El teatro, en tanto que es una de las actividades culturales y artísticas más antiguas que conoce la humanidad, si bien tiene sus orígenes en tiempos anteriores, alcanza una especial significación, en cuanto arte escénica, durante la vigencia de la antigua Roma. Por ello, hoy os invitamos a que nos acompañéis en un viaje panorámico por “el teatro en la antigua Roma”.
En el mundo romano el teatro era un espectáculo que formaba parte integral de la vida, y es sin duda otro gran legado que nos ha dejado esta civilización.
A través de sus obras y estructuras teatrales, los romanos no solo entretenían a sus ciudadanos, sino que también transmitían valores, enseñanzas y reflejaban la complejidad de su sociedad.
En Roma, el teatro fue pensado para divertir a las masas, y en ocasiones un espectáculo que hacía pasar un momento grato a la muchedumbre. El público en general disfrutaba de la magia del teatro, pues la entrada era gratuita.
Antecedentes
Un rápido vistazo a la presencia de las artes escénicas en la antigüedad nos lleva hasta la prehistoria, cuando aquellos antepasados nuestros se reunían para celebrar ritos en los que danzaban. Si bien, realmente no es teatro propiamente dicho, si era un espectáculo en el que se combinaban creencias, supersticiones y ritos mágicos. El significado era en todo caso simbólico para el propio grupo, y era una forma de expresión en la que, al menos en algunos momentos, los individuos participantes expresaban y exponían su status o cambio de status dentro del grupo al que pertenecían.
La expresión corporal tenía ya una gran presencia y servía para transmitir emociones, repitiendo gestos, realizando expresiones faciales, moviendo el cuerpo, brazos y piernas, incluyendo en muchos casos el uso de un cierto tipo de vestuario, formado por pieles de animales o elementos vegetales.
Si avanzamos hasta el siglo VI a.C., encontramos los orígenes del teatro en la Grecia clásica. En primer lugar, en las fiestas que se celebraban en honor al Dios Dionisos y en la que, entre otros actos, se representaban varias comedias y tragedias.
Ya en Roma, el teatro resulta ser, como en tantos otros ámbitos, una copia del teatro griego. Se desarrolló hacia el siglo III a.C. Aunque también es cierto que existe una cierta controversia, ya que algunos autores hablan de un posible origen etrusco del teatro romano, pero esa no es una cuestión que vamos a abordar en este post.
El teatro romano evolución significativamente con la realización del primer estreno teatral en el año 240 a.C., obra de Livio Andrónico, un evento que marcó la transición del teatro, pasando de ser una actividad exclusivamente religiosa para pasar a convertirse en una forma de entretenimiento público.
El teatro romano se enmarca en el “otium” (cosa de ociosos) que se diferenciaba de las actividades que forman parte del “ludi” (juegos) con era el caso del circo romano. El otium era una actividad ideal para desconectar de los problemas diarios, despejando la mente, y para ello se representaban obras que podían entretener o divertir, caso de las comedias, u otro tipo de obras más encaminas a impresionar las emociones, como era el caso de las tragedias.
Las representaciones (ludi scaenici) tenían lugar en el marco de grandes fiestas públicas, como los ludi apollinares, celebrados en julio en honor de Apolo, o los ludi romani, organizado en septiembre en honor de Júpiter.
Gran parte de las representaciones en Roma tuvieron un carácter ritual de invocación a los dioses; no sólo fue religioso su origen, sino que incluso llegaron a formar parte del culto. Por otro lado, algunos rasgos indican que muy pronto se convirtieron en un espectáculo público más.
El espectáculo teatral no se concebía como destinado a interpretarse indefinidamente, sino que se veía como algo efímero, pues las obras se representaban generalmente una sola vez.
Tenía un carácter popular, y las obras eran adaptadas al público.
El teatro en la antigua Roma
E n primer lugar hay que decir que en Roma, al igual que había anteriormente sucedido en Grecia, el teatro era un género poético, es decir, era poesía dramatizada.
Las compañías de teatro, denominadas greges o catervae, eran de carácter profesional y estaban dirigidas por un empresario (dominus gregis), que solía ser el director de escena y, a menudo, también actor.
Tanto los papeles masculinos como los femeninos eran interpretados por hombres, travestidos con pelucas o máscaras.
