Con esta entrada, empezamos una serie para contaros algunas cosas sobre los hábitos en el vestir en la Roma imperial. Hoy lo hacemos centrándonos en la ropa masculina.
Cuando queremos referirnos a una sociedad, o mejor aún, a una gran civilización, la mejor manera de hacerlo es acudiendo a sus patrones culturales. Y en este sentido, la vestimenta supone una parte de la cultura de una nación. A través de ella, podemos conocer sus gustos, su poder de creatividad y adaptación al medio en el que viven, etc. La propia sociedad la que imponía reglas sobre la vestimenta, de tal manera que permitiera identificar el poder o clase del individuo. Un conjunto de leyes fue promulgado regulando fuertemente la distinción y diferenciación social en base a la vestimenta, cuyo alcance podemos trazar con el objeto de asegurar que los ciudadanos no aristocráticos con el dinero suficiente pudieran emular ser de la aristocracia mediante sus . Este conjunto de diferentes leyes es conocido como las “Sumtuaria Leges” -leyes suntuarias-. Entre otras cosas, determinaban que tipo de ropa y colores podrían utilizar individuos de diferentes clases. Esto haría simple identificar a simple vista rangos y puestos. Cabe destacar que este tipo de leyes, aplicadas en la práctica por los Censores, tuvieron vigencia durante los tiempos Republicanos. En los tiempos Imperiales fueron quedando prácticamente obsoletas y en desuso.
En el caso de Roma, la vestimenta era un símbolo nacional y de status social, de tal manera que observando a un habitante del imperio, podríamos determinar si se trataba de un pobre o rico. E incluso, si observásemos a dos romanos ricos podríamos saber si era titular de un cargo público, si se trataba de un patricio o cualquier otro signo de status. Y como es habitual en la historia de la humanidad, los elementos principales de vestimenta romana fueron siendo adaptados de otras culturas. La toga de los etruscos, las túnicas de los griegos, incluso hasta el calzado. Esto no significa que lo tomaran tal cual lo encontraron. Los romanos, prácticos y eficientes, fueron moldeando las prendas para convertirlas en un emblema. Utilizaban una variedad de materiales para la confección de las prendas, pero sin duda el más habitual era la lana era el tipo de material más utilizado, seguramente porque habría gran disponibilidad y por la facilidad de su tratamiento. No obstante, dependiendo del poder adquisitivo de la persona en cuestión las prendas podían ser de algodón, lino o seda. Las mujeres patricias de buen pasar prácticamente utilizaban exclusivamente seda para sus chitones.
Por otro lado, las decoraciones de las prendas eran un punto importante a la hora de definir el gusto de los romanos. Los adornos de perlas -uno de los tipos preferidos de joyas por las mujeres- eran muy utilizados para adornar desde los broches en las túnicas hasta las mismas sandalias o zapatos. Diferentes tinturas eran utilizadas para decorar la ropa. La purpura -una tintura muy costosa obtenida de los moluscos y considerada de excelente gusto- y otras tinturas de origen vegetal, también eran utilizadas para embellecer las prendas.
Diferenciamos distintos tipos de piezas principales: interiores (indutus), exteriores (amictus) y calzado. Sobre el calzado haremos una entrada sobre ello, por lo que no lo trataremos en esta. En cuanto a la ropa interior, su uso o estaba muy difundido hasta antes de la República. Se sabe que los trabajadores utilizaban un subligar o un subligaculum, prenda rectangular de lino o lana que generalmente cubría la cintura y también el vientre, y vendrían a ser lo que hoy en día son unos calzoncillos. Posteriormente los lucirían los atletas y gladiadores. Más tarde aparecerían dos nuevos tipos de ropa interior: la subucula, parecido a lo que hoy en día sería una camiseta interior, con la que se solía dormir; y la camisia, parecida a una camisa actual. Estas dos últimas prendas solían estar fabricadas en lino, aunque la camisa también podía ser de lana, según su uso y época.
