Cuando uno piensa en “el Zorro”, le viene a la mente la imagen de Antonio Banderas o, para los aficionados al cine más antiguo, de Douglas Fairbanks. El héroe liberador de Texas del yugo mexicano.
Sin embargo, el origen del personaje se encuentra, según los estudios realizados por diferentes autores, se encuentra en un personaje real, Guillén de Lampart, precursor de la Independencia de México, a donde había llegado haciéndose pasar por hijo bastardo del Rey de España (Felipe III).
¿Pero quién es este William Lampart, Guillén Lamporte, Guillermo de Lampart o Guillén de Lombardo? Hagamos un repaso a su biografía.
Originario de Wexford, Irlanda. Nacido en una familia acomodada entre 1610 y 1615. Educado en Inglaterra, Lampart, no tenía ningún rasgo latino, sino más bien célticos. Su familia era de comerciantes, pero algunas fuentes dicen que era hijo de corsarios, piratas al servicio de la corona inglesa. Otras fuentes dicen que su abuelo dirigió una revuelta precisamente contra Inglaterra, exigiendo la independencia de Gales.
La sangre revoltosa e independiente le corría por el cuerpo. A los 20 años viajó a España, según algunas fuentes deportado por sus simpatías católicas y por haber escrito contra el monarca británico. Llegó a España, tras pasar por Bourdeos, desembarcando en la ciudad de A Coruña, para radicarse en Santiago de Compostela. Latinizó su nombre a Guillén de Lombardo y Guzmán. Estudió primero en el Colegio de los Niños Nobles, donde estudiaban los hijos de los exiliados irlandeses que combatían contra la Pérfida Albión, y luego en el jesuita de San Patricio, en Santiago y Salamanca. También se formaría en San Lorenzo de El Escorial. En consecuencia en rigor, nunca fue gallego, pues sólo estudió en Santiago de Compostela durante unos años, pero él mismo se inventó gran parte de su identidad. De hecho, se dice que tras sus años como pirata a bordo de un bergantín, dedicándose a sembrar el terror, dejó de hacerlo al perder la fe en el mal, y ello tuvo lugar en A Coruña tras ver la Torre de Hércules.
Enseguida consiguió escalar en la jerarquía política española, llegando, según algunas fuentes, a ser convocado por el Conde Duque de Olivares, válido del rey Felipe IV, quien lo envió como espía español a México (Nueva España) para vigilar al Virrey (Duque de Villena) de cuya honradez se desconfiaba en la Corte española. Con anterioridad se le vinculó a un intento de opereta, consistente en reconquistar Irlanda para anexionarla a la bandera española.
Del motivo de su partida a América hay otras versiones, menos honorables, que achacan su partida a un problema de amoríos, al verse implicado en el cortejo a la esposa de un Conde.
La segunda versión dice que Lampart había, años antes, diseñado un complejo plan para hacerse nombrar virrey de la Nueva España y al no conseguirlo por las buenas decidió intentarlo por las peores: armando una revuelta popular contra España entre los naturales.
Ambas versiones son folletinescas. Mucho más probable es que haya sido enviado con alguna encomienda y al llegar se haya acomodado entre la política criolla. Pronto se interesó por las condiciones de los trabajadores indígenas en minas y campos de labranza. Consumó algunos ritos tradicionales con indios y negros (al parecer le gustaba el peyote – droga extraída de un cactus). Indignado por el trato que los ibéricos daban a los americanos, vio una oportunidad: una revuelta armada con el auspicio espiritual indígena y el auxilio político de aliados criollos, cuyo improbable objetivo sería nombrarlo a él Emperador de la Nueva España y Rey de México.
Sus ideas y prácticas fueron conocidas por la Inquisición. En septiembre de 1642 comenzó un periodo de encarcelamiento de 17 años de los que dan cuenta más de 5,000 páginas en el Archivo General de la Nación, entre ellas está la de su juicio en 1658 por “herejía, traición y uso de peyote”. Casi 20 años de encierro y tortura tuvieron como final la hoguera en 1659.
Lombardo era un hombre culto y educado en la ciencia; dominaba, entre otros idiomas, el griego y el latín.
Lombardo vivió, durante una parte de su estancia en Nueva España, como fugitivo y durante este periodo los cuentos del Zorro nacen entre las clases populares. Se cree que fue el fundador de una organización llamada “Los hermanos de la Hoja”. Sus integrantes desarrollaron un código secreto y empezaron a vestirse de negro y a usar antifaces para ocultar su identidad. Una de las identificaciones que utilizaban consistía en marcar a los soldados y aristócratas españoles que atacaban, ya fuese vivos o muertos con la letra “Z” (que representaba a la palabra hebrea “Ziza” –resplandor- y no por “zorro” como ha hecho creer la historia ficticia del personaje). El hecho de vestir de negro se relacionaba con la necesidad de construir un símbolo de rebeldía, de ahí que el negro se contrapusiese al blanco de la Inquisición.
Según parece, nuestro protagonista, Guillén, sería el primer gran comandante de la orden tomó el nombre secreto de “El Zorro”, desempeñando tal puesto durante unos 10 años.
Por medio del tráfico de vino y el tabaco El Zorro obtenían fondos para sostener su lucha por la independencia. La mitad de lo que la organización obtenía en los asaltos a los españoles y el tráfico de especias, se repartía entre los indígenas mexicanos, obteniendo así su afecto y lealtad.
Una vez capturado, la Inquisición lo sentenció a la hoguera. Guillén moriría ejecutado durante un Acto de Fe, el 19 de noviembre de 1659. Aunque según una leyenda, el Zorro se burló de sus captores y se ahorcó él mismo con la soga que debiera atarlo a la hoguera.
En cuanto al personaje de novela y posteriormente comic y cine, el Zorro tiene sus orígenes literarios en una novela “Memorias de un impostor”, de Vicente Riva Palacio. Esta obra se basaba en la vida de Guillén de Lampart, y alcanzó cierto éxito, llegando incluso a publicarse en inglés en Estados Unidos. De esta manera, la historia llegó hasta un periodista, Jonhston McCulley, quien estaba escribiendo su propia novela de aventuras, tomando varios elementos de la obra de Riva Palacio para caracterizar a su protagonista, Diego de la Vega, mejor conocido como “El Zorro”.
Podéis ampliar información en Wikipedia o en Relatos e Historias o en este trabajo de la Universidad Autónoma Nacional de México
En todo caso, con la estatua de Guillén de Lampart en el Ángel, en el interior del vestíbulo de la Columna de la Independencia, en el Palacio Nacional frente al Zócalo de la ciudad de México, se da fe de su relevancia histórica. Sobre su persona se trazan los anhelos de liberación y justicia, los deseos de convertirse en rey de la Nueva España, la cercanía con los indios y posturas fuera de las normas religiosas; el contrabando y tráfico de especias, el encierro, la tortura, la locura y un final en la hoguera hacia 1659.