Uno de los mitos y leyenda más singular que podemos encontrar en tierras gallegas, es sin duda el relacionado con un personaje femenino, Pepa la loba, la bandolera gallega, a la que se le atribuyen numerosas andanzas, y sobre el cual hay también numerosas dudas.
En tierras de Galicia hay una tradición que proporciona personajes femeninos: Maríacastaña, María Soliño, la reina Lupa, Brancaflor, etc…. todos ellos caracterizados por ser mujeres “descarriladas”. Y una de ellas, sobre la que se habla en muchos rincones del noroeste español, rememorando versiones e historias, con partes comunes y otras diferentes, es la que se refiere a Pepa la loba.
En primer lugar hay que decir que para muchos autores incluso se sigue cuestionando su posible existencia. Y en caso de haber existido, posiblemente las acciones que se le atribuyen fuesen realizadas por diferentes personas.
Se le ha retratado en unos casos como una mujer sanguinaria y cruel, sin escrúpulos a la hora de perpetrar sus fechorías. Pero hay otras versiones que difunden una imagen de una mujer generosa que robaba a los caciques y ricos para ayudar a los más necesitados. En todo caso hablamos de la bandolera más mitificada de la historia de Galicia, una mujer que fue la capitana de su propia banda de ladrones.
La recuperación de la figura de Pepa la Loba tal vez pueda fijarse en la obra dedicada a este personaje, con el título de “Juventud de Pepa loba, o como la sociedad creó una delincuente”, escrita por Aurelio Miras Azor en el año 1968. Aurelio era un abogado natural de O Carballiño (Ourense) y fruto de su trabajo y estancia en diferentes localidades gallegas como Bandeira, Lalín o Rodeiro, iría recogiendo información sobre la bandolera.
A finales del siglo XIX, la vida en España resultaba dramática para la mayoría de la población, de tal forma que a lo largo de todo el territorio se extendió una práctica delictiva conocida como bandolerismo. Los bandoleros, con la impotencia de las autoridades, acometían asaltos y robos con bastante impunidad. Era una forma de subsistencia ejercida por los marginados de una sociedad con la economía estancada y sumamente rural.
Hablamos de un país caracterizado por un fuerte empobrecimientos desde finales del siglo XVIII, en el que las enfermedades hacían mella en una población que buscaba formas de subsistir, y no había una alternativa mejor que juntarse cuadrillas de jornaleros, delincuentes e incluso artesanos o soldados, para buscar una forma de vida con la que poder sobrevivir, perpetrando sus fechorías en zonas geográficas que conocían suficientemente, pudiendo así esconderse en lugares de difícil localización. Hay que contextualizar su actuación además en momentos en los que las formas asistenciales anteriores, todas ellas desarrolladas por la Iglesia, habían desaparecido como consecuencia de los procesos de desamortización que tuvieron lugar a lo largo del siglo XIX.
Desde principios del siglo XIX hasta el año 1850 está documentada la existencia en Galicia de más de 3000 bandidos, agrupados en 116 favillas de bandoleros. Estos bandoleros no solían gozar del favor popular, a diferencia de lo que acontecía en otras zonas del territorio español, por lo que hubo numerosos casos en que los bandoleros serían apresados por los propios campesinos.
En toda España encontramos casos similares, así en centro peninsular encontramos casos como los de Luis Candelas (ver nuestro post Luis Candelas, un bandido de leyenda), o los de Vicente Melero “Cuatro ojos” o Pedro Piñero “el maragato”. En Andalucía, se harían famosos “El tempranillo” en los caminos del Campo de Gibraltar, o “Diego Corrientes y los siete niños de Écija” en Sevilla, por citar algunos de ellos. En Levante, el País Vasco y demás territorios españoles encontramos casos similares.
