Aunque la mayoría de nosotros cuando piensa en la arquitectura egipcia, lo primero que evoca son sus impresionantes templos y pirámides, lo cierto es que también había, como es fácil suponer, una arquitectura civil.
Y es que los egipcios, pese a vivir en una zona geográfica caracterizada por un clima cálido y desértico, fueron capaces de construir viviendas aceptablemente confortables.
Hoy vamos a intentar saber algo más sobre este asunto, por eso titulamos esta publicación como las casas en el antiguo Egipto.
Contexto histórico del antiguo Egipto
Resulta harto complicado exponer en un post, y de manera resumida el contexto histórico de una historia que abarca treinta siglos. No obstante, para situarlo temporalmente diríamos que la historia de Egipto se iniciaría durante el Neolítico, momento en que se sentaron las bases de la civilización urbana, con la aparición de las primeras ciudades.
Para referirnos a su historia, utilizando la nomenclatura y distribución clásica, hablaríamos de los siguientes períodos:
- Periodo Protodinástico (3200 a 3100 a.C.)
- Periodo Arcaico (3100 – 2700 a.C.). Se corresponde con las dinastías I y II. Se produce la unificación de los distintos reinos del Alto y del Bajo Egipto por Menes, identificado con el rey Narmer.
- Imperio Antiguo (2700 a 2250 a.C.). Dinastías III- VI. Época de construcción de las grandes pirámides.
- Primer Periodo Intermedio (2250 q 2050 a.C.). Dinastías VII a XI.
- Imperio Medio (2050 a 1800 a.C.). Dinastías XI y XII. Nueva reunificación.
- Segundo Periodo Intermedio (800 a 1550 a.C.). Dinastías XIII a XVII. Gobierno de los hicsos.
- Imperio Nuevo (1550 a 1070 a.C.). Dinastías XVIII a XX. Época de faraones guerreros. Destacan los faraones Akhenatón, Tuntankhamón y Ramsés II.
- Tercer Periodo Intermedio (1070 a 656 a.C.) Dinastías XXI a XXV.
- Periodo Tardío (656 a 332 a. C.). Dinastías XXVI a XXXI.
- Periodo Helenístico (332 – 30 a.C.). Se inicia con la conquista de Egipto por parte de Alejandro Magno. Finaliza con la victoria de Octavio Augusto sobre Marco Antonio y Cleopatra VI en la batalla de Actium y la incorporación de Egipto como provincia al Imperio romano.
- Periodo Romano (30 a.C. a 640 d.C.). Finaliza con la conquista árabe del año 640.
La vivienda en el antiguo Egipto
La arquitectura en el Antiguo Egipto no se limitaba a la construcción de monumentos y tumbas; también constituía un aspecto central de la vida cotidiana. Las viviendas, los graneros, los talleres y otros edificios residenciales y comerciales eran fundamentales para el funcionamiento de la sociedad egipcia.
Además, la planificación urbana y la arquitectura de las ciudades reflejaban la organización social y política de la época, con calles ordenadas, plazas públicas y sistemas de drenaje que mostraban un avanzado nivel de ingeniería y diseño.
Las primeras viviendas conocidas datan del Periodo Predinástico: eran casas sencillas, construidas con paredes de adobes y el techo de troncos cubiertos por hojas de palmera y barro, pequeñas, semisubterráneas y con el techo inclinado. También se ha encontrado mobiliario, ajuar, juegos de mesa y herramientas.
En los poblados de artesanos como el de Deir el Medina al oeste de Tebas, (época de Ramsés), podemos encontrarnos con casas de distintos tamaños según el estatus de los trabajadores.
Las viviendas no solo servían para proporcionar refugio y protección, sino que también se encontraban vinculadas a sus creencias religiosas y su concepción del mundo. En este sentido, buscaban la armonía ay el equilibro tanto en el diseño de sus estructuras, como en la decoración. Recordemos que los egipcios creían que un entorno bien equilibrado y armonioso era fundamental para una vida próspera. El diseño de las casas egipcias reflejaba la idea de que el hogar era un microcosmos que debía estar en armonía con el orden cósmico. Los patios interiores, por ejemplo, estaban concebidos como espacios sagrados que conectaban simbólicamente el mundo terrenal con el divino. Además, la disposición de las habitaciones y la orientación de las puertas y ventanas estaban influenciadas por creencias relacionadas con la protección contra fuerzas malignas y la atracción de influencias beneficiosas.