Normalmente, los actores (histriones) eran esclavos y libertos, siempre hombres, salvo en el caso del mimo. Las representaciones eran gratuitas, de acceso libre a mujeres, niños y esclavos, y estaban subvencionadas por los magistrados públicos, en particular los ediles, con el fin de ganarse el favor popular en las elecciones.
Los actores en los teatros romanos eran considerados como artistas y eran muy respetados en la sociedad romana. Interpretar obras de teatro era un oficio reconocido y los actores eran contratados por los patrocinadores de los espectáculos.
En el teatro romano, los actores llevaban máscaras para representar a los diferentes personajes y utilizaban gestos exagerados y expresiones faciales para transmitir emociones y comunicar con claridad al público. Entre los personajes se encuentran:
- Puppus, el viejo estúpido.
- Dosenus, conocido como el “jorobado”.
- Buccus, el glotón.
- Maccus, el atolondrado.
Respecto al vestuario que se utilizan en el teatro romano, los actores llevaban túnicas largas y sandalias de cuero. Algunos llevaban capas o mantos, dependiendo del personaje que interpretaban. Lo más curioso es que las túnicas tenían diferentes colores según el personaje: los héroes llevaban túnicas rojas, los villanos llevaban túnicas negras y los personajes secundarios llevaban túnicas verdes o azules.
En cuanto al maquillaje, los actores llevaban máscaras que representaban las emociones de su personaje. Había máscaras de comedia, tragedia, ira, miedo, entre otras. Además, el maquillaje era muy importante para resaltar los rasgos faciales y hacer que los actores fueran más visibles para el público.
Respecto a la estructura de las tragedias y comedias, las obras estaban divididas en partes fijas. La parte más amplia se conoce como acto, y se subdivide en escenas.
La tragedia en Roma no innova en cuanto a la estructura griega. Por tanto, a las partes dialogadas se suceden las partes entonadas por el coro. Cada una de estas partes dialogadas es lo que podemos entender como un acto de la obra, hasta un total de cinco.
El teatro latino siempre es en verso. La métrica es variada. Abunda el llamado senario yámbico. En la comedia la métrica es relajada y ágil. El parecido a la lengua de la calle hace que apenas se pueda distinguir la estructura métrica de sus versos.
Tipos y géneros del teatro romano
En la literatura latina encontramos que a las obras que iban a ser representadas se les conoce con un nombre: “fábula”, independientemente de que se tratasen de tragedias o comedias.
En una primera distinción podríamos referirnos a estos dos tipos de obras dramáticas diciendo que en la tragedia se trataban sobre todo temas mitológicos, y en consecuencia los protagonistas eran dioses y héroes. Plantea graves problemas morales derivados de las pasiones humanas, y presenta una acción seria, de tono elevado, caracterizada por un lenguaje solemne.
Por el contrario, en la comedia los asuntos tratados se referían a la vida cotidiana y los protagonistas eran hombres mundanos, con más vicios que virtudes. En el primer caso se utilizaba un lenguaje más refinado y en el segundo más desenfadado e incluso grosero.
Y centrándonos ya en la denominación genérica, tendríamos que hablar de cuatro tipos de fábulas:
Dentro de las tragedias:
- La fábula crepidata o cothurnata, que era una tragedia de argumento griego; se caracterizaba porque los actores usaban el “coturno” o bota alta, característica de los actores trágicos griegos. Ejemplos de este tipo incluyen las tragedias de Séneca, como «Fedra» y «Edipo», que exploraban las emociones humanas profundas y los destinos trágicos.
- La fábula praetexta, una tragedia de argumento romano. Toma el nombre de la “toga praetexta”, vestidura blanca con banda púrpura que llevaban los actores que la representaban; su carácter típicamente romano y también solemne. Estas obras eran más cercanas a la historia y leyendas de Roma, proporcionando un contexto cultural más específico y resonante para los espectadores romanos.
- La fábula trabeata, un tipo de drama que reflejaba el ambiente de la clase media romana
En las comedias, distinguimos:
- La fábula palliata, una comedia de ambiente griego e inspirada en obras de autores griegos. Recibía este nombre porque los actores se cubrían con el “pallium” o manto griego. Las comedias de Plauto y Terencio son ejemplos clásicos de este subgénero.
- La fábula togata, que era una comedia sobre temas y personajes romanos. Los actores vestían la toga, prenda que vestían los ciudadanos comunes en Roma. Estas obras reflejaban la vida cotidiana y los conflictos sociales de Roma, ofreciendo una visión humorística y crítica de la sociedad romana.
