El reinado de los Reyes Católicos es de importancia fundamental en la historia de España ya que tuvieron una gran importancia en el comienzo de la historia moderna de España.
Vamos a hacer un repaso de su apasionante historia…
Antecedentes
El reino de Castilla era por entonces el más grande y con mayor población de toda la península. Además, también destacaba por su riqueza, tal y como sucedía con su importante comercio de lana.
Por su lado, el reino de Aragón se expandió por el Mediterráneo durante el siglo XIV y, por tanto, vivió un momento de esplendor comercial, pero a mediados del siglo XV se hallaba en decadencia.
Además, en la Península Ibérica encontramos otros tres importantes reinos: el vecino reino de Portugal que se encontraba en un momento de clara expansión; el reino de Navarra que vivía una época de guerra civil e inestabilidad, y el reino de Granada, el único reino musulmán que quedaba tras su invasión de la Península varios siglos atrás.
Los Reyes Católicos
Esta denominación se corresponde con los reyes Fernando II de Aragón y V de Castilla, e Isabel I de Castilla. Ambos contrajeron matrimonio en Valladolid el 19 de octubre de 1469, uniendo así ambas coronas y dando lugar a la Monarquía Hispánica. Esta unión significaba un riesgo de desequilibrio político y militar en la zona que despertó la preocupación de los reinos vecinos de Portugal y Francia.
Pero la unión personal de los reinos no entrañó la integración política de sus instituciones, pues cada reino mantuvo su personalidad diferenciada hasta la aparición de España como Estado nacional en el siglo XIX.
Isabel y Fernando pertenecían a la dinastía de los Trastámara (podéis ver nuestro post: La dinastía de los Trastámara en los reinos hispánicos), de hecho eran primos segundos entre ellos, de forma que necesitaron una dispensa del Papa para que su matrimonio fuera reconocido por la Iglesia. Sin embargo, Paulo II nunca llegó a concedérsela, de manera que usaron una bula falsa, aunque finalmente la bula papal auténtica llegaría años más tarde, legitimando su unión. Esta bula, denominada la “Bula de Simancas” fue emitida por el Papa Sixto IV en 1471, por la que dispensaba de sus lazaos de consanguinidad a los príncipes Isabel y Fernando, futuros Reyes Católicos de Castilla y Aragón, y por tanto daba valida religiosa, y por tanto jurídica, al matrimonio que ambos habían contraído en 1469.
Tras su matrimonio y para evitar posibles conflictos entre Fernando e Isabel, se redactó “la Concordia de Segovia” en la que se especificaban bien claras las competencias que Fernando tendría en la administración y el gobierno del reino de Castilla. El resto del poder y funciones estaba en manos de Isabel.
Fernando accedió al trono de Aragón tras el fallecimiento de su padre, Juan II, en enero de 1479. Isabel, por su parte, se auto-coronó reina de Castilla en 1474, tras la muerte de su hermano Enrique IV, contando con el apoyo de un buen número de nobles castellanos. Dado que Enrique IV le había quitado a Isabel los derechos al reino por haber contraído matrimonio con Fernando, y se los había otorgado a su hermanastra Juan, más conocida como la Beltraneja, debido al rumor de que ella no era realmente hija del rey sino de un noble castellano que se entendía con la reina. Como consecuencia estalló la conocida como Guerra de Sucesión castellana que duraría entre1475 y 1479, finalizando con el triunfo de los partidarios de Isabel y acordando los términos del fin de las hostilidades en el Tratado de Alcaçovas.
Isabel y Fernando gobernaron de forma conjunta los dos reinos que, sin embargo, mantuvieron su soberanía, sus instituciones, su propia legislación y sus costumbres. La unificación definitiva se produjo cuando Juana, la hija de ambos, heredó el trono de Castilla en el año 1504, a la muerte de Isabel I, y el de Aragón en 1516 cuando murió su padre.
¿Por qué se les conoce como los Reyes Católicos?
