Numerosos personajes se han significado a lo largo de la historia, por su influencia sobre las clases regentes y poderosas. Todas las naciones y pueblos han conocido validos, asesores, primeros ministros, consejeros, o cualquier otra denominación que se le asignase, y que tuvieron una relevancia pública considerable.
Hoy nos centramos en uno de ellos, Grigori Rasputín, un pope ruso, que influyó de manera importante en la corte zarista a finales del siglo XIX e inicios del XX.
Fue conocido por sus poderes sobrenaturales, sus milagrosas curaciones y la influencia que tuvo sobre Nicolás II, el último zar de Rusia.
Rasputín trabajó como consejero del último zar de Rusia, Nicolás II, y su papel fue determinante para la caída de los zares
Un personaje enigmático, conocido como el “monje loco”. Un místico cuya vida, todavía hoy, está llena de misterios
Biografía de Rasputín
Su nombre completo era Grigori Yefímovich Rasputin.
Nació el día 21 de enero (9 de enero en el calendario juliano) de 1869. Era hijo de Anna Parshukova y Yefim Rasputín. Grigori fue el quinto de nueve hijos. Solo sobrevivieron dos, él y su hermana Feodosia. Era una familia humilde de campesinos.
Se crió en la aldea de Pokróvskoye, un pequeño pueblo de la Siberia Occidental, en una sociedad anclada en la tradición.
Llama especialmente la atención el hecho de que no supiera leer ni escribir, aunque según se contaba, aprendió las Sagradas Escrituras de memoria y que las interpretaba tan gráficamente que asombró no sólo a la jerarquía eclesiástica sino también a multitud de hombres y mujeres de la alta sociedad. Aunque también es cierto que, en esa época, casi todo el pueblo donde nació era analfabeto.
Ya desde pequeño mostró ciertas rarezas, pues tenía numerosos tics, y solía manifestar profecías y visiones místicas. Si le añadimos que su apariencia física también era peculiar, pues su cuerpo, un tanto descompensado por su altura y delgadez, le otorgaba un aire misterioso.
Durante su juventud, los aldeanos de su pueblo creían que poseía poderes sobrenaturales mientras que otros hablaban sobre su extrema crueldad. Es posible, que su nombre derivara de un seudónimo y proviniera de la palabra “rasputnyi” que en ruso significa “disoluto”. Hoy en día los historiadores creen que su nombre significaba “donde dos ríos se encuentran”, frase que describía un área cercana a donde había vivido en Siberia.
Rasputín tenía una gran facilidad de palabra y desplegaba un cierto magnetismo con todo aquel al que se dirigía.
Siendo todavía un joven, empezó a beber y cometer algunos delitos. De hecho, fue detenido por participar en el robo de unos caballos.
Trabajó durante algún tiempo como cochero y jardinero.
Rasputín, con 18 años, tras haber entrado en el Monasterio de Verkhoturye con la intención de convertirse en monje, cambió sus planes y se casó con Praskovia Fiódorovna Dubrovina, con la que tuvo tres hijos.
Pero con el tiempo, dejó a su mujer y sus hijos para unirse a los Jlystý (flagelantes o azotados en ruso), una secta repudiada por la iglesia ortodoxa. Durante las reuniones de este grupo sus integrantes se azotaban con ramas o telas con metal para entrar en comunicación con Dios. Durante estas sesiones de éxtasis y trance, se emborrachaban y practicaban orgías, para más tarde arrepentirse y hacer constricción, con lo que quedaban purificados. El escritor e historiador Douglas Smith en “Rasputin: Faith, Power, and the Twilight of the Romanovs,” decía que pertenecía a una extraña secta religiosa que abrazó las formas más depravadas de “perversión sexual”.
Grigori Rasputín, pasó algunos años en aquel grupo sectario, pero tampoco allí encontró su lugar. Así, determinado a encontrar la iluminación, abandonó su Siberia natal. Estuvo años viajando a través de las tierras eslavas, y de ahí se dirigió a Grecia y después Tierra Santa. En esos años, Rasputín aprendió la historia de aquellos lugares, pero al mismo tiempo se interesó por su esoterismo, teosofía, religiones y viejas tradiciones y ritos místicos. Fue sin duda, en esta etapa iniciática, donde Rasputín se hizo a sí mismo, donde se convirtió en lo que más tarde sería su imagen pública.
