En nuestra línea de repasar la vida e historia de personajes que dejaron huella, hoy nos aproximamos a José Sellier, un hombre muy vinculado al mundo cinematográfico, y conocido por ser el autor de la primera película española de la historia, filmación datada en 1897.
Además, su vinculación a nuestra ciudad, A Coruña, es un aliciente adicional para nosotros, los autores y redactores de este Blog, a la hora de abordar la redacción de una nueva publicación biográfica.
Contexto histórico
El 22 de marzo de 1895 en los locales de la parisina Sociedad de Fomento de la Industria Nacional, los hermanos Louis y Auguste Lumière hicieron el primer pase privado de su cinematógrafo, que habían patentado apenas un mes antes.
Su cinematógrafo revolucionaría el panorama de la proyección de imágenes dando origen a la moderna industria cinematográfica.
En aquella primera demostración de su invento, los Lumière proyectaron la considerada como primera película de la historia: “La Sortie de l’Usine Lumière à Lyon” (La salida de la fábrica) de 38 segundos de duración. Tras diversas presentaciones en sociedades científicas y universidades, el 27 de diciembre de 1895 se realizó en París la primera exhibición comercial, marcando oficialmente el inicio de la industria del cine.
Primer Cartel de cine. El regador regado, de los hermanos Lumiére
En el caso del cine español, durante décadas se consideró que la primera película rodada en España había sido “Salida de la misa de doce del Pilar de Zaragoza” pero dos profesores de Historia del Cine, José Luís Castro de Paz, de la Universidade de Vigo, y José María Folgar de la Calle, de la Universidade de Santiago, descubrieron que las primeras películas rodadas en el país datan de junio de 1897 en la ciudad de A Coruña, y ello fue realizado por un francés-coruñés, José Sellier.
En cuanto a la ciudad de A Coruña, a finales del siglo XIX, era como un “pequeño París”, ya que, tanto en moda como en tecnología, la burguesía coruñesa compartía las cosmopolitas costumbres de la capital francesa.
En mayo de 1889, se inaugura en París una exposición universal que, en el siglo que camina a su fin, se presenta como algo sin precedentes. La prensa, diaria y periódica, reflejó y destacó el acontecimiento, sobre todo la segunda.
En la crónica que de la inauguración envía, desde Madrid, el corresponsal de El telegrama, el periodista ilustra a los lectores coruñeses con una comparación que pueden fácilmente constatar para que así perciban la amplitud de la muestra: “Sin la menor vacilación puede asegurarse que es el Certamen más grandioso que se ha conocido. Con pocos datos patentiza su grandeza. En su perímetro cabe holgadamente la Coruña con su ciudad vieja, su pescadería, Garás y ensanche inclusive”.
En aquellos años, lo francés estaba de moda, y en La Coruña, como en otras partes de España, se anunciaban productos industriales franceses, por supuesto, la moda de París, el aprendizaje del francés, la literatura francesa, etc. Y como respuesta a esa relativa popularidad, era de buen gusto el retratarse en la “fotografía de París”.
En La Coruña de la Belle Époque había una gran y poderosa colonia francesa. Barrié de la Maza y los Molezún eran algunas de las familias francesas que convirtieron a la Coruña en un pequeño París con tiendas con la última moda parisina. Además, era una ciudad muy cosmopolita, muy internacional y viva, porque era el gran puerto de conexión con América.
Biografía de José Sellier
Nuestro protagonista, José Sellier Loup, nació en la localidad francesa de Givors el día 13 de agosto del año 1850. Era esta una población a orillas del río Ródano y perteneciente al Departamento de Rhone, a unos 20 kilómetros de distancia de Lyon.
Al poco de nacer su familia cambió de residencia y se instalaron en la ciudad de Lyon.
Con tan solo 4 años comenzaba su relación con A Coruña, al trasladarse su familia a esta ciudad, donde trabajaban dos de sus tíos en una fábrica de vidrio a los que se unió su padre.
Tiempo después regresó a Givors junto a sus progenitores, mientras su hermano Louis permaneció en A Coruña, donde abriría una tienda de fotografía en el número 37 de la calle Real, que más tarde trasladó al número 86, con el nombre de “Fotografía de París”.
José Sellier se casa con Marie Farge Michelat, que era siete años más joven, y también natural de Givors. El día 27 de junio de 1883 nace su único hijo, Esteban.
Deciden trasladarse de manera definitiva A Coruña en 1886, siguiendo a su hermano Louis, que, como decíamos antes, llevaba varios años viviendo en la ciudad de A Coruña, donde residía desde unos años antes, dedicándose profesionalmente a trabajar como pintor retratista, labor que compaginaba con la fotografía de retrato.