Los Reyes Monárquicos o Reyes Católicos, condujeron a la unificación de España. La denominación Católica se les otorgó formalmente en una bula, la “Si convenit” expedida por el Papa Alejandro VI en setiembre de 1496, en reconocimiento a su contribución en la expansión del cristianismo tras conquista de Granada, la unificación religiosa de la península tras la conversión y expulsión de los judías, el apoyo que los ejércitos del rey Fernando dieron a los Estados Pontificios en Nápoles y Sicilia en su rivalidad con Francia, además de las campañas en las plazas del norte de África contra los piratas berberiscos, y por sus descubrimientos del Nuevo Mundo. El título de Católicos fue luego transmitido a los sucesores de Fernando e Isabel. De hecho en la actualidad la Constitución Española reconoce al rey de España con el término de “Rey Católico” o “Católica Majestad”.
El Gobierno de los Reyes Católicos
Concluida la guerra de sucesión, los Reyes Católicos pusieron en marcha en el reino de Castilla un programa de reformas internas, con el fin de garantizar la paz que contribuyera al reforzamiento de la autoridad regia y la reconstrucción económica. Para ello, el primer paso consistía en el sometimiento de la nobleza a su autoridad. La política de los monarcas en relación con la nobleza se puede resumir en dos ideas básicas: el mantenimiento de su poder económico y de su prestigio social y la sumisión incondicional a la autoridad regia.
Además, Isabel y su esposo convocaron las Cortes de Toledo, en 1480, donde se esbozaría un ambicioso programa de establecimiento de un orden institucional de la Monarquía. Sus leyes pueden considerarse como la primera constitución de ella. En estas Cortes se decidió establecer una definición concreta del poderío real absoluto, es decir, independiente de cualquier otro superior, ejercido en dos niveles, el del Rey y el de su sucesor el príncipe de Asturias.
A ello hay que sumar una serie de medidas e importantes decisiones que marcarían el devenir futuro. Veamos estas medidas con más detalle:
En política interior: hacia la creación del Estado Moderno. Reformas en la Administración
El inmenso poder de las Órdenes Militares fue absorbido por la monarquía, de este modo sus inmensas rentas, pasaron a ser administradas directamente por la corona.
La autoridad regia se impuso también de forma decidida a los municipios, extendiéndose el régimen de corregidores, oficiales regios encargados de supervisar la gestión municipal.
El Consejo Real, reorganizado en las Cortes de Toledo de 1480, adquirió un papel preponderante en la gobernación del reino. Letrados expertos en Derecho romano fueron quienes llevaron el peso fundamental de este órgano de gobierno, en detrimento de los nobles aristócratas, contribuyendo poderosamente al reforzamiento de la autoridad regia.
En la misma línea, las Cortes perdieron gran parte de su peso político y fueron reunidas en escasas ocasiones a lo largo de todo el reinado: cuando hubo que preparar la sucesión al trono. Las Cortes fueron también utilizadas por los monarcas al comienzo de su reinado como firme apoyo a su proyecto de reorganización del Estado, frente a las pretensiones nobiliarias; son particularmente importantes en este sentido las Cortes de Madrigal de 1476 y las de Toledo de 1480.
Otro paso en la política de reforzamiento de la autoridad regia fue la reestructuración de la Hermandad, llamada desde entonces Santa Hermandad, cuyo papel fue fundamental para garantizar el orden y la seguridad en territorios despoblados.
También reorganizaron la administración judicial. A la Audiencia y Chancillería de Valladolid (alto organismo de justicia encargado de tramitar en última instancia los procesos civiles y criminales) se unió otra en Ciudad Real y que más tarde sería trasladado a Granada. Galicia contó también con una Audiencia propia, dependiente de la de Valladolid.
Del mismo modo, los monarcas impulsaron una importante tarea de recopilación jurídica, que supuso el primer intento de superar la confusión de la legislación medieval y ofrecer a los jueces unas referencias mucho más precisas.
En la corona de Aragón Fernando puso en marcha una política tendente a reforzar el autoritarismo regio que, sin embargo, tuvo que acomodarse a las peculiares características de cada una de las unidades políticas que la integraban. En Cataluña, donde mayores podían ser las resistencias a la monarquía autoritaria, Fernando consiguió la permanencia de las instituciones propias, aun cuando limitando sus competencias.
Desde el punto de vista institucional, la principal novedad afecta a la administración de Justicia. La Cancillería (órgano máximo de la administración de justicia) se dividió: una parte se adscribió a los distintos reinos como órgano judicial y otra parte se integró en el Consejo Real de Aragón, quedando a su cargo el estudio de las disposiciones relativas a los diferentes estados de la Corona.
