y celebridad que justificara su recopilación en forma de cancionero.
En primer lugar cabría hablar de la diferencia entre la música religiosa y la profana:
La música religiosa
Quizás sea la más relevante de esta época. Se trata de la música que utiliza la Iglesia para sus rezos. Destaca principalmente el canto gregoriano, llamado así en honor del Papa San Gregorio Magno (siglo VII).
La música religiosa tenía como marco más habitual los monasterios y catedrales.
Con la música religiosa se busca alabar a Dios de una manera más mística y perfecta que la simple oración recitada.
La música profana
Era el tipo de música que no tenía un carácter religioso. Era interpretada por trovadores y juglares
En esta época, y tímidamente, empieza a surgir la polifonía (cantar a varias voces), pero eso lo veremos mejor en el Renacimiento, unos siglos después.
Las primeras canciones no religiosas de que tenemos noticia son de los siglos XI y Xll, están escritas en latín y se les da el nombre de canciones de goliardos. Los goliardos eran estudiantes y frailes que habían abandonado sus conventos; vagaban por el mundo, de una escuela a otra, antes de la fundación de las primeras universidades, llevando una vida desordenada, criticada por las buenas gentes.
La mayoría de sus canciones son de tema amoroso.
No emplean el latín, como en el canto gregoriano, sino las nacientes lenguas vulgares como el francés, gallego, castellano…
Su música tenía un ritmo mucho más marcado que el gregoriano y se acompañaba con distintos instrumentos.
Como decíamos anteriormente, la música profana es aquella que no tenía carácter sagrado o religioso.
Era interpretada por los ”menestrelli”, esto es los trovadores y juglares, que eran unos artistas que se iban moviendo de localidad en localidad y solían ser una forma de entretenimiento en las fiestas y banquetes. Sus composiciones eran de carácter narrativo y lírico y estaban conformadas en base a versos que abordaban diferentes temáticas: sobre historias épicas, historias amorosas, cuestiones morales, etc.
Cabe también dedicar un tiempo a conocer:
Las laudas
Las laudas son cantos populares devotos escritos para cantar en lengua romance. Su creación se atribuye a San Francisco de Asís, fundador de la orden de los franciscanos. San Francisco había sido en su juventud trovador y, una vez consagrado a Dios, utilizó el canto propio de los trovadores para expresar su amor a la naturaleza y para elevar así su espíritu con la oración.
Las cantigas
Las cantigas son cánticos en lengua romance dirigidos a la Virgen María. Constituyen el monumento musical más importante con el que España contribuyó a la cultura de la Edad Media, Alfonso X el Sabio nos legó 417 cantigas, escritas en gallego.
Las Cantigas religiosas de Alfonso X pueden agruparse en dos tipos:
- de milagros, o narrativas.
- loores o cantos de alabanza, de contenido similar a las canciones de los trovadores, pero en las que se sustituye la dama por la Virgen.
Canto gregoriano
Era el canto oficial de la Iglesia Católica, ya que formaba parte de las celebraciones litúrgicas. El Papa Gregorio Magno realizó una unificación de los cantos que se daban en las diferentes liturgias, razón por la cual este tipo de canto recibirá el nombre de canto gregoriano.
Se solían interpretar en misas y fiestas solemnes, y su finalidad es aproximar el alma del creyente a Dios. Recordemos que en esta época, el poder y la cultura están en manos de monjes y religiosos. Sus características eran:
- No se acompañaba con instrumentos musicales, se cantaba “a capella”
- Se canta en latín, a una sola voz (unísono), sólo por hombres y con un ritmo libre.
Era un canto monódico, es decir que poseía una sola línea melódica. Esta situación duraría aproximadamente hasta el sigls o XI, momento a partir del cual empieza a aparecer la polifonía.
El ritmo de los cantos gregorianos era libre, no estaba sometido al retorno regular de un compás. En todo caso, es un ritmo flexible.
Era un momento en el que no se conocía todavía el pentagrama, y la escritura musical se hacía en un tetragrama, esto es en cuatro líneas en lugar de las cinco del pentagrama.