Según los datos del padrón de habitantes, José Sellier llegó a estas tierras en noviembre de dicho año, 1886, y aparece como domicilio familiar una vivienda en la calle Real número 86-2º.
En el último padrón en el que figura José, la familia sigue constituida por los mismos tres miembros. Además del fotógrafo, María Farge Michelat, su esposa, y Esteban Sellier Farge. De este último se especifica que su profesión es “empleado”.
Entre la vivienda sita en la calle Real 86, la calle comercial más notable de la ciudad en aquellos años, y la de la calle Juan Flórez 138, casa en donde habría de morir José Sellier en 1922, pasando por la calle San Andrés, 9, transcurre la actividad profesional de José Sellier Loup, de la que mencionaremos la parte fotográfica y destacaremos la parte cinematográfica.
Sellier y su esposa, en 1915
Residiendo en la ciudad herculina, José Sellier empieza a trabajar de fotógrafo con su hermano y van progresivamente adquiriendo gran fama y reputación, retratando a personajes de gran relevancia en la historia coruñesa como fueron Rosalía de Castro, Eduardo Pondal, Emilia Pardo Bazán o Lola Picasso.
Lola Ruíz Picasso, de Sellier
Poco después, al traspasarle el estudio su hermano, que regresa a Francia, José pasa a dirigir el estudio. La inquietud por esta actividad hace que esté en contacto con lo que acontece en el ámbito de la fotografía, siendo cliente habitual de los hermanos Lumière.
En La Coruña en la mano. Guía para 1887 aparece un anuncio de “Fotografía de París de Sellier hermanos”, en la calle Real 86. El establecimiento se autoproclama como “antiguo y acreditado”, siguiendo expresiones propias de aquellos años, y se dice que se han incorporado las últimas novedades en fotografía.
José además recibió importantes premios fotográficos en París, Lyon, Burdeos o Alejandría y debido a su fama (y su selecta clientela) traslada en 1890 su gabinete de fotografía al número 9 de la céntrica calle de San Andrés.
Es bastante probable que al quedarse solo Sellier, por la marcha de su hermano, tratara de acercarse, habitacionalmente, a su pariente, José Avrillon Bofill, hijo de Juan Bautista. Avrillon Bofill, que residía en la calle de San Andrés, número 11. La vivienda de José Sellier en San Andrés marca un deseo de situarse en una zona en expansión, y que competía, desde un punto de vista comercial, con la tradicional calle Real, lugar de su primer asentamiento en la ciudad.
Acompañado por su cuñado, Alejandro Avrillon, Sellier viaja con frecuencia a Paris para acceder a los últimos avances en fotografía, viajes en que eran acompañados por sus esposas, quienes traían la “última moda” y con la cual abrieron en la ciudad de A Coruña dos boutiques en la céntrica Calle Real y una sombrerería y modistería Meli Sellier, Moda Parisina de Mme. Avrillon y posteriormente La Villa de París, un edificio modernista a imitación de los grandes almacenes parisinos inmortalizados por Émile Zola
En los meses de mayo y junio de 1889, el año de la exposición universal de París, Sellier se desplaza hasta allí para conocer los últimos adelantos.
En 1890, en la Guía-indicador de R. Faginas, el anuncio de “Fotografía de París”, el texto dice que el fotógrafo se especializa “en retratos de niños”. Su actividad debe ser económicamente importante porque figura en el anuncio el número del teléfono del estudio.
En 1894 hay un progreso técnico que potencia la consecución del cinematógrafo Lumière, y no es otro que el kinetoscopio de Edison, que se trataba de una especie de hetereóscopo notablemente mejorado, pues a través de sus cristales no solo se ven las figuras y los objetos con todos los caracteres de la verdad, de bulto, como se dice en términos vulgares, sino que también de movimiento.
El corresponsal describe con prolijidad una de las vistas en la que aparece: “la Otero, que tanto furor causa en París y con tanto primor despluma a sus numerosos admiradores de allende el Pirineo. (…) Se ve a la Otero mover graciosamente brazos y piernas a compás de un aire andaluz, sonriente, provocativa; y es lo más admirable observar cómo cambia a cada giro, a cada vuelta, la expresión de su rostro, cómo se acentúa la sonrisa de sus labios, ó se desvanece a tiempo que da a su cuerpo blandas inflexiones; como recoje (sic) su falda para dar una vuelta inclinando el cuerpo graciosamente, y como, en fin, sin que se borre un instante, la figura se muestra a los ojos con todos los caracteres del ser viviente”.
En septiembre de 1896 tienen lugar las primeras proyecciones de imágenes animadas en Galicia, en A Coruña.
