El cabello ha sido y sigue siendo una manifestación cultural y de expresión personal.
A lo largo de la historia mediante el cabello se ha manifestado el estatus social, la fuerza, la actitud, el peligro, la rebeldía, la oposición y la religión.
En la actualidad, el cabello sigue siendo una parte importante del ser humano como símbolo de poder. Representa la juventud, la vitalidad y la salud. La pérdida de cabello influye sobre el bienestar de la persona. La calvicie es interpretada como el inicio de la decadencia vital o la enfermedad asociada a la misma (depresión, cáncer, artritis, …). Estamos dispuestos, sobre todo los hombres, a invertir tiempo y dinero en realizar trasplantes capilares, asumiendo el riesgo que una operación conlleva.
La importancia del cabello se refleja también en el lenguaje coloquial. Expresiones como “subirse a las barbas” o “tomar el pelo”, como falta de respeto; o “se te va a caer el pelo”, como expresión de amenaza, siguen estando presentes en el lenguaje actual.
Entre las culturas antiguas, el cabello tenía una gran importancia. Pero si hubo alguna que lo trato de una forma peculiar, fue la cultura egipcia.
Vamos a tratar de desvelar hasta qué punto fue importante todo lo relacionado con cabellos, peinados y pelucas en el Antiguo Egipto. Trasladémonos por un momento al país de los faraones.
Egipto es un país africano, por lo tanto debemos pensar que sus habitantes tendrían en su mayoría cabello oscuro y rizado como correspondería étnicamente a las razas mediterráneas. Sin embargo, siempre asociamos al antiguo egipcio con una media melena lisa, tipo tabla, siendo esta la imagen que nos ha llegado a través de sus pinturas. Debemos tener en cuenta que las representaciones egipcias lo son de sus dioses, faraones y personajes relevantes relacionados con la vida en la corte. Es entre ellos dónde las pelucas adquieren gran relevancia.
No debemos olvidar que la climatología de Egipto, con su sofocante calor, condiciona todos los aspectos de esta civilización, y el peinado de sus caballos no habría de ser menos. Los egipcios habitualmente llevaban el cabello muy corto o rasurado. Las egipcias, sin embargo, llevaban una melena corta y cuadrada (tipo Cleopatra).
Los egipcios era un pueblo muy coqueto que cuidaba especialmente el cabello. Combatían las canas y la calvicie. En el papiro Ebers se recogen recetas teñir el cabello y para hacer crecer el pelo. El producto empleado para teñir los cabellos era la henna vegetal o alheña que daba al pelo un tono rojizo.
La receta propuesta por los egipcios para hacer crecer el pelo de alguien calvo sería: grasa de león, grasa de hipopótamo, grasa de cocodrilo, grasa de gato, grasa de serpiente y grasa de ibis, todas ellas mezcladas y puestas en la cabeza. No sabemos si esto era efectivo, aunque el hecho de que la alopecia siga atormentando a la humanidad, nos hace dudar de su eficacia. Cierto es que en Galicia he oído comentar en más de una ocasión la eficacia de la grasa de caballo como método para evitar la calvicie. ¡Menos mal que aquí no tenemos cocodrilos!.
El cabello también es un símbolo de expresión de los sentimientos en el Antiguo Egipto. Así en los ritos funerarios las mujeres plañideras se tiraban del pelo entre lamentos como forma de expresar su dolor. En muchos enterramientos han aparecido pequeñas trenzas o bucles de pelo humano cuidadosamente guardados en cajitas como parte del ajuar funerario. A lo largo de la historia el guardapelo se ha convertido en un colgante para guardar el mechón o fotografía de una persona amada.
Estilos de peinado en el antiguo Egipto
El pelo natural
Las pinturas egipcias han plasmado las modas y estilos del momento en cuanto a peinados, vestimentas y adornos. Las escenas de la vida cotidiana representan el pelo natural, rasurado o muy corto, mientras que las oficiales aparecen siempre con pelucas.
Resulta curioso el caso de los niños. Los niños solían llevar el pelo rasurado, posiblemente para evitar los piojos y liendres. Los niños nobles dejaban un mechón lateral llamado mechón de la juventud, puesto que al alcanzar la pubertad, lo cortaban.
