En una de esos itinerarios divulgativos que mantenemos activos en este blog, consistente en difundir, de manera abreviada, la biografía de personajes interesantes desde el punto de vista histórico, hoy nos acercamos a uno de los científicos más influentes de la historia: Charles Darwin, el padre de la teoría de la evolución.
Considerado uno de los más influyentes científicos de su época, por haber planteado por primera vez (simultánea e independientemente con Alfred Russel Wallace) la noción de evolución biológica a través de la selección natural, por medio de la “teoría de la evolución”, trabajó en diversos campos, como la historia natural, le geología, etc…
La importancia científica y cultural de sus teorías y observaciones es tal, que fue uno de los cinco ciudadanos del siglo XIX no pertenecientes a la realeza en recibir funerales de Estado en el Reino Unido, y en ser sepultado en la Abadía de Westminster, junto a Isaac Newton y John Herschel.
Biografía de Charles Darwin
De nombre Charles Robert Darwin, nació el 12 de febrero del año 1809, en el hogar familiar, llamado “The Mount” (El monte), en Shrewsbury, Shropshire, Inglaterra. Sus padres eran el doctor y financiero Robert Waring Darwin y Susannah Wedgwood.
Las dos familias de las que provenía Charles se identificaban de forma tradicional con la doctrina del unitarismo, que se muestra contraria a la existencia de la Santísima Trinidad (tres personas y un solo Dios: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo).
Desde muy temprana edad, se dice qué desde los ocho años, Darwin ya desarrolló un importante interés por la Naturaleza y su estudio.
Tras finalizar sus estudios medios accedió, en octubre de 1825, a la Universidad de Edimburgo para iniciar la carrera de medicina, por decisión de su padre. Sin embargo, no era ese su destino, pues dos años después de haberla iniciado, cambió de idea, y tras resolver los propios escrúpulos acerca de su fe, Darwin aceptó con gusto la idea de llegar a ser un clérigo rural y, a principios de 1828, después de haber refrescado su formación clásica, ingresó en el Christ’s College de Cambridge. Pero nuevamente se asentó en la indolencia, desarrollando tan solo interés por la pintura y la música, a nivel de afición, y sobre todo sintió atracción por la botánica y la geología, entrando en contacto con dos personas importantes que le marcarían para elegir su futuro profesional, el geólogo Adam Sedgwick y el naturalista John Stevens Henslow.
Además, en Cambridge, Darwin aprovechó para acercarse a la lectura, sintiendo una especial querencia por obras como: “Viaje a las regiones equiccionales del Nuevo Continente”, de Alexander von Humboldt, y “Teología natural”, de William Paley, entre otros. Obras que sin duda provocaron o potenciaron el deseo de Darwin de contribuir al descubrimiento y entendimiento de la historia natural.
Finalizaría sus estudios en el año 1831, momento en el que tomó la decisión, con la ayuda de Henslosw, de enrolarse en el barco de reconocimiento HMS Beagle, un bergantín de diez cañones, en calidad de naturalista, y sin paga, pero eso no era óbice para frenar su interés por participar en una expedición científica alrededor del mundo. Y es que el Beagle tenía como misión un viaje de exploración en que debían de completar los trabajos de hidrografía de la Patagonia y Tierra de Fuego, además de efectuar una serie de medidas cronométricas en diferentes puntos del globo: Sudamérica, islas Galápagos, Oceanía,…
En 1839 contrajo matrimonio con su prima, Emma Wedgwood, y juntos tuvieron diez hijos. Y este mismo año fue elegido miembro de la Sociedad Real.
En 1859 publicó su libro “El origen de las especies”.
En 1868 publicó “La variación de los animales y plantas bajo la acción de la domesticación”. Tres años más tardes sería “La descendencia humana y la selección sexual” y un año después “Expresión de las emociones en el hombre y los animales”.
En 1878 fue elegido miembro de la Academia Francesa de las Ciencias.
Los últimos años de Charles Darwin estuvieron repletos de fuertes malestares, que se avivaban en periodos de mayor estrés. Sin embargo, continuó trabajando hasta el final de su vida.
Falleció en el condado de Kent, en Inglaterra, el 19 de abril de 1882. Se le ofreció un funeral de Estado dentro de la abadía de Westminster. Allí está enterrado junto a Isaac Newton.
Sus últimas palabras fueron para su familia diciéndole a su mujer: “No tengo miedo de la muerte. Recuerda qué buena esposa has sido para mí. Diles a mis hijos que recuerden lo buenos que han sido todos conmigo”. “Casi ha merecido la pena estar enfermo para recibir vuestros cuidados”.
La expedición del Beagle
Su participación en la expedición del Beagle, a las órdenes del capitán Robert Fitzroy, en su viaje de observación cartográfica y de las corrientes marinas, durante cinco años, fue una experiencia determinante en la vida de Darwin.
La expedición partió de Danverport, el día 27 de diciembre de 1831.
Darwin se caracterizó siempre por ser sumamente meticuloso. Por lo tanto, no es de extrañar que, durante este viaje Darwin escribirá frecuentes anotaciones geológicas, zoológicas, botánicas y paleológicas que enviará de regreso a la universidad, pero también un frondoso diario de viaje titulado Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo donde relata su encuentro con otras culturas y su apreciación de la vida en el planeta.
La intención primaria de Darwin fue recopilar la mayor cantidad de ejemplares con los que podía cargar, de manera que al volver a casa pudieran ser revisados por naturalistas más expertos que él.
Durante ese viaje, Darwin tuvo la oportunidad de maravillarse con espacios como la selva amazónica, y la flora y la fauna de regiones como las islas Galápagos. Tuvo la oportunidad de observar variadas formaciones geológicos en distintos continentes e islas, además de una amplia variedad de fósiles y organismos vivos.
El estudio de la geología fue, en un principio, el factor que más contribuyó a convertir el viaje en la verdadera formación de Darwin como investigador, ya que con él entró inexcusablemente en juego la necesidad de razonar.
La expedición finalizó el 2 de octubre de 1836, y apenas tres meses más tarde, Darwin comenzó a divulgar sus descubrimientos.
El origen de las especies
Es la obra cumbre de Darwin, en la que explica y justifica los puntos clave de su teoría sobre el origen de la vida en base a varios principios clave:
- Variación: todos los individuos de una población tienen diferentes características.
- Selección natural: aquellos individuos con características que les permiten sobrevivir y reproducirse con éxito tienen más probabilidad de transmitir esas características a sus descendientes.
- Adaptación: los individuos que tienen características que les permiten adaptarse mejor a su entorno tienen más probabilidades de sobrevivir y reproducirse con éxito.
Respecto a la descendencia con modificación de individuos, Darwin postula lo siguiente:
- Todos los seres vivos han evolucionado a partir de seres más o menos simples.
- Todas las especies provienen de especies preexistentes.
- Las nuevas especies aparecen gradualmente y tardan en generarse.
- Las clasificaciones superiores de seres vivos (taxones) evolucionan a través de los mismos mecanismos que los seres individuales.
- La extinción de los seres vivos es consecuencia de la competencia entre las especies.
- El registro fósil de las especies está incompleto. Debe haber especies transicionales extraviadas (eslabones perdidos).
La evolución de las especies se produce a lo largo del tiempo como resultado de la selección natural. Esto significa que las especies cambian a medida que los rasgos beneficiosos se transmiten de generación en generación. Con el tiempo, estos cambios se acumulan y pueden dar lugar a la formación de nuevas especies. Por lo tanto, Darwin concluye que:
- El número de individuos en una población determinada aumenta de manera geométrica.
- Dicho número de individuos permanece sin embargo estable debido a que los recursos del ambiente son limitados y por lo tanto no todos sobrevivirán y se reproducirán con éxito.
