La civilización maya es sin duda una de las más grandiosas de la antigüedad.
En primer lugar hay que aclarar que cuando nos referimos al pueblo maya, no estamos hablando de un grupo de población homogéneo, sino de un conjunto de diferentes etnias que tenían costumbres, historias y lenguas distintas, y que se consideran como una misma civilización porque tenían en común una serie de rasgos.
La cultura maya hay que enmarcarla dentro de la denominada cultura mesoamericana, y tenemos que situarla en la zona SE de lo que en la actualidad es la República de México, esto es, sería la zona correspondiente a los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Quintan de Roo y parte de Chiapas, así como una buena parte de lo que en la actualidad son los países de Honduras, El Salvador, Guatemala y Belice. En total unos 320.000 kilómetros cuadrados
A diferencia de otras culturas mesoamericanas, los mayas no crearon un estado unitario, sino que formaron ciudades-estado con bastante independencia propia. La legitimidad de los reyes provenía de la religión, ya que eran considerados figuras divinas dentro de una sociedad con un marcado carácter estamental.
Pirámides, suntuosos palacios y precisos observatorios astronómicos abandonados a la exuberancia de la vegetación selvática fueron durante siglos los mudos testimonios de la grandeza de una civilización que, tras extender su pujante poderío político y religioso, se había adentrado por los caminos de las artes y las ciencias (escritura jeroglífica, astronomía, matemáticas)
La sociedad en su primer período era de carácter tribal, es decir, grupos de familias relacionadas por parentesco, que comparten una cultura, un lenguaje y un territorio. A medida que la agricultura se hace más compleja, creándose sistemas de riego e incluyendo el cultivo de productos comerciales, como el cacao y el algodón, aumenta la población y empiezan a surgir centros ceremoniales, así mismo se consolida la jerarquización de las clases sociales, que resulta de la división del trabajo.
En los centros ceremoniales y ciudades, que se multiplican durante la época clásica y cuyo gobierno fue de tipo teocrático, habitaba la clase dirigente, ocupada en funciones intelectuales, como la planeación socioeconómica, la proyección de obras públicas, la organización política, la creación de conocimientos científicos (matemáticas, astronomía, cronología, medicina) y la conservación, por medio de una desarrollada escritura, de la historia de los linajes gobernantes. Los especialistas (constructores, artistas y artesanos), así como los sirvientes, residían también en las ciudades, mientras que los campesinos, habitaban cerca de las siembras. También se realizó comercio a gran escala, constituyéndose los comerciantes en otro grupo social.
En cuanto a su gobierno, cada ciudad contaba con uno propio, con un rey al frente. Este gobernante, denominado Halach Uinic (hombre verdadero, en español), tenía la categoría de un dios y su puesto era hereditario. El poder absoluto del monarca se debía a su papel como intermediario entre los dioses, con los que estaba emparentado, y los hombres.
Para ejercer su gobierno, el rey contaba con los Batabood, parientes suyos que administraban los centros secundarios de los territorios. Además, estos altos funcionarios se encargaban de la recogida de los tributos, de presidir los consejos de las localidades y de impartir justicia.
La sociedad maya estaba fuertemente jerarquizada, existía una gran división social entre la élite y la clase baja, la de los plebeyos.
La vida de los mayas estaba inspirada en la religión, de ahí que hasta la organización del estado fuese teocrática. La cultura maya era politeísta y sus creencias estaban muy ligadas a la naturaleza. Todas las creaciones mayas están fundamentadas por una concepción religiosa del mundo, ya que este se concibe de origen divino y perneado por energías sagradas que determinan todo acontecer. Estas energías son los dioses, que encarnan en las fuerzas de la naturaleza, como los astros y la lluvia y también son energías de muerte, como los dioses que producen enfermedades y la misma muerte. Pero esas deidades también tienen aspectos animales: el Sol se manifiesta a veces como una guacamaya o un jaguar; la Lluvia, como una serpiente; la Muerte como un murciélago o un búho, etc. La religión maya afirmaba que habían existido cuatro edades históricas anteriores, que habían sido destruidas por el efecto de un elemento natural diferente en cada caso: el aire, el agua, la tierra y el fuego.