Otro tipo de peinado de pelo natural era el que utilizaban las bailarinas. Estas muchachas aparecen representadas con el pelo largo y lo utilizaban para acompañar los movimientos de sus danzas. Por supuesto no podrían utilizar pelucas para bailar sin que se les cayeran durante sus evoluciones. Hay representaciones en las que estas mujeres aparecen con el pelo suelto, o apenas sujeto por unas cintas.
Los sacerdotes, por su parte, aparecen representados de diferentes formas. Los de menor grado iban casi siempre totalmente afeitados, pero otros sacerdotes suelen aparecer con peluca corta y redonda.
Las pelucas
Posiblemente los egipcios se rasuraban por higiene, pero para mantener la estética hacían uso de pelucas en sustitución del propio cabello. Tanto el faraón, como los dioses, o los personajes de la realeza lucían diferentes pelucas dependiendo del rito representado, por tanto debemos pensar que existía cierta simbología en el estilo de la peluca, puesto que los egipcios hacían pocas cosas porque sí, sino que cada cosa obedecía a algo.
Pero, ¿cómo se hacían las pelucas?
Las pelucas egipcias que han llegado a nuestros días estaban hechas mayoritariamente de cabello humano teñido de negro e impregnado con cera de abejas.
La confección de una peluca seguía un esquema simple: el pelo natural, en mechones sueltos, retorcido o en trencitas se entrelazaba muy tirante entre las aberturas de un soporte almohadillado que podía ser de fibras vegetales. Para darle consistencia y fijar el cabello al soporte sumergían (sólo el soporte y la raíz de la peluca) en un líquido compuesto por resina y cera de abejas. La resina endurecida haría las veces de adhesivo y mantendría los mechones en su lugar. La cera le daría cierta flexibilidad y no se derretiría hasta los 60º por lo tanto la peluca quedaría en su sitio incluso en los días de más calor. Entonces, ya con la base fijada se podría proceder al peinado de la peluca. Se calcula que una peluca constaba aproximadamente de unos 120.000 cabellos como mínimo.
Las damas acaudaladas tenían sirvientas que cuidaban sus pelucas, y las repeinaban, mientras que en la clase baja, se arreglaban unas a otras, ya que no se puede trenzar el cabello de la nuca una misma. Las pelucas eran fabricadas por los barberos o por mujeres.
Tipos de pelucas
Las pelucas femeninas que aparecen más frecuentemente en las representaciones del Reino Antiguo son las cortas cuadradas y las largas tripartitas. Las primeras son las típicas pelucas de melena corta cuadrada como la que luce la princesa Nofret en la estatua en la que está con su marido. Estas pelucas tenían raya en medio y el cabello muy abundante caía a los lados hasta el mentón más o menos sin llegar a los hombros. Cubría las orejas, aunque al parecer iban superpuestas, y no les importaba nada que el propio cabello apareciera por la frente. Normalmente, llevaban una diadema o cinta rodeando la frente.
Los hombres en el Reino Antiguo solían llevar su pelo natural muy corto o afeitado, aunque podían utilizar alguna peluca corta para actos específicos.
Las pelucas tripartitas consistían en una melena dividida en tres partes, dos mechones a los lados que caían sobre el pecho, y otro mechón más grueso que caería por la espalda. Normalmente, estas pelucas no eran de trenzas sino de mechones gruesos y lisos, dejaban ver las orejas y también estaban peinadas con raya en medio.
Con el Imperio Nuevo las pelucas se van complicando. Su confección se lleva a cabo con intrincados trenzados y diferentes capas de pelo. También se introducen los tirabuzones y los adornos. Podemos decir que estamos en el barroco del imperio.
Estas pelucas complejas podían llegar a ser de pelo muy largo y abundante.
Entre los hombres triunfa la llamada peluca Nubia. Simulaba el pelo cortado en redondo y pegado a la cabeza (tipo casco). Algunas mujeres también utilizaron este tipo de pelucas, no sabemos si por su rebelde carácter – como indicios de reivindicación de la igualdad-, o por su cargo. Lo cierto es que mujeres como Hatshepsut, Tiyi o Karomana, todas ellas de relevancia histórica, utilizaron este tipo de pelucas, tal y como aparecen representadas.