Establecieron un ejército profesional, con lo que consiguieron que fuera permanente y leal. La creación de un ejército permanente daba a la corona una fuerza militar independiente de la voluntad y lealtad de la nobleza.
En la administración territorial se creó la figura del virrey, que era el representante de los reyes en cada uno de los reinos. Y recabaron el apoyo de las ciudades, cuya importancia se había incrementado en las épocas anteriores a la Edad Moderna. Así, se creó la figura del corregidor, que era el representante de los reyes en los municipios.
Se reorganizó la hacienda para de este modo hacer frente al incremento de los gastos.
En materia económica
En primer lugar hay que decir que el motor económico fue la corona de Castilla, cuyo territorio setenta y cinco por ciento del reino y contaba con cuatro millones de habitantes, más que los que habitaban todos los otros territorios de la península junto.
Y en Castilla la base económica los constituía la agricultura, la ganadería ovina y la producción de lana. Los Reyes Católicos dieron privilegios a la Mesta por medio de la Ley de Defensa de las Cañadas, y se les brindó protección a los artesanos por medio del comercio interno. Favorecieron a la alta nobleza como una recompensa ante la lealtad y aportaron recursos monetarios para hacer frente a las guerras.
En materia agrícola se siguió una política proteccionista con productos como el vino, el aceite y las frutas.
Otro pilar importante fue la producción de hierro y el comercio marítimo de vascos por el atlántico, y catalanes y valencianos por el Mediterráneo.
En material industrial, se legisló para proteger la producción propia contra la competencia extranjera. Y si permitían la entrada de personal extranjero era para que enseñasen a los españoles sus técnicas y conocimientos. Se favoreció la venta al extranjero de productos elaborados o semielaborados como hierro, cuero, vino, aceite, etc. Los sectores industriales más importantes de Castilla fueron la fundición del hierro en el norte; la industria textil de paños en el centro, y la industria de la seda en Andalucía. También hay que destacar la cerámica sevillana y la joyería toledana.
Se logró una absorción completa de la deuda pública y se acometió un proceso de estabilización monetaria que fijaría las relaciones entre los dos patrones, oro y plata, asignando a las piezas acuñadas un precio que permanecería inalterable hasta el fin del reinado. Se mantuvieron sin variación los impuestos, y se renunció, en favor de la Hermandad general, a todas las ayudas y servicios extraordinarios que se solicitaban anteriormente a las Cortes.
En materia religiosa
La reina Isabel se volcó personalmente de manera especial. Para ella la maduración y reforma del catolicismo romano eran tarea esencial. En esta tarea pudo contar con tres importantes colaboradores: el cardenal Pedro González de Mendoza, arzobispo de Toledo, fray Hernando de Talavera, su confesor, y el franciscano fray Francisco Jiménez de Cisneros (aquí podéis ampliar información: El Cardenal Cisneros), que sucedería al segundo como confesor y al primero en la sede arzobispal de Toledo. Para ella elaboraron un amplio programa.
Se buscó la unificación de la religión católica en toda la península.
Con la finalidad de perseguir y combatirlas prácticas judaizantes por parte de los conversos se creó el Consejo de la Santa Inquisición, institución basada en la Inquisición medieval. Su objetivo era convertirse en un medio de control de la pureza de la fe. En el año 1492, decretaron la conversión obligatoria al cristianismo por parte de judíos y la expulsión de los que estaban en contra de la medida. Se hizo lo mismo con los musulmanes.
Otro de los objetivos de la Monarquía fue el Control de la Iglesia mediante la atribución de los nombramientos de obispos (regalías).