La guerra y los guerreros tenían una gran importancia dentro de la cultura maya. Los guerreros adquirieron un gran prestigio social y formaron parte de la clase alta.
La clase social marcaba el tipo de vestimenta dentro de la cultura maya. Los hombres de clase baja usaban un calzón muy básico y llevaban el pecho sin cubrir. Por su parte, las mujeres de esa misma clase vestían camisas anchas de varios colores, elaboradas con algodón, además de faldas largas.
La clase alta, formada por la familia real y los altos funcionarios vestían ropas de más calidad, con numerosos adornos fabricados con plumas y piedras.
Por otro lado, los mayas aportaron grandes avances a la astronomía y la aritmética, como por ejemplo la creación de un sistema de numeración de base 20 y que, como gran novedad, introducía un signo para reflejar el número 0. (hay que reseñar que el cero tardó mucho más en aparecer en la numeración arábiga). La creación de este sistema estuvo motivada por los estudios astronómicos realizados por esta cultura. Los astrónomos mayas necesitaban una manera de contabilizar sus observaciones del cielo, algo que utilizaban para regular el ciclo agrícola.
Los mayas también crearon dos calendarios diferentes: el Tzolkin (ritual) y el Haab (solar). El primero de ellos dividía el año en 13 meses de 20 días cada uno, lo que daba un total de 260 días. Los sacerdotes lo usaban para adivinar el futuro de cada individuo. Por su parte, el segundo estaba compuesto por 18 meses de 20 días, con 360 días en total. A estos había que añadirle otros 5 días denominados aciagos. Cuando ambos calendarios se combinaban, los mayas obtenían ciclos de 52 años llamados cuerda corta.
Calendario MayaAparte de los anteriores, los mayas crearon otro calendario más complejo denominado cuenta larga. Este estaba destinado a contar el tiempo que había pasado desde que el mundo fue creado, algo que, según sus creencias, ocurrió en el 3114 aC.
En cuanto a sus ciudades, a pesar de su poca tecnología y limitación de algunos recursos, los mayas lograron establecer las ciudades más hermosas y las estructuras arquitectónicas más impresionantes de las civilizaciones mesoamericanas. Las principales ciudades eran:
- Chichen Itzá. Ubicada en México, entre sus edificios el más destacado es el castillo o pirámide de Kukulkán, seguido del patio de la pelota y el templo de los guerreros.
- También en México, al borde el mar.
- En Guatemala, es una de las ciudades más grandes, no en vano llegó a alcanzar la cifra de 100.000 habitantes. En su interior más de 4000 edificios.
- También en Guatemala, la ciudad contiene 3 grandes pirámides.
- El Mirador. También en Guatemala, ha sido casi consumida por la selva.
- Ciudad que se encuentra en Belice. Contiene varias pirámides y unos 35.000 edificios.
- Una de las más grandes. Se encuentra próxima a Guatemala.
- Sita en México, también de gran tamaño.
En las artes plásticas se representa como seres fantásticos, mezcla, de varios animales y conformas humanas que llevan un atributo animal y vegetal, como ojos de serpiente, garras, colmillos y hojas saliendo de su frente.
El universo está constituido por tres grandes planos horizontales: el cielo, la tierra y el inframundo. La tierra, es una plancha plana que flota sobre el agua; pero también se concibe como un gran cocodrilo o lagarto, en cuyo dorso crece la vegetación.
Los mayas clásicos desarrollaron, según las regiones, diversos estilos en arquitectura, pintura, escultura y otras artes, en las que desplegaron un alto grado de calidad técnica:
La planificación de los centros ceremoniales mayas siguió la topografía y condiciones del terreno, lo que determinó las diferentes formas y estructuras de las edificaciones. La arquitectura maya participó de las características generales de las culturas americanas, pero tuvo modalidades especiales, incluso dentro de su propio estilo (el arco falso,- bóveda maya-, cresterías o peines, estelas y altares, etc).
En el campo de la escultura, los mayas crearon altares, estelas, lápidas, dinteles zoomorfos, tableros, tronos, jambas, columnas, figuras de bulto y marcadores de juego de pelota. Sus principales características son la utilización del relieve, la monumentalidad en el tratamiento de los temas, el uso del color en el acabado superficial, la dependencia del ámbito arquitectónico, la profusión de signos caligráficos y ornamentales, la relevancia de las líneas curvas y el carácter abigarrado y escenográfico de la composición.
Aunque los restos que han llegado hasta nosotros son muy escasos, la pintura mural del periodo clásico maya alcanzó una gran perfección técnica y una gran calidad artística. La cerámica polícroma —asociada con el mundo funerario— fue la más extendida. La talla de las piedras semipreciosas, en jade y obsidiana, suponen una valiosa aportación al arte maya. Figuras humanas, excéntricos y collares alcanzaron un grado de perfección que las hizo ser incluidas en los ajuares de las tumbas más principescas.
Los símbolos maya son glifos que fueron desarrollados por ellos en base a su forma de escritura y el lenguaje que manejaban. Esta cultura poseía un gran conocimiento sobre la astronomía y expresaron estos conocimientos mediante el uso de sus simbología características, además de otros conocimientos, por lo cual, interpretar correctamente estos símbolos ayuda a entender un poco más el desarrollo de esta civilización tan avanzada para su época. Los símbolos mayas podían ser utilizados para diferentes determinaciones pero, los principales eran sacados del sagrado calendario Tzolkin, este se dividía en dos partes, los sellos solares y los sellos lunares.
Los glifos que se determinan como “sellos solares” tienen un significado propio que se incorpora al diseño de cada uno de ellos y representan una energía que contiene la información elemental para el proceso de la vida.
Los tonos lunares complementaban a los solares y eran representados por puntos y rayas, identificaban a 13 fuerzas que se basaban en los elementos de la naturaleza.
Otros símbolos utilizados por los mayas eran los números y se consideraban algunos con significados especiales. El numero 9 era utilizado en rituales o ceremonias importantes como coronaciones. El numero 13 también era considerado como la terminación de algo, el desarrollo de los conocimientos y en relación con las 13 articulaciones del cuerpo humanos.
Cabe destacar que cada uno de estos símbolos eran escritos según sus simbología, en el caso de la civilización maya, se basaba en un sistema vigesimal, en el cual el numero 9 era representado con una raya horizontal (que representaba el numero 5) y 4 puntos sobre ella (que representaban el numero 4 adicionado al carácter debajo de él). Así sucesivamente el numero 13 era representado por dos rayas horizontales predispuestas una sobre otra con 3 puntos sobre ellas.
Por otro lado, la civilización maya, así como otras muchas civilizaciones a lo largo de la historia, creían en el sacrificio humano para el buen funcionamiento del universo, ellos creían que el universo no funcionaría correctamente si no se le entregaba como pago la sangre en forma de sacrificio.
Este pueblo quería asegurar el paso de estaciones, cosechas prosperas y el buen porvenir de los tiempos mediante estos rituales. Ante sus creencias, los dioses los habían creado al ser humano y se debía pagar constantemente como una muestra de gratitud.
Además de mantener vivos a los dioses mediante el “alimento” se tenía en mente mantener viva la humanidad evitando la furia de los dioses. No solo se otorgaban sacrificios de personas, ofrendas como alimento, tabaco e inciensos eran ofrecidos a los dioses constantemente para mantenerlos conformes y demostrar su devoción ante ellos.
Para los mayas, las cuevas en las montañas que contenían cuerpos de agua, era algo sagrado y divino. Se creía que estos conectaban a su mundo con el de los muertos y a través de ellos transitaban las almas que se dirigían al más allá. Estas formas geomorfológicas las determinaron como “Cenotes”. Muchas veces estos lugares divinos y sagrados eran la localidad perfecta para realizar los sacrificios humanos y las adoraciones a sus dioses.
En cuanto al conocido juego de la pelota, los mayas le otorgaban el término de “Pok a Pok” por el sonido de la pelota al realizar este juego. También era considerado como algo divino. El juego consistía principalmente en meter la pelota por los agujeros de piedra que eran colocados para la misma tarea.