El color de las pelucas
Las pelucas eran habitualmente de pelo oscuro, pero también han aparecido pelucas de color azul, amarillas y blancas. Para conseguir el azul utilizaban el índigo (indigofera tinctoria), y para los tonos rojizos la henna.
El color azul trataría de aproximarse al color del jeperesh o corona de guerra del faraón, y además al color de pelo de los dioses, quienes tenían el pelo de lapislázuli, y frecuentemente se los representaba con el pelo azul.
Los dioses y diosas de figura antropomorfa generalmente aparecen con peluca tripartita antigua, es decir sin trenzar, de pelo liso y azul, imitando el lapislázuli.
Adornos para el pelo en el antiguo Egipto
La diadema
La diadema más antigua de la que se tiene constancia pertenecía a una princesa cuya tumba fue descubierta en Abydos. Consiste en una serie de cuentas de turquesa y malaquita con intervalos de anillitos de oro. Indiscutiblemente se trata de una diadema ya que fue encontrada en su lugar, es decir sobre la cabeza de la difunta. Esta diadema aún mantenía un fragmento de velo que cubría la cara. La datación de esta pieza se remonta al 3200 a.C., la época del predinástico que denominamos Nagada II.
Aproximadamente un milenio más tarde, ya en el Reino Medio aparecen nuevos ejemplares de diademas, que ponen de manifiesto el refinamiento alcanzado por la orfebrería en esta época.
Aunque no solo las mujeres llevaban diademas, sino que su uso era generalizado. Faraones, sacerdotes y nobles utilizaban este adorno sobre sus pelucas, que además cumplía una doble función: embellecedora y de sujeción para la peluca.
Las cintas
Las cintas, más o menos decoradas fueron sin duda el elemento más utilizado tanto para adornar, como para mantener la melena en su sitio sin que les cayera a la cara. Las cintas se usaban tanto sobre las pelucas, como sobre el pelo natural. Estas cintas iban atadas detrás y a veces caían por la espalda y podían ir pintadas, o teñidas, o bien llevar rosetas cosidas. Las rosetas podían ser incluso de metales nobles. En el caso de dioses y diosas, las cintas son el elemento predominante sobre sus tradicionales pelucas tripartitas. Las cintas de los dioses suelen ser blancas y sin más adorno que el nudo trasero.
Otros adornos
Las guirnaldas de flores, los pasadores, los cilindros, las rosetas y las bolitas de terracota también fueron muy utilizados como adorno de los cabellos egipcios.
Instrumentos de peluquería en el antiguo Egipto
El peine es el instrumento de peluquería del que se han hallado más indicios como parte del ajuar de los enterramientos egipcios.
Sus peines estaban generalmente fabricados en hueso, marfil o madera, y algunos eran dobles, es decir con unas púas separadas para peinar y desenredar, y las otras muy tupidas cuya función sería, posiblemente, la de lendrera.
De los relieves egipcios deducimos que para los arreglos de las pelucas además de los peines debieron utilizar otros instrumentos. Frecuentemente vemos en las representaciones como una peinadora está de pie detrás de su señora sentada cuidando su peinado. Esta peinadora suele aparecer con un alfiler de hueso o marfil en la mano usado como horquilla o gancho para entrelazar o trenzar los mechones.
Una vez peinada y cuidada la peluca debía guardarse en un lugar adecuado para que no se maltratase y perdiera la forma. Para ello en muchos ajuares funerarios se han encontrado cajas para contener las pelucas. Suelen ser unas arquetas cuadradas con un soporte interior donde poner la peluca.
Por si resulta de vuestro interés, también podéis leer nuestro post: La mujer en el antiguo Egipto.
Referencias
Rosa Pujol. Asociación Española de Egiptología
http://www.egiptologia.com/asociacion-espanola-de-egiptologia.html
Rincón del Escriba
http://www.egiptologia.com/rincon-del-escriba.html