Hablamos de un tipo de música formada por dos componentes: un texto religioso, escrito en latín, y una melodía, subordinada al texto. Se procuraba hacer énfasis en el sentido de las palabras. Las melodías progresas suavemente, usando intervalos pequeños.
En cuanto al repertorio de los cantos gregorianos, hay que decir que se limitaba a textos recitativos, aclamaciones, himnos, piezas de salmos, etc.
Los tipos de canto gregoriano eran:
- Silábico: Si se canta una nota por cada sílaba del texto.
- Neumático: Si cada sílaba tiene entre dos y tres notas
- Melismático: cuando cada sílaba del texto está adornado por varias notas distintas, a veces muy numerosas.
Según las formaciones de los cantantes el canto gregoriano era:
- Antifonal: Dos coros de monjes alternaban el canto.
- Responsorial: Coro y solista alternan el canto.
- Directo: Solo canta un coro o un solista.
Músicos en la Edad Media
Juglares y trovadores eran músicos y poetas medievales que viajaban por las cortes feudales de Europa cantando y tocando sus propios instrumentos.
Los juglares solían ser personajes de origen popular, cantantes y acróbatas que narraban historias de batallas lejanas; en ocasiones se trataba de ex miembros del clero, y dirigían sus composiciones a la población analfabeta. Generalmente se limitaban a interpretar las composiciones musicales, pues no solían tener ni formación ni facultades para componerlas ellos mismos. Los juglares en muchas ocasiones recurrían también a otras formas de entretenimiento como podían ser el malabarismo, magia, acrobacia y la sátira.
Los trovadores y troveros eran personas más cultas, generalmente nobles, que escribían su propia poesía, no en latín, sino en su propia lengua. Solían componer y cantar sus propias obras. Los trovadores eran del sur de Francia y cantaban en la lengua provenzal o d’Oc, y los troveros eran del norte de Francia y cantaban en lengua de oíl. Los minnesänger cantaban en alemán.
Los trovadores tuvieron gran importancia en Francia y España.
España tendrá un papel no menos importante de la mano de personajes relevantes, como el trovador Martín Códax, el catalán Rimbaut de Vaqueiras, o el rey Alfonso X el Sabio.
La polifonía en la Edad Media
En general, hasta el siglo X la música europea, como la música de otras culturas, era fundamentalmente monódica, es decir, de una sola línea melódica en la que no interviene para nada la armonía sin acompañamiento de instrumento, el ritmo del canto gregoriano es libre, no está sometido a la rigidez métrica del compás.
Por el contrario, la polifonía es el canto a varias voces que suenan simultáneamente.
Como en tantos aspectos de la música (repertorio, teoría musical), el siglo IX produjo ya los primeros testimonios del canto polifónico de la música Occidental. Pero la eclosión de la composición polifónica se producirá, no obstante, coincidiendo con el denominado Renacimiento del siglo XII y el nacimiento y expansión de la Orden cisterciense, periodo de expansión cultural patrocinado por la rivalidad entre los diferentes centros políticos y religiosos de la época. Esas primeras composiciones polifónicas importantes son del siglo IX. Consistían en añadir una segunda melodía al canto gregoriano.
Tras estas primeras composiciones, podemos dividir a la polifonía en dos periodos:
- Ars Antiqua:
Comprende los siglos XII y XIII. Los músicos perfeccionan las primeras formas polifónicas llegando a construir piezas como el motete, que consiste en una composición a tres voces en la que cada voz tiene música y texto diferente y su forma de anotar la música es mucho más precisa que la del pasado.
- Ars Nova:
Es como se conoce a la nueva música del siglo XIV. Se buscan elementos nuevos como enriquecer la armonía y los ritmos.
Historia de la notación musical occidental
La escritura musical no es una invención moderna, sino el resultado de un largo proceso.
La escritura musical en la época griega y romana era alfabética, sin embargo en la Edad Media se dejó de usar este tipo de notación por otra llamada neumática, que aparece en el siglo IX.