En 1897 José Sellier adquiere un cinematógrafo y organiza la primera exhibición del cinematógrafo en A Coruña, concretamente el día 23 de mayo de ese año. En ese momento opera también en la ciudad Marqués y Acevedo, operadores portugueses especializados en este ámbito y que estrenan títulos del catálogo de Lumière. A partir de esa fecha comienza a funcionar el cinematógrafo de su propiedad en el Bazar de la Industria, en el número 8 de la calle Real (lugar que pareciera predestinado, puesto que en 1908 se inauguró allí el “Salón París”, primera sala cinematográfica estable de la ciudad coruñesa.
Anticipándose al futuro de esta industria, Sellier solicita al Ayuntamiento de A Coruña la instalación de un pabellón en el paseo de Méndez Núñez para ofrecer cine al aire libre en los veranos herculinos, pero su petición fue denegada, por lo que, en 1897decidió acondicionar su estudio para para realizar exhibiciones cinematográficas de películas extranjeras, pero también algunas filmadas por él mismo, y que fueron las primeras películas realizadas en Galicia.
Su película titulada “Entierro del General Sánchez Bregua”, rodada el 20 de junio de 1897 se considera la primera película gallega, por conocerse sin posibilidad de duda la fecha exacta de su rodaje, aunque con seguridad habría estrenado su cámara entre marzo y abril. En esta cinta tomó fotografías del cortejo fúnebre del conocido militar a su paso por la calle Real. Sellier opta por colocar su cámara fuertemente picada sobre el cortejo fúnebre y en decidida oblicuidad con respecto a la calle, de manera que aquel atraviesa el encuadre en diagonal descendente de izquierda a derecha, hasta salir de campo por la parte inferior de este último lado. De esta forma no sólo queda constancia de la ceremoniosidad solemne del desfile (con la presencia de altos representantes militares, políticos y religiosos) sino (gracias a la profundidad de campo) de la imbricación del mismo en la vida ciudadana –“el profundo respeto y el acendrado cariño” que se le profesaba, como indica la crónica- con numerosos coruñeses asistiendo al acto, bien directamente, bien desde portales o balcones.
Entierro del General Sanchez Bregua, de Sellier
Pero que fuese la primera película resultó no ser del todo cierto, sino que, más tarde, se descubrió que ya había rodado tres, “vistas” con antelación, concretamente el mismo mes en el que adquirió el cinematógrafo a los Lumière.
Estas tres cintas captaron la realidad obrera y social de la ciudad gallega. Sus nombres eran “Fábrica de gas”; “Orzan, oleaje”; y “Plaza de Mina”. Son las más antiguas que han podido ser datadas en España, en de julio de 1896. Hoy en día no se dispone de ninguna copia, pero hay indicios de lo que podría haberse filmado en cada una de ellas.
En “Fábrica de Gas” se cree que era una filmación de la factoría ubicada en el solar del barrio de Zalaeta, donde hoy hay una escuela infantil.
Por su parte, en “Orzan, oleaje”, Sellier filmaría las grandes olas de la playa céntrica de la ciudad herculina.
Por último, “Plaza de Mina” es una vista de la que era y es una de las zonas más destacadas de Coruña. En estas películas podemos suponer sus características principales: rodadas en un exterior, con luz natural, con un plano único e inmovilidad total de la cámara, y no más de un minuto de duración (algo que venía determinado por los 17 metros de la película).
Sellier hace sus proyecciones en el bajo en donde tiene su estudio fotográfico, en la calle de San Andrés, número 9. Y comienza una actividad exhibidora comparativamente importante, puesto que -aunque no diariamente- va a proseguir con sus proyecciones hasta comienzos de diciembre, es decir, durante casi dos meses.
En 1897, además de la citada “Entierro del General Sánchez Bregua”, también rueda en este año otras creaciones propias como “Siesta interrumpida” y “La última carrera de bicicletas efectuada en A Coruña” (primera película española de tema deportivo)
Entre 1897 y 1898 rueda diversas películas: “San Jorge, salida de misa”, “Fábrica de carbón”, “Matadero, salida de operarios”, “Desembarco de los heridos de Cuba en nuestro puerto” y “Temporal en Riazor”. Grabaciones que lamentablemente se han perdido, pero que, sin duda, en su época fueron realmente innovadoras, y que en su momento decidió proyectarlas junto con las películas del catálogo de los Lumière.
Inicia una gira de proyecciones por territorio gallego. En noviembre de 1898 comienza las proyecciones en el teatro Tamberlick de Vigo, después hace lo propio en el Circo Ferrolano de la ciudad de Ferrol en enero de 1899 y proyecta también en Santiago de Compostela, donde su espectáculo se prolongó más de lo habitual debido al gran éxito alcanzado. En esta última ciudad realizó la primera exhibición cinematográfica el 22 de enero de 1900.