Además de las tragedias y comedias, el teatro romano también incluía el mimo y el pantomimo, géneros que se destacaron especialmente durante el Imperio Romano.
- Mimo: Estas eran actuaciones cómicas y a menudo burlescas que no utilizaban máscaras, a diferencia de otros géneros teatrales romanos. Los mimos incluían diálogos y eran conocidos por su contenido licencioso y satírico. Con el tiempo, este género permitió la participación de mujeres, lo cual era inusual en otros tipos de teatro.
- Pantomimo: A diferencia del mimo, el pantomimo no incluía diálogos y los actores utilizaban máscaras para interpretar sus roles. Estas representaciones eran dramáticas y se centraban en la expresión corporal para comunicar la historia, a menudo basadas en mitos y leyendas. El pantomimo se convirtió en una forma de entretenimiento muy apreciada en la Roma imperial.
Un género menos conocido, pero igualmente importante fue la citarodia, donde los intérpretes cantaban piezas de distintos géneros acompañándose de la cítara.
Y si hablamos de autores romanos en el ámbito del teatro, tenemos que hablar de los tres mayores poetas latinos:
- Plauto, comediógrafo. De origen humilde, era oriundo de la región italiana de Umbría. Vivió entre los siglos III y II a.C.
Fue el único autor verdaderamente popular del teatro latino. Se estima que creó unas 130 obras, de las que 21 serían comedias. Creaba situaciones originales y típicas del gusto romano. Hace referencias a los dioses y lugares y costumbres reconocibles por los romanos. Escribe diálogos vivos, llenos de doble sentido, con gran dosis de humor y gracia. Al integrar las partes cantadas en la acción, convirtió la comedia en un vodevil (un espectáculo con varios números de acróbatas, cómicos, malabaristas, magos, …). Entre sus obras: El soldado fanfarrón, Anfitrión, La comedia de los asnos, La comedia de la olla, Los gemelos, El tramposo, La Aulularia, Miles Gloriosus, …
Todas las comedias van precedidas de un prólogo en el que uno de los personajes cuenta el argumento de la obra y solicita el favor del público para la representación. Los personajes de las comedias de Plauto responden a estereotipos muy característicos y aunque en algunas ocasiones el asunto puede ser de tipo moralizador o ejemplificante, predomina el tono de la farsa.
Plauto usó la lengua popular en sus escritos, combinó los juegos de palabras y, al mismo tiempo, alegró las escenas mediante el canto y la música.
- Terencio, comediógrafo. Esclavo, de origen africano, vivió en el siglo II a.C. Escribió 6 comedias, todas del género “palliata”. En sus obras incluye poco movimiento escénico. Escribía en latín puro y refinado. Sus obras más conocidas: La muchacha de Andros, El torturador de si mismo, El eunuco, Formión, La suegra, Los hermanos, …
Las comedias de Terencio se caracterizan por la helenización completa de forma y contenido, la tendencia a la supresión de motivos populares y su intencionalidad ética y moralizante. Dirigidas a un espectador culto, sus comedias carecen de la espontaneidad y frescura del teatro de Plauto, así como de los recursos destinados a provocar la carcajada fácil.
El comediógrafo no obtuvo tanto éxito como Plauto, pero sí recibió reconocimientos en cuanto a sus personajes, atribuyéndoles un sentido más humano.
- Séneca, trágico. Nacido en Córdoba, España, destacó por la elocuencia de sus obras relacionadas a la humanidad, la avaricia, el poder, la crueldad, la moralidad y los acontecimientos inesperados de la vida. Escribió en el siglo I d.C.
Filósofo estoico, escritor y político, fue preceptor del emperador Nerón que le acusó de participar en una conspiración contra él y le obligó a suicidarse.
Sus obras se pueden dividir en cuatro apartados: los diálogos morales, las cartas, las tragedias y los epigramas.
Se han conservado 9 obras teatrales suyas, todas de temática mitológica griega, como Hércules enfurecido o Las troyanas. Otras de sus obras son: Hercules furens, Phoenissae, Medea, Troades, Oedidpus, Agamemnon, …
El escritor siguió los modelos de literatura clásica griega y, en su estilo de prosa vibrante, también narraba sobre las deidades. En sus escritos se observa el uso de términos metafísicos.
Séneca utilizó perfectamente el lenguaje poético, dándole un toque intenso, además de los himnos corales, donde resaltaba su amor por la naturaleza.