Al comienzo de la Edad Media no se escribía música, se transmitía de forma oral. Pero cada vez se tenía más cantidad de música y los intérpretes necesitaban algo que les permitiese recordarla. De ahí surge la necesidad de crear una escritura musical. Así pues, el nombre de las notas musicales nació en la Edad Media
Como decíamos antes, la primera forma de escritura musical se dio entre los siglos VIII y IX, es la notación neumática. Los neumas (palabra que significa “aire” en latín) no eran notas, sino que eran signos elementales que se colocaban sobre cada sílaba del texto, y que servían de guía para recordar la melodía que debía ser cantada, perteneciente a un repertorio conocido de antemano.
Los cuatro neumas elementales son: punctum , virga , clivis , podatus.
Ya en el siglo XI se introdujeron las líneas que guiaban al cantor, se introduce también la notación cuadrada, la cual era típica del canto gregoriano que sí permitía precisar la duración y la altura de las notas.
Guido de Arezzo, fue el monje que introdujo las líneas que darían paso a nuestro pentagrama, además dio nombre a las primeras seis notas musicales utilizando el himno de San Juan Bautista y llamó a cada una de las notas con la primera sílaba de cada verso, siendo así: Ut, re, mi, fa, sol, la.
UT queant Iaxis
REsonare fibrís
Mira gestorum
FAmuli tuorum
SOLve pollutí
LAbii reatum
Sancte loannes (este último verso se añadió más tarde).
Este himno se traduce así: “Para que tus siervos puedan volver a cantar debidamente la maravilla de tus obras, limpia nuestros labios manchados por el pecado, ¡oh San Juan!”.
Para algunos autores, se trataba de un himno que los cantantes de la época dedicaban a San Juan para que los protegiese de la afonía. La melodía de Guido daba a la primera sílaba de cada verso un sonido diferente, que coincidía con los sonidos de la escala. Con el tiempo, la primera sílaba se cambió por Do y se añadió el Si de Sancte loannes. Para saber más, puedes ver nuestro artículo el origen de las notas musicales.
En el siglo XII (hacia 1150), estos neumas adoptaron una forma más definida, es la notación cuadrada. (Se sustituyó la caña por la pluma de ave que dejará un trazo cuadrado sustituyendo el sistema de neumas anterior.)
Al mismo tiempo, comenzaron a usarse líneas para señalar con cierta exactitud la altura de los sonidos musicales. Al principio una línea roja trazada sobre el pergamino señalaba el sonido Fa y servía como referencia para los demás sonidos, luego se añadió una segunda línea de color amarillo que representaba un Do.
Instrumentos musicales en la Edad Media
En el caso de la música profana, dado que en muchos casos los propios músicos, que llevaban una vida ambulante, debían desplazarse con sus instrumentos musicales, estos eran instrumentos de tamaño reducido para facilitar su transporte. La mayoría eran instrumentos de viento y de cuerda, y solo excepcionalmente podía haberlos de percusión (que no haría su aparición masiva hasta el Renacimiento).
Entre los instrumentos de cuerda cabe citar: la arpa, el laúd la lira, la guitarra, el salterio, la viela, el monocordio, el rabel, la fídula, el dulcimer o el organistrum, entre otros.
Entre los instrumentos de viento, el protagonismo mayoritario correría a cargo de las flautas, pero también el plasterspiel, la chirimía, la cornamusa, la dulzaina y la bombarda. En menor medida aparece el uso de cuernos y trompetas.
Entre los instrumentos de percusión podríamos hablar del pandero, la darbuka y la tejoleta.
En el ámbito religioso, en principio, durante la Edad Media el único instrumento permitido en la Iglesia era el órgano, aunque posteriormente con la implementación de la polifonía, en el ámbito eclesiástico empezaron a aceptarse otros tipos de instrumentos.
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Referencias
La música en la Edad Media. De Reese, G.
Breve historia de la música. De López Rodríguez, J.M.
musicaenlaedadmedia.wordpress.com