Nos adentramos hoy en la búsqueda de la biografía y la obra de uno gran escritor en lengua española, Antonio Machado.
Un gran poeta, uno de los más aclamados de las letras españolas, además dramaturgo y narrador, autor emblemático de la Generación del 98.
Contexto histórico
La vida de este gran poeta, a caballo entre los siglos XIX y XX, hay que contextualizarla en una etapa de la historia de España, denominada Restauración borbónica, etapa iniciada tras la primera República y el reinado de Alfonso XII a partir del año 1874, justo un año antes de nacer el protagonista de este post.
Se trata de una etapa marcada por innumerables acontecimientos que marcaron de manera especial a los intelectuales comprometidos. Fueron años en los que perdieron las últimas colonias americanas y que a nivel interno se caracterizaron por una sensación de decadencia general fruto de la situación de pobreza endémica de la mayor parte de la población, las desigualdades sociales, el incremento de la violencia, también política, especialmente por parte de los anarquistas, la Semana Trágica de 1909, los pistoleros empresariales en Cataluña o las luchas sindicales. Y en el exterior con fuertes reveses como la guerra de Marruecos, el Desastre de Annual de1921, y las agitaciones provocadas por los cambios políticos internos con la Dictadura de Primo de Rivera y posteriormente con la proclamación de la Republica tras las elecciones municipales del año 1931.
Llegado el período republicano, cinco años, se produce un período de importantes brotes en el ámbito cultural, al tiempo que se generaliza y potencia la educación por todo el territorio nacional. Pero esto fue una parte dentro de la situación que vivía el país, caracterizada sobre todo por una gran inestabilidad y violencia política, puesta de manifiesto con el alzamiento del general Sanjurjo contra la República en 1932 y la sublevación e inicio de la guerra civil en julio de 1936 que terminaría con el período republicano (1939) para iniciar la dictadura franquista.
En este contexto, algunas de las ansias e Antonio Machado se verían, en parte satisfechas por las iniciativas en el ámbito educativo y cultural puestas en marcha por los gobiernos republicanos, de ahí su apoyo a la República frente a sus oponentes.
Biografía de Antonio Machado
Nació en Sevilla, en el año 1875. Su padre, de nombre también Antonio, era un doctor en Letras, además de abogado preocupado por la recuperación del patrimonio popular del cante andaluz. Vivió sus primeros años en un ambiente familiar en el que se respiraba un clima ideológico de corte liberal progresista.
Con apenas 8 años de edad, Antonio Machado, se fue de su Sevilla natal a Madrid, donde se convertiría en alumno de la “Institución libre de Enseñanza”, institución fundada hacía siete años por varios intelectuales liberales, entre ellos Francisco Giner de los Ríos y Manuel Bartolomé Cossío. Fruto de su aprendizaje en esta institución, pese a no ser precisamente un alumno brillante, Antonio se “empapó” de una serie de valores que marcarían su personalidad y grado de responsabilidad ética, caracterizado por un espíritu laico y liberal, con sentido de la dignidad del trabajo y amor por el arte, la cultura y la Naturaleza.
También se apasionó con el teatro, llegando incluso a ingresar como actor en varias compañías.
Iniciaría su actividad literaria con una colaboración en la revista satírica “La Caricatura”, en el año 1892.
En el año 1899, Antonio, junto con su hermano, se desplaza a París, pues ambos han sido contratados como traductores y redactores de un diccionario hispánico para la editorial Garnier. Este hecho, junto con la casualidad de alojarse en el mismo hotel en el que había vivido Verlaine, el poeta francés más influyente en España en esos momentos, le permitieron codearse y entrar en contacto con importantes autores del momento, como Oscar Wilde, Jean Moréas, Pio Baroja, etc.
Regreso a España apenas un año más tarde, encontrándose con el importante impacto que había causado la llegada del modernismo en la literatura, del que su exponente mundial era Rubén Darío, y en España había llamado la atención de Francisco Villaespesa o de Juan Ramón Jiménez.
Estuvo viajando constantemente entre Madrid y París, y en la capital española trabajó para algunas revistas como Helios y Blanco y negro.
En los primeros años del siglo XX Machado publica sus primeros versos. Y en un nuevo viaje a Paris, en el año 1902, tiene la oportunidad de conocer a Rubén Darío, uno de los padres del modernismo en la literatura, y al que dedicará algunos poemas en su obra “Soledades”.
