Hablar en Galicia de una familia de la nobleza en los albores de la Edad Media, nos remite muchas veces a los miembros del Condado De Andrade.
En primer lugar, hay que decir que Andrade (Andrada en algunos documentos del siglo XII) es un apellido netamente gallego, a decir de algunos nació en el municipio de Andrade (Pontedeume).
Los Andrade llegarían a dominar los territorios en torno a Ferrol, Pontedeume, Betanzos, en la provincia de A Coruña, e incluso el municipio lucense de Vilalba.
Pues bien, los miembros de esta familia, los Andrade, empezaron a tomar relevancia a partir del siglo XII, concretamente se ha identificado a Fernán Pérez de Andrade, según algunos historiadores (hoy en día en pleno debate esta cuestión), descendiente de Bermudez Peres de Traba Freire de Andrada, quien a su vez arrastraba el linaje de los antiguos condes de Traba y Trastámara. El apellido Freire, correrá parejo al de Andrade, dado que entre ambas familias hubo múltiples enlaces, de tal manera que sus descendientes utilizaban o bien el nombre de Freire de Andrade, o en otros casos de Andrade Freire.
Fernando de Andrade, primer “señor” de Pontedume, desde el año 1371, por mor del privilegio otorgado por Enrique de Trastámara por su apoyo en la guerra que éste mantuvo con Pedro I “El Cruel”. Recibió Fernando los señoríos de Pontedeume, Ferrol y Vilalba. Para poder ejercer su dominio y control sobre todos sus dominios, este Conde estableció su centro de mando en la Villa de Pontedeume y según cuenta una antigua leyenda para articular sus dominios mandó edificar, además: 7 iglesias, 7 monasterios, 7 puentes, 7 hospitales, además de varios puentes, capillas, torres, ermitas y conventos.
Un siglo más tarde, Diego de Andrade asume el rol de “séptimo” señor de Pontedeume, y le correspondió vivir el problema sucesorio, en el trono de Castilla, entre Isabel y Juana la Beltraneja. Los nobles gallegos se dividieron. El señor de Andrade tomó partido contra su otrora aliado Pedro Álvarez de Sotomayor y Pardo de Cela, partidarios de la hija de Enrique IV. Ya afianzados los Reyes Católicos en el poder, continuaban las sublevaciones y enfrentamientos con los nobles gallegos, hasta que el ajusticiamiento del Mariscal Pardo de Cela y un juramento de obediencia al rey, firmado por el conde de Altamira, el conde don Sancho y Diego de Andrade marca el inicio de la pacificación del territorio. La lealtad del Señor de Andrade fue recompensada por los Reyes Católicos confirmándole en la posesión de todos los bienes, tierras, señoríos, villas, castillos y fortalezas que heredara; le otorgaron una renta, lo nombraron regidor y capitán de A Coruña, y pasó a formar parte del consejo del rey en la Corte.
El nacimiento del Condado de Andrade, esto es de la otorgación del título nobiliario, se produjo el día 1 de mayo del año 1543, y fue dictado por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos I de España y V de Alemania. Este nombramiento recayó en primer lugar en Fernando de Andrade de las Mariñas, Conde de Vilalba.
Desde él y hasta hoy en día 21 personas llevaron dicho título, siendo el actual Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, XXI Conde de Andrade (hijo de la fallecida Cayetana Fitz- James Stuar, más conocida como Duquesa de Alba)
De su enorme patrimonio, cabe destacar en la villa de Pontedeume, en la plaza de los Condes, el Palacio de los Condes de Andrade, del que hoy en día sólo queda la torre del homenaje que se levanta unos 20 metros, y restos de la muralla que rodeaba el patio de armas. Un curioso relieve de un “gaiteiro” se presenta en el dintel de una de las ventanas, aunque hay quién defiende que la figura pudiera ser un guerrero.