Una nueva entrada para seguir ayudando, humildemente, a la difusión del patrimonio castreño que atesora Galicia. En esta ocasión vamos a centrarnos en el ourensano Castro de San Cibrán de Las.
Se trata de un castro que se localiza entre los municipios de Punxín y San Amaro, justo en una elevación que separa ambos municipios, a una altura aproximada de unos 473 metros sobre el nivel del mar. Se sitúa pues en el tramo medio del río Miño. Muy próximo a la ciudad de Ourense, a apenas unos 18 kms, se trata de uno de los poblados de mayor tamaño que podemos encontrar en Galicia, pues supera las nueve hectáreas de superficie. Tiene unas enormes dimensiones, casi podríamos considerarlo como una ciudad fortificada. No en vano, este Castro se le denomina “A Cidade” (la ciudad). El Castro de San Cibrán de Las tiene un tamaño solo alcanzado en la zona por el Castro de Santa Tecla, en la provincia de Pontevedra y por las citanías que se encuentran en el Norte de la vecina Portugal, como las citanías de Mozinho, Ancora, Sanfins o Briteiros.
Este castro es conocido también por otros nombres como: Lansbrica, Lambricae, Lansbrica y Lanobrica. El nombre de Lámbrica se ha localizado en una ara romana, encontrada hace años. Esta ara estaba dedicada a una divinidad con fuerte presencia en la zona de Gallaecia y toda Lusitania, desde antes de la llegada de los romanos a la península ibérica. Esta deidad era Bandua. También se encontró la denominación de Lansbricae en otras dos inscripciones, una en la puerta de poniente del recinto central y otra sobre una piedra, ya en la acrópolis, con una dedicatoria a Iuppiter.
Este castro estuvo poblado en un período comprendido entre los siglos II a.C. y II d.C., aunque no se descarta que hubiese también algunas ocupaciones posteriores, pero con carácter esporádico. En él se calcula que pudieron vivir unas 5000 personas.
El castro se sitúa en un punto de difícil defensa natural, por lo que necesitó de fuertes y extensos dispositivos de defensa. Conviene recordar que los castro se refieren siempre a poblados fortificados, castros gallegos de la Edad de Hierro, de hecho su propia denominación proviene de un vocablo en latín: castrum, cuyo significado es castillo.
El origen del Castro pudiese tal vez encontrarse en una citanía, ya existente antes de la llegada de los romanos, quienes con su ocupación la irían reconstruyendo, aunque manteniendo la planificación de los poblados de la época castreña, caracterizados por sus murallas defensivas y una “ordenada” distribución de los espacios ciudadanos: las viviendas y los talleres. Sin duda el castro encontraría su esplendor al comienzo del proceso de romanización, que en tierras gallegas tuvo lugar en torno al siglo I d.C. y que dio lugar a una cultura conocida como la “cultura galaico-romana”.
Dos son los recintos amurallados de forma elíptica, casi concéntricos, el exterior, reforzado con una tercera muralla con su foso y un parapeto (en el lado oeste) a excepción del lado este, que es más pronunciado. Próximo a la puerta se encontraba el manantial que proveía de agua a los ocupantes del castro. La acrópolis está delimitada por una muralla interior, de granito, con un espesor medio de 3 metros. Esta muralla dispone de aperturas, en forma de puertas. En cuanto a las murallas exteriores, el segundo recinto o anteacrópolis está delimitado en casi su totalidad por dos murallas con sus respectivos fosos excavados, y reforzadas en algunas zonas con un parapeto exterior. Estas murallas se abren en 3 puertas, al oeste, al este y al sur. Todas ellas cuentan con torreones de flanqueo, algunos de ellos con cuerpos de guardia.
La puerta exterior sur se asienta sobre la piedra granítica y conserva el testimonio del rodaje de los carros. La flanquean dos torreones adelantados en los que no se aprecian cuerpos de guardia. Esta puerta se abre hacia un amplio foso situado entre esta y la segunda muralla exterior.
La tercera línea de muralla arranca desde casi la puerta oeste exterior y llega 60 metros más allá de la puerta sur, cerrándose sobre la segunda muralla.