Era una tarea muy realizada en la antigüedad y esto se puede apreciar debido a las ruinas que hoy se encuentran de las ciudades en donde están dispuestas muchas de las “canchas” que se establecían para estas ceremonias. Los mayas lo consideraban algo divino debido a que durante el juego, el equipo que resultaba campeón representaría a la luz y el equipo que perdía representaba a la oscuridad y en muchas ocasiones era sacrificado y ofrecido como tributo a los dioses. Era la representación de la constante lucha entre el bien y el mal.
Los mayas eran un pueblo muy supersticioso y de muchas creencias, por lo cual había muchas leyendas en su pueblo y si bien no se tiene certeza sobre alguna. Muchas de las leyendas son creadas en basamentos regionales, cuentos de aldeas, generalmente utilizados para el entretenimiento de mucho o para causar miedo a aquellos que las escuchan o admiración por aquellos que las relatan. Algunas de las leyendas mayas más conocidas son:
- Sac Muyal: Trata de la historia de un guerrero que buscaba a su amada en el bosque, que había sido atrapada por un “Sac muyal”, en su travesía se encuentra con distintos animales y cada uno le da indicaciones distintas de lo que debe hacer, el simplemente le hace caso a cada uno y finalmente llega a una cueva donde se encuentra a los mismos, despierta de una especie de sueño con su amada sana y salva entre sus brazos.
- El colibrí: Leyenda sobre la forma en que fue creado el colibrí: cuando los dioses estaban creando a los animales, se les acabó el barro y decidieron tomar una piedra de jade, de ahí salió el colibrí. El hombre al ver la belleza del colibrí quiso capturarlo, haciendo enojar a los dioses, los cuales colocaron como castigo a cualquiera que atrape un colibrí, moriría de inmediato.
- El hombre que vendió su alma: Relata de historia de un hombre que quiso vender su alma, por lo cual invoco a un demonio llamado “Kizin” y le pidió siete deseos antes de irse, luego de pedir sus seis deseos, el séptimo fue que Kizin lavara unos frijoles negros hasta ponerse blancos, lo cual nunca sucedió y se decía que por ellos existen hoy en día frijoles de diferentes colores.
- La tristeza del maya: Se trata de un hombre maya que estaba siempre triste, por lo cual los animales hablaron con él y le pidieron que solicitara cosas que pudieran cederle para que fuera feliz, a lo cual el hombre pidió y cada animal le cedió una de sus características especiales, finalmente el hombre se fue y ahí la lechuza le comento al resto de los animales que aunque este hombre tuviera más cosas siempre seguirá triste.
Por último, a efectos de estudio se suele estructurar la historia del pueblo maya en varios períodos:
Período Formativo o Preclásico (2000 aC – 100 dC)
Las poblaciones que vivieron en los primeros años de ese período ocuparon pequeños asentamientos o convivieron en aldeas compuestas por una serie de plataformas bajas sobre las que se alzaban chozas de materiales perecederos con una lumbre en su interior. Bajo los suelos de las viviendas solían realizarse enterramientos simples, con las connotaciones rituales que ello comportaba, y se elaboraba ya una cerámica rudimentaria. Estos poblados se desarrollaron en un limitado espacio costero próximo a pantanos y esteros; las primeras evidencias de aldeas, cerámica y agricultura proceden de la costa del Pacífico y se remontan al periodo comprendido entre los años 1850 y 1650 aC.
La cultura maya comenzó a despuntar durante los años 1000 y 400 aC., cuando surgieron los primeros indicios de lo que más tarde sería una sociedad compleja: construcciones públicas y ofrendas funerarias diferenciadas. En algunas zonas, como la costa del Pacífico y lugares cercanos, la transformación pudo deberse a una fuerte relación con el mundo olmeca
En la parte final de este período, entre los años 400 aC y 100 dC, se perfilaron con mayor claridad los rasgos que definirían la cultura maya clásica. La población aumentó considerablemente, se construyeron grandes templos sustentados sobre amplias plataformas y calzadas que unían los conjuntos arquitectónicos más significativos de una misma ciudad.
