En esa búsqueda del origen de las costumbres, inventos, descubrimientos, enfermedades… en esta ocasión decidimos centrarnos en buscar el origen de la sífilis una de las enfermedades más estigmatizadas e histórica y socialmente controvertidas.
El estigma social alrededor de la sífilis está marcado por una herencia histórica dramática. En la Europa del siglo XV, la infección ocasionó un shock más que equiparable al vivido con el VIH en los 90, llegando a matar hasta 5 millones de personas en Europa.
En la actualidad, según la Organización Mundial de la Salud, se dan 12 millones de infecciones nuevas de sífilis cada año, 3 de ellos en América Latina y el Caribe, por lo que es la zona con mayor tasa de infección del mundo.
En el caso de España nos encontramos con que es uno de los países de la Unión Europea con la tasa más alta de sífilis (11.1 por cada 100.000 habitantes). Se trata de la segunda ITS registrada con más casos notificados, que en 2022 ha llegado a aumentar un 27,2%, con 8.141 casos, sobre todo entre hombres jóvenes (89% de los diagnósticos con información de transmisión).
¿Qué es la sífilis?
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual devastadora. Provoca graves malformaciones, llegando a producir la muerte en quien la padece.
Determinar el origen de la sífilis es complicado, y se hace aún más difícil si tenemos en cuenta que hay cuatro enfermedades similares causadas por el mismo género de bacteria, treponema.
De la gravedad de esta enfermedad, baste con decir que en el siglo XV provocó la muerte de más de 5 millones de personas en Europa.
A la sífilis, además de habérsela conocido con denominaciones neutras como como búa, buba, mal de bubas, lúes venérea o avariosis, en distintos lugares y momentos de la historia, sobre todo entre los siglos XV y XVII, se la ha llamado “mal napolitano” por parte de los franceses, “enfermedad polaca” por los rusos, “británica” por los haitianos y “cristiana” por los turcos; los neerlandeses, los portugueses y los italianos se la han atribuido a los españoles como “enfermedad española”, “mal español” y “sarna española”, y los españoles, a su vez, se han referido a ella como “mal francés” o “morbo gálico”. Como se puede apreciar la xenofobia llega incluso a estos ámbitos.
Con una incubación de tres semanas de media, esta enfermedad se manifiesta con la aparición de una pápula que se ulcera y se convierte en un chancro, una llaga ovalada y rojiza, en el lugar del contagio, que desaparece al mes y medio porque, en unos meses, la segunda etapa de la sífilis va a comenzar. Esta consiste en la aparición de multitud de ronchas rosáceas por diversas partes del cuerpo, los clavos sifilíticos, a los que acompaña las cefaleas, la fiebre, el dolor de garganta y de articulaciones, la alopecia y la pérdida de apetito y de peso. Y la tercera fase puede llegar al año de haber desaparecido los síntomas de la segunda, pero también a los veinte, y puede acabar en la muerte, tras sufrir cardiopatías, aneurismas, trastornos oculares como la misma ceguera, tumores, lesiones espinales y, como he mencionado más arriba, lesiones cerebrales y demencia.
¿Cuál era la causa de la enfermedad?
Se pensó que un castigo de Dios por los pecados cometidos por la sociedad.
Así que el primer paso para lidiar con la misma era arrepentirse y rezar por la protección divina.
Dios, sin embargo, enviaba señales a través de otros medios. Los astrólogos de la época afirmaban que lo ocurrido tenía relación con dos eclipses de sol y la confluencia de Saturno y Marte.
“Las lluvias que cayeron en el año en todos los países fueron tan copiosas, que la tierra se contaminó con el agua estancada. No era de extrañar que la enfermedad se hubiera presentado”, afirmaba un profesor de medicina de la época.
La conjunción de las estrellas contaminó el clima, lo que a su vez causó una podredumbre venenosa del aire. La consecuencia fue la putrefacción del cuerpo humano.
Se creía que el mercurio era el remedio para la sífilis. Era común utilizarlo para tratar problemas de la piel en esa época. Y ese fue el tratamiento que se le recomendó al soldado alemán. Respirar el gas del mercurio caliente.
Pero la cura era peor que la enfermedad. Los pacientes salivaban incontrolablemente, los dientes se les caían y perdían la razón. Sin embargo, se siguió utilizando por muchos años, interna y externamente.
Hasta que apareció un nuevo remedio en 1517: el guayaco, un arbusto que se encuentra en Haití. Supuestamente, era lo que usaban los oriundos de la isla. Virutas del tronco se cocinaban a fuego lento en agua y el líquido se bebía dos veces al día. El tratamiento completo incluía pasar 30 días en un cuarto extremadamente caliente para sudar y botar la enfermedad.
En esa misma época se estableció una relación entre la sífilis y el castigo divino por un pecado personal y no colectivo. La persona se contagió por haberse involucrado en una relación sexual ilícita.
En ese contexto, las mujeres eran quienes transmitían la enfermedad y tentaban a los pobres hombres, en el estilo de Adán y Eva.
El estigma también afectaba a los niños cuyos padres sufrían de sífilis porque era una condición hereditaria. Generaciones enteras se consideraban malditas.
Origen de la sífilis
A la vista de las numerosas fuentes consultadas y la falta de unanimidad, resulta harto difícil determinar un lugar y momento exacto de aparición de la sífilis.
- La teoría colombina
Una de las hipótesis, bastante difundida, fija en los viajes de Cristóbal Colón a América, el origen de la llegada de este mal desde tierras americanas. Esta hipótesis tendría parte de su justificación en la aparición, apenas tres años después de la expedición colombina, del primer brote masivo en el año 1495 en Nápoles.
Hay varios documentos históricos que apoyan que la sífilis llegó a Europa desde América. Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista de Indias, afirmó en Historia general y natural de las Indias que la “enfermedad francesa” —como era llamada comúnmente— era habitual entre los nativos de La Española1719 y que habría sido introducida en Italia en 1495 por el ejército de Gonzalo Fernández de Córdoba.
Algo parecido escribió Bartolomé de las Casas en Historia de las Indias, quien dijo que los españoles tenían infecciones más graves que los indios y que estos aseguraban que la enfermedad ya existía antes de la llegada de los descubridores.
Hoy en día, los análisis de ADN ponen en duda la teoría de la llegada en la expedición colombina. Un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Ciencia de la Historia Humana (MPI-SHH) ha analizado diversos esqueletos en varios lugares de Europa que presentaban signos de sífilis, en cuyos huesos se han encontrado rastros de ADN de Treponema, un género de bacterias causantes de esta y otras enfermedades. La datación de los huesos oscila entre principios del siglo XV y principios del XVII: por ello sospechan que la enfermedad probablemente estaba presente en Europa desde antes del primer viaje de Colón a América. De todas formas, como hay un margen de error en la datación, no puede tomarse como definitiva esta teoría.
Los paleopatólogos modernos que apoyan el origen americano sostienen que los restos óseos encontrados en Europa con posibles signos de sífilis no son una prueba concluyente.
- La teoría precolombina
Otras hipótesis dan por seguro que este mal ya existía en Europa solo que no se llegó a identificar y, por tanto, registrar documentalmente y darle un nombre concreto. Esta teoría se basa en que Hipócrates en tiempos de la antigua Grecia ya habría descrito una enfermedad con los mismos síntomas que la sífilis. Además, también se encontraron esqueletos con daños similares a los que produce esta enfermedad en excavaciones realizadas en tierras de Pompeya.
Incluso hay autores que muchos de los casos y epidemias registrados como lepra, sería realmente casos de sífilis.
- La teoría de la combinación
Formulada en el año 2003 por el historiador Alfred Crosby, que viene a decir que las colombina y precolombina son ciertas, pues la bacteria habría llegado, en tiempos de nuestros ancestros, a través del estrecho de Bering hace miles de años.
- La teoría unitaria
Esta teoría propone que la sífilis se originó en África desde los albores de la humanidad y que la bacteria causante evolucionó para adaptarse a distintas condiciones medioambientales, por lo tanto, se distribuyó en todo el mundo a la par de la migración humana.
En este sentido, indicar que en los últimos años se han identificado diferentes lugares en los que se han encontrado la bacteria “treponema”, bacteria próxima al linaje de la que provoca la sífilis, como es el caso de Brasil, con una datación de hace unos 2.000 años.
En resumen, los orígenes de la sífilis todavía tienen muchos misterios sin resolver.
La sífilis en Europa
El primer registro de presencia de sífilis en tierras europeas se remonta a finales del siglo XV, y se localiza en tierras italianas, concretamente en la zona de Nápoles, durante una invasión francesa formada por unos 30.000 hombres, la mayoría mercenarios. Soldados de este ejército se contagiaron y de ahí que el primer nombre que recibió esta enfermedad fuese el de “enfermedad francesa” (morbus gallicus). De tierras francesas este brote se extendería por toda Europa. La infección atravesó las fronteras de un paisaje políticamente fracturado, desde Francia hasta Italia, Suiza y Alemania, y hacia el norte hasta las Islas Británicas, Escandinavia y Rusia.
En medio del caos, varias cosas quedaron claras. La infección parecía comenzar en los genitales. El patógeno parecía viajar a lo largo de los caminos de los soldados mercenarios contratados por los gobernantes en guerra para atacar a sus rivales, y con los hogares informales y las trabajadoras sexuales que seguían sus campañas.
En 1497 Alejandro Benedetto de Venecia, médico del papa Alejandro VI, observó víctimas que habían perdido los ojos, la nariz, las manos y los pies. Según Benedetto “todo el cuerpo es tan repulsivo de mirar y el sufrimiento es tan grande, sobre todo de noche, que esta enfermedad es aún más horrorosa que la incurable lepra”.
En 1527 encontramos al primer autor, francés en este caso, Jacques de Behencourt que escibr sobre la sífilis, introduciendo, además, el término “morbus veneris” o “enfermedad venérea” al referirse a ella.
En el año 1530 encontramos el momento en que se utilizada la palabra sífilis para referirse a este mal. Sería un médico italiano, Giarolamo Fracastoro. Hasta entonces se le solía denominar “gran viruela”.
Fracastoro, quien además de médico era poeta, escribió su inmortal “Syphilis sive morbus gallicus libri tres” (La sífilis o el mal francés en tres libros). Esta obra es un hermoso poema en latín de 1300 versos. En el primer libro se describen las causas de la enfermedad y el cuadro clínico característico. En el segundo libro se mencionan los principales tratamientos, destacando especialmente el mercurio. Finalmente, en el tercer libro se relata como los marinos españoles encontraron nativos de la isla de Santo Domingo en América infectados con sífilis y cómo estos explicaban el origen de esta devastadora enfermedad. Los nativos relataban como su ancestro pastor llamado Sífilus, había desafiado en tiempos inmemoriales al dios Apolo o Febo, desatando así su ira y siendo por ello el primer infectado. Del mito del pastor Sífilus deriva la actual denominación de la enfermedad que en tiempos de Fracastoro fue llamada el “mal francés”, “morbo gálico” o “lúes venérea”.
Se trataría, en definitiva, de una nueva hipótesis sobre el origen de esta enfermedad, en este caso hablaríamos de un origen mítico.
En 1539 el español Ruy Díaz de Isla, cirujano en el Hospital de todos los Santos de Lisboa, afirmaba que la nueva enfermedad había causado tanto daño que no había una aldea europea de cien vecinos donde diez de ellos no hubieran muerto por este mal. Aunque fuera una observación exagerada, sí refleja la impotencia de este médico ante una enfermedad que superaba con mucho todos sus conocimientos.
En 1736 Jean Astruc escribió “De morbis veneris, libri sex”, una obra en la que el autor recopila todo el conocimiento existente en su época sobre las enfermedades venéreas.
Y no sería hasta los primeros años del siglo XX que se identificase el organismo que causa la sífilis y el primer tratamiento con resultados apreciables.
Evolución del tratamiento de la sífilis
Durante los cuatro siglos y medio transcurridos hasta el descubrimiento de la penicilina, el tratamiento giró alrededor del mercurio. Hasta el año 1943, en que el descubrimiento de la penicilina, cambió la terapéutica de la enfermedad llevada a cabo hasta entonces.
En los inicios, hubo dos formas de tratarla: con nuevos productos americanos, como el guayaco, y con el mercurio. Esta última forma fue la que permaneció prácticamente hasta principios del siglo XX, aunque de forma más ensayada y pautada. También se utilizaron tardiamente los yoduros y el bismuto.
En torno al año 1836 se empezó a utilizar el ioduro potásico para el tratamiento de la sífilis.
El descubrimiento a comienzos del siglo XX de la arsfenamina (salvarsán), al principio utilizada sola, y posteriormente asociada al mercurio o al bismuto, supuso una aportación terapéutica destacable.
El bismuto fue otro de los recursos terapéuticos de gran utilidad, que llegó a desplazar de forma importante al tratamiento con mercurio, y fue utilizado hasta 1943, año en que tuvo lugar la introducción de la penicilina, la cual pasó a ser poco después el tratamiento de elección.
En 1909, Paul Ehrlich, comunica las virtudes de la Arsfenamina, para el tratamiento de la enfermedad. En 1921 Robert Sazerac y Constantin Levaditi, introducen los preparados de bismuto en el tratamiento de la sífilis. Y 3n 1928 Alexander Felmingo descubre el poder bactericida del Penicilium notatum.
Ya en 1943 se utiliza por primera vez la penicilina, con una eficacia antes desconocida.
Otras incorporaciones decisivas a la antibioterapia frente a la sífilis fueron la aparición en 1963 de doxiciclina, décadas después del descubrimiento en 1945 de la primera clortetraciclina o aureomicina.
Desde entonces se sigue avanzando en la formulación de nuevos tratamientos para combatir esta terrible enfermedad.
Conclusiones
Tras este largo, y esperemos que no aburrido, recorrido, concluimos lo que ya indicábamos al principio, y es que la investigación moderna no ha podido dar respuesta todavía al origen de la sífilis venérea. Las hipótesis explicativas sobre su origen siguen siendo las mismas que hace 500 años: o vino del Nuevo Mundo o derivó de una enfermedad ya preexistente en Europa por culpa de una mutación.
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Referencias
https://academia-lab.com/enciclopedia/historia-de-la-sifilis/
https://bebloomers.com/tu-cuerpo/its-y-ets/origen-sifilis/
https://hipertextual.com/2015/10/sifilis-historia
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/sifilis-ya-existia-europa-antes-viajes-colon_15623
https://www.muyinteresante.com/ciencia/24102.html
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6254479/
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182022000400501