Su vida errante lo llevó de vuelta a San Petersburgo en el año 1903, con fama de místico y curandero. Había alcanzado cierto prestigio como sanador mediante el rezo.
Rasputín en la corte de los Romanov
Rasputín comenzó a mezclarse y relacionarse con los círculos aristocráticos rusos. Esto se debió sobre todo a su carisma personal. El antiguo peregrino sabía cómo explotar todos y cada uno de sus puntos fuertes, y era un excelente actor, consciente su propia personalidad.
Una mirada fija y penetrante, una dialéctica grácil y fluida, calculadamente ambigua, propia de adivinos y oráculos. Además, Rasputín era un hombre extremadamente observador e intuitivo, por lo que sabía perfectamente cómo crear una apariencia de adivinador, jugando a partes iguales con la realidad inmediata y la ambigüedad de sus profecías.
A todo ello se sumaban unas rumoreadas destrezas y habilidades en lo sexual que había adquirido en su primera etapa sectaria y que había ampliado en sus viajes por oriente medio. De hecho, se decía de él que solía visitar las alcobas de varias mujeres de la alta nobleza.
El monje de largas barbas y mirada hipnótica empezó a frecuentar los salones aristocráticos, donde distinguidas damas concedían sus favores al “médico de pasiones voluptuosas”. Sus protectores, el gran duque Nikoláievich y la gran duquesa Militza, lograron introducirlo en la intimidad de la familia imperial.

Los Romanov
Cuando la enfermedad del pequeño príncipe Alexeis Nikolaevich, afectado de hemofilia según se cuenta, se hizo preocupante para los Romanov, el Zar Nicolás II y su esposa, la Zarina, Alexandra Feodorovna, recabaron sus servicios. Rasputín no solo mejoró la salud del infante, sino que pronto se hizo un hueco de importancia en el seno de la corte.

Zarina Alexandra Fiodorovna
La fecha de su entrada en el palacio está fijada en una nota en el diario del Zar. Escribió el 14 de noviembre de 1905, “hemos llegado a conocer a un hombre de Dios-Grigori-de la Provincia de Tobolsk.”
Afortunadamente su hijo pudo curarse, motivo por el cual la familia estaba eternamente agradecida con Rasputín, al proporcionar la salud que tanto necesitaba Alexei, y no se limitaban en pregonar su respeto y admiración, por el sanador y asistente espiritual, que desde ese momento fue visto por todos en el lugar.

Alexei Romanov
Dedyulin, comandante del palacio, expresó al zar su vehemente aversión hacia el monje; pero el Zar le respondió: “Él es, ante todo, un buen, religioso, y simple ruso. Cuando estoy en problemas o asaltado por las dudas, me gusta tener una charla con él, e invariablemente, después me siento en paz conmigo mismo”.
Rasputin tuvo una mayor influencia en la emperatriz Alejandra Fiódorovna. Para ella, él era un hombre santo, “casi un Cristo.”
Rasputín ya se había convertido en una preocupación para los principales ministros. Cuando los niños de Stolypin resultaron heridos por el atentado contra su vida en 1906, Nicolás II le ofreció los servicios de Rasputín como sanador. En su entrevista con Stolypin, Rasputín intentó hipnotizar a este hombre sensato. En 1911 Stolypin ordenó enviar a Rasputín fuera de San Petersburgo, y la orden fue obedecida. El ministro de la religión de Stolypin, Lukyanov, en los informes de la policía, ordenó una investigación que produjo abundante evidencia de hechos escandalosos cometidos por Rasputín. A partir de entonces, la emperatriz detestó al primer ministro Stolypin. Después que Stolypin fuera asesinado, la emperatriz trajo de nuevo a Rasputín a San Petersburgo.