Centrándonos ya en las prendas exterior, entre las que distinguían a hombres romanos se encontraba la toga, la cual se convirtió no solo en una prenda de vestir sino que también en un símbolo nacional, ya que solo podía ser utilizada por un ciudadano romano. Aunque en el principio la vestían tanto hombres como mujeres esta luego pasó a ser de uso exclusivo de los hombres. La toga fue tomada de los etruscos y adaptada a las necesidades romanas. En un principio su utilización era simple y solamente enrollaba el cuerpo del que la vestía. Posteriormente, complicados pliegues y dobleces hacían requerir algunas veces de la ayuda de un esclavo especializado para vestirse. Un único trozo de tela de forma elíptica (dimensiones alrededor de unos 5×2 metros), que se coloca difícilmente mediante pliegues y vueltas. No podían llevarla extranjeros ni quienes habían perdido el derecho de ciudadanía romana. Esta enorme tela, se apoyaba en el hombro izquierdo y se iba enrollando alrededor del cuerpo formando multitud de pliegues. Su color solía ser el natural de la lana, un tono blanquecino, pero en caso de estar de luto, los ciudadanos romanos usaban una toga negra. La incomodidad que presentaba este proceso llevó a que con el tiempo se dejara de lado y se convirtiera más que nada en un “uniforme” para reuniones formales o eventos importantes. La toga era un vestido que mostraban los ciudadanos en público. Era un trozo de lana blanca gruesa en invierno y fina en verano. Según los adornos que llevaras en la toga se le llamaba de formas distintas:
– Toga pura: De un solo color, blanco o crema, característica del ciudadano común. Si no se llevaba ningún complemento.
– Toga praetexta: Llevaba una orla púrpura , de diferente anchura según la dignidad de quien la llevase. Era propia de los sacerdotes y los magistrados, y también los jóvenes de familia noble antes de casarse.
– Toga Cándida, totalmente blanca, característica, durante las elecciones, de los candidatos a las magistraturas. Se trataba de una toga normal pero blanqueada con yeso.
– Toga picta o palmata, de color púrpura y decorada con oro. La llevaban los generales en los desfiles de triunfo. La toga picta iría evolucionando para desembocar en la toga purpurea.
– Toga purpurea: Era totalmente púrpura o con algo blanco, era parte de la indumentaria de los cónsules en actos importantes y más tarde de los emperadores.
– La toga virilis, utilizada por los ciudadanos romanos comunes una vez que alcanzaban la mayoría de edad (entre los 16 y 17 años). La túnica y la toga solían ser del color natural de la lana virgen.
– La toga de caballero, reconocible por las dos franjas de púrpura estrechas o angustus clavus.
– La toga de Senador, reconocible por los calceti rojos y las rayas de color púrpura de cuatro dedos de anchura.
– La Toga propia de un magistrado en ejercicio. La anchura de las franjas púrpuras dependían de si era senador o caballero. A esta túnica se la llamaba la toga praetexta.
– La toga trabea, de diferente colores, con franjas escarlatas, color rojo muy vivo y púrpuras. La levaban los sacerdotes encargados de predecir el futuro.
– La toga pulla, que era la toga de luto. De color negro o gris oscuro que se usaba cuando se estaba de luto. Si el enlutado era un senador se ponía una túnica con las franjas de púrpura estrechas de los caballeros.
A principios del siglo II se cansan de la toga, y a partir de entonces, se reserva para las ceremonias oficiales y se reemplaza por la lacerna, que es un largo chal plegado con aberturas para los brazos, o por dos capas de importación extranjera, el sayo y la chlaina griega, que se convierte en el palio. La paenula que era una capa para los esclavos, y es distinta para los hombres y para las mujeres.
La túnica, otro elemento de vestir, fue tomada de los griegos y adaptada a las diferentes necesidades de la sociedad, con la única condición de que resultase cómodas para facilitar su uso. La paenula era un manto con una abertura (parecido a un poncho actual), y podía ser de forma cuadrada o rectangular, con dimensiones ajustables a cada persona. Aunque no era una prenda exclusiva de los pobres, lo cierto es que era utilizado prácticamente por todos ellos. Había paenulas con capucha y sin ella.
Los trabajadores utilizaban una túnica de una tela de mayor resistencia que les permitiera realizar los duros trabajos del campo. Los soldados también tenían sus túnicas especiales que le otorgaban comodidad y resistencia a las duras condiciones de los terrenos extranjeros donde combatían. En el plano social la túnica era una prenda de entrecasa y las familias patricias no vestían las túnicas porque preferían utilizar las togas para demostrar que eran tradicionales. Si bien algunas familias patricias tradicionales se negaban a vestir túnica y preferían solo utilizar la toga, para así demostrar su apego a la tradición. Su hechura podía variar mucho de modelo a modelo pero su confección era prácticamente similar en todos los casos. Estaba formada por dos piezas de lana cosidas en los costados, y se dejaba un espacio a cada lado para los brazos y otro para la cabeza. Se fija con un cinturón. Los hombres la llevaban hasta las rodillas por la parte frontal, y más larga por detrás; las mujeres la llevaban hasta el talón. Según la clase social se ornamentaba con bandas y colores. Las túnicas no tuvieron mangas hasta épocas más tardías.
Por último y como curiosidad, comentar que algunos emperadores fueron apodados bajo sus preferencias al vestir. Por ejemplo Calígula, por las caligasm o Caracalla por la Caracalla talaris.