Su siguiente paso profesional es la obtención de la cátedra de francés en institutos, obteniendo plaza en el año 1907, y elige como destino Soria. Una decisión que marcará profundamente su vida y su obra, no en vano, ese mismo año conocería a la que sería su futura esposa, Leonor Izquierdo, una joven de trece años de edad, sobrina de los dueños de la pensión donde se aloja. Esperarían hasta que se cumpliese la edad legal para poder casarse, y así en el año 1909, Machado con treinta dos años contrae matrimonio con Leonor Izquierdo, de 15 años de edad.
Desde el primer momento Machado se sumerge en la vida provinciana, participando en periódicos, tertulias, …
No obstante, poco le duraría la felicidad familiar y el bienestar social, pues en el año 1912, apenas tres años después de haber contraído matrimonio, falleció su esposa Leonor, víctima de la turberculosis.
En1919 regresa a Castilla, en este caso a Segovia, aprovechando la cercanía con Madrid para colaborar con su hermano Manuel para escribir y estrenar varias obras teatrales.
Roto por el dolor, tan solo la literatura le consolaba en parte, por lo que solicitó el traslado a la villa jienense de Baeza. Además completaría su formación licenciándose en filosofía.
Ya en 1927 accede como miembro a la Real Academia y en 1932 obtiene plaza en Madrid, en pleno período republicano, que aprovecha para colaborar con varias instituciones que tenían como objetivo extender la cultura por todo el país.
Ya entre los años 1936 y 1939, período de la guerra civil española, Antonio Machado permaneció en Madrid y se puso incondicionalmente al servicio de la defensa de la legalidad republicana, participando activamente en mítines, manifiestos, entrevistas, etc.
En 1938 se trasladaría a Barcelona, de donde tendrían que huir una vez conquistada Barcelona por los sublevados,y falleciendo en París en febrero de 1939.
Sobre su propia vida, el propio Machado escribió un texto para una antología que estaba preparando Azorín. En ella, Antonio Machado nos deja no solo información sobre sus orígenes y formación, sino que también nos presenta sus convicciones, personalidad y gustos.
La obra literaria de Antonio Machado
En su crecimiento como escritor y poeta se dieron tres aspectos. En primer lugar, estuvo la influencia de su padre, el folclorista andaluz Antonio Machado Álvarez. Después pasó por la obra de escritores Miguel de Unamuno y Henri Bergson, y, finalmente, tomó en consideración el análisis que se hacía de España durante su época.
En general, se puede decir que la obra poética de Machado se caracteriza por un tono melancólico, unido a un evidente escepticismo y unas notas de ironía.
Su creación poética emana de su experiencia vital como expresión de una emoción personal, y se aleja de toda opulencia, de todo artificio.
Pero vayamos por partes…
Sus inicios poéticos tuvieron lugar en el seno del ambiente modernista a finales del siglo XIX, y ejerció su dominio hasta bien entrada la segunda década del XX. Pronto Machado buscó su propia voz, pues no se identificaba con la exuberancia ornamental del modernismo. Fue uno de los discípulos confesos de Rubén Darío. Aunque hay que decir que con el tiempo se iría distanciando de la imaginería decorativa de la escuela modernista para profundizar en la expresión de las emociones auténticas
Sus textos iniciales, comentarios de sucesos y crónicas costumbristas escritos en colaboración con su hermano Manuel, y firmados con el seudónimo Tablante de Ricamonte, aparecieron en La Caricatura en 1893.
Sin duda la estancia de Machado en Soria, su primer destino profesional y donde se enamoró y casó con Leonor, le produjo un cambio de mentalidad estética. Ahí nacieron los famosísimos “Campos de Castilla”, que irían ampliándose en sucesivas ediciones. No es exagerado afirmar que esta obra es la síntesis más representativa del pensamiento crítico-historicista del 98. En Soria se sensibilizó con la austeridad de la vida campesina, con la situación de miseria en que vivía la población, mientras las instituciones y la clase dirigente no intervenían. No hay ninguna idealización de la realidad castellana. Una emoción austera y grave recorre los poemas de este libro, que evoca la trágica España negra tan criticada por la Generación del 98 desde una perspectiva regeneracionista, al tiempo que se describe con hondo patriotismo la decadencia y ruina de las viejas ciudades castellanas.
Otro grupo muy significativo de poemas incluidos en “Campos de Castilla” son los Proverbios. Se trata de composiciones generalmente breves, cercanas a la copla andaluza. Vicios individuales como la envidia o la avaricia y colectivos como la ignorancia son denunciados; valores como la paciencia, la bondad o la verdad son propuestos como rectores de la vida humana, con un fondo general de escepticismo que deja cierta amargura.
