Siempre me ha llamado la atención que la imagen de la cruz sea venerada por los cristianos, cuando lo que representa es el instrumento de tortura en el que Jesucristo fue ejecutado. Es como sí la familia del condenado a pena de muerte idolatrara la silla eléctrica, la guillotina o el garrote vil.
En fin, ¡nunca he logrado entenderlo!
Por ello, he estado buscando información para dedicar una entrada en nuestro Blog al origen del símbolo de la cruz cristiana.
En primer lugar he decir que la imagen de la cruz no fue identificada con el cristianismo en sus orígenes. Su simbología cristiana fue posterior a la muerte de Cristo.
Un poco de historia
Repasemos la historia y veamos como la cruz idolatrada por los cristianos ha llegado hasta nuestros días.
Se atribuye a los romanos el uso de la cruz como instrumento ejecutor utilizado con los delincuentes, pero su origen es muy anterior a Roma. Una vez más los romanos, ávidos por absorber y plagiar todos los conocimientos y prácticas de las culturas conquistadas, se apropiaron de este método –la crucifixión- cuando extendieron su imperio por el Mediterráneo.
La crucifixión era una práctica cruel y humillante de ejecución, reservado fundamentalmente, para los condenados que atentaban directamente contra el Imperio. El condenado podía tardar en morir varios días acompañados de la sed, el hambre, el frío y los dolores musculares y desgarros producidos. El final era ansiado para el expuesto y el mensaje de su exposición pública era una advertencia o escarmiento.
En el siglo I fueron crucificados los esclavos que se rebelaron en Roma liderados por Espartaco. Más de 6.000 prisioneros fueron crucificados en la Vía Apia. El mensaje era claro y prueba de ello es que no volvió a existir una revuelta de esclavos de esas dimensiones.
Dicho esto cabe preguntarse ¿por qué Jesús fue crucificado?
La ejecución de Jesucristo, teniendo en cuenta el medio utilizado, no fue debida a la predicación de cristianismo sino a una alteración del orden público, a un acto de rebeldía que amenazaba el Imperio. En aquellos tiempos los falsos profetas eran lapidados, no crucificados. Además la lapidación se ejecutaba por los propios judíos, mientras que la crucifixión se ejecutaba por los romanos.
La crucifixión de Jesús se produjo durante la celebración de la Pascua Judía, que conmemora la liberación de Egipto. Según los evangelios es en estas fechas en las que entra Jesús en Jerusalén y es aclamado por una multitud que lo recibe con palmas (domingo de ramos). En el medio de esta exaltación, la provincia romana de Judea podía convertirse en el epicentro de una revuelta contra los romanos en el afán de conseguir la libertad del pueblo judío. Para Roma cualquier alteración del orden público en estas tierras debía ser castigada de forma inmediata, máxime cuando era liderada o motivada por figuras mesiánicas de tipo religioso.
Tampoco lo sacerdotes judíos, en especial el Sumo Sacerdote Caifás, estaban muy contentos con las actuaciones de Jesús. Por un lado criticaba ciertas conductas de los sacerdotes y por otro podía desencadenar una revuelta que acabase en un baño de sangre. Así, el consejo de rabinos acaba denunciando a Jesús ante Roma acusándolo de peligroso agitador de masas.
Jesús no es condenado por su palabra, sino por alterar el orden público lo que podría devenir en un acto de rebeldía contra el Imperio, lo que explica el hecho de haber sido crucificado.
Con los ojos actuales nos resulta difícil comprenderlo, pero tanto para los que lo propiciaron como para los que lo ejecutaron, se trataba de condenar a un alborotador más de los múltiples de la época y sin mayor transcendencia. ¿Quién le iba a decir a Poncio Pilatos en aquél entonces que llegaría a convertirse en uno de los personajes más conocidos y representados de la historia?
Símbolos del cristianismo
Pero tras la muerte de Cristo la cruz no se convirtió en un símbolo cristiano. En los primeros años el cristianismo era representado con diferentes símbolos: el buen pastor, el pez, el ancla o la paloma.
El buen pastor simbolizado a través de un niño o adulto con túnica que porta sobre los hombros un cordero. Representa a Jesús como Pastor de todos sus discípulos que carga con la oveja descarriada (el pecador).
También el pez fue el símbolo del cristianismo en su origen. El pez simboliza la pureza, la sabiduría y la resurrección Está asociado al sacramento del bautismo, por lo que es frecuente encontrarlo como símbolo decorativo en las pilas bautismales. Además para los primeros cristianos, el pescado constituida una fuente imprescindible de alimentación. En todo caso, este símbolo se adoptó desde el siglo I como señal de reconocimiento y de veneración de los discípulos de Cristo. Fue también un símbolo de reconocimiento entre cristianos cuando la religión era practicada de forma clandestina. Se trataba de un símbolo secreto que se puede contemplar en los antiguos cementerios soterrados (catacumbas).
También el ancla, que evita el “naufragio espiritual” se convirtió en símbolo de Cristo.
En todo caso, no fue hasta el siglo IV, en el Concilio de Nicea (primera reunión de obispos para sentar las bases de las mismas creencias para todos los cristianos), dónde la cruz se convirtió en símbolo del cristianismo. Por cierto -como curiosidad-, fue en este Concilio donde se estableció la prohibición a los miembros del clero de vivir con cualquier mujer, excepto una madre, hermana o tía.
¿Por qué la cruz empieza a identificarse como símbolo cristiano?
Como sabemos el cristianismo y el Imperio Romano están íntimamente ligados, y es la mujer y madre de un emperador romano a la que, posiblemente, le debemos la adoración de la cruz cristiana que ha llegado hasta nuestros días.
Flavia Iulia Helena, conocida como Elena de Constantinopla y después como Santa Elena, nació en torno al siglo III. Pese a su bajo nivel social, acabo convertida en pareja del emperador Constantino Cloro y madre del emperador Constantino I el Grande, a quien acompañó a lo largo de su vida.
Bajo la influencia de su cristiana madre, a Constantino le debemos el inicio del proceso de cristianización del Imperio, aunque la mayoría de la aristocracia continuó siendo pagana. A partir del año 312 empezaron a emitirse monedas con símbolos cristianos y a construirse iglesias y edificios cristianos, siendo San Pedro de Roma la mayor de estas basílicas. También fue Constantino el que convocó el Concilio de Nicea. Recordemos que fue durante su imperio, en el 313, cuando se promulgó el Edicto de Milán, por el que se establecía, nada más ni nada menos, que la libertad de religión en el Imperio Romano, siendo el precursor de la expansión del cristianismo. Debemos también a Constantino la fundación de la ciudad que llevó su nombre durante siglos “Constantinopla”. La Nueva Roma desplazó a la vieja Roma como centro geográfico del Imperio. En esta nueva ciudad residió el emperador hasta su muerte en el 337.
Pero volviendo a la simbología de la Cruz, según los historiadores y escritores de la época, Constantino la noche anterior a su enfrentamiento con Majencio, líder militar de Roma con el que andaba a la greña, soñó con una gigantesca cruz luminosa entre las nubes y una voz en “off” que le decía In hoc signo vinces (con esta señal vencerás). Al día siguiente Constantino mandó colocar una cruz en las banderas de los batallones y venció a Majencio en la batalla del puente Milvio.
En un inciso a esta historia es importante profundizar en el por qué Constantino sueña con una cruz y no con cualquier otro símbolo. No debemos olvidar que la cruz egipcia, el ankh, fue asimilada por los coptos, cristianos egipcios, que apoyaron a Constantino en su lucha por el poder contra Majencio. La cruz egipcia era el símbolo de la vida heredado del Egipto de los faraones. Los coptos asimilaron y adaptaron mucha de la simbología del Antiguo Egipto. El ankh se convirtió en un símbolo cristiano al igual que el disco solar, otro símbolo del Antiguo Egipto, fue adoptado como aureola de los personajes bíblicos por la naciente Iglesia cristiana, perviviendo a lo largo de la historia y llegando hasta nuestros días.
La cruz, que hasta el momento se identificada como instrumento de tortura de Jesús, pasa a convertirse en la promesa de la vida eterna, como símbolo de la promesa de la recompensa en el Más Allá a los sufrimientos de un mundo lleno de carestías donde la guerra y la hambruna eran la compañía diaria para la mayor parte de la población.
La influencia de este relato histórico en la veneración de la cruz cristiana se vio reforzado con la peregrinación que hizo Elena de Constantinopla, madre del emperador a Jerusalén. A esta buena señora se le ocurrió con más de 70 años, viajar a Jerusalén en búsqueda de la Cruz cristiana y de la tumba de Jesús.
Cuando Elena llega a Jerusalén, tres siglos después de la muerte de Cristo, se desconocía el lugar exacto donde había sido ejecutado (el Calvario). Esto no desanimó a Elena que empezó a excavar y derruir templos hasta que dio con el lugar en el que aparecieron tres cruces y la inscripción que Poncio Pilato había mandado colocar sobre la Cruz de Jesús INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum; Jesús Nazareno Rey de los Judíos). En el lugar del hallazgo de la cruz, Elena mando construir el tempo conocido como del Santo Sepulcro, por ser bajo sus cimientos donde se descubrió también la última morada de Jesús en la tierra.
Más allá de las creencias, lo cierto es que los hallazgos de Elena dieron lugar a una repercusión histórica y cultural que ha llegado a nuestros días: la peregrinación a Tierra Santa y el tráfico de reliquias. Por algo Elena es la patrona de los arqueólogos.
Los milagros atribuidos a los restos de la Santa Cruz derivaron, dos siglos después, en la celebración de la exaltación de la Santa Cruz en Roma el día 14 de septiembre. A partir de ese momento, el símbolo de la cruz se identifica con el cristianismo. Mientras que para los judíos la cruz simbolizaba el odio y la intolerancia, de ahí que su simbología venga representada por la estrella de David, para los cristianos la cruz representa el misterio de la salvación, el vencimiento del mal a través del sacrificio. La señal de la cruz es una bendición mágica que acompaña al cristiano desde el inicio al final de su vida. La vida se inicia con el sacramento del bautismo y se remata con la extremaunción.
El símbolo de la cruz, realzada a través de la escultura y la pintura en el devenir de los siglos (desde la antigüedad hasta nuestros días) forma parte de nuestra cultura, seamos o no creyentes.
Referencias
La cruz como símbolo cristiano. Nathional Geographic Historia
Los símbolos cristianos. Iconografía. Montaña Galán Caballero, M.
Del paganismo al cristianismo. La época de Constantino el Grande