Las inhumaciones de la clase dominante incluían ricos ajuares funerarios en que no faltaban lujosos enseres importados; las conchas marinas, los objetos de jade, las espinas de mantarraya y la cerámica ritual se acumulaban en los enterramientos de los grandes señores. Esta práctica funeraria indica la existencia de una sociedad con un notable grado de jerarquización. También durante este período se desarrollaron dos aspectos característicos de la cultura maya: la escritura jeroglífica y la escultura.
El periodo Protoclásico maya (100 dC – 250 dC)
En este período se produjo un repentino declive de los principales centros, que afectó a los núcleos rectores del área sur y a algunos otros situados en las Tierras
La cultura maya clásica (250 dC – 900 dC)
Durante este periodo la civilización maya alcanzó su máximo nivel tanto en sus realizaciones artísticas, científicas y técnicas como en lo que respecta a su complejidad social y política. Hubo un fuerte aumento de población dentro de los núcleos cívico-ceremoniales y en torno a ellos, centros que en su mayor parte ya habían empezado a ser construidos en el periodo Formativo. Tales ciudades estaban en gran medida ocupadas por las élites que dirigían la vida de los mayas.
En ocasiones se designa la época clásica como la del «Viejo Imperio», denominación cuanto menos equívoca, pues el mundo maya nunca llegó a constituir una unidad político-administrativa centralizada. Con el avance de las técnicas agrícolas, aumentó la producción y surgieron oficios especializados, como los artesanos que fabricaban objetos destinados a clase dominante.
Entre los años 800 y 900 se sitúa uno de los acontecimientos más mitificados de toda la historia de la América prehispánica: el colapso de la civilización maya. Esta repentina crisis pareció cebarse solamente en la parte central y más desarrollada del mundo maya, es decir, en las Tierras Bajas del Sur. Numerosos centros mayas de esta área fueron abandonados.
El dramático declive y caída de la civilización maya clásica es uno de los temas arqueológicos más intrigantes y de mayor debate entre los especialistas. Según la tesis más extendida, al final del periodo Clásico los métodos de subsistencia utilizados por los mayas rebasaron sus límites, ya que la sobrepoblación había llevado a una intensificación excesiva de la agricultura. Esto trajo como consecuencia el agotamiento de la productividad de los terrenos de cultivo y de los recursos faunísticos, así como la tala y destrucción de extensos sectores de bosque y selva, el descenso de la precipitación pluvial y la propagación de pestes. De este modo, el mismo desastre ecológico ocasionado por el crecimiento demográfico y la sobreexplotación condujo al despoblamiento casi total de la región central de las Tierras Bajas del Sur, el corazón de la cultura maya clásica; los que no perecieron partieron en busca de nuevos horizontes hacia las Tierras Bajas del Norte, y también hacia el Altiplano, en sucesivas oleadas migratorias.
Otra hipótesis propone que catástrofes naturales como terremotos, huracanes y enfermedades epidémicas (fiebre amarilla, mal de Chagas, etcétera) cayeron sobre el territorio, provocando innumerables decesos.
Para otros investigadores, la imposición por parte de nobles y sacerdotes de fuertes cargas tributarias en trabajo y especie, así como la creciente demanda por parte de la clase dominante de servicios, bienes suntuarios, construcción y alimentos, acabó por generar una sublevación del campesinado y la aniquilación de la clase dominante. El exterminio de la élite ocasionaría que la sociedad maya se derrumbara al quedar acéfala, ya que el liderazgo político y las diferentes ramas del conocimiento especializado eran detentadas por este estamento social.
También se ha planteado que el colapso fue producto de la llegada de grupos de invasores putunes, procedentes de la Chontalpa, en Tabasco, México.
Una hipótesis más sugiere que fueron las transformaciones en la naturaleza de la guerra las que provocaron el colapso. En un principio, los mayas limitaban el efecto destructivo y desestabilizador de la guerra a través de un extenso código ético de reglas de conducta. Mientras imperó este código, el objetivo de la guerra fue la captura y sacrificio de prisioneros de alto rango social, actividad que proporcionaba un elevado prestigio a los gobernantes victoriosos.