La arquitectura de las casas en el Antiguo Egipto tenía un impacto significativo en el estilo de vida de sus habitantes. La distribución funcional de las habitaciones y la presencia de un patio central fomentaban la convivencia familiar y la interacción social. Además, el diseño de las casas permitía una buena ventilación y entrada de luz natural, lo que contribuía a un ambiente saludable y agradable.
Encontramos diferentes tipos de viviendas, relacionadas con la clase social y el estatus de los egipcios. Hablamos, pues, de viviendas modestas, pero también de enormes residencias propiedad de los nobles. En todo caso, procuraban siempre un equilibrio entre funcionalidad y estética.
Una de las características más destacadas era la presencia de un patio central, que servía como punto focal de la casa y como lugar de encuentro para la familia. Las habitaciones estaban dispuestas alrededor de este patio. Las casas solían incluir un salón principal, dormitorios, cocinas y almacenes.
El diseño interior de las casas también era muy funcional, con habitaciones organizadas alrededor del patio central y una distribución que facilitaba la circulación del aire y la entrada de luz natural.
Lamentablemente apenas nos han quedado vestigios, dado que los materiales utilizados, especialmente el adobe y la madera, son degradables.
Entre las características comunes de las viviendas podríamos decir:
- Contaban, en el caso de las casas de gente común, con una planta rectangular de uno o dos pisos. Las de las clases más altas, podían tener un patio interior.
- Los techos eran planos o inclinados, hechos de ramas y cañas cubiertas de barro.
- Debido al calor intenso, las ventanas eran altas y estrechas, diseñadas para permitir la entrada de brisas frescas mientras se minimizaba la entrada de sol directo.
- A menudo, la entrada de la casa estaba elevada respecto a la calle para proteger la vivienda de los sedimentos y la suciedad que arrastraba el Nilo durante sus inundaciones anuales.
- Los suelos eran, en su mayoría, de tierra compactada, aunque en las viviendas de los más ricos podían ser de piedra.
- Las paredes exteriores a menudo estaban encaladas para reflejar el sol y mantener la casa fresca.
- El mobiliario era sencillo y funcional, incluyendo camas elevadas, sillas con patas ligeramente inclinadas y cofres para almacenamiento.
- En las casas de las clases más altas, las paredes interiores podían estar decoradas con frescos y pinturas que representaban escenas de la vida cotidiana, deidades o la naturaleza.
Las viviendas más interesantes y mejor conservadas son las de Amarna y Deir el-Medina, aunque son yacimientos arqueológicos menos impactantes que otros monumentos de la arquitectura del Antiguo Egipto.
Deir-el-Medina
El tamaño de las viviendas populares era pequeño -en Deir el-Medina, las dimensiones aproximadas, quince por cinco metros-, pero gracias al buen tiempo, muchas tareas se realizaban al aire libre ya fuera delante de la casa, en el patio o en el tejado, de esa manera la pequeñez de las casas no representó un problema sanitario ya que las condiciones de salubridad, en una zona urbana carente de conductos de aguas fecales y de vertederos de basura, podría haber sido foco de grandes epidemias.
Los estudios arqueológicos permiten indicar que las casas solían contar con un salón principal y central, con columnas y luz cenital.