En política exterior
Aunque no es posible separar la política preconizada por ambos Reyes, se puede decir que Fernando desempeñó un papel predominante al de su esposa en relación con la política exterior. Titular de la Corona de Aragón, aspiraba a lograr el cierre poderoso de todo el Mediterráneo occidental sustrayéndolo a la amenaza turca, instalando fortalezas en el norte de África y abriendo, por medio de la fuerza naval, las rutas de Rodas y de Alejandría, en donde se estableció un consulado catalán. Esta política se vería bruscamente interceptada por las pretensiones de los sucesivos reyes de Francia que reclamaban una hegemonía sobre Italia, incluyendo el Reino de Nápoles. A Isabel le disgustó profundamente aquella guerra, que se prolongaría en el tiempo, pero apoyó a su marido con todos los recursos a su alcance: soldados veteranos de Granada, barcos y dinero castellanos demostraron aquí que la Monarquía española estaba en condiciones de ejercer una verdadera hegemonía sobre Europa. Otros medios castellanos se emplearon también en conseguir la recuperación económica de Cataluña. En este principado Isabel tuvo oportunidad de recibir muchas muestras de afecto.
Por lo que se refiere a la política europea, fueron los intereses de la Corona catalano-aragonesa los que marcaron las directrices. Tradicionalmente Castilla y Francia habían mantenido a lo largo de la Baja Edad Media una política de alianzas y amistad, mientras las relaciones franco-aragonesas habían sido muy distintas: rivalidad y continuos enfrentamientos en los Pirineos, en el Mediterráneo y en Italia.
La entrada de los Reyes Católicos en la política internacional europea fue preparada concienzudamente desde los años 80 mediante una política de alianzas matrimoniales. En noviembre de 1490 contrajeron matrimonio el príncipe heredero Alfonso de Portugal y la hija primogénita de los Reyes Católico, Isabel; la muerte del príncipe portugués poco tiempo después no rompía, sin embargo, los proyectos de enlace dinástico hispano-portugués.
La política de acercamiento a Inglaterra, en la que estaban especialmente interesados los mercaderes y marinos vascos y cántabros, se sellaba con un acuerdo de marzo de 1489 sobre colaboración militar y comercial, en el que se contemplaba el futuro matrimonio del heredero inglés Arturo con la infanta Catalina, hija de los Reyes Católicos.
En gran medida, su política exterior estuvo marcada por la competencia con Francia, por lo que a fin de evitar su creciente influencia en territorio italiano, pactaron La Liga Santa con el Papa, los Habsburgo, Inglaterra, Venecia, Génova y Milán. Bajo el mando de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, los ejércitos españoles mantuvieron diversas campañas en Italia entre 1494 y 1504, que otorgaron a Aragón el control de Nápoles.
Promovieron matrimonios de sus hijos con otros monarcas europeos, tal y como sucedió con Inglaterra, Portugal o Austria.
Integración de otros reinos y territorios
La Conquista de Granada producido en 1492 tras la rendición de Boabdil.
La integración del reino de Navarra fue obra del rey Fernando después de la muerte de Isabel: alegando los supuestos derechos sucesorios que le correspondían por su matrimonio en segundas nupcias con Germana de Foix. Fernando invadió Navarra en 1512 y anexionó cinco de sus seis merindades a la Corona castellana.
Las Islas Canarias fueron conquistas en 1496, un territorio por el que habían rivalizado con Portugal desde muchos años atrás.
El interés por conquistar la costa africana Era para asegurar su control. En 1505 el Peñón de la Gomera, Orán, Trípoli, Argel y Melilla estaban bajo la corona de Aragón.
Con respecto a la posible anexión del reino de Portugal, los Reyes Católicos optaron por establecer una alianza matrimonial entre Manuel de Portugal e Isabel, primogénita de los Reyes Católicos. Tras el fallecimiento de Isabel de Portugal, se casó con María. Este matrimonio daría sus frutos cuando Felipe II se convirtiera en rey de Portugal
Al morir, don Fernando legaba a Carlos V un conglomerado de territorios que se mantendrían unidos durante siglos formando la Monarquía española: los reinos de la Corona de Castilla, la de Aragón (con Cataluña, Valencia y las Baleares), Navarra (hasta los Pirineos) y Canarias, con proyecciones hacia Italia (Nápoles, Sicilia y Cerdeña), América y el Magreb.
La empresa americana
Sin duda el hecho más importante del reinado de los Reyes Católicos.
La reina Isabel decidió financiar la empresa de Cristóbal Colón que había sido rechazada por el rey portugués, de lugar a Asia cruzando el océano por el oeste. El 12 de Octubre de1492 Cristóbal Colón mandó una nao, Santa María, y dos carabelas, la Pinta y la Niña al mando de los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón llegaron a la isla de Guanahaní, a la que llamaron San Salvador.
