Hoy os hacemos llegar un ejemplo más de como un sustrato histórico subyace en todas cuentas cosas suceden en nuestras vidas actuales, y en esta ocasión nos centramos en el posible origen histórico del afamado cuento “El flautista de Hamelín”.
En formato de cuento, modificado de manera continua a lo largo de los siglos, nos ha llegado la leyenda del flautista de Hamelín. El padre del cuento podríamos establecerlo en Athanasisus Kircher (1602-1680), un jesuita que llegó a desplazarse a Hamelín (pueblo situado en la Baja Sajonia) para investigar los fundamentos de la leyenda del flautista. Las melodías del flautista y sus posibles efectos mágicos fueron incluidos en su obra musical “Musurgia universalis”. Sin embargo la historia que nos cuentan los hermanos Grimm en su popular cuento, en 1816, ¿cómo debiéramos calificarla?, ¿realidad o ficción?.
Recordemos lo que el cuento nos dice: “en el año 1284 apareció en Hamelín un hombre muy extraño, con una capa de muchos colores… que decía podía librar a la ciudad de la plaga de ratas y ratones que estaba padeciendo, y lo haría a cambio de una suma de dinero. El final, de todos conocido: como los habitantes del pueblo no le pagaron la suma convenida, el flautista volvió a aparecer el 26 de junio, día de san Juan y san Pablo, pero esta vez lo hizo con una presencia terrible y un extraño gorro rojizo (forma en que se representa al diablo en muchas leyendas medievales), quien se llevó al ritmo de su melodía a todos los niños y niñas del pueblo, desapareciendo con ellos en el interior de una cueva. Sólo se salvaron 3 de ellos, uno muy pequeño que abandonó la comitiva para recoger su chaqueta, y uno ciego y otro mudo que se quedaron rezagados”.
Los orígenes de esta leyenda se sitúan en la Edad Media. Las plagas de roedores eran muy frecuentes en la Edad Media, y aunque no eran temidos como transmisores de la peste, sí lo eran por acabar con los cereales recogidos en las cosechas, por lo que era habitual que hubiera individuos que se dedicarán a su exterminio. Estas personas, por su profesión, solían vivir al margen de la sociedad y nadie quería compartir su vida cotidiana con ellos. De ahí que pasasen su vida desplazándose de aldea en aldea, sin tener ningún derecho de ciudadanía.
Según muchos historiadores el hecho de la combinación de datos precisos históricos con algunos elementos del ámbito irreal, le confieren a la leyenda ciertos visos de que pudiese ser un acontecimiento histórico real, aunque deformado por las sucesivas narraciones orales del mismo.
En los libros de los Consejos celebrados en Hamelín no consta que haya contratado a nadie para librar al municipio de la plaga de roedores, pero si aparece la terrible hambruna padecida en el año 1284, provocada por los roedores que acabaron con la cosecha de cereales. También aparece documentado que, fruto de dicha hambruna, muchos jóvenes emigraron de la región para participar en la colonización del Este, con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida. El aviso de dicha alternativa era el fruto de una llamada de Ladislao IV de Hungría a fin de poblar una parte del territorio de su monarquía con alemanes a los que prometía eximir de impuestos y del servicio militar. Esta oferta era dada a conocer en los pueblos por un “locator”, que era un captador que se presentaba a caballo con ropas llamativas y congregaba a la gente en la plaza al sonido de un silbato.
A partir de estos datos históricos, podríamos imaginar que el flautista de Hamelín sería un locator que congregó con su silbido a los jóvenes del lugar, quienes lo habrían seguido en busca de una vida mejor, hecho que supuso para Hamelín la pérdida de toda una generación, un suceso traumático que posteriormente sería justificado mediante la leyenda antes expuesta.
En todo caso, serían los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, quienes incluyeron en su obra “Leyendas alemanas”, publicada entre 1816 y 1818, la versión de la historia del flautista de Hamelín que hoy conocemos, y que sería fruto de su labor de recogida de tradiciones orales aún vivas en su época.
Por último, en una entrada anterior que publicamos en este Blog, La cruzada de los pobres y los niños, podéis ver algo más sobre el posible origen de este cuento.