La repetición de las cintas de Sellier, en diversos lugares de Galicia, hace que nos temamos que las cintas tuvieran que haber sufrido un desgaste muy grande, cuando no desgarramientos irreparables. La búsqueda de alguna de esas películas, ha resultado hasta ahora infructuosa.
Se especula con que su última obra filmada sería una titulada “La Bahía”.
Sin embargo, como la mayoría de los pioneros, José Sellier no sabía que lo era, ni sabía que estaba haciendo historia, así que, tras finalizar su gira gallega, a principios de 1900, abandona su relación con el cine para dedicarse por completo a la fotografía, arte con el que llegó a obtener reconocimiento nacional e internacional. Todavía no está muy claro el por qué, pero todo apunta a una decisión comercial: el invento se extendió por España, ya había llegado a todos los puntos de la península, y se terminó la novedad, así como se redujo el volumen de ingresos.
Una joven Emilia Pardo Bazán, retratada por Sellier
En su estudio fotográfico, entonces, volvió a hacer lo que mejor sabía: retratos. “Todo coruñés había pasado por su objetivo”, aseguran los investigadores. Personalidades como Federico Fernández, fundador del Deportivo de La Coruña, posó disfrazado de indígena; el alcalde de La Coruña, Manuel Casás; Casares Quiroga o Sir John Moore desde su tumba en el Jardín de San Carlos. De hecho, la gran mayoría de estos importantes retratos —también el de Marcela y Elisa— serían hechos después de su etapa como cineasta.
Retrato Marcela y Elisa. De Sellier
En 1914, cuando el cinematógrafo se había reducido a cine y constituía una distracción pública casi dominante para los ratos de ocio de los ciudadanos, el diario “La Voz de Galicia” habla de Sellier como fotógrafo asentado en San Andrés, número 9.
Mandadeiras, de Sellier
José Sellier siguió fotografiando hasta su fallecimiento, el 21 de noviembre de 1922, cuando su corazón dejaba de latir y fallecía en su casa del número 138 de la calle Juan Flórez, en A Coruña. En la esquela publicada en La Voz de Galicia de 22-11-1922, página 5, no se indica la celebración de funeral alguno, sino solamente la hora de la conducción del cadáver al cementerio general. En la sección de necrología del mismo periódico no se hace alusión alguna a la actividad que había desempeñado en vida. Por otra parte, en el acta de defunción del Registro civil de La Coruña queda inscrito como “propietario” de profesión.
Fue enterrado en el cementerio local de San Amaro, situado tan cerca del mar que «cuando un coruñés se muere más que enterrarlo parece que lo arrojan por la borda», escribió Wenceslao Fernández Flórez.
Se iba sin saber que había sido el precursor de una nueva industria y que una de sus legendarias películas había inaugurado la historia del cine español.
Notas complementarias
El escritor gallego José María Paz Gago (Celanova 1960), uno de los máximos expertos académicos en cinematografía hispánica y europea, ha buceado en archivos y hemerotecas para rescatar la memoria de Sellier, una investigación que ha cristalizado en una prodigiosa novela “La máquina de la eternidad”, publicada por Hércules Ediciones, buque insignia de la cultura gallega.
La novela se divide en cinco partes con títulos también muy sugestivos que, siguiendo un orden cronológico, nos introducen en la compleja peripecia vital del fotógrafo y cineasta galo trasplantado a Coruña ya en la edad adulta.
La Academia Galega do Audiovisual viene concediendo, desde hace 13 años el “Premio especial José Sellier” para el reconocimiento de iniciativas destacables en el sector audiovisual gallego.
Sellier también dio nombre a una iniciativa que tuvo su primera edición en el año 2016 en A Coruña, el “Sellier Film Festival”, un evento singular pues todas las proyecciones fueron con película Súper 8, 15 o 35 mm.
En el año 2013, en la coruñesa Sala Municipal Salvador de Madariaga, acogió una exposición “José Sellier en A Coruña. Los comienzos del cine español”, dedicado a nuestro protagonista, y que sirvió para reivindicar a este desconocido pionero de la cinematografía. Adicionalmente se publicó un libro realizado bajo la coordinación de José L. De Castro Paz.
Y por otro lado, decir que este ilustre fotógrafo que hoy cuenta con una plaza en la ciudad de A Coruña, situada entre la calle Picos y la calle Pastoriza, muy próxima al lugar donde Sellier tuvo su estudio, que lleva su nombre en la ciudad herculina.
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Oleaje en el Orzán, de Sellier
Referencias
La máquina de la eternidad. José Sellier, el primer cinematografista. De Paz Gago, J.M.
José Sellier en A Coruña: Comienzos del cine español. De Castro de Paz, J.L. (coord..) y otros.
https://www.cervantesvirtual.com/obra/jose-sellier-pionero-cineasta-gallego–0/