Esta expedición pretendía, originariamente, encontrar una ruta más corta con el Extremo Oriente, por el Oeste, en busca de obtener oro y especias.
Las evidencias demostraron el error de Colón al pensar que había llegado a las Indias pues, en realidad, se trataban de tierras desconocidas hasta ese momento por los europeos. Dichas tierras recibieron en 1507 el nombre de América por el cosmógrafo de Martin Waldseemuller en honor al cartógrafo Americo Vespucio, uno de los primeros en percatarse del error de Colón.
El contrato, las capitulaciones de Santa Fe, refleja el interés económico que tenía la iniciativa: se le nombraba almirante de las tierras descubiertas, así como virrey y gobernador de las mismas y se le concedía al derecho a percibir el undécimo de todas las mercancías que se descubrieran, así como a la octava parte de la carga de los navíos que fuesen a las nuevas tierras.
En su rivalidad con Portugal por los territorios transoceánicos, los Reyes Católicos pidieron la intervención Arbitral del Papá (Bula Inter Caetera en 1493) por la que llegaron a un Acuerdo, el Tratado de Tordesillas (1494), Con Portugal, en el que una línea situada a trescientas leguas al oeste del Archipiélago de Cabo Verde dividía la parte de colonizaciones castellanas al Oeste y portuguesas al este legitimándoles Brasil.
Duración del reinado de los Reyes Católicos
El período de reinado de los Reyes Católicos depende de cada reino. En el caso del reino de Castilla y León, la reina Isabel I accedió a su reconocimiento pleno como soberana en el año 1479, y mantuvo la corona hasta su muerte en el año 1504. Fernando II también ascendió al trono de Aragón en el año 1479 y lo conservó hasta su muerte en el año 1516.
Tras la muerte de Isabel I, en 1503, no existía claridad sobre el derecho de Fernando de mantener el poder sobre el reino de Castilla y León. Por esta razón la sucesión fue un tanto confusa.
Originalmente, se estableció un gobierno compartido entre Fernando II, su hija Juana y su esposo conocido como Felipe el Hermoso. Por diferencias entre Fernando II y su nuero Felipe, el rey de Aragón decidió regresar a su reino y dejar al matrimonio gobernar en Castilla.
Sin embargo, Felipe el Hermoso murió joven, en 1506, y su esposa Juana fue declarada incapaz de gobernar. Ante esta situación se designó al cardenal Cisneros como regente de Castilla hasta que Carlos, el hijo de Juana I de Castilla pudiese asumir el poder.
El Cardenal Cisneros, junto a las Cortes, pidió a Fernando el Católico que regresara a gobernar. Esta regencia compartida duró hasta la muerte de Fernando en 1516. Durante este período se anexó Navarra al reino de Castilla.
A la muerte de Fernando II, el Cardenal Cisneros mantuvo la regencia de Castilla mientras que la de Aragón estuvo a cargo del Arzobispo de Zaragoza, Alonso de Aragón. Esto ocurrió solo hasta la llegada de Carlos el hijo de Juana I de Castilla y Felipe el hermoso.
El rey Carlos I de España a la postre se convertiría en Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico debido a que su padre, Felipe, era hijo del emperador Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña.
Los restos de los Reyes Católicos reposan en la Capilla Real de Granada. Ellos mismos escogieron este lugar, y se creó a través de la Real Cédula al 13 de septiembre del año 1804.
Curiosidades sobre los Reyes Católicos
¿Cómo se conocieron Fernando e Isabel?
Si bien su matrimonio se había pactado tiempo atrás en las negociaciones de Cervera, sería el 11 de octubre de 1469 cuando se produjo el primer encuentro entre los que serían los primeros grandes monarcas hispánicos. Esta primera entrevista tuvo lugar en el palacio del conde Buendía (tío de Fernando) en la villa de Dueñas, bajo completa confidencialidad. Para llegar al lugar, Isabel tuvo que viajar de incognito, arribando dos días antes al encuentro.