- Los individuos que sobreviven y se reproducen son diferentes a los que perecen en variaciones heredadas de individuos anteriores.
- La probabilidad de sobrevivir y de reproducirse determinará qué variaciones hereditarias se transmitirán a las generaciones siguientes.
- La selección natural determina la acumulación de caracteres positivos por encima de los negativos, a través de la supervivencia y extinción de los individuos y las especies.
La idea es que los animales de una especie compiten entre sí por comida, refugio y por la capacidad de reproducirse. Solo los más aptos, es decir, aquellos que se adaptan mejor a su entorno, lograrán reproducirse, por lo que sus rasgos se transmitirán a la próxima generación y se volverán más comunes.
Además, según el darwinismo, las condiciones del ambiente (por ejemplo, una mayor o menor disponibilidad de alimento, la presencia o ausencia de depredadores) hacen que, dentro de una misma población, algunos individuos puedan adaptarse mejor que otros, por haber nacido con alguna característica que le resulta una ventaja.
El hecho de la evolución implica algo sobre cómo comenzó la vida. La evolución nos dice que las especies aparentemente distintas son parientes lejanos, ambos descendientes de un único ancestro compartido. Por ejemplo, nuestros parientes vivos más cercanos son los chimpancés: el antepasado común que compartimos vivió hace al menos siete millones de años.
Las teorías de Darwin significaron un gigantesco salto adelante en la comprensión humana del origen de la vida y sobre todo de su propio origen. La evidencia de las semejanzas entre nuestra especie y la de ciertos primates superiores resultaba evidente a la luz de sus teorizaciones, gracias a las cuales se produjo el lugar común de que “el hombre proviene del mono”. La conclusión correcta sería, en realidad, que el hombre y el mono están evolutivamente emparentados.
Obviamente, sus teorías fueron acogidas con reservas por parte de la comunidad científica, que cuestionó muchos de sus términos, como el gradualismo, y mucha más por parte de la religiosa, que la veía como un ataque a la teoría religiosa del creacionismo. Es célebre una caricatura de Darwin en que se lo dibuja como un simio, mofándose de sus deducciones respecto al origen del hombre.
Además, con esta teoría, Darwin puso fin al antropocentrismo, la idea de que los humanos somos algo especial dentro del Universo. Dijo que éramos un simple animal más al que las leyes de la selección natural le afectan como a todos los otros seres vivos. Esto causó espanto en la Iglesia, pues fue el paso previo a demostrar que los humanos venimos del mono, algo que hoy está perfectamente aceptado pero que en su día supuso una auténtica revolución.
Pero as teorías de Darwin sobre la prevalencia de unas especies sobre otras (las más aptas para adaptarse al entorno) han sido extraídas de su contexto y aplicadas a otros campos de la vida, como la economía y la política. Tal es el caso de los regímenes de Darwinismo social, como el propuesto por el nazismo alemán: el darwinismo supuestamente justificaría la opresión por parte de los pueblos poderosos (aptos) a los débiles (menos aptos), en base a la creencia de que estos últimos tendrían que fortalecerse y liberarse, o extinguirse.
Por último, hay que decir que Alfred Russel Wallace, llegó de manera independiente a conclusiones similares a las de Darwin. En 1858, Wallace escribió una carta a Darwin proponiendo una teoría similar de selección natural en cuanto a su núcleo, si bien difieren en algunos detalles. Por ejemplo, la teoría de Darwin se centra en cómo la selección natural lleva a la supervivencia del más apto, mientras que la teoría de Wallace pone mayor énfasis en cómo la selección natural puede favorecer la variedad de especies. Otra diferencia clave entre las teorías de Darwin y Wallace es que Darwin pensaba que la selección natural era el principal impulsor de la evolución, mientras que Wallace creía que había otros factores que también influían. Uno de estos factores, según Wallace, era una fuerza evolutiva llamada selección sexual, que era responsable de la evolución de características que no eran necesariamente útiles para la supervivencia, pero que ayudaban a atraer a compañeros sexuales.
