En un intento de indagar y mostrar, de manera concisa, las características, pensamiento, acciones, trascendencia e impacto de determinados personajes históricos, hoy nos centramos en un personaje que tuvo un importante papel tanto en Italia como en América del Sur, nos referimos a “Giuseppe Garibaldi el mito del héroe romántico del siglo XIX”.
Este importante líder nacionalista y militar es una figura emblemática en Italia, pues se convirtió en un importante protagonista en la lucha por la independencia y la creación de un estado unificado en este país.
Pero también, es, algo inédito, un héroe en Uruguay y Brasil, donde participó activamente en diferentes conflictos.
Contexto histórico
A principios del siglo XIX, Italia estaba formado por diversos estados, gobernados por diferentes dinastías: los Saboya, los Borbones y los Hagsburgo.
En 1815, el Congreso de Viena redujo la península italiana a lo que había sido antes de las guerras de conquista de Napoleón: una serie de pequeños principados dispersos.
Se convirtió, para usar las palabras del diplomático austríaco von Metternich, en una simple “expresión geográfica”. Sin embargo, la experiencia de unidad bajo el yugo de Napoleón inspiró a una nueva generación de italianos nacionalistas que se propusieron trabajar en pro de la unificación. Este movimiento se conoció como el “Risorgimento”.
Biografía de Giuseppe Garibaldi
Su nombre era Joseph Marie Garibaldi.
Nació el día 4 de julio del año 1807 en Niza, localidad que en aquellos tiempos formar parte del reino de Cerdeña.
Su padre Domenico, nacido en Chiavari en la zona de Génova, era capitán de la marina mercante, su madre Rosa Raimondi, natural de Loano, en Liguria.
Garibaldi tuvo 5 hermanos.
Su primera ocupación, siendo muy joven, fue como grumete y marinero, pues estuvo embarcado más de diez años por el Mediterráneo y el Mar Negro, llegando a obtener el título de capitán de barcos mercantes.
Y sería durante este tiempo cuando Garibaldi entró en contacto con las ideas políticas reformistas que se propagaban por toda Europa.
Se instala en Génova y en el año 1824 se une al grupo la “Joven Italia”, una especie de sociedad secreta fundada por Giuseppe Mazzini, un líder independentista, que tenía como objetivo procurar la unificación de todo el país. Como consecuencia de este encuentro, nuestro protagonista se involucró activamente en la lucha por la unificación de Italia.
Garibaldi contrajo matrimonio durante su estancia en Sudamérica, concretamente con Ana Ribeiro (Anita), quien abandonaría a su marido para unirse a Garibaldi. Ambos contrajeron matrimonio en 1842, y tuvieron 4 hijos. Anita falleció cuando estaba embarazada de su quinto hijo.
Posteriormente Garibaldi se casaría dos veces más, una en 1860, con Giuseppina Raimondi con la que conviviría un breve periodo de tiempo, y posteriormente con Francesca Armosino, con la que contrajo matrimonio en el año 1880, tras 15 años de convivencia y tres hijos en común.
En 1850 escribe sus memorias, y al cabo de unos meses, el 27 de Junio de 1850, viaja a Nueva York con la esperanza de reanudar su actividad marina.
Hasta marzo de 1851, trabajó en la fábrica de velas de Antonio Meucci, conocido por inventar el teléfono antes de Alexander Graham Bell.
Se fue a Perú para participar como capitán en la marina y viajar por el mundo. En enero de 1852, obtuvo la ciudadanía peruana y el mando del Carmen barco con el que salió a la venta a China de guano y luego se fue a Manila y Australia.
En enero de 1853, se encuentra en Lima y de regreso a Boston el 6 de septiembre y luego a Nueva York, donde dejó su posición de capitán debido a un desacuerdo financiero con el armador.
En 1854 Garibaldi adquirió la isla de Caprera. Tas su retiro temporal en esta Isla, a partir del año 1967, Garibaldi se dedicó a la escritura de relatos de aventuras y sus memorias.
En el año 1870 estuvo en Francia, participando en la Comuna de París.
Sería miembro del Parlamento y en el año 1879 fundaría la “Liga de la Democracia”, que defendía, entre otras cuestiones, la emancipación de la mujer y el sufragio universal.
Pasó sus últimos años en la isla de Caprera, donde había adquirido una finca. Y allí, anciano y cansado, fallecería el 2 de junio de 1882. Su funeral fue un evento de gran magnitud, que demostró el profundo respeto y admiración que el pueblo italiano le tenía.
Y casi ciento cincuenta años después de su muerte, todavía hay dudas sobre el lugar en que reposan sus restos.
El relevante papel de Garibaldi en Italia
Garibaldi participó en un fallido movimiento de insurrección en el Reino de Cerdeña, luchando contra el gobierno absolutista. Como consecuencia, Garibaldi fue condenado a muerte, por lo que puso tierra por medio, navegando por el Mediterráneo con un nombre falso hasta que en 1836 decidió exiliarse a América del Sur y partió rumbo a Río de Janeiro.