Eran delincuentes que actuaban asaltando viviendas de las clases pudientes y asaltando a los viajeros solitarios. Su captura y erradicación resultó ser más complicada de lo esperado y cuando alguno era capturado el castigo se aplicaba de forma ejemplarizante, además de cruel. De esta manera describen la pena a la que fue sometido Pedro Piñero “El Maragato”:
“Tras ser ahorcado se dejaron sus restos expuestos. Después, el cadáver era descolgado y descuartizado. La cabeza y los cuartos eran fritos en grandes ollas y se colgaban en estacas colocadas en los caminos reales de Castilla y Extremadura en 1806, escenarios de sus asaltos, y sus restos no fueron sepultados hasta un año después”.
En la época que vivió Pepa, hacia mediados de mil ochocientos, los mesoneros alternaban la venta de vino, con el oficio de contrabandista y ladrones. El robo de cepillos, asalto a las iglesias y a los mercaderes por los caminos estaban al orden del día.
Biografía de Pepa la Loba
Como decíamos anteriormente, hay dudas sobre la existencia real de Pepa la loba, y las numerosas referencias que existen por toda Galicia referente a sus acciones podrían haber sido fruto de una o varias mujeres, que dedicadas al bandolerismo, lo hicieran bajo la misma denominación.
Lo que hoy se sabe sobre ella es una vida construida con las palabras de miles de personas que, mediante la tradición oral, sobre todo, han ido agrandando con el tiempo la leyenda sobre este personaje.
Se desconoce, por tanto, su lugar de nacimiento, aunque algunos autores defienden que lo hizo en la comarca de Deza, posiblemente en A Estrada (Pontevedra), en una parroquia denominada Couso, allá por el año 1835, otros fijan como su lugar de nacimiento la parroquia de Amoedo, en Pazos de Borbén.
En todo caso, y en eso coinciden todos los relatos, nació en el seno de una familia muy pobre, con graves carencias económicas, incluso para alimentarse.
Su nombre era Josefa Esmorís Gay. Su padre era desconocido, aunque pudiera haber sido hija del hermano del tendero del pueblo, y su madre era conocida como “la Falucha”. Numerosas adversidades se vinculan a su biografía: las carencias económicas y materiales en su infancia, haber tenido que ver y sufrir la violación de su madre, el hecho de haberse cruzado, durante su infancia, con un lobo al que se enfrentaría con un palo, la muerte de su madre en el momento del parto del bebé concebido durante la violación, su orfandad desde entonces… serían sin duda pulsiones para que Pepa terminase convirtiéndose en una bandolera.
Según algunas versiones de la tradición oral en Galicia, Pepa sería hija de Aurelio Maraño, y éste sería el personaje que violó dos veces a su madre, la primera en la que la propia Pepa sería concebida, y la segunda que también provocaría un embarazo y terminaría con el fallecimiento de la Falucha y su bebé en el momento del parto.
Pepa se crió por tanto en un ambiente rural, a cargo de su tía Dorinda a la que acompañaba de feria en feria para mendigar. Alternaba esta labor, teniendo unos doce años de edad, con el pastoreo de unas cuantas ovejas y cabras.
Hay que añadir además, que durante la pubertad, Pepa pasó a servir en casa de un comerciante, quien, según algunas fuentes, cogió estima a la pequeña y la adoptó como hija. Este comerciante sería Tomás Maraño (hermano de su padre). Durante su estancia en casa del citado comerciante, compartía estudios con un joven, Daniel Couso, contratado por el primero para ayudar a Pepa en sus estudios de lectura y aritmética. Ambos terminarían enamorándose. Pero un día, el comerciante apareció asesinado con un cuchillo clavado en el pecho. Tras un proceso de investigación, se terminaría exculpando al joven pero acusando a Pepa, seguramente por el hecho de que esta era la heredera, en virtud del testamento del fallecido. Sería encarcelada, imputada por un delito de asesinato. Con un juicio por medio, plagado de irregularidades y sin garantías para la procesada, se le declaró culpable y se le condenó a cadena perpetua.
Los comentarios de los vecinos tendían a exculpar a la joven, dirigiendo sus acusaciones al hermano del tendero (el presunto padre de Pepa), pero de nada sirvió, pues, como dijimos antes, Pepa terminó siendo condenada y encarcelada en la prisión de Pontevedra.
Durante su estancia en la cárcel Pepa fue encerrándose en sí misma, acumulando resentimiento y deseos de venganza. Protagonizó una espectacular huida de prisión, contando para ello con una sencilla estratagema: pidió que le visitase en su celda el capellán de la cárcel, a fin de que le auxiliase espiritualmente. Aprovechando la visita, Pepa redujo a base de golpes al religioso, vistiéndose con sus hábitos y escapando así tranquilamente de la cárcel.
Tras su fuga de prisión, estuvo durante un tiempo recorriendo las calles de la villa de Pontevedra, y para no ser reconocida, lo hizo siempre vestida de hombre. En cuanto le fue posible, parece que materializó sus deseos de venganza, pues se desplazó hasta la vivienda de su supuesto padre, dándole muerte con la ayuda de su perro “Lueiro”.
De esta manera Pepa empezaba su periplo criminal. Inmediatamente se fue a vivir al monte donde organizaría una banda de bandoleros con los que empezaría sus andanzas y fechorías, cometiendo numerosos asaltos y robos.
Actuó sobre todo en tierras del interior y occidente de Galicia, por Dozón, Cee, Carballiño, O Caurel, Mondoñedo, Pontevedra, y en el norte de la provincia de Lugo, por lo que se ha llegado a pensar que podría haber alguna otra mujer dedicada a lo mismo. Correr tantas aventuras en solo una vida, parece complicado.
A diferencia de otras cuadrillas que atacaban a comerciantes y vendedores ambulantes, la cuadrilla de Pepa la loba tiene claro su objetivo curas y caciques, a los que asaltaría en los caminos o en sus propias residencias. Y otra diferencia fundamental era que estaba integrada por mujeres a las que Pepa la loba rescataba de una vida de violencia y abusos sexuales.
Poco a poco se va labrando una fama y está en boca de todos: para los más adinerados, los caciques locales y párrocos era malévola, sin embargo, el pueblo sentía cierta admiración hacia ella y la consideraba una justiciera, pues no se limitaba a robar a los más poderosos sino que también se encargaba de eliminar a otros criminales.
Cuenta la leyenda que todo aquel que pasaba por el camino (en aquel tiempo los lugares de paso entre ciudades pasaban inexorablemente por los bosques) se encontraba con la banda de Pepa la Loba. Si era usurero, cacique o sacerdote se le sacaba todo el dinero, si era un hombre pobre que llevaba el poco dinero que había ganado para su familia, no solo le permitía conservarlo, le añadía una bolsa con monedas para ayudar a su economía. Aquel que era un malvado o asesino, no tenía tanta suerte, pues sería eliminado.
Una de sus zonas de actuación era en el antiguo camino a Ponteareas, poco antes del Castillo de Villasobroso. También se tiene constancia que en “A Hermida” (Covelo) asaltaba la casa de María Paula, hoy convertida en la Casa Museo Pazo da Cruz.
En las obras recientes en dicha casa han aparecido dos revólveres de la época, que probablemente eran utilizados para defenderse de Pepa la loba, que con su cuadrilla, aparecía por la casa de cuando en cuando para exigir cuatro panes y dinero. Los frecuentes asaltos a la casa provocaron que la familia escondiera en un monte de su propiedad, dinero y joyas ante el temor de perderlo en uno de los asaltos.
También parece ser que en Xermade (en A Terra Chá), en pleno Camiño Real da Carba, entre las localidades de Mondoñedo (Lugo) y Ferrol (A Coruña), Pepa tenía una posada en la que daba servicio de alojamiento y comida a los viajeros y comerciantes que pasaban por la citada ruta. Entre tanto, ella seguía con sus hazañas como bandolera. La posada sigue en pie y en ella aún se aprecian rastros de las troneras defensivas sobre su puerta, por donde se asomarían las armas para disparar a los enemigos en caso necesario.
Sobre 1866 el juez Quiñones instruye una causa contra ella en Cambados por robar al cura de Cea. Como presa en la cárcel de Santiago dormía en el mejor colchón, la mejor comida y bebida era para ella y “vestía como una condesa”.
En sus últimos años, Pepa habría perdido a su amado Daniel, del que tenía una hija, por lo que decidió continuar con sus actividades delictivas lejos de su refugio en Xermade a fin de evitar ponerlo en peligro. Actuaría entonces por la Zona del Eume, Ferrol y Viveiro. Y según algunas versiones, en la Sierra del Xistral sería detenida por la Guardia Civil y llevada a la cárcel de Mondoñedo, para ser posteriormente trasladada a la prisión de mujeres de A Coruña.
No se sabe nada sobre el final de Pepa, ya que hay una versión que afirma que fallece en la cárcel de A Coruña; otra, que murió en un asalto a una rectoral, al recibir aceite hirviendo que le arrojaron los habitantes de la misma. E incluso de dice que dejó las armas para ocuparse de su posada, falleciendo a una avanzada edad. Verdad o no, sobre la bandolera por excelencia de Galicia, no hay apenas documentación.
En todo caso, se piensa que fue un personaje más real que leyenda porque existen referencias de su encuentro en la prisión de A Coruña -algunos apuntan a que murió allí-, de su paso anterior por la cárcel de Mondoñedo y por los testimonios populares de una casa de su pertenencia en la comarca de A Terra Chá, en la provincia de Lugo.
Además la escritora, y pionera feminista Concepción Arenal, dejó acreditada su existencia (la existencia de una delincuente con ese nombre) en una carta tras visitar la cárcel de A Coruña, donde estaba Pepa.
¿Por qué tenía el apodo de La Loba?
Para unos autores el sobre nombre de “la loba” pudiera tener su origen en el incidente antes comentado y en el que, además de demostrar su arrojo y valentía para enfrentarse, con tan solo un palo y la ayuda de su fiel perro “Lueiro”, a un lobo, al que darían muerte, saldría mal parada pues quedó herida de consideración, logrando volver a su aldea con la ayuda del perro.
Para otros su mote procedería de la Serra de A Loba donde operaba.
Se trataría de un personaje que marcaría un prototipo de mujer con fiereza, de ahí seguramente su sobrenombre, que recorría diferentes comarcas en tierras gallegas, durante la segunda mitad del siglo XIX.
Pero de lo que no hay duda en que el calificativo no tenía una connotación positiva, pues se asume que las lobas son instintivas, que protege su manada y son capaces de sobrevivir en circunstancias adversas. Seria pues un apodo muy apropiado para que el personaje trascendiera en forma de leyenda negra.
Conclusiones
Pepa era una mujer fuerte atractiva e inteligente que tuvo una hija la que no crió porque ya no podía renunciar a su modo de vida. Se convirtió en “el terror de curiales y madreabadesas” y también en una vengadora que dicen asesinaba a ladrones, timadores y violadores: “Aquí no hay más que Pepa… la loba que va a vengar el agro gallego de estos ladrones, larpeiros, y lampantíns traficantes de la honra ajena”.
Entrababa en los pueblos montada en un caballo negro con la frente blanca y era tan escurridiza que las autoridades no eran capaces de darle caza. “Una noche se presentó en Ribadavia en casa de cierto usurero matachín y gabacho, y viéndolo tan pálido y tembloroso se contentó con atizarle un par de bofetadas y llevarle el bombín que luego fue vendido en la feria de Maside para más escarnio del truhan”.
Aunque hay quién dice que realmente sus fechorías no fueron tantas como las que se le adjudicaron, de hecho, un testimonio de Doña Mariquita de Carballiño cuenta que le prestaba dinero a “la loba” porque le parecía una mujer cumplidora y honrada que se lo devolvía con intereses.
La miseria, la injusticia, la crueldad de una sociedad primitiva y con nulas oportunidades para los más desafortunados, la terminarían convirtiendo en una delincuente que se haría leyenda, y sobre la que existe poca información escrita y mucha tradición oral.
Hay dos expresiones que se le atribuyen y que alimentan su leyenda: “home morto non fala” y “nunca quixen, nin quererei, e cando queira, morrerei”. Traducido al castellano: “hombre muerto no habla” y “nunca quise, ni querré y cuando quiera, moriré”.
Su historia o leyenda sigue viva entre la rica tradición gallega, trascendiendo incluso a otros ámbitos como recoge en 1906 una reseña en El Correo de Galicia, al hablar de una reyerta en un tugurio, “taberna de baja esfera“, de Buenos Aires entre “La Loba chica”, hija de Pepa la loba, con el resultado de dos muertos, entre ellos el marido de esta. Y también hay referencias sobre su sobrina, que también pasó una larga temporada en la cárcel de Santiago, pero la confundieron varias veces con carteristas de la zona.
Podemos encontrar numerosas versiones que se han ido transmitiendo (y distorsionando) por la tradición oral. Así, por ejemplo, podemos encontrar un artículo de X. Fernández Ferreiro, publicado en el diario “La noche” en el año 1954, que bajo el título “La historia de Pepa la loba contada por una anciana en los montes de Valdaporca”, nos cuenta una de las versiones sobre su vida, en este caso conectada con la provincia de Ourense, y de la que hacemos un extracto:
Pepa la loba, decía la anciana, era la hija del pecado como muchas otras mujeres desafortunadas que había en esa época. No se sabe con seguridad de dónde era o donde había nacido. Algunos dicen que fue una campesina de la zona de Barras de Miño y otros que era nativa de Xunqueira… Pepa creció bajo la tutela de un carnicero tío suyo que aparentemente era un ladrón con bastante mala reputación en toda la comarca. Con este hombre comenzó a robar y convertirse en una joven con fama de cruel. Dicen que fue alimentada con sangre, por lo que creció muy rápido.
La leyenda dice que en su juventud fue una ladrona cruel y hasta se dice que con fama de sanguinaria, aunque más tarde, su historia cambiaría para bien, y pasaría a ser una especie de Robin Hood, robando a los ricos para dar a los pobres.
A los dieciséis años tuvo un hijo y unos dicen que se deshizo de él, o que le mato, otros que sencillamente, lo entregó a una campesina que no podía tener hijos, por esa razón, a veces Pepa desaparecía durante un tiempo y pese a ser jefa de la banda de ladrones, nunca se la veía hacer gala de riquezas, aunque tenía una gran parte del botín robado, algunos dicen que con ese dinero, educó a su hijo sin que nadie lo supiera
Fue muy mala y dura con su propia banda. Es por eso que le pusieron los mismos hombres de la pandilla de bandidos que ya la temían de joven, Pepa Loba. Dicen que cuando sus hombres regresaban de cometer un robo, no preguntaba nunca si traían dinero, sino si traían sangre…Es decir, si habían tenido que matar para conseguir lo robado.
En las ferias de ganado Pepa siempre sacaba buen negocio, pues solía bailar para atraer la atención de los hombres. Era, según dicen, una joven realmente hermosa. Mientras bailaba desvergonzadamente para atraer la atención de los hombres, sus hombres roban a los inocentes admiradores. Nunca la atraparon por esto. Otro truco era engañar a los ganaderos y llevárselos a u lugar donde estaban los de su pandilla. Y allí les desvalijaban. El baile para atraer víctimas era peligroso, por eso solo bailaba donde no la conocían. Sabía dónde no podía mostrarse o donde necesitaba hacerlo con cautela, por eso a muchos trabajos, habría enviado a sus hombres…
Llego a hacerse pasar por partera o cura y era tan hábil con sus disfraces que se dice que nunca la descubrieron. Además era guapa, fuerte y ruda, peleaba a puñetazos como cualquier hombre y además era hábil haciendo trampas con los juegos de azar.
Entraba a veces en los pueblos montada en un caballo negro con la frente blanca. Corría como un rayo. Dicen de ella que tenía escondrijos en varias aldeas, uno de ellos en Valdaporca. Buen lugar para los ladrones. Pocos fueron los días en que algún muerto no aparecía en esta zona plagada de senderos de montaña.
Además, la historia de Pepa la Loba recuerda a la Reina Lupa. La protagonista de un mito precristiano. Esta mujer engañó a todos desde su casa en Iria Flavia para quedarse con los restos mortales del Apóstol Santiago, hasta que fue descubierta y bautizada en la fe católica.
Algunos autores relacionan la figura de Pepa la loba con una versión femenina del hombre lobo, un ser que aparece en la tradición mitológica de Galicia y Portugal. Este ser se conoce con el nombre de “A Peeira”, y sería una mujer con capacidades sobrenaturales, entre las que destacaría que era capaz de comunicarse con los lobos y manejarlos según sus propios deseos. Pero hay una sustancial diferencia y es que A Peeira no es un ser que se haga, sino que lo es desde su nacimiento, y la cultura popular dice que será Peeira la séptima hija de un matrimonio que solo haya tenido descendencia femenina.
En una posada de Sidoro no Carrizo, en Santaballa (Villalba, Lugo), asesinaron a su marido. Por otro lado, en el Caurel, también en la provincia de Lugo, en el Alto do Campelo da Rugueira, le devolvió a una persona los cinco pesos que le había robado con anterioridad un miembro de su cuadrilla. Una historia que alimenta romances y se invoca como modelo de mujer brava y rebelde.
En el Correo de Galicia, publicado el 21 de febrero de 1906, se cuenta que en la ciudad argentina de Buenos Aires tuvo lugar un incidente en una taberna, protagonizado por una mujer conocida como La Loba chica, que según decían era hija de Pepa a Loba, tan conocida en Galicia. En este episodio encontrarían la muerte dos personas, el marido de la citada mujer y otro individuo de los bajos fondos.
Es una de las figuras imprescindibles de la cultura gallega, siendo arquetipo (al menos dentro de la leyenda) de mujer libre en una época, cuya historia se sitúa (según la tradición) sobre el Siglo XIX. Su existencia es, para la mayoría, fruto del imaginario gallego; pero para otros, la que muchos llaman la “Robin Hood gallega” fue una mujer de carne y hueso que recorrió Galicia con su inseparable can Lueiro.
Y es que Pepa la Loba, pese a llevar una vida marcada por el delito, fue una mujer que dejó numerosos ejemplos de su compromiso: robar a los ricos para repartir con los pobres. Con su astucia y generosidad se ganó el cariño y apoyo del pueblo, que con los años la recordaría como una heroína perdurable.
Y para finalizar hablemos de…
Obras literarias, artísticas, etc, con protagonismo de Pepa la Loba
Además de la obra de Aurelio Mirás, citada al principio de esa publicación, son numerosos los escritores que narraron historias relacionadas con Pepa la loba. El bandolerismo en Galicia, una especie de adaptación a la realidad gallega de la que en eses tiempos tenía lugar en tierras andaluzas, hizo que autores como Ramón María del Valle Inclán o Emilia Pardo Bazán, escribieran sobre ello. En la ebullición de este tipo de obras pudiera estar el germen del desarrollo en la tradición oral de la leyenda del personaje de Pepa la Loba.
El pontevedrés Ramón Cabanillas, insigne poeta, en su Romance “O cruceiro do Monte”, nos dice:
“E dende alí ollaban as vereas
e os camiños travesos
coa carabina ó lombo
do paso dos civiles en axexo
os espías da Loba e do Xan Quinto,
ladróns e cabaleiros”
El escritor ourensano Vicente Risco también se refirió a esta historia.
En su obra “Pepa la Loba”, Carlos González Reigosa, construye una novela en la que coloca a la protagonista en el ayuntamiento de Xermade, en la feligresía de San Andrés de Lousada. Según Reigosa, la bandolera residió temporalmente con su compañero en una posada maragata situada en una aldea denominada Abelleira, que a mediados del siglo XIX era centro de tránsito comercial entre Vivero, Ferrol, Lugo y Mondoñedo.
Otro autor, Antonio Rey Soto también hizo protagonista de una de sus novelas a Pepa la loba, en este caso centrándose en su juventud.
Recogemos a continuación un cantar popular que nos habla de Pepa la loba:
Aún recuerdan los más viejos
de Pepa la Loba andanzas
por Germade y por Cospeito
por Muras y Santaballa.
Cometió robos y crímenes,
vivió en el monte escondida
hasta que un día quedó
su banda disminuida.
Pepa vivió con un hombre
que por marido trataba
en una casa en Roupar
que está cerca de Villalba.
Allí moriría un día
en la abejera instalada
viuda y cuidando a un hijo
y no se supo más nada.
En el mundo musical, encontramos el álbum que con el título de “A cuadrilla de Pepa a Loba”, el grupo Heredeiros da Crus, se inspiró en el personaje de Pepa la loba.
Podéis escucharlo en https://www.youtube.com/watch?v=B45bABh7nEg
La letra de esta canción, cantada exclusivamente en gallego, dice:
Onde vai a fecha, onde vai xa, os meus tempos mosos xa van alá.
Eramos moi bravos, eramos uns machos, sigharrilo ensendido, unha pandilla de cacos.
Saltando frutales, petando nas portas, descubrindo placeres, meneando a pirola.
Do milloriño que hai nunha parroquia, eramos noticia das máis lambeconas.
E logo quen foi? O fillo de Moncha. Como foi? Entroulle na horta.
Quen o veu? Viuno a miña soghra. Arre co! Enseñoulle as pelotas.
Recordo unha tarde das máis guerrilleiras, montados nun carro cheo de picaños.
Iamos follados a lo menos de ochenta, coidado que aí vamos, Xente ás leiras!
Seica o fillo de Moncha, que era o ghran cabesilla, ía co cú ó aire para darlle máis forsa,
e sen cortarse un pelo sacou a pancarta na que poñía: pu*** petancas.
E logo quen foi? O fillo de Moncha. Como foi? Ía cunha arola.
Quen o veu? Ai vímolo todas. Arre co! Cuadrilla de Pepa a Loba.
Aprendemos de todo, aprendemos moitas cousas, estudiamos todos xuntos nun colexio de monxas.
E logo quen foi? O fillo de Moncha. Como foi? Entroulle na horta.
Quen o veu? Viuno a miña soghra. Arre co! Enseñoulle as pelotas.
E logo quen foi? O fillo de Moncha. Como foi? Ía cunha arola.
Quen o veu? Ai vímolo todas. Arre co! Cuadrilla de Pepa a Loba.
También podemos citar la creación del grupo A banda da loba, compuesto por cinco mujeres y que homenajean a las mujeres luchadoras en base a contar la historia de la famosa bandolera.
Por último, señalar que en su recuerdo se celebra desde hace más de veinte años una feria de artesanía en la localidad ourensana de O Carballiño, La feria tiene lugar en el mes de setiembre. Es la fiesta de San Cibrao, y durante su celebración las calles se visten de época y tienen lugar representaciones de las incursiones de Pepa la Loba y sus bandoleros.
El recuerdo y presencia en el imaginario gallego de Pepa la loba es tal, que encontramos numerosos establecimientos comerciales, talleres de artesanía, locales de hostelería, etc, con dicha denominación.
Fuese realmente su historia la aquí narrada, o no. Existiese realmente o simplemente sea el fruto de la tradición imaginaria popular, sin duda, Pepa la loba es un personaje que no debemos olvidar.
Lectura recomendada
Referencias
Pepa a Loba. De González Reigosa, C.
Guía de campo da Galicia Encantada. De Reigosa, A.
https://mitologiaiberica.fandom.com
https://galiciaencantada.com/lenda.asp?cat=9&id=2568
https://lacunademagni.blogspot.com/2017/12/desde-muy-antiguo-se-cuentan-por-toda.html