Contrajeron matrimonio en secreto
A tan solo 8 días de conocerse en persona decidieron casarse en una reunión secreta, a escondidas de las figuras que deseaban impedir la unión de Castilla y Aragón. Al ser primos, era necesaria una bula papal que permitiera su unión, la cual, al ser rechazada por la vía legal, terminó por ser falsificada.
Para llegar al punto de encuentro de la ceremonia, Isabel debió escaparse de la custodia del entonces rey castellano, con la excusa de ir a presentar respetos a su hermano fallecido. Fernando arribó al lugar disfrazado de criador de mulas. Esta acción les traería grandes consecuencias a ambos, tanto políticas como religiosas, dejando la legalidad de su unión en discusión durante dos largos años. Finalmente, la bula papal autentica llegó años después, legitimando su unión.
Una de sus frases históricas
Los historiadores atribuyen a los Reyes Católicos muchas frases icónicas del argot popular.
“¡Venía el villano vestido de verde!”
Esta fue una exclamación de la reina Isabel I al descubrir que los cocineros intentaron ocultar un poco de ajo (ingrediente que odiaba) en el guiso de su comida usando mucho perejil.
Al darse cuenta de ello, exclamó dicha frase, con la cual se conocería, un tiempo después, cualquier acción con intenciones ocultas.
El gusto por la fiesta del rey Fernando
Isabel, fue conocida por su carácter celoso, actitud a la que nada ayudó el conocido espíritu galante de Fernando. Cuentan que Fernando era muy fiestero y disponía de numerosas amantes con las que tuvo varios hijos bastardos. Esto supuso un foco de peleas y discusiones entre ambos porque si bien el matrimonio fue por conveniencia política el amor surgió y formaron una pareja normal con sus diferencias.
Algunas fuentes sugieren que la muerte de Fernando fue debido al consumo de afrodisiacos.
El “Tanto Monta”
El “Tanto Monta”, inventado por Fernando, inspirado a su vez por Alejandro Magno, con el tiempo pasaría a formar parte de su escudo y a originar el dicho: “Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”, haciendo referencia a dos acciones o personas que tienen el mismo resultado o valor.
Conclusiones
El reinado de los Reyes Católicos ha sido frecuentemente considerado como el punto de partida de España como estado moderno. En efecto, la monarquía autoritaria se impuso finalmente a la nobleza, se unificaron políticamente todos los estados peninsulares menos Portugal, se implantó la unidad religiosa y se descubrió América (basamento económico de la España Moderna).
Sin embargo, no todo significa modernidad, pues había pervivencias medievales. Así la unión de los reinos de España seguía siendo dinástica y patrimonial y las instituciones de gobierno se desarrollaban a partir de la transformación de las instituciones medievales (consejos, audiencias, cortes, etc.).
Y rematamos esta publicación, confiando en que, pese a su larga extensión, haya resultado de vuestro interés, y en ese caso nos gustaría que nos lo hicieseis saber pulsando en el botón “Me gusta”. Además, te animamos a aportar algún comentario, y si tienes interés, suscribirte gratuitamente a la Newsletter del Blog para mantenerte siempre informado sobre las nuevas publicaciones del Blog.
Por último, si os ha gustado lo suficiente como para compartirlo en vuestras redes sociales, estaríamos realmente encantados de que así lo hicieseis.
Referencias
La España de los Reyes Católicos. De Ladero Quesada, M.A.
La España de los Reyes Católicos. De Bellver Martín, D.
Breve reinado de Isabel la Católica. De Ferrer Valero, S.
Editorial Grudemi (2019). Reyes católicos. Recuperado de Enciclopedia de Historia (https://enciclopediadehistoria.com/reyes-catolicos/). Última actualización: julio 2021.
Cinco Noticias, Redacción. (2021, 04 octubre). Curiosidades sobre los Reyes Católicos: así fue la relación entre Fernando e Isabel. Cinco Noticias https://www.cinconoticias.com/reyes-catolicos/
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Los Reyes Católicos». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en
https://asl-diver.blogspot.com/2015/05/la-politica-exterior-de-los-reyes.html
https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/reyes_catolicos.htm [fecha de acceso: 22 de marzo de 2023].
https://www.historiadelnuevomundo.com/los-reyes-catolicos/
https://www.rah.es/reyes-catolicos/