En 1924 aparece “Nuevas canciones” Su personalidad va de lo subjetivo a lo objetivo en esta obra que presenta composiciones muy breves (con estructuras similares a la “copla”), muchas veces con sentencias o pensamientos filosóficos.
En las ediciones de “Poesías completas” de 1928 y 1933 se decanta una lírica de tema amoroso y erótico inspirada por la que fue, tras la muerte de su esposa, su gran pasión en la vida real, Pilar de Valderrama, llamada Guiomar en dichos versos.
En cuanto a su producción poética durante la guerra civil, casi todas publicadas en periódicos y revistas, son de las menos interesantes de toda la obra de Machado desde un punto de vista estético, salvo alguna notable excepción, tienen el interés del testimonio de su compromiso personal con la causa republicana, que le convertiría en paradigma del compromiso ético.
Al igual que Unamuno, Antonio Machado consideró que su misión era “eternizar lo momentáneo”, “capturar la onda fugitiva” y ”transformar el poema en palabra en el tiempo”.
En prosa es autor de la obra “Juan Mairena: sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo”, en la que por medio de personajes ficticios expresa sus ideas acerca del arte, al cultura, la sociedad, la literatura, la filosofía y la política. El propio autor reconoció públicamente que Juan de Mairena era su “yo” filosófico, por tanto, se desmarca de la poesía para ahondar en un plano más reflexivo. Sin embargo, es un filósofo “popular”, es decir, que se basa en hacer reflexiones comprensibles para la gente y empleando palabras fáciles de entender y al alcance de todo el mundo.
En materia teatral escribió, conjuntamente con su hermano Manuel varias obras teatrales, todas en verso, salvo “El hombre que murió en la guerra”, escrita en prosa y no estrenada hasta después de su fallecimiento. Su obra más conocida es “La Lola se va a los puertos”.
Como resumen podemos decir que hay varios temas que inspiran su obra y son fundamentalmente: el inexorable paso del tiempo, el amor y dolor por Castilla y por España, el deseo de ver una España renovada, los paisajes tanto de Castilla como de Andalucía para utilizarlos como fondo para expresar sus reflexiones personales, la sensación de ausencia o pérdida del amor, los sueños como única forma posible de conocimiento y el escepticismo religioso.
En cuanto al estilo literario de Antonio Machado, se caracterizó por la brevedad de su poesía. No hizo uso de la retórica, su estilo fue siempre muy sobrio. Entendía la poesía como el canal para expresar lo que su alma sentía, y para ello, utilizó el verbo como principal herramienta expresiva y sonora, porque a su juicio era el tiempo de lo esencial de la emoción y el sentimiento. Su estilo abordó lo íntimo, lo personal y lo espiritual.
En su obra no pretende innovar la métrica, busca el ritmo interno del verso, utiliza variedad de estrofas y versos, y formas populares como la copla y el villancico.
Utiliza un lenguaje sobrio, conciso y claro, con frases breves, con estructura sencilla y lenguaje coloquial.
En la poesía de Machado se pueden observar muchos símbolos, como por ejemplo, la luz y el camino, cuyo significado era personal, pero que despierta interés en el lector. Además, ese interés no está dirigido hacia el intelecto sino al alma, al sentir mismo.
Los símbolos que utiliza con más frecuencia son: el camino y el rio para referirse a la vida; el jardín para la intimidad; la fuente, el reloj, la tarde y la infancia para referirse al paso del tiempo; la noria y los niños para la monotonía, y para hacer referencia a la muerte utilizar los cipreses, el cementerio y las campanas.
Fue Machado un hombre sensible y de sentimientos profundos, y de esa misma manera escribió su poesía. El espíritu, la vida, las sensaciones y la cotidianidad fueron inspiración suficiente para convertirlo en uno de los poetas más leídos de su tiempo, y que aún permanece vigente.
En todo caso, su obra representa un admirable equilibrio entre la exigencia artística y el compromiso personal.
Y finalizamos este post recogiendo un poema de Machado, posiblemente uno de los más conocidos, incluido en sus “Proverbios y Cantares”, en el que reivindica el camino como presente, recordando el pasado, pero evitando que nos obsesione, ni él ni el futuro, a la hora de marcar nuestro destino. Hablamos de “Caminante no hay camino…”
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
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Referencias
Textos literarios contemporáneos. Literatura española de los siglos XX y XXI. De Millán Jiménez, M.C
https://www.alohacriticon.com/
https://www.victoriamonera.com/