Entre los factores externos, se ha apuntado también la posibilidad de una crisis en las redes de intercambios comerciales que llevó al empobrecimiento y pérdida de poder y prestigio de la clase dirigente.
Período Posclásico (900 al 1500)
Como consecuencia del colapso del «Viejo Imperio» en el área central, el mundo maya gravitó hacía su extremo norte hasta originar un «Nuevo Imperio» cuya hegemonía ostentaron las ciudades de Chichén Itzá y Mayapán. A la llegada de los españoles, sin embargo, tal imperio se encontraba ya en avanzada fase de disolución.
Para los mayas, al igual que para una abrumadora mayoría de los pueblos americanos, la llegada de los españoles supuso un auténtico cataclismo, tanto en el aspecto biológico como en el cultural. Las causas del dramático descenso de población son bien conocidas y se inician con la propia guerra de conquista. Las nuevas enfermedades, frente a las cuales los indígenas carecían de defensas, y la dura explotación a que fueron sometidos en los siglos del avance de la colonización llevaron a la extinción de numerosos grupos étnicos y a la desestructuración cultural de los que sobrevivieron.
Los primeros contactos entre mayas y españoles se remontan a pocos años después del descubrimiento de América. En 1502, en el transcurso en su cuarto viaje, las naves de Cristóbal Colón se encontraron con una embarcación de comerciantes mayas en el golfo de Honduras.
Cuando Pedro de Alvarado llegó a Guatemala en 1523, encontró fuerte resistencia en las poblaciones de indios chiapas y quichés, mientras que zoques, tzotziles y cakchiqueles se convirtieron en sus aliados. Sin duda, la tan invocada superioridad técnica de los españoles, con sus caballos, perros y armas de fuego, ayudó enormemente, pero también hay que reconocer a los recién llegados el oportunismo de haber aprovechado a la perfección las constantes luchas internas entre los diferentes grupos indígenas
Las instituciones de la sociedad maya fueron desarticuladas y reemplazadas por la administración civil y religiosa impuesta por el imperio español durante la época colonial. Aunque las autoridades españolas elaboraron no pocas leyes para regir las tierras americanas y muchas de ellas tenían por meta proteger al indígena de los abusos españoles, por desgracia los preceptos legales se cumplieron de una forma muy irregular; raramente los nativos obtuvieron un trato justo cuando apelaron a ellos. La explotación institucionalizada generó grandes tensiones que empujaron a los mayas a adoptar diversas formas de resistencia, desde la huida a los montes, con el consiguiente abandono de los pueblos en que había sido recluido forzosamente, hasta el recurso a las armas como solución desesperada.
A pesar de los esfuerzos uniformizadores de funcionarios, frailes y hacendados a lo largo del periodo colonial, las comunidades mayas lograron subsistir como cultura y mantener elementos diferenciadores no sólo en lo material (casas, comida, bebidas, implementos, indumentaria), sino también en lo que respecta a lenguas, rituales del ciclo de vida, formas de parentesco, patrones de asentamiento y temas religiosos, entre otros aspectos. Y así, los diferentes grupos mayas que actualmente se conocen son el resultado de la mezcla de rasgos originarios con rasgos españoles incorporados entre los siglos XVI y XIX.
A partir de los primeros años del siglo XIX comenzaron los movimientos de independencia dirigidos por los criollos (descendientes de españoles nacidos en América) con el apoyo de los mestizos, pero sin apenas intervención de los indígenas. La llegada de las nuevas repúblicas no supuso cambios en la estructura colonial de explotación del indígena.
Considerando la civilización maya como un grupo cultural muy avanzado se puede decir que lograron un gran desarrollo en muchas áreas como podemos mencionar: la astronomía, arquitectura, escultura, pintura, cerámica, matemáticas entre otras.
Bibliografía:
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). La cultura maya. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
Enciclopedia de Historia. Cultura maya. Obtenido de enciclopediadehistoria.com
Mundo Antiguo. Civilización Maya. Obtenido de mundoantiguo.net