Una residencia estándar podía cobijar de cinco a diez personas, padres con sus hijos, animales domésticos, perros, gatos. Las casas se pintaban de blanco y las habitaciones estaban en línea, unas detrás de otras ocupando entre 40 y 120 m². Se accedía por puertas de madera, simples o dobles. En la primera estancia se encontraba un altar dedicado a dioses protectores, como Bes, y se guardaban lámparas, jarras, braseros. A continuación, se pasaba a la sala principal, gran habitación que sirve de comedor y de ocio iluminada con pequeñas ventanas y donde podía haber una bodega o recipientes cerámicos. Las ventanas son pequeñas y sirven fundamentalmente para aislarse del calor y para ventilar más que para iluminar; el interior por lo tanto es sombrío, esteras y tapices en las paredes pondrán una nota de color. En esta sala había una columna central de madera, que sujetaba el techo. Unas escaleras llevaban a la bodega, y una puerta daba paso al resto de las habitaciones, si es que las había: pequeños cuartos para dormir y para lavarse, y almacenes. Se cocinaba en la calle, si la casa era muy pequeña, o en el patio trasero, donde había un horno y una despensa. También podemos encontrar pequeños talleres; no existía cuarto de baño, los desperdicios eran soltados en el desierto o en las calles, mientras que la orina era utilizada para el curtido y teñido de las pieles.
La arquitectura doméstica también desempeñó un papel crucial en la creación de comunidades y en la preservación de la identidad cultural. Las casas y los barrios no solo proporcionaban refugio, sino que también servían como espacios para la interacción social, la educación y la transmisión de tradiciones y valores a las generaciones futuras.
En cuanto a los materiales, la mayoría eran de origen local, como el adobe (ladrillos de barro), la piedra caliza y la madera.
La piedra no se utilizaba habitualmente en la construcción doméstica ya que su extracción significaba un trabajo duro y a diferencia del adobe su disponibilidad era difícil, sin embargo, en Deir el-Medina donde no había fuente de aprovisionamiento de agua ni barro para fabricar adobe, el material utilizado para la construcción del poblado fue la piedra muy abundante y desde luego más fácil de obtener que el barro.
El adobe se fabricaba mezclando barro del Nilo junto con arena y paja; con unos moldes de madera daban forma a cada uno de los ladrillos; y después los dejaban secar al sol, sin cocción alguna. Estos ladrillos producían un gran aislamiento térmico.
El barro era obtenido con facilidad, ya que, con cada crecida, el Nilo facilitaba depósitos de cieno. La arena la obtenían del desierto. Y la paja, de la gran cantidad de cereales que cultivaban.
El uso de materiales comunes para construir las casas de los egipcios hacía que el diseño de la mayoría de las casas del antiguo Egipto presentara pocas variaciones. Las casas del antiguo Egipto no eran duraderas y en pocos años solían empezar a deteriorarse y desmoronarse. A menudo era necesario repararlas, ya que las inundaciones eran frecuentes, sobre todo cuando el río Nilo empezaba a desbordarse. Algunas casas se construían sobre plataformas para evitar los daños causados por las inundaciones.
Tipos de construcciones
Las construcciones en adobe presentan una serie de características comunes: muros exteriores en talud como rasgo estético definitorio, haces de juncos para reforzar las esquinas, coronas de hojas de palma en lo alto de los muros de adobe o ventanas pequeñas para impedir la entrada del sol, entre otras.
Encontramos diferentes tipos de construcciones en el ámbito residencial y doméstico: graneros, refugios para obtener sombra, granjas, establos, gallineros, lagares para hacer vino, talleres artesanales, etc. Y las propias viviendas, claro.
Por otro lado, la escasez de terreno disponible para construir casas debido al vasto y caluroso terreno desértico hizo que la mayoría de las casas adosadas tuvieran varios pisos para acomodar a la población durante la época del antiguo Egipto.
La disposición interna de estas viviendas variaba según el estatus social y las necesidades familiares.
Las viviendas del pueblo, la inmensa mayoría de estructuras habitables, eran casas humildes y simples, construidas con ladrillos de barro o adobe. Contaban un patio interior vallado y una única altura, aunque en ocasiones contaba con una escalera para acceder a una terraza superior, que era siempre plana.
En las casas de Deir-el-Medina, se ha descubierto que había un lugar para el culto de cada trabajador con un altar, donde depositar las ofrendas a los dioses y a sus ancestros.
