Uno de los pueblos del pasado que más ha trascendido a la cultura popular, es sin duda la de los vikingos.
Los vikingos eran marinos escandinavos, inicialmente procedentes de Noruega, Suecia y Dinamarca, cuyas incursiones y posteriores asentamientos impactaron significativamente en las culturas de Europa y se hicieron sentir hasta las regiones mediterráneas en torno a 790 – 1100 dC.
Todos los vikingos eran escandinavos, pero no todos los escandinavos eran vikingos.
El término vikingo se aplicaba únicamente a los que se hacían a la mar con el fin de adquirir riquezas mediante incursiones en otras tierras, y la palabra la utilizaban principalmente los escritores ingleses, no de forma inclusiva entre otras culturas.
¿Quiénes eran los vikingos?
El significado exacto de la palabra vikingo es oscura más no incierta. Se cree que los mismos escandinavos adoptaron el término: Víking, cuyo significado sería: expedición militar (sobre el mar) o saqueo pirata. También haría referencia entre los escandinavos a: “comerciante aventurero”, o incluso “soldado” o “guerrero”.
Algunos historiadores defienden el origen vinculado a la palabra “Vik” que significa “Bahía”.
Otra teoría es la del término “Vik” proveniente de la palabra germana “Wic” que significa: “lugares de comercio” en Europa continental y las Islas Británicas.
Otras teorías apuntan a que el nombre Vikingo proviene de la palabra nórdica “Vikja”, que significa “moverse rápido” o “atacar rápido”. Una condición esencial de los ataques vikingos era el veloz ataque para saquear la población y luego embarcarse con el botín.
Incluso hay algunas teorías adicionales, que no reflejamos para no extendernos en exceso.
Los vikingos fueron una civilización que se destacó por su habilidad en la navegación y la exploración del mundo. Durante siglos, los vikingos dominaron el norte de Europa, expandiéndose desde Escandinavia hasta las Islas Británicas y gran parte del norte de Europa. Su legado ha perdurado a lo largo de los años y ha dejado una huella en la cultura de muchas naciones.
Vivieron durante la época de la Edad Media, aproximadamente entre los siglos VIII y XI.
Los vikingos no eran un solo pueblo ni una nación unificada. No tenían una capital, ni un rey supremo, ni fronteras claramente definidas. Eran, más bien, una red de culturas escandinavas que compartían lengua, creencias paganas, estructuras sociales y una forma de vida basada en la exploración, el comercio… y, claro, el saqueo.
Se hicieron famosos por sus incursiones en diferentes regiones de Europa, donde saqueaban y conquistaban territorios. Aunque su reputación se ha centrado en su salvajismo y violencia, los vikingos también fueron hábiles comerciantes y exploradores, dejando una profunda huella en la historia de Europa.
La expansión vikinga comenzó en el siglo VIII, cuando los vikingos comenzaron a realizar incursiones en las costas de Europa occidental. Con sus rápidos barcos, los vikingos navegaban por los ríos y los mares, llegando incluso a establecer colonias en lugares tan lejanos como Islandia, Groenlandia y América del Norte.
En el año 793, un ataque al monasterio de Lindisfarne, frente a la costa de Northumberland, en el noreste de Inglaterra marcó el comienzo de la Era Vikinga. A diferencia de otros grupos, estos extraños nuevos invasores no respetaban las instituciones religiosas, como los monasterios, que a menudo se encontraban desprotegidos y vulnerables cerca de la costa.
Durante varias décadas, los vikingos se limitaron a atacar objetivos costeros en las Islas Británicas (particularmente Irlanda) y Europa del Norte (sobre todo, Dorestad se convirtió en un objetivo frecuente después del 830). Luego aprovecharon los conflictos internos en Europa para extender su actividad hacia el interior: las actuales Francia y Alemania. En el año 844, los vikingos llegaron al sur de la península Ibérica y sembraron el terror hasta que fueron derrotados por Abderramán II.
Contexto histórico
Para muchos autores, el cambio climático es uno de los factores más debatidos en el origen de los vikingos. Durante el siglo VI, Europa experimentó un enfriamiento significativo debido a erupciones volcánicas que oscurecieron el cielo y provocaron un descenso en las temperaturas. Esta crisis climática tuvo un impacto devastador en la agricultura escandinava, dificultando la subsistencia de sus habitantes.
La adaptación a estas condiciones adversas también fomentó el desarrollo de una cultura guerrera y una estructura social basada en el honor y el liderazgo militar. Las comunidades comenzaron a valorar la habilidad en el combate y la capacidad de liderar, lo que resultó en la formación de dinastías y reinos pequeños que más tarde se unificarían en potentes naciones vikingas.
Diferencia entre nórdico y vikingo
Ambos términos se refieren al mismo pueblo germánico que se asentó en Escandinavia durante la Era Vikinga y que hablaba nórdico antiguo.
Esta distinción es crucial para entender la complejidad de la sociedad escandinava de la época, que no se limitaba a las actividades bélicas. La imagen de los vikingos como bárbaros incivilizados es un estereotipo que ha perdurado, pero que no refleja la totalidad de la cultura nórdica.
Nórdicos eran los comerciantes a tiempo completo. se identificaban principalmente por su pertenencia a clanes y tribus, y no por ser vikingos.
Vikingos eran agricultores, pero también guerreros, que ocasionalmente se dedicaban a explorar, a veces a hacer de piratas, que solían viajar en sus barcos a tierras lejanas para expandirse y asentarse. Uno de los aspectos más interesantes de los vikingos fue su contacto con otras culturas.
¿Cómo eran los vikingos?
Los vikingos eran conocidos por su habilidad como navegantes y guerreros. Sus barcos, conocidos como drakkars, eran rápidos y maniobrables, lo que les permitía navegar por ríos y mares poco profundos. Además, los vikingos eran hábiles en el uso de armas como espadas, hachas y arcos.
Los vikingos también eran grandes comerciantes. Además de saquear, los vikingos establecían rutas comerciales con diferentes países. Intercambiaban productos como pieles, oro, plata y esclavos por bienes como seda, especias y vino.
Otra característica importante de los vikingos era su sistema político y social. Los vikingos vivían en comunidades llamadas aldeas, gobernadas por un jefe o líder. Además, tenían una estructura social jerárquica, con diferentes clases sociales como guerreros, comerciantes, agricultores y esclavos.
La sociedad vikinga
Se caracterizaba por su estructura jerárquica y su organización militar. La sociedad vikinga estaba estructurada en torno a clanes y tribus, que servían como las unidades básicas de organización social y política. Cada clan estaba liderado por un jefe, a menudo un guerrero experimentado, que ejercía autoridad sobre sus miembros y tomaba decisiones en nombre del grupo. Esta estructura permitía una cohesión interna que era esencial para la supervivencia en un entorno competitivo y a menudo hostil.
La lealtad al clan era fundamental, y las alianzas entre clanes podían forjarse a través de matrimonios y pactos, fortaleciendo así las redes sociales y políticas. Estas alianzas eran vitales para la organización de incursiones y expediciones, ya que permitían a los vikingos movilizar recursos y guerreros de manera efectiva.
La sociedad vikinga estaba dividida en diferentes clases sociales. En la cúspide se encontraban los jarls o nobles, que eran los líderes políticos y militares. Debajo de ellos se encontraban los karls o hombres libres, que eran agricultores, comerciantes y artesanos. En la base de la pirámide social estaban los thralls o esclavos, que eran prisioneros de guerra o personas que habían sido capturadas durante saqueos.
La esclavitud estaba muy extendida en toda Escandinavia y se considera uno de los principales motivos de las incursiones vikingas en otras tierras.
Las mujeres gozaban de mayor libertad en la cultura escandinava/vikinga que en muchas otras. Las mujeres podían heredar propiedades, elegir dónde y cómo vivir si no estaban casadas, representarse a sí mismas en casos legales y tener sus propios negocios (como cervecerías, tabernas, tiendas y granjas). Las mujeres eran las profetisas de la diosa Freyja o del dios Odín (no había líderes religiosos masculinos) e interpretaban los mensajes de los dioses para el pueblo.
Los matrimonios los organizaban los hombres del clan, y una mujer no podía elegir a su propia pareja, pero tampoco un hombre. La vestimenta y las joyas de las mujeres eran similares a las de los hombres de su clase social, y ninguno de los dos sexos llevaba pendientes, que se consideraban afectaciones de razas inferiores. Las mujeres se encargaban de criar a los niños y de mantener la casa, pero tanto los hombres como las mujeres preparaban las comidas para la familia. Se toleraba la poligamia en esta sociedad, por lo que no era raro que los vikingos tuviesen varias concubinas pertenecientes al estamento más bajo de la sociedad de la época.