En el año 1848, Garibaldi decide regresar a Italia desde su exilio en Sudamérica, para unirse a las fuerzas revolucionarias de la Segunda Guerra de la Independencia contra los austriacos y los franceses que asediaban la Roma republicana. Y es que pese a ser un republicano convencido, Garibaldi se unió a las fuerzas del Rey Carlos Alberto de Cerdeña, en su guerra contra Austria.
Obtendría importantes victorias en los campos de batalla, lo que le valió el reconocimiento como líder militar. Se unió al Risorgimento, un movimiento en pro de la unificación de Italia.
A finales de 1848 el papa Pío IX, temeroso de las fuerzas liberales, abandonó Roma, adonde se dirigió Garibaldi junto a un grupo de voluntarios. En febrero de 1849 fue elegido diputado republicano en la asamblea constituyente, ante la cual defendió que Roma debía convertirse en una república independiente. En abril se enfrentó a un ejército francés que intentaba restablecer la autoridad papal, y lo propio hizo en mayo ante un ejército napolitano, frente al que salió derrotado.
Finalizada la guerra, Garibaldi se convertiría en un adalid de la defensa de la unificación de Italia, formando incluso su propio ejército “Camisas Rojas”, conocido también como la expedición de los Mil, al frente del cual conquistaría, en el año 1860, Sicilia y Nápoles, que formaban parte del Reino de las Dos Sicilias, del dominio de la Casa Borbón.
Y fue precisamente en esta contienda donde se produjo la batalla de Volturno, en un enfrentamiento por la ciudad de Capua. Con unas fuerzas en inferioridad numérica, Garibaldi demostró su genio como estratega militar para derrotar a sus enemigos.
En 1852 Camillo Benso, conde de Cavour, fue nombrado primer ministro del Piamonte, donde reinaba Víctor Manuel II. El conde de Cavour le concedió a Garibaldi, dos años después, el mando de las fuerzas piamontesas en lucha con las austriacas. Garibaldi venció en Varese y Como, ambas en mayo de 1859, y entró en Brescia al mes siguiente, con lo cual el Reino de Lombardía se apropió del Piamonte.
Conseguida la paz en el norte del país, Garibaldi se dirigió a Italia central. El rey del Piamonte, Víctor Manuel II, dio al principio su apoyo a un ataque contra los territorios papales, pero a última hora le pareció demasiado peligroso y lo obligó a abandonar el proyecto.
Garibaldi aceptó la renuncia y se mantuvo fiel, pero la cesión de Niza y Saboya a Francia por parte de Cavour y Víctor Manuel le pareció un acto de traición y decidió actuar por su cuenta. Como por el norte un acuerdo era imposible, decidió forzar la unificación conquistando el Reino de Nápoles, bajo soberanía borbónica. En mayo de 1860, al frente de un ejército de un millar de hombres (la expedición de los mil o de los camisas rojas), se apoderó de Sicilia y en septiembre entró en Nápoles, que cedió a Víctor Manuel II.
Sería dictador de Sicilia durante apenas 6 meses en el año 1860.
Empezaría entonces una etapa de enfrentamientos políticos y militares, incluso la intervención de potencias extranjeras. Pese a todos, por fin en el año 1861, el Reino de Italia fue proclamado, convirtiéndose Víctor Manuel II en el primer rey.
Pero en este nuevo escenario Garibaldi no se encontraba satisfecho, pues Roma seguía siendo ciudad papal. Con la consigna “Roma o la muerte” intentó durante años luchar contra el poder pontificio, sin demasiado éxito, hasta qué en 1862, en la batalla de Aspromonte, cayó herido y fue hecho prisionero.
Tras ser amnistiado, pasó a presidir el Comité Central Unitario Italiano, y entonces decidió ofrecer sus servicios a Francia. Fue elegido diputado para la Asamblea de Burdeos en el año 1871 y diputado al Parlamento italiano en 1875, cargo del que acabaría dimitiendo, debido a que no se cumplían sus aspiraciones republicanas, pese a lo cual pocos años antes de su muerte el Parlamento le asignó una pensión vitalicia por los servicios prestados.
Garibaldi en Sudamérica
Como consecuencia de su periodo de exilio, Garibaldi vivió en Sudamérica entre los años 1836 y 1848. Y como es de imaginar, participó activamente en varios conflictos bélicos, apoyando las causas que el entendía defendía la libertad o la independencia de las colonias que todavía existían en este Continente, mayoritariamente españolas y portuguesas.
Una vez en tierras brasileñas, e instalado en Río Grande del Sur, se convirtió en comerciante, al tiempo que seguía manteniendo contactos con la “Joven Italia” y también con una logia masónica, a la que se unió, el “Asilo di Vertud”.
También estableció contactos con un líder de Rio Grande, que buscaba la independencia de Brasil. Así, Garibaldi se vio inmerso en la “Revolución Farroupilha”. Lo hizo al mando de una flota, donde mostró sus habilidades militares, pero también le sirvió para exponer sus ideales de igualdad y lucha por la libertad.
Unos años más tarde Garibaldi cambia de residencia, trasladándose a Montevideo, en Uruguay, donde había una enorme comunidad de italianos.