Las residencias de los nobles, por el contrario, presentaban elaborados diseños, con amplios patios, jardines y múltiples habitaciones. Eran viviendas grandes y lujosas. Grandes villas con jardines exuberantes y estanques repletos de peces. Las plantas y el agua embellecían las residencias al tiempo que facilitaban sombra y frescor en el ambiente. En ocasiones, estas residencias contaban con una planta superior, y las entradas presentaban, en determinados casos, con columnas policromadas con capiteles en forma de flor de loto.
Contaban con altos muros para mantener alejados a los intrusos.
Las estancias principales eran una sala de representación, las habitaciones privadas y los cuartos dedicados al servicio, como cocinas, bodegas, despensas y lavaderos.
En el interior de una casa típica de un egipcio acomodado la estancia principal estaba un poco alejada de la cocina, para evitar los olores. Algunas habitaciones tenían su propio baño y lavabo. Las paredes y los techos de estas casas estaban pintados con dibujos alegres, a menudo motivos geométricos o vegetales.
Este tipo de construcciones están presentes en todas las épocas, ya desde el Imperio Antiguo, pues se han podido identificar palacios en, por ejemplo, los recintos funerarios de Giza. Pero los ejemplos mejor documentados los encontramos en el periodo del Imperio Nuevo, especialmente con Amenofis III y con su sucesor Amenofis IV (Akhenaton), que se construyeron sus propias residencias reales en Malkatta y en Amarna, aunque apenas quedan ya sus vestigios arqueológicos.
Evolución de la arquitectura doméstica
La arquitectura doméstica en el Antiguo Egipto ha sido objeto de numerosos descubrimientos arqueológicos que han proporcionado valiosa información sobre la vida cotidiana de la época.
Desde las modestas viviendas de la Era Predinástica hasta las opulentas residencias del Imperio Nuevo, se puede observar una evolución en los estilos arquitectónicos, los materiales de construcción y los métodos de decoración.
Durante el reinado de Akhenatón en la dinastía XVIII, se introdujeron innovaciones arquitectónicas en las viviendas, como el uso de columnas y la incorporación de elementos decorativos más naturales y realistas.
En el Alto Egipto, las casas estaban hechas principalmente de adobe y arcilla, mientras que en el Bajo Egipto se utilizaba más la piedra caliza. Además, las casas en las zonas rurales tendían a ser más simples, con techos de paja, mientras que en las ciudades se encontraban estructuras más elaboradas y duraderas.
Estas variaciones regionales reflejaban las condiciones climáticas y los recursos disponibles en cada área, así como las influencias culturales y sociales distintas que se desarrollaron a lo largo del Nilo.
La cocina
El material de cocina es bastante rudimentario. Consta esencialmente de un fogón, utensilios de molienda, vasijas de barro, uno o varios hornos móviles de cerámica en forma cilíndrica, de un metro de altura aproximadamente, con una puerta en la parte inferior que sirve para dar paso al aire y retirar la ceniza. En el interior, una rejilla o unos barrotes sostenían el combustible. Todo el horno se cubría con una marmita de dos asas, de profundidad variable, cuyo diámetro superaba ligeramente el de la caldera. En caso necesario, los cocineros pueden prescindir de este aparato. Colocan la marmita sobre tres piedras y amontonan debajo un poco de madera y carbón.
La arqueología demuestra que fogones y hornos solían estar a distancia de la puerta para evitar el humo a pesar de que el tejado de la cocina –cuando ésta era cerrada- tenía unos agujeros de ventilación que permitían la salida de humos y olores.
Además de los hornos y hornillos y de la provisión de combustible, el material de cocina incluía ollas, comida jarros y jarras de cerámica, la alfarería egipcia más común se elaboraba con arcilla de depósitos aluviales del Nilo y tras su cocción tomaba un color rojizo que podía decorarse o no, los enseres de la cocina se completaban con fardos, sacos, cestas y cestos que servirían para transportar provisiones, mesas de tres o cuatro patas para cortar, picar y seleccionar la carne, el pescado o las hortalizas, así como mesas bajas para trabajar en cuclillas, y caballetes de los que se colgaban las aves y la carne.
Decoración y mobiliario
La decoración en el contexto doméstico del Antiguo Egipto no solo era estéticamente atractiva, sino que también estaba impregnada de profundo simbolismo y significado. Los motivos decorativos no solo embellecían los espacios, sino que también cumplían funciones rituales y protectores, representando creencias religiosas y brindando protección mística a los habitantes de la vivienda.
En los hogares de los trabajadores, la decoración se manifestaba de manera más sencilla, pero no por ello menos significativa. Elementos como amuletos, pequeñas esculturas y objetos cotidianos decorados añadían un toque de belleza y significado espiritual a estos espacios más humildes.
Los colores utilizados en la decoración tenían significados simbólicos específicos; por ejemplo, el azul se asociaba con el agua y la fertilidad, el rojo con el poder y la vida, y el verde con la regeneración y el renacimiento. Estos elementos decorativos no solo embellecían los hogares, sino que también estaban imbuidos de significado cultural y espiritual.
Además, las representaciones de dioses y diosas en la decoración doméstica servían como recordatorios de la presencia divina en la vida cotidiana, reforzando la importancia de la religión en todos los aspectos de la sociedad egipcia.
En las casas egipcias, los muebles eran simples pero funcionales. Algunos de los muebles más comunes incluían camas, mesas, sillas y cofres para almacenar objetos. En cuanto a la decoración, los egipcios solían utilizar pinturas murales, estatuas y objetos sagrados relacionados con su religión.
La luz natural era la principal fuente de iluminación en las casas egipcias. Las ventanas, aunque pequeñas, permitían la entrada de luz solar. Además, se utilizaban lámparas de aceite para iluminar los interiores durante la noche.
En las residencias palaciegas y de los nobles, los muebles y enseres domésticos eran objetos de decoración en sí mismos, con incrustaciones de marfil, madera tallada y ornamentos metálicos que realzaban la belleza y el valor de los objetos de uso diario.
Aunque predominaba la costumbre de dormir en el suelo sobre esterillas de caña, junco, papiro, pasto o fibra de palmera, se han encontrado también camas de los Imperios Antiguo y Nuevo. Las camas, exclusivas de las clases más ricas, eran de madera, planas, patas de toro y un bastidor cubierto con cuero o fibras vegetales trenzados. Las del Imperio Nuevo son cóncavas. No poseían cabeceros. Tenían patas acabadas en garras. Se cubrían con telas de lino que a veces se doblaban para formar un colchón, aunque también se usaban colchones rellenos con plumas.
Aunque solamente en las casas de los más adinerados, se han encontrado numerosos bancos y sillas, desde los más modestos, de tres patas, utilizados por los artesanos, hasta los tronos reales, decorados con láminas de oro y plata, marfil, piedras duras, loza y fabricados con ébano, pasando por banquetas plegable con asientos de cuero o piel luego reemplazados por madera con manchas pintadas imitando piel de felino. Las sillas y sillones primitivos tenían forma prismática con asiento y respaldo planos
Un objeto muy difundido fue el cofre, de guardar una gran variedad de elementos. Los más lujosos se hacían de ébano macizo o enchapado con incrustaciones de marfil, y los menos costosos se pintaban imitando materiales preciosos, tenían tapas superiores y frontales con cajas con divisiones internas.
Las alacenas eran algo desconocido, y los antiguos egipcios almacenaban sus productos en cestas hechas con junco o caña.
Poseían pequeñas cajas, lámparas de aceite, paletas para cosméticos, canastos y distintos recipientes de cerámica, metal y vidrio.
Los vasos con los que bebían estaban construidos con alabastro. Un material parecido al mármol, pero mucho más moldeable.
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Referencias
Antiguo Egipto. Introducción a su historia y cultura. De Ikram, S.
Egipto. De la prehistoria a los romanos. De Wildung, D.
Egipto: Arte y Arquitectura. De Edit. Konbemann
La vida en el Antiguo Egipto. De Pérez Largacha, A.
https://amigosdelantiguoegipto.com/?p=625