Algunas curiosidades sobre Darwin
Empezamos con una curiosidad, no pudiendo afirmar que sea del todo cierta, pues se dice que Darwin estuvo a punto de no viajar en el Beagle, pero esto no se debió a ninguna causa de índole económica, política o porque no tuviera los conocimientos necesarios para llevar a cabo el proyecto. Darwin estuvo a punto de no viajar por culpa de su nariz. La razón es que el capitán del Beagle, Robert FitzRoy, era un gran seguidor de las teorías de Lavater, que afirmaban que se podía conocer a un hombre por la forma de su nariz. Al parecer, la nariz de Darwin no era del agrado de FitzRoy, y de hecho el capitán no le consideraba en un principio un hombre con el valor y la preparación necesarias para afrontar tan largo viaje.
Las fuertes creencias del momento hicieron que Charles Darwin tardará 20 años en publicar su obra, debido a su preocupación y cierto miedo al rechazo social y religioso. Finalmente, El origen de las especies fue publicado el 24 de noviembre de 1859 y sus conclusiones son el fruto del trabajo realizado durante su viaje en el Beagle donde pudo investigar y realizar cientos de experimentos para formular su teoría. Darwin explicó que la selección natural era el único mecanismo responsable de la evolución valiéndose, para demostrarlo, de evidencias científicas.
Por otro lado, la frase “la supervivencia del más fuerte”, atribuida en muchas ocasiones a Darwin, realmente no es de él, quien la formuló fue el filósofo contemporáneo Herbert Spencer. Darwin incluyó esta cita en la quinta edición de su obra.
Charles Darwin es el segundo científico más citado del mundo, solo superado por el matemático y filósofo, Bertrand Russel.
Su nieto, Erasmus Darwin fue quien esbozó, por primera vez, una teoría de la evolución basada en la idea de que los seres vivos descienden en última estancia de un único organismo microscopio que tiene su origen en el mar.
Conclusiones
Pocas veces las teorías de un científico pueden cambiar las ideas como lo hizo la Teoría del Origen de las Especies escrita por Charles Darwin después de su viaje a bordo del Beagle.
Adolescente borrachín y disoluto, Charles Darwin se convirtió paradójicamente a la ciencia cuando estudiaba para cura en un seminario y no perdió la fe hasta que vio morir a su hija de tuberculosis.
La teoría de la evolución proporciona un marco conceptual sólido para comprender la diversidad de la vida en nuestro planeta y sigue siendo una guía fundamental en numerosas áreas de investigación científica, desde la biología hasta la ecología y la genética. Pero también reflexionó sobre muchas otras cuestiones. En una apresurada carta que escribió para un amigo, presentó una idea sobre cómo podría haberse formado la primera vida. Unos 150 años después, esa carta parece notablemente adelantada a su tiempo, tal vez incluso profética.
La contribución de Charles Darwin a la biología y la conservación de la biodiversidad es innegable. Al comprender cómo las especies evolucionan y se adaptan a su entorno, los científicos pueden tomar medidas para proteger y preservar los ecosistemas y las especies en peligro de extinción.
El legado de Charles Darwin en la investigación científica perdura hasta hoy. Su enfoque basado en la observación y el método científico ha sentado las bases para numerosas investigaciones en campos como la biología evolutiva, la paleontología y la antropología.
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Referencias
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Charles Darwin. Biografía». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/monografia/darwin/ [fecha de acceso: 24 de octubre de 2024].
Lifeder. (14 de enero de 2022). Charles Darwin. Recuperado de: https://www.lifeder.com/aportaciones-darwin/.
https://www.biografiasyvidas.com/monografia/darwin/
https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/6517/Charles%20Darwin
https://humanidades.com/charles-darwin/