Mención aparte, merecen las costumbres vikingas relacionadas con el cabello. Los peinados y las barbas tenían una gran importancia para todos ellos, tanto que podías saber a qué estamento social pertenecías dependiendo del pelo que lucías. Los esclavos solían llevarlo rapado, los hombres libres suelto y hasta los hombros, mientras que los soldados los solían llevar retirado por pura comodidad.
Los vikingos construían sus casas de madera y piedra. Normalmente constaban de una única estancia grande y espaciosa con un fuego en el centro que servía para calentarse y cocinar. El hombre vikingo vestía con una camisa que le llegaba hasta medio muslo y pantalón largo. En los pies, zapatos de cuero. Les gustaba cuidar su aspecto, sobre todo su larga cabellera, que recogían con un moño en la nuca. La mujer llevaba un vestido largo de lana y, por encima, una especie de delantal hecho de una pieza. El pelo, trenzado o con una cola las casadas, mientras que las solteras llevaban la melena suelta.
La vida diaria de los vikingos estaba marcada por la agricultura y la pesca. Cultivaban principalmente cereales, como la cebada y el centeno, y criaban ganado para obtener carne, leche y lana. La pesca también era una actividad importante, ya que vivían cerca del mar y los ríos. También había herreros, armeros, cerveceros, comerciantes, tejedores, lutieres, poetas, músicos, artesanos, etc.
Dedicaron hombres y recursos a la exploración y colonización de nuevos territorios.
Los vikingos fueron conocidos por ser grandes estrategas militares y conquistadores, con sus espectaculares barcos, que tenían capacidad para 40 o 60 hombres, y contaban con un diseño único. Algunos de ellos, como el gokstad, también se usaba para el ritual funeral.
Las armas más conocidas de los vikingos eran las hachas, un arma y una herramienta a la vez. También utilizaban arcos y flechas para alcanzar más distancia en sus ataques. Eran muy sencillos y se disparaban desde la cintura. Como protección usaban escudos, principalmente un modelo circular de 90 centímetros de diámetro, hecho de madera de tejo y remachado con cuero endurecido; y cascos, que se fabricaban en hierro y eran de varios tipos, desde los más simples que solo protegían la cabeza hasta los cascos cónicos con nasal, una pequeña protección para la nariz.
Sus actividades de saqueo y robos eran temidas por todos los pueblos. Sobre todo, por las técnicas de tortura que practicaban a sus enemigos. Una de las más famosas es el “Águila de sangre”, donde se cortaba el pecho del enemigo y se extraían sus costillas junto con sus pulmones, formando una especie de ángel alado. Estas torturas simbolizaban un regalo para los dioses y para Odín, como una muestra de la victoria obtenida.
Los vikingos navegaban en sus fabulosos barcos, construidos en madera sólida, con capacidad para remeros y tripulación y una sola vela cuadrada, que les otorgaba una gran maniobrabilidad, velocidad y eficiencia. Se convirtieron en navegantes de las costas del Atlántico del Norte, llegando hasta el este de Rusia, el norte de África, la capital del Imperio bizantino (Constantinopla) y el Medio Oriente. Incluso algunos llegaron a Norteamérica, estableciéndose en lo que hoy es Canadá (Terranova), durante la Edad Media.
También se dedicaron al comercio. Utilizando sus habilidades de navegación, establecieron rutas comerciales a través del mar Báltico y el mar del Norte, intercambiando bienes como pieles, ámbar, metales y esclavos. Su presencia comercial se extendió incluso hasta el Mediterráneo, donde intercambiaron productos con los pueblos del sur de Europa y del mundo árabe.
Los escandinavos disfrutaban del tiempo libre como cualquier otra cultura y practicaban deportes, juegos de mesa y organizaban festivales. Los deportes incluían los simulacros de combate, la lucha, el alpinismo, la natación, el lanzamiento de jabalina, la caza, un espectáculo conocido como lucha de caballos cuyos detalles no están claros, y un juego de campo conocido como Knattleik que era similar al hockey. Sus juegos de mesa incluían dados, juegos de estrategia similares al ajedrez y el propio ajedrez.
En contra de la imagen popular de los vikingos como sucios y salvajes, en realidad eran bastante refinados y prestaban mucha atención a la higiene y la apariencia. La limpieza no solo era un signo de riqueza y estatus, sino que también tenía un significado religioso. Los vikingos se aseguraban de llevar siempre las uñas de las manos y de los pies cortas debido a su creencia en el Ragnarok, el crepúsculo de los dioses y el fin del mundo, en el que el barco Naglfar aparecería flotando sobre las aguas desatado por la gran serpiente Jormungandr. El Naglfar se construía con las uñas de los muertos, por lo que todo aquel que muriera con las uñas sin cortar proporcionaba material para la construcción del barco y aceleraba el inevitable final.