En el año 1842 es nombrado capitán de la flota uruguaya en la lucha que mantenían con el dictador argentino Juan Manuel de Rosas.
Pero en esta contienda, nuestro protagonista fue vencido por las fuerzas del almirante Guillermo Brown, y cayó cautivo, pero también conocería a la mujer que sería su primera esposa.
En este país había un conflicto manifiesto entre los dos bandos: los blancos, del presidente Manuel Oribe, y los colorados, del general Fructuoso Rivera. Este conflicto se había internacionalizado, pues también participaron en él Brasil, Gran Bretaña y Francia.
Garibaldi, siguiendo su instinto luchador, creo la “Legión italiana” y se alineó en el bando de los colorados, obteniendo importantes victorias y acrecentando su mito.
Durante su estancia en Montevideo se unió a la Logia Masónica “Les amis de la Patrie”, dependiente del Gran Oriente de Francia.
Años más tarde, el Papa Pio IX proclamó una amnistía para todos los italianos exiliados. Garibaldi aprovechó este hecho para regresar a Italia en el año 1848.
Un mito en vida
Si bien Garibaldi ha pasado a la historia como un héroe, un personaje casi de leyenda, él también tuvo una vida con menos épica y glamour, pues trabajó como fabricante de velas en Nueva York, fue profesor de matemáticas en Uruguay, ingresó en la masonería, en la que alcanzaría el máximo grado y prestigio.
Se dice que dos antes de su visita a Londres, el presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln, desesperado por las derrotas causadas por el ejército confederado durante la guerra civil estadounidense, ofreció el mando de las fuerzas del norte al general italiano.
Garibaldi le contestó que estaba dispuesto a aceptar su oferta, pero con una condición: que el objetivo declarado de la guerra fuera la abolición de la esclavitud. Pero en esa etapa, Lincoln aún no estaba preparado para hacer tal declaración, por temor a empeorar una crisis agrícola, y el trato con Garibaldi nunca se concretó.
Durante los 75 años de su vida fue detenido nueve veces por la policía de distintos países y condenado a muerte por el Reino de Cerdeña. Fue asaltado por piratas y herido de gravedad varias veces en batalla.
Integró varios Parlamentos y fue general de varios ejércitos. Se casó tres veces y tuvo al menos ocho hijos. Escribió novelas, poemas y varias memorias. Pero, sobre todo, se convirtió en un pilar inquebrantable de la retórica patriótica italiana: aún hoy el de Garibaldi es segundo en la lista de los nombres más comunes de calles y plaza en Italia, solo superado por el de Roma.
Los más grandes escritores, entre ellos el francés, Victor Hugo, Alejandro Dumas, George Sand mostraron su admiración y lo consideraron un héroe del romanticismo épico de esa época.
Conclusiones
Garibaldi ha pasado a la historia como un destacado líder y militar italiano, que se convirtió en una figura emblemática de la lucha por la independencia y la creación de un estado italiano unificado.
Dedicó la práctica totalidad de su vida para defender sus ideales, la justicia y la libertad. Era un ferviente defensor de los ideales republicanos y democráticos. Creía en la igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos, y se oponía al poder absoluto y a las monarquías autoritarias.
Aunque Italia finalmente se unificó bajo una monarquía, Garibaldi continuó abogando por reformas democráticas y sociales.
Su causa fue siempre la libertad por encima de todo lo demás. “Que me siga aquel que ama a su país con el corazón y no solo con los labios”, dijo.
Fue un convencido republicano, pero reconociendo la autoridad monárquica de Carlos Alberto y Víctor Manuel II, la columna vertebral de la acción unitaria.
La famosa expedición de los Mil será el elemento culminante de su acción, pues conquista el sur de la península que convierte en rey de Italia a Víctor Manuel II.
Aunque Garibaldi es ampliamente reconocido como un héroe y unificador de Italia, también generó controversia debido a sus ideales republicanos y su oposición al poder papal en Roma. A pesar de sus diferencias con la corona y la Iglesia, su legado como líder militar y defensor de la libertad y la unidad sigue siendo admirado hasta el día de hoy.
Como consecuencia, Garibaldi se ha convertido en un icono nacional en Italia. Encontrando en la actualidad numerosas representaciones de su persona, tanto en monumentos como estatuas, placas, etc.
Su figura se ha convertido en una leyenda tanto en Europa como en América.
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Referencias
Memorias. De Garibaldi, G.
Garibaldi: Invención de un héroe. De R. L.
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Giuseppe Garibaldi» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/garibaldi.htm [página consultada el 9 de diciembre de 2024].
González, María y Guzmán, Jorge (2017, 31 31Europe/Madrid mayo). Giuseppe Garibaldi. Historia Universal. https://mihistoriauniversal.com/biografia/giuseppe-garibaldi
https://www.biografias.es/famosos/giuseppe-garibaldi.html
https://historiauniversal.org/giuseppe-garibaldi/
https://historiaybiografias.com/biografia_garibaldi/
https://redhistoria.com/biografia-de-giuseppe-garibaldi-heroe-en-dos-continentes/