Este año en el que una pandemia nos ha privado de disfrutar de las fiestas de recreación medieval, merece la pena pararnos a valorar esos lugares donde habitualmente se vienen celebrando las mismas, y dónde el fragor de la fiesta hace que los monumentos y belleza de los lugares donde estas fiestas tienen lugar queden relegados a un segundo plano.
Hoy vamos a deleitarnos en la belleza de una de las principales plazas de la hermosa villa marinera de Noia: la plaza del Tapal. Esta hermosa plaza cuenta con un telón de fondo soberbio y grandioso: la fachada de la iglesia de San Martiño, uno de los monumentos religiosos e históricos de la villa, por no decir el más hermoso de todos ellos.
La iglesia de San Martiño fue mandada construir por el Arzobispo Lope de Mendoza y pertenece al estilo gótico-marinero que se caracteriza por tener una techumbre que recuerda la quilla de un barco. Consta de una sola nave con contrafuertes muy destacados para soportar los robustos arcos que sostienen la cubierta.
De una primera visual ya se puede observar que su construcción no fue fruto de una única campaña constructiva. Es palpable la presencia de diferentes elementos estructurales, de referentes heráldicos e incluso de visibles arrepentimientos.
La belleza de su fachada, en la que es evidente la influencia del Maestro Mateo, no deja impasible al observador. Si nos acercamos vemos una portada enmarcada por tres arquivoltas apoyada en tres parejas de columnas con las imágenes de los 12 apóstoles, cuyas bases están decoradas con bestias y figuras humanas (el triunfo del bien sobre el mal).
Por su maravilloso estado de conservación, es fácil identificar a cada uno de los apóstoles por su simbología. En seguida podemos ver en la parte superior izquierda a nuestro querido apóstol Santiago.
Una vez destacada la belleza de la portada de esta iglesia en el conjunto de la plaza, no voy a entrar a describir sus elementos arquitectónicos, sino que voy a subrayar en sus diferencias con respecto a otras de su época, sus curiosidades y, especialmente, su leyenda.
Como diferencia y curiosidad destaca la imagen de la virgen embarazada en el lado izquierdo del arco exterior de la portada y enfrente, en el lado derecho, el arcángel San Gabriel al que se le atribuye “la Anunciación”. No es habitual la representación de la virgen embarazada y máxime cuando lo que se está representando es la anunciación.
También es curiosa la decoración del rosetón. Enmarcado por cuatro ángeles trompeteros a los cuatro vientos que representan la clásica visión apocalíptica del juicio final. Está decorado con tres círculos concéntricos decorados, de exterior a interior, con bolas, motivos vegetales y músicos y ángeles; es decir de un extraordinario trabajo que le añade a esta portada una riqueza insuperable que, sin embargo, conserva la limpieza y sencillez del románico sin acercarse a una visión barroquista.
Tampoco pasan desapercibidos sus ménsulas salientes cuya finalidad era cubrir los puestos de mercado que se celebraban a los pies del templo, lo que consolida a Noia como un importante centro comercial.
Pero, lo que llama la atención a primera vista y forma parte de la leyenda de esta villa marinera es que nos encontramos con una iglesia con una sola torre. Es decir, el edificio sigue sin concluirse casi seiscientos años después de finalizadas las obras. Se desconocen los motivos por lo que una de las torres quedo sin concluir, posiblemente por un problema económico, pero esto ha dado lugar al nacimiento de la leyenda local que dice que el que intente terminar esa segunda torre, tendrá un trágico final. Se cuenta que eso es lo que le pasó al maestro cantero que, en su tiempo, intentaba construir esa segunda torre.
Por si fuera poco, y para incidir en la veracidad de la leyenda, en el año 1973 tuvo lugar un trágico suceso. Ese año una de las jóvenes promesas del cine español, Claudio Guerín, visita Noia para rodar una película titulada “La campana del infierno”.
Para el rodaje, se intentó realizar en cartón piedra la torre inacabada para que apareciera la torre con sus dos campanarios. Cuando sólo faltaba una secuencia para acabar la película, Guerín se subió a la torre para emplazar allí la cámara. Al intentar colocar la cámara, dio un traspiés y se precipitó a la plaza desde una altura de 20 metros. El director de cine halló la muerte, a sus 35 años, en las piedras de la plaza. En su caída intentó evitar la verja. Logró evitar los hierros de la verja, pero no logró salvar su vida al estrellarse contra el suelo.
Todavía hoy podemos ver una cruz roja pintada en el lugar dónde cayó Guerín.
La película “La campana del infierno” fue rematada por Juan Antonio Bardem. Dicha película ha pasado a formar parte del cine “maldito”, pero también de cine de culto. Se trata de una coproducción franco española que narra la historia de una venganza. Un joven sale del hospital psiquiátrico donde fue encerrado por su tía que pretendía inhabilitarle para quedarse con el dinero de su herencia…. podéis imaginaros como sigue. Habrá que verla!.
Iglesia misteriosa que forma parte de la “terra meiga” gallega.