A nivel productivo, desarrollaron habilidades en el ámbito de la artesanía, la construcción de b arcos, la forja de armas y la creación de joyas y objetos decorativos, utilizando materiales como el hierro, el bronce y el oro.
Los vikingos tenían un sistema legal y político único, conocido como la Ley Vikinga. Este sistema se basaba en la asamblea democrática, en la que los hombres libres podían participar y tomar decisiones sobre asuntos importantes para la comunidad.
Además, los vikingos tenían un código de honor y justicia muy arraigado, que se reflejaba en la forma en que trataban a sus iguales y a los extranjeros. Esta ética y sistema de gobierno han dejado una influencia duradera en la sociedad y en el desarrollo del derecho en los países nórdicos.
En materia religiosa, eran un pueblo con una fuerte conexión con la religión y las creencias. Su fe en los dioses y la importancia de la naturaleza en su vida cotidiana eran elementos fundamentales de su cultura y sociedad. Adoraban a una serie de dioses y diosas de la mitología nórdica. Thor, Odin y Freyja eran algunos de los más importantes. Odín era el dios principal, asociado con la guerra y la sabiduría; Thor, era el dios del trueno y la fuerza y Freyja, la diosa del amor y la fertilidad.
Realizaban rituales y sacrificios en honor a sus dioses, y creían en una vida después de la muerte en Valhalla, un lugar donde los guerreros caídos en batalla eran recompensados.
Además de los dioses, los vikingos también creían en seres sobrenaturales como elfos y gigantes. Para ellos, el mundo estaba lleno de espíritus y seres mágicos que influenciaban su vida cotidiana.
La religión vikinga estaba estrechamente vinculada con la naturaleza y la vida diaria. Celebraban festividades en honor a sus dioses, como el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera. También creían en la existencia de un lugar llamado Valhalla, donde los guerreros caídos en batalla serían recibidos por Odín y vivirían eternamente.
Declive de los vikingos
A medida que pasaba el tiempo, los vikingos fueron perdiendo su influencia y poder. Varias razones contribuyeron a su declive. En primer lugar, los países europeos comenzaron a fortificar sus ciudades y monasterios, dificultando los ataques vikingos.
Además, las tierras que los vikingos habían colonizado en el extranjero se volvieron más difíciles de mantener. Las incursiones de otros pueblos y la falta de recursos llevaron al abandono de muchas de estas colonias.
Finalmente, la desaparición de los Vikingos se atribuye principalmente a la cristianización de Escandinavia y a la integración de los vikingos en la sociedad europea.
Los vikingos en España
Los vikingos desembarcaron primero en Asturias y Galicia, y posteriormente se dirigieron al sur, saqueando y quemando Al-Yazira (actual Algeciras) y alcanzando la ciudad de Sevilla en varias ocasiones (844 y 859). Además, navegaron por la costa mediterránea y llegaron a Pamplona tras remontar el río Ebro. Los vikingos dejaron su huella en varias regiones de España, aunque principalmente en el norte y sur del país.
La llegada de los vikingos a la península ibérica en el siglo IX dejó una huella duradera en la cultura española, especialmente en el norte del país. La arquitectura, la gastronomía y el folklore de Galicia, Asturias y Cantabria reflejan la influencia de los normandos, y muchos apellidos en estas regiones tienen raíces escandinavas. Además, la lengua castellana ha absorbido algunas palabras del antiguo idioma nórdico en la toponimia local.
Su presencia no se limitó a las incursiones y conquistas, también tuvo consecuencia la celebración de matrimonios mixtos y el establecimiento de una comunidad.
Hoy en día, a pesar de la falta de registros históricos detallados, los rastros de la influencia vikinga en España aún se pueden encontrar en la toponimia, los ritos funerarios y las tradiciones populares de algunas regiones.
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Referencias
Breve historia de los vikingos. De Velasco Laguna, M.
Vikingos: la historia definitiva de los pueblos del norte. De Neil, P.
Lifeder. (6 de julio de 2023). Origen de los vikingos. Recuperado de: https://www.lifeder.com/origen-vikingos/.
https://historiauniversal.org/quienes-fueron-los-vikingos/
https://www.worldhistory.org/trans/es/1-16741/vikingos/