San Petersburgo, 1900
Aunque Rasputín no tenía un cargo oficial en el gobierno, su cercanía con la familia imperial le permitió influir en algunas decisiones políticas. Durante la Primera Guerra Mundial, con el zar en el frente y la zarina a cargo del gobierno, Rasputín aconsejaba en asuntos de estado y en los nombramientos de ministros y otros altos funcionarios. Su influencia en estos nombramientos fue una fuente de controversia y descontento entre la nobleza y los políticos. Algunos relatos sugieren que Rasputín abogó por ciertas reformas, incluyendo la mejora de las condiciones para los campesinos y la promoción de la paz. Sin embargo, estas iniciativas fueron a menudo opacadas por los escándalos y la oposición política.
La presencia de Rasputín en la corte fue fuente de numerosos rumores y escándalos. Se le acusaba de inmoralidad, de ejercer una influencia nefasta sobre la zarina y, por extensión, sobre el zar, y de socavar la estabilidad del imperio. Su estilo de vida, a menudo descrito como disoluto, y su aparente desdén por las normas sociales y políticas de la época, alimentaron su reputación negativa.
Rasputín alcanzó la cumbre de su poder en 1915, cuando el zar tomó el mando de las tropas en el frente ruso y dejó a Alejandra encargada de los asuntos del imperio, con el monje como principal consejero. Su influencia llegó a hacerse intolerable, agravada por la sospecha de favorecer la política germánica en Rusia.
En febrero de 1916, cuando impuso su candidato, Stürmer, en la presidencia del consejo, el mariscal del palacio y la emperatriz madre denunciaron su perniciosa influencia en la política. Aun así, el zar no le retiró su confianza. Ante el descrédito en que estaba sumiendo a la corona, varios nobles, encabezados por el príncipe Yussupov, conspiraron para asesinarlo.

Príncipe Félix Yussupov
Asesinato de Rasputín
Rasputín sobrevivió a un intento de asesinato. El 12 de julio de 1914, fue apuñalado en el estómago por una campesina llamada Chionya Guseva. La joven de 33 años era seguidora de Iliodor, un exsacerdote convertido en enemigo de Rasputín, aunque confesó haber actuado sola. Rasputín resultó gravemente herido y durante un tiempo no estuvo claro si sobreviviría. Después de la cirugía y un tiempo en un hospital en Tyumen, se recuperó.

Intento de asesinato de Rasputín
En todo caso, dos años más tarde, Rasputín fue asesinado por un grupo de aristócratas que le habían invitado a una fiesta en San Petersburgo en la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916.
Parece probado que sus asesinos, con el príncipe Félix Yussupov a la cabeza, le dieron pasteles y vino cargados de cianuro. Al ver que no le afectaban en demasía, el príncipe le disparó al pecho, le golpeó la cabeza con un bastón lleno de plomo y lo arrojó después al río Neva. Rasputín, según se comprobó más tarde, murió ahogado.
Según un relato biográfico redactado por su propia hija, se afirma que el príncipe Yussupov también lo violó, ayudado por sus cómplices, antes de dispararle. No contentos con ello, uno de los asesinos lo castró y arrojó a un rincón el pene. Después, uno de los sirvientes lo recogió y lo llevaría consigo en su precipitada huida a París.
De gran carisma entre las mujeres, no solo por su carácter misterioso y su gran facilidad verbal e hipnótica, sino también por cierta parte de su organismo que, según dejó escrito su propia hija, alcanzaba los 35 cm de longitud y que le fue cortada en el mismo momento de su asesinato.
En el año 1968 apareció en el barrio parisiense de Saint-Denis un supuesto pene de Rasputín, guardado en una caja de madera y en poder de una anciana que afirmaba haber sido una antigua amante suya.
La noticia del asesinato de Rasputín se difundió rápidamente, incluso antes de que se encontrara su cuerpo. Según Douglas Smith, Purishkevich habló abiertamente sobre el asesinato de Rasputín a dos soldados y a un policía que estaba investigando informes de disparos poco después del hecho, pero les instó a que no se lo dijeran a nadie más. A la mañana siguiente se inició una investigación. La Gaceta de la Bolsa publicó un informe sobre la muerte de Rasputín “después de una fiesta en una de las casas más aristocráticas del centro de la ciudad” en la tarde del 30 de diciembre [O.S. 17 de diciembre] 1916.
Dos trabajadores notaron sangre en la barandilla del puente Petrovsky y encontraron una bota en el hielo debajo, y la policía comenzó a registrar el área. El cuerpo de Rasputín fue encontrado bajo el hielo del río el 1 de enero (OS 19 de diciembre) aproximadamente a 200 metros río abajo del puente. Dmitry Kosorotov, el cirujano principal de autopsias de la ciudad, realizó una autopsia. El informe de Kosorotov se perdió, pero luego afirmó que el cuerpo de Rasputín había mostrado signos de trauma severo, incluidas tres heridas de bala (una a quemarropa en la frente), una herida cortante en el costado izquierdo y muchas otras lesiones, muchas de las cuales Kosorotov sintió que se habían producido post-mortem. Kosorotov encontró una sola bala en el cuerpo de Rasputín, pero afirmó que estaba muy deformada y que era de un tipo muy utilizado para rastrear.
Rasputín fue enterrado el 2 de enero (OS 21 de diciembre) en una pequeña iglesia que Anna Vyrubova había estado construyendo en Tsarskoye Selo. Al funeral solo asistieron la familia imperial y algunos de sus íntimos. La esposa, la amante y los hijos de Rasputín no fueron invitados, aunque sus hijas se reunieron con la familia imperial en la casa de Vyrubova ese mismo día. La familia imperial planeó construir una iglesia sobre su tumba. Sin embargo, su cuerpo fue exhumado y quemado por un destacamento de soldados poco después de que el zar abdicara del trono en marzo de 1917, para que su tumba no se convirtiera en un punto de reunión para los partidarios del antiguo régimen.
Por otro lado, hasta no hace mucho, los historiadores aceptaban la teoría de la conspiración rusa que pretendía acabar con el molesto “amigo” de los zares. Sin embargo, últimamente se han encontrado indicios que apuntan al Servicio Secreto de Inteligencia Británico (BSIS por sus siglas en inglés) como artífice del asesinato.
Según esta teoría, a los agentes británicos les preocupaba que Rasputín instara al zar a hacer una paz por separado con Alemania, lo que permitiría a Alemania concentrar sus esfuerzos militares en el frente occidental. Hay varias variantes de esta teoría, pero generalmente sugieren que los agentes de inteligencia británicos estuvieron directamente involucrados en la planificación y ejecución del asesinato.
Parece ser que el abogado británico Oswall Rayner acudió en repetidas ocasiones al palacio de los Yusúpov entre octubre y noviembre de 1916, y también estuvo allí al día siguiente del asesinato. Extrañas coincidencias, que todavía se vuelven más curiosas si se tiene en cuenta que una de las heridas de Rasputín fue realizada con un arma que usaba el BSIS.
Sin embargo, en la actualidad, la mayoría de los historiadores no consideran creíble esta teoría. Según Douglas Smith, “no hay evidencia convincente que ubique a ningún agente británico en la escena del crimen”. El historiador Keith Jeffery afirma que, si los agentes de inteligencia británicos hubieran estado involucrados, “habría esperado encontrar algún rastro de eso”. en los archivos del SIS, pero no existe tal evidencia.
La muerte de Grigori Rasputín no hizo más que caldear un ambiente ya suficientemente cargado; pocos meses más tarde empezaba la revolución que destronaría al zar y que llevaría a su familia a la muerte. Ya lo dijo Rasputín poco antes de su muerte (si hemos de creer, de nuevo, a la leyenda): si moría a manos de miembros de la familia imperial, los zares y sus hijos no le sobrevivirían. Irina, la esposa de Yusúpov, era la sobrina de Nicolás, y Dimitri Pavlóvich, su primo.
Las profecías más famosas de Rasputín
Rasputín lanzó muchas profecías o visiones a lo largo de su vida, pero es imposible saber cuáles son verdad, o simplemente se añadieron más tarde a la leyenda. En todo caso, sus supuestas profecías eran tan genéricas que podrían aplicarse a casi todo.
Su muerte, y la muerte de los zares. Se dice que, unos días antes de morir, Rasputín pronunció la siguiente profecía a la mismísima zarina: “espero una muerte violenta antes de que acabe el año. Si es a manos de la nobleza, los zares también morirán en el plazo de dos años”.
La caída de la Iglesia rusa. Otra de sus profecías más certeras es: “La cruz será arrojada a la bodega, los martillos golpearán sobre los altares, y las llamas devorarán las iglesias”.
La iglesia rusa fue perseguida y expulsada durante la revolución soviética de 1917. El símbolo de los soviéticos era la hoz y el martillo.
El destino de San Petersburgo. “Sobre Petersburgo caerán las tinieblas. Cuando su nombre sea cambiado, el imperio habrá terminado. Y cuando su nombre sea otra vez cambiado, sobre Europa entera estará a punto de desencadenarse la ira de Dios”
En efecto, San Petersburgo cambió de nombre dos veces, a Petrogrado y Leningrado, y allí se libró una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial.
Inundaciones y sequías. “Los mares penetrarán como ladrones en las ciudades y en las casas, y las tierras se volverán saladas. Y otras tierras serán secadas por un calor que irá aumentando. El hombre se encontrará bajo las lluvias saladas y caminará sobre tierras saladas, y andará errante entre sequías y aluviones”.
Rasputín en la cultura popular
La fascinación por Rasputín no ha disminuido con el tiempo. Ha sido retratado en numerosas películas, series y obras literarias como un personaje siniestro y a menudo sobrenatural.
En cine encontramos, por ejemplo:
- Rasputin y la Emperatriz (1932), una película dirigida por Richard Boleslavsky y Charles Brabin, protagonizada por Lionel Barrymore, Ralph Morgan, Ethel Barrymoreas y John Barrymore.
- Rasputin el Mad Monk (1966), una película de terror de Hammer dirigida por Don Sharp y protagonizada por Christopher Lee y Barbara Shelley.
- Maté a Rasputin. (1967), una película biográfica Italo-Franco, dirigida por Robert Hossein.
- Nicholas y Alexandra (1971), una épica película histórica británica dirigida por Franklin J. Schaffner, protagonizada por Tom Baker.
- Agony (1973-1975), película soviética dirigida por Elem Klimov, con Aleksei Petrenko y Anatoli Romashin.
- Rasputín (1996), DE Ulj Edel para aTV, con Alan Richman e Ian Mac Kellen.
- Anastasia (1997), un musical animado protagonizado por Christopher Lloyd como Grigori
- Los últimos zares (2019), Netflix docudrama miniseries después del reinado de Nicolás II. Rasputin es representado por Ben Cartright
- El hombre del rey (2021), una película de acción/drama que incluye escenas que ilustran la teoría del agente británico del asesinato de Rasputin.
- Grigoriy R., miniserie de televisión rusa (a veces comercializada bajo el nombre Rasputin)
- El Poder del Doctor, 2022 especial de Doctor Who, representado por Sacha Dhawan como alias del Maestro
En literatura, entre otros:
- “Rasputín” de Gilbert Maire (2004).

Rasputín, de Gilbert Maire
- “Rasputín”- Ensayo, de Edvard Radzinsky.
- “Rasputín. Los archivos secretos”, de Edvard Radzinsky.
- “Rasputín- Diario secreto” de Alexandr Kotsiubinski y Danil Kotsiubinski.
Referencias
Rasputín. Rusia entre Dios y el diablo. De Trovat. E.
La revolución rusa (1891-1924). La tragedia de un pueblo. De Figes, O.
Sonia Ruz Comas. (2023, abril 6). Rasputín: biografía de este oscuro personaje histórico ruso. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/biografias/rasputin
González, María y Guzmán, Jorge (2020, 8 08Europe/Madrid diciembre). Rasputín. Historia Universal. https://mihistoriauniversal.com/biografia/rasputin
https://www.biografiacortade.com/rasputin/
https://www.biografias.es/famosos/rasputin.html
https://redhistoria.com/biografia-de-rasputin/
https://psicologiaymente.com/biografias/rasputin
https://revistadehistoria.es/el-mistico-rasputin-y-su-influencia-sobre-la-revolucion-rusa/
