Por la forma y características de las murallas del sur, se cree que la puerta del sur debió de ser la más antigua del poblado, configurando un acceso fácilmente defendible, ya que obligaba a la entrada al poblado por el foso entre las dos murallas, foso que termina no en la puerta, sino más adelante como posible sistema de engaño
En cuanto a la acrópolis, cabe destacar que en las puertas de entrada el acceso se realizaba por medio de escaleras, lo que impediría la posibilidad de que los carros tuviesen acceso directo a ella. Hablamos de un castro que presenta en su entrada unas majestuosas puertas, accediendo a continuación por una vía empedrada hasta el centro del poblado. En el interior podemos observar básicamente dos tipos de construcciones en función de su forma; así encontramos unos recintos circulares (los menos) y otros con forma rectangular (la mayoría), asimilando los primeros a la tipología castreña y los segundos a la tipología de construcciones romanas. Encontramos calles perimetrales, algunas con pavimento enlosado. Dentro de las viviendas se localizan restos de útiles como los molinos y los hornos. A los lados de las calles se disponían las construcciones, articuladas en muchas ocasiones en torno a un espacio, un patio al que se abren distintas construcciones, configurando una estructura conocida como “casas patio”. También hay otras muchas construcciones aparecen aisladas.
La fuente aljibe se encuentra situada al lado de la puerta oeste de la anteacrópolis, y es una de las construcciones más singulares del yacimiento. Tiene planta rectangular con un lado menor en forma de ábside, y se cree que originalmente debió estar cubierta por una falsa bóveda. La mina que surte al aljibe tiene un caudal considerable, a pesar de que por sí sola resultaría insuficiente para dar abasto a la totalidad de la población estimada de San Cibrao de Las.
A lo largo del tiempo, se han hecho numerosas excavaciones en este espectacular castro. Veamos un resumen de este trabajo:
- El estudio del castro se inició con la que realizaron Florentino López Cuevillas y Vicente Risco en el año 1921, quienes impresionados por lo que intuían un gran poblado, tramitaron la expedición de los permisos necesarios para poder hacer excavaciones. La primera de ellas tuvo lugar entre los años 1922 y 1925, bajo la dirección de López Cuevillas, obteniendo como principal resultado una aproximación a lo que era el total del conjunto arqueológico del yacimiento.
- La siguiente campaña tuvo lugar ya en los años 1948 a 1950, bajo la dirección de Xaquín Lorenzo y el asesoramiento de López Cuevillas.
- Tras años de cierto abandono y expolio de piedra del yacimiento, hasta que a partir del año 1980 se llevaron a cabo labores de consolidación de las estructuras ya excavadas anteriormente y nuevas campañas de excavación.
- En la actualidad se realizan nuevas excavaciones sobre todo a raíz de la puesta en marcha del nuevo Centro de Interpretación de San Cibrán de Las.
Como resultado de estas campañas no solo se recuperó e hizo visible la estructura y algunas construcciones y elementos del Castro, si no que también se realizaron hallazgos de diferentes útiles, herramientas, armas, joyas, etc, que se encuentran actualmente depositados y expuestos en el Museo Arqueológico Provincial de Ourense. Entre estos hallazgos podemos destacar: dos puñales de antenas, alfileres de bronce, fíbulas, colgantes, prendedores del pelo, piezas todas ellas realizadas en bronce. Además también se encontraron monedas de bronce de los siglos I y IV d.C.
Para finalizar, indicar que en marzo de 2014 se ha inaugurado el Parque Arqueolóxico da Cultura Castrexa que se ubica junto a los restos de la ciudad histórica. Para ello se ha construido un moderno edificio en el que se puede ver diversa información sobre la cultura castrexa y sobre Lansbricae.
Podéis ampliar información sobre el Parque Arqueolóxico da Cultura Castrexa en https://pacc.es/es/
Por si fuera poco, anualmente, en el Castro de San Cibrán de Las tiene lugar una jornada única, con formato de recreación histórica que ofrece al visitante una apasionante experiencia, que no es otra que descubrir y sentir la magia de Lansbrica, conjugando los aspectos divulgativos propios de la época castreña con la posibilidad de disfrutar de la contemplación de la lluvia de estrellas o lágrimas de San Lorenzo, también conocido como Perseidas. Este evento se celebra en el mes de Agosto, en el día que sea posible dicha contemplación. Podéis hallar más información en nuestro post: Noche de las Perseidas en San Cibrao de Las: https://recreacionhistoria.com/noche-de-las-perseidas-san-cibrao-de-las-ourense/
Además, si tenéis especial interés en el mundo castreño, os recomendamos la lectura de otras entradas, ya publicadas en este blog. Concretamente:
El Castro de Elviña, A Coruña: https://recreacionhistoria.com/el-castro-de-elvina-a-coruna/
El Castro de Baroña, legado histórico: https://recreacionhistoria.com/el-castro-de-elvina-a-coruna/
El Castro de Viladonga, un viaje al pasado: https://recreacionhistoria.com/el-castro-de-viladonga-un-viaje-al-pasado/
Los castreños en Galicia: https://recreacionhistoria.com/los-castrenos-en-galicia/
Lectura recomendada: