Nos acercamos a la figura de un hombre que dejó una honda e importante huella en la historia de Galicia, hoy vamos a escribir sobre “Castelao, talento y compromiso”.
Un hombre polifacético, médico, etnógrafo, pintor, dibujante, caricaturista, narrador, ensayista, columnista, escritor, pensador, político, etc.
Castelao fue un gran difusor e intérprete de los ideales de Galicia como nación, como su lengua, cultura y personalidad como pueblo.
Considerado uno de los principales creadores de la prosa gallega moderna junto con Ramón Otero Pedrayo, fue asimismo el máximo representante del nacionalismo gallego de signo progresista.
En el año 2011 su obra fue declarada Bien de Interés Cultural, de carácter inmaterial, por la Xunta de Galicia.
En el año 2016, la Real Academia Gallega de Bellas Artes le dedicó el Días das Letras Galegas.
Biografía de Castelao
Daniel Rodríguez Castelao, nació el día 30 de enero del año 1886 en la localidad coruñesa de Rianxo. Sus padres eran Mariano Rodríguez Dios y Joaquina Castelao Genme.
Siendo todavía un niño, Castelao, junto con su madre emprendió el camino que tantos otros gallegos recorrerían a finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, el camino de la emigración. Concretamente su primer destino fue Buenos Aires, donde los esperaba su padre, quien había emigrado el mismo año del nacimiento de su hijo. Desde allí se dirigieron a la Pampa argentina, concretamente a la localidad de Bernasconi, donde los padres regentarían una pulpería. Permanecieron en estas tierras durante unos cinco años, siendo allí donde, según contó el propio Castelao, descubrió el valor de la caricatura leyendo el semanario “Caras y Caretas”. Al cabo de los cuales retornó toda la familia a sus tierras de origen, Rianxo.
Tras finalizar sus estudios de bachillerato, Castelao se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, obteniendo la licenciatura en el año 1909, cuando contaba 23 años de edad.
Su desempeño en calidad de médico apenas duró en el tiempo, ejerciendo su labor en su tierra natal al poco de finalizar sus estudios, y brevemente, en 1918, durante unos meses, con motivo de haberse manifestado una epidemia de gripen Rianxo. Finalizada esta etapa nunca más volvería a ejercer la medicina.
En 1912 contrajo matrimonio con Virginia Pereira, con la que tendría u n hijo que desgraciadamente fallecería cuando contaba con tan solo catorce años de edad.
Un desprendimiento de retina lo deja ciego en 1914; se recupera tras una operación, pero la vista será un gran problema hasta su muerte.
Años más tarde de contraer matrimonio, aprobó las oposiciones para incorporarse, como funcionario, en la delegación del Instituto Geográfico Estadístico, en Pontevedra. Ese mismo año, 1916, obtiene también el cargo de profesor auxiliar de dibujo en el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza de Pontevedra, ciudad en la que vivirá durante veinte años.
La sublevación militar que dio origen a la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, instalándose en Valencia a finales de 1936 y posteriormente en Barcelona. En 1938 se exilió en Nueva York y participó en la campaña de las elecciones al Centro Gallego de La Habana.
Falleció en Buenos Aires en 1950.
La Dirección General de Prensa del Gobierno de España despachó instrucciones a los medios acerca de cómo tratar la noticia:
Habiendo fallecido en Buenos Aires el político republicano y separatista gallego Alfonso Rodríguez Castelao se advierte lo siguiente:
La noticia de su muerte se dará en páginas interiores y a una columna. Caso de insertar fotografía, esta no deberá ser de ningún acto político. Se elogiarán únicamente del fallecido sus características de humorista, literato y caricaturista. Se podrá destacar su personalidad política, siempre y cuando se mencione que aquella fue errada y que se espera de la misericordia de Dios el perdón de sus pecados. De su actividad literaria y artística no se hará mención alguna del libro “Sempre en Galiza” ni de los álbumes de dibujos de la guerra civil.
Cualquier omisión de estas instrucciones dará lugar al correspondiente expediente.
Treinta y cuatro años más tarde, concretamente el 28 de junio de 1984, los restos de Castelao llegan a Galicia para descansar en el Panteón de Galegos Ilustres, en la capital de Galicia.
Obra artística y literaria de Castelao
Durante su período universitario, pese a la poca vocación que tenía por los asuntos vinculados a su carrera, marcaron su personalidad pues participó en numerosas actividades y sociales, a saber: participó en una tuna, frecuentó grupos de tertulia en las cafeterías compostelanas e incluso llego a realizar sus primeras caricaturas, en la que los protagonistas eran sus profesores y amigos. Tal sería esta una de sus auténticas vocaciones, qué en el año 1908, poco antes de licenciarse, participaría en una exposición de humoristas en una sala en Madrid.
Empezaría gradualmente a participar de manera más activa en aquellas iniciativas que más le satisfacían, como ilustrar una de las portadas de la revista Vida Gallega, trabajar como diseñador en un semanario de su tierra natal, escribiendo artículos políticos, realizando dibujos, caricaturas, viñetas, escribiendo narraciones, … en diferentes medios de comunicación escrita como El Pueblo Gallego, La Zarpa, Galicia, Faro de Vigo, El País, El Noroeste, Mi Tierra, La Temporada de Mondariz, El Ideal Gallego, Diario de Pontevedra, A Nosa Terra, Noticiero de Vigo, etc. Ya durante el período de la Guerra Civil, a partir de 1936, colaboró con la prensa republicana.
En el ámbito artístico participó en diferentes exposiciones en varias ciudades gallegas y también en Madrid, presentando sus óleos y dibujos. Además, sus ilustraciones y colaboraciones escritas son reflejadas en medios de Galicia, Madrid, Buenos Aires, la Habana, … Destaca su colaboración con la Revista Nos, Ourense, de la que sería su director artístico.
Complementaba su actividad artística con colaboraciones, en calidad de ilustrador, en diferentes publicaciones de libros de autores como Sofía Casanova, Otero Pedrayo, Fernández Flórez, Ramón Cabanillas, Pérez Lugín, etc.
En el año 1911 comienza a participar en exposiciones en diferentes localidades gallegas, en las que presenta sus caricaturas.
En 1917 abandonó definitivamente la pintura de gran formato, para dedicarse especialmente en el dibujo y la obra gráfica.
Como narrador hay que citar lo relatos “Un ollo de vidrio”, “Retrincos”, “Cousas”, “Os dous de sempre”, …
En el año 1925 ingresaría en el Seminario de Estudios Galegos.
En 1926 fundó la Coral Polifónica de Pontevedra y además, fue elegido miembro de número de la Real Academia Gallega.
En 1930 fue nombrado vicepresidente segundo de la Asociación de escritores gallegos.
En 1931 publicó en Vigo un conjunto de sesenta y tres viñetas con el título de “Cousas da vida. Almanaque 1931”, que apareció en las páginas del Faro de Vigo.
En enero de 1933, durante una estancia en Madrid, diseñó los bocetos para los decorados de la obra Divinas palabras, a instancias del propio Valle-Inclán.
En 1945, en la capital argentina, verdadera quinta provincia de Galicia, estrenó “Os vellos non deben de namorarse”, su única obra teatral. Se trata de una comedia que cuenta los amores tardíos de tres viejos con tres chicas jóvenes, y que incorporaba tendencias renovadoras del teatro europeo junto con la tradición popular gallega.
Además, Castelao pudo ampliar su formación merced a que fue pensionado por la Junta para la Ampliación de Estudios de la Institución Libre de Enseñanza, viajando por Europa, y que le permitió conocer las escuelas artísticas de la vanguardia. Sin embargo, su mayor interés fue captado por una técnica que conoció en Alemania, la del grabado en linóleo, técnica que implantó enseguida en el arte gallego.
Como escritor, Castelao comienza dedicándose a la narrativa, más tarde inicia su labor como ensayista y, por último, como dramaturgo. Su obra se caracteriza por la crítica social, el humor ácido, y el lirismo. Su prosa se caracteriza por la concisión y brevedad, eliminando todo lo innecesario.
Su obra literaria es casi toda en lengua gallega, a excepción de varios discursos y algún artículo), y en la mayoría de sus obras expresó fielmente su voluntad de denuncia de las injusticias.
Su obra poética refleja su compromiso con la defensa de la identidad y los valores del pueblo gallego. A través de su poesía, nos transporta a paisajes bucólicos y nos permite conocer de cerca las tradiciones y la idiosincrasia de Galicia. En sus poemas, Castelao aborda temas universales como el amor, la nostalgia y la búsqueda de la trascendencia. Sus versos nos invitan a reflexionar sobre la condición humana y nos transportan a un mundo lleno de emociones y sentimientos. En su poesía utilizaba principalmente el estilo literario del romanticismo, un movimiento que surgió en el siglo XIX, que se caracteriza por su enfoque en la expresión de emociones intensas y la exploración de la naturaleza y el amor.
En su obra poética, Castelao utilizaba un lenguaje poético rico en imágenes y metáforas, creando así una atmósfera sentimental y evocadora.
Algunos de sus poemas más destacados son: “Os amores libres”, “Negra sombra”, Ante e negrura”, …
Por otro lado, hay que decir que la traducción al castellano de su obra no es una tarea fácil, porque el gallego conserva esos conceptos sintetizados en una sola palabra, para los cuales la lengua de Cervantes no posee análogos.
En cuanto a sus dibujos y pinturas, atestiguan la misma posición de realismo crítico que encontramos en sus escritos, marcados como están unos y otros por el humor y la ironía, al tiempo que por la tristeza y la melancolía o morriña. Sus dibujos entroncan a menudo con la tradición del grabado popular y se caracterizan por una acentuada estilización en blanco y negro.
En su obra influyeron notablemente la fotografía, los dibujos satíricos de la prensa europea y, en opinión de los críticos más familiarizados con su técnica, la estampa japonesa.
Su habilidad y dominio de diferentes soportes, recursos y materiales queda reflejado desde el inicio de su bagaje artístico visual hasta el final de su vida en la que dejó constancia de la destreza en el uso tanto de la tinta, óleo, grabado, acuarela o dibujo a lápiz en diferentes formatos. Perseguiría la sencillez y la esquematización de las composiciones sin dejar de lado el compromiso de sus temas en los que el cometido comunicativo y de transmisión de ideas será fundamental.
Castelao parece que pinta cuando dibuja y parece que dibuja cuando pinta. Adapta las necesidades de la pintura a su personal manera de contar. Castelao fue capaz de construir una crónica fiel de su tiempo, empleando los medios artísticos al servicio de un fin. Y lo hizo sin desatender la calidad de su pincelada ni la potencia de su mancha. Era, no hay duda, pintor.
Para comunicarse con su pueblo Castelao no cae en el folclorismo ni en soluciones amables. Es como un gran observador barroco de las clases populares. Hay más épica en la emigración que en un gran cuadro bélico o religioso concebido para mayor gloria de la alta burguesía que, a la postre, es quien paga. Los personajes de Castelao son humildes, pero no exentos de dignidad. Las caras arrasadas de los ciegos y la honda pincelada, que nada tiene que envidiar a un Zuloaga, retratan la tierra y quien la habita. El labriego es el protagonista. Y el pescador. Y el trabajo y los oficios.
Las escenas que Castelao empleó como forma de mostrar su compromiso político son imágenes directas de la guerra, los mártires, el exilio y la dureza del devenir de la Galicia de mediados del siglo XX. En la obra de Castelao se muestra la desesperación y tortura a los perdedores, especialmente a través de las figuras femeninas.
Además, en la vida de Castelao, tan polifacética, no podía faltar la emigración y el exilio.
Actividad política de Castelao
En materia de activismo político se estima que se inició en el año 1912 al unirse al movimiento de Acción gallega, cuyo objetivo era despertar la conciencia de clase del campesinado gallego.
En 1916 se afilia a la agrupación “Irmandades da Fala”. Y entre los años 1921 y 1930 participó en movimientos de signo nacionalista, en aras de reivindicar la defensa de los intereses y la personalidad histórica, cultural y lingüística de Galicia. Lo haría pronunciando numerosas conferencias y participando, en calidad de orador, en mítines políticos de las fuerzas nacionalistas.
Ya en el año 1931, Castelao es uno de los fundadores del Partido Gallegista, del que es nombrado secretario en 1933. Obtuvo el escaño de diputado a Cortes en las elecciones de junio de 1931 y ese mismo año intervino en el Congreso de los Diputados en defensa del idioma gallego. Viajó a Barcelona en 1932, invitado por Francesc Macià, y en Madrid se entrevistó en 1933 con Azaña. Participó activamente en el llamado Pacto de Compostela, donde se fundó Galeuzca, que pretendía consolidar una España autonómica y federal en el ámbito de la Segunda República.
Además, empezó a trabajar en la campaña en pro del Estatuto de Galicia, cuyo anteproyecto se hizo en 1932 y fue aprobado en junio de 1936.
En 1934 fue desterrado a Badajoz por sus supuestos ataques a Lerroux. Dos años después volvió a obtener escaño de diputado a Cortes (por la provincia de Pontevedra) por el Partido Galleguista, integrado en la coalición del Frente Popular.
Al estallar la Guerra Civil viajó a Barcelona y Valencia, intentó crear las milicias gallegas y colaboró con el Gobierno republicano. Quiso lograr el refrendo oficial por el Gobierno del Estatuto de Galicia pero, pese a sus esfuerzos a lo largo de varios años, no vería cumplida esta aspiración.
Enviado por el Ministerio de Propaganda republicano, viajó en 1938 a Moscú, Nueva York y La Habana.
En 1940 viajó a Buenos Aires, donde prosiguió su tarea política en el exilio, entre el afecto y la admiración de las comunidades gallegas de Argentina y Uruguay. Fueron constantes y multitudinarios los homenajes que recibió.
En 1944 publicó Sempre en Galiza, libro fundamental del pensamiento nacionalista del autor, que ese mismo año era elegido en Montevideo presidente del Consello de Galiza, representante del pueblo gallego en el exilio.
En 1946, era ministro sin cartera del Gobierno en el exilio que presidía José Giral. Al año siguiente embarcó hacia Marsella y se dirigió a París donde asistió a una reunión del Consejo de Ministros del Gobierno de Giral, que acabó por caer. Castelao regresó a Buenos Aires, donde reencontró a su viejo amigo Ramón Otero Pedrayo, gran figura del galleguismo.
Aquejado de un cáncer de pulmón, logró acabar, en 1949, su monumental estudio “As cruces de pedra na Galiza”, que se publicaría, póstumo, en 1950, año en que Castelao falleció, el día 7 de enero, siendo enterrado el día 9 en el panteón del Centro Gallego del cementerio bonaerense de La Chacarita.
Conclusiones
Sin duda Castelao, en otros lugares del mundo, sería un hombre más recordado y estaría mucho más presente en la vida del pueblo. Pero por diferentes motivos, su legado no aparece demasiado vívido en la sociedad gallega, y mucho menos en las organizaciones políticas y sociales, qué en muchos casos, como ha pasado con otros muchos grandes hombres de la historia, su figura ha sido incorporada y apropiada por diferentes entidades, partidos y personas con un pensamiento y una conciencia de pueblo muy distante de la que Castelao tenía.
Un hombre volcado en su actividad artística, comprometido y luchador por el bienestar, la justicia y la libertad del pueblo gallego, y que por circunstancias de la vida (seguir el mandato de su padre) se hizo médico, profesión que apenas ejerció porque como él mismo afirmaba, y es una muestra de su indudable gran humor, afirmaba los siguiente: “me hice médico por amor a mi padre, y nunca ejercí por amor a la humanidad”.
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Referencias
Tomás Fernández y Elena Tamaro. «Biografia de Alfonso Rodríguez Castelao» [Internet]. Barcelona, España: Editorial Biografías y Vidas, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rodriguez_castelao.htm [página consultada el 2 de diciembre de 2024].
El primer Castelao. Biografía y antología. De Durán, J.A.
O exilio de Castelao. De Alonso Fernández, B.
https://dbe.rah.es/biografias/11386/alfonso-daniel-rodriguez-castelao