Trata el mito de forma muy libre, convirtiéndolo en un mero pretexto para aludir a sucesos políticos contemporáneos.
La arquitectura para el teatro
Los teatros desempeñaban un papel crucial en la vida cotidiana de los romanos. Eran lugares donde se congregaba la sociedad romana para disfrutar de espectáculos, como obras de teatro, mimos, acrobacias y concursos musicales. Además, los teatros también eran utilizados como espacios para celebraciones religiosas y políticas, como las festividades en honor a los dioses o las reuniones del Senado romano.
Los anfiteatros, ubicados estratégicamente en plazas públicas, facilitaban el acceso a las masas, permitiendo a los políticos dirigirse directamente a la población.
Esta práctica subrayaba la importancia del teatro como un medio para influir y manipular la opinión pública.
Los teatros romanos eran considerados como símbolos de poder y grandeza. Su construcción era financiada tanto por el Estado como por individuos adinerados, y su diseño arquitectónico era impresionante. Los teatros se ubicaban en lugares prominentes de las ciudades, como en las colinas o en las plazas principales, y su tamaño y ornamentación reflejaban el estatus y la importancia de la ciudad en el Imperio Romano.
Los teatros romanos se caracterizaban por su diseño semicircular, con una estructura escalonada que permitía a los espectadores tener una visión clara del escenario.
El escenario se encontraba en un extremo del teatro y estaba separado de la audiencia por una pared llamada “proscenio”. Los teatros también contaban con una orquesta circular, donde se ubicaban los músicos, y una cávea, que era la zona destinada para los espectadores. Los teatros más grandes podían albergar hasta 20.000 personas.
La disposición de los asientos en los teatros reflejaba la estratificación social de la época. La cavea, o área de asientos, estaba dividida en varias secciones:
- la proedria era la zona más importante, reservada para los senadores y dignatarios,
- la ima cavea albergaba a los caballeros,
- la media cavea era para los ciudadanos libres, y
- la summa cavea estaba destinada a los esclavos y libertos.
Esta organización estricta aseguraba que las clases sociales no se mezclaran, reflejando la jerarquía y el orden social romano.
A pesar de haber alguna excepción, las gradas se construían con mampostería y hormigón y no se ubicaban en la ladera de un monte. Estaban sostenidas por todo un sistema de bóvedas que permitía el tránsito bajo ellas de los espectadores que accedían a sus asientos a través de escaleras que conducían a los vomitorios para que éstos se distribuyeran por sus asientos. Además, y a diferencia de en el caso griego, en Roma las gradas nunca sobrepasaban la orchestra.
El proscenio sí mantuvo la misma funcionalidad que en Grecia como una plataforma donde actuaban los actores.
Por último, la scaena era mucho más alta que en Grecia, coincidiendo con la anchura del semicírculo de la orchestra y no sobresalía de las gradas.
Como elemento característico del teatro romano, existía un espacio llamado pórtico, una construcción adyacente al teatro donde el público se refugiaba en caso de lluvia.
Conclusiones
El teatro romano es una de las manifestaciones artísticas más importantes de la antigua Roma. Esta forma de arte se caracterizó por la grandiosidad de sus escenarios y la complejidad de sus producciones.
El teatro en la antigua Roma fue una forma de arte popular que combinaba la tragedia y la comedia. Las representaciones teatrales se llevaban a cabo tanto en espacios públicos al aire libre como en teatros cubiertos, y contaban con actores que utilizaban máscaras y gestos exagerados para transmitir emociones. Estas obras teatrales abarcaban temas diversos y servían tanto como entretenimiento como para transmitir mensajes políticos y sociales.
Pero el teatro romano no solo era un lugar para disfrutar del arte dramático, sino también un espejo que reflejaba la estructura social y las normas de la antigua Roma. El protocolo que rodeaba estas actuaciones arroja luz sobre cómo los romanos de diferentes clases sociales interactuaban y se relacionaban en un contexto de entretenimiento.
El teatro romano es en todo caso un gran legado cultural.
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Referencias
https://gmhistoria.com/las-obras-de-teatro-del-imperio-romano/
https://www.ies-ramonycajal.com/files/EL_TEATRO_EN_ROMA_HISTORIOGRAFA.pdf
https://romanainsolentia.com/2022/12/22/el-teatro-griego-y-el-romano-como-se-diferencian/
https://es.slideshare.net/slideshow/el-teatro